En el baño
m/F, incesto.
Mamá y yo siempre habíamos estado muy unidos.Desde mi más tierna infancia yo fui su única razón para seguir viviendo, ya que mi padre había muerto poco después de nacer yo.Mi madre había estado triste y desconsolada durante muchos años, pero al menos me tenía a mí, y eso la hacía feliz y le daba fuerzas para seguir adelante.
Estábamos tan unidos que no nos separábamos ni a la hora de dormir.Yo me acostaba con ella siempre y ella me apretaba contra su cuerpo, porque decía que mi cuerpo siempre estaba caliente.A mí me encantaba sentir su suavidad y la acariciaba y besaba continuamente bajo las sábanas, demostrándole el gran cariño que sentía por ella.
Otra práctica habitual en nosotros era la de bañarnos juntos.Los dos nos metíamos en nuestra gran bañera redonda desnudos y juntos y nos solíamos enjabonar mutuamente.Recuerdo que yo me solía fijar mucho en sus enormes pechos y rojizos pezones y en cómo se balanceaban de un lado para otro.También recuerdo que me llamaban mucho la atención los pelos de su entrepierna y que los solía mirar fijamente durante largos ratos.Mi pene se solía poner muy duro cuando lo hacía y yo no sabía muy bien por qué.Sólo cuando tuve once años lo comprendí y me empezó a dar vergüenza de bañarme con mi madre.
Una noche, cuando los dos estábamos desnudos antes de meternos en la bañera, mi madre me sorprendió mirando fijamente a su poblada vulva y se dio cuenta de mi erección.Yo estaba, casi sin darme cuenta, masturbándome lentamente delante de ella y eso desde luego le llamó la atención:
-Luis, ¿qué haces? -me preguntó un poco seria.
-Eh...yo...Bueno, sólo me estaba tocando la picha -le respondí-.Es que me gusta mucho...
-¿Y por qué me miras tanto?
-Pues...porque tú me la pones dura, mamá...Tus tetas y los pelitos de tu chocho hacen que me sienta muy raro.
-¿Y te han dicho ya por qué? -quiso saber.
-Sí...Ya lo sé todo... -dije yo no muy seguro de mí mismo.
-Vaya...vaya...con el experto...Bueno, vamos a meternos en la bañera...
-Mamá, ¿me dejas que te lo vea más de cerca...? Quiero ver cómo huele y cómo es la raja de tu chocho... -dije armándome de valor.
-¡Pero Luis! ¡Qué cosas se te ocurren!
-Es que quiero meterte la picha en el chocho...Por fa, mamá...vamos a hacerlo...
-¡Luis! ¡Ya está bien!
-Perdona, mamá... -me disculpé avergonzado y sin creerme lo que acababa de decir.
-No pasa nada, cariño...Es normal que a la edad de 12 años tengas esos impulsos, pero tienes que aprender a controlarlos...Yo sé que tienes curiosidad por saber cómo es el chocho de mamá, y yo te voy a dejar que me lo veas de cerca...Te dejaré que lo toques y todo, y a lo mejor hasta te dejo que me metas la colita dentro...Pero todo poco a poco, no lo quieras todo de golpe, que si no puede causarte traumas y cosas de esas, ¿vale? -me dijo mi madre.
-¡Vale, mamá! Eres la mejor... -exclamé yo.
Mi madre se me acercó y me besó suavemente en la mejilla.Luego los dos nos metimos en la bañera uno frente al otro y mi madre empezó a juguetear con mi pene con uno de sus pies.Eso me puso a cien y me puse muy tenso.
-¿Te gusta, cariño? -me preguntó mi madre.
-Sí...¿Por qué no me lo haces con la mano, mamá?
-Bueno, como quieras...
MI madre se puso a mi lado y comenzó a masturbarme lentamente mientras yo sobaba su cuerpo.Sus tetas eran firmes a pesar de su gran tamaño y su coño tenía pelo en abundancia, aunque no en exceso.
-Mamá...creo que me voy a correr... -le dije yo cuando sentí el orgasmo cerca.
Mi madre se detuvo y me besó ligeramente en los labios.Luego se levantó y me dijo:
-Ven, levántate.
Se salió de la bañera y se sentó sobre el wáter.Abrió sus piernas y las levantó hacia arriba apoyándolas en el lavabo y el bidé.Su coño estaba ahora delante de mí en todo su esplendor.El vello púbico espeso lo cubría casi entero, sólo dejando ver su raja, muy bien hecha y sexy.Mi pequeño pene de 12 cm dio un respingo ante esto y puse mi glande fuera completamente.
-Venga, cariño...Métele la colita a mamá en su chocho...Verás qué gusto... -me dijo
Yo me acerqué a ella y coloqué mi pene entre sus labios.Lentamente fui penetrándola, deslizándome hacia lo desconocido, hacia el lugar donde había estado doce años atrás.Era algo maravilloso.Su vagina estaba muy húmeda y caliente y mi pene entró con suma facilidad, tal vez por su reducido tamaño.
Mi madre jadeaba en voz baja mientras yo comenzaba a entrar y salir de su coño.Yo sabía que no podría aguantar mucho, pero no reduje el ritmo...Me moría de gusto y no podía parar.Sentir el calor y la humedad del agujero de la persona que más te quiere era alucinante.Me encantaba sentirme dentro de ella y a ella le entusiasmaba tenerme de nuevo dentro de ella.
Sin yo esperarlo, mi madre se corrió la primera, gimiendo ahora más fuerte y retorciéndose de placer sobre el wáter.Yo seguí metiéndosela hasta que me sentí muy cerca del orgasmo.Saqué mi pene de su coño y ella se agachó y lo metió en su boca.Poco después, tras unas cuantas chupadas, mi semen se estrelló contra lo más profundo de su boca y ella chupó y chupó hasta que hubo tragado hasta la última gota de mi esperma.Fue algo maravilloso.