En cualquier mercado de oriente
En muy pocas horas su vida pasó de ser una pesadilla a un sueño de las "Mil y una noches" y ahora vereis porqué.
Voy a poner a prueba vuestra imaginación, aunque no os preocupéis que no pienso examinaros. Este será mi segundo relato publicado, espero que tenga tanta aceptación como el primero y que sigáis enviándome vuestros correos, prometo contestar a todos y cada uno de ellos.
Poner en marcha esa parte del cerebro donde se fraguan los sueños, las ensoñaciones, los deseos. Ese risconcito privado, oculto a todas las miradas y todos los juicios, ese que es solo nuestro y que conviene tener siempre en marcha para que no se oxide.
EN UN MERCADO DE ORIENTE
Podría ser Turquía por ejemplo, Estambul en su época dorada, el Imperio Otomano en todo su esplendor. Un mercado, con sus colores, sus ruidos, sus olores, el calor, donde todo se compra y todo se vende incluso a los seres humanos. Delincuentes, extranjeros capturados de aquí y de allá, de cualquier parte del mundo, arrancados por la fuerza de su tierra y arrastrados a la Capital del Imperio.
Ese era el caso de Aidaia, traída de quién sabe donde, expuesta con otros esclavos a las miradas atentas de los posibles compradores.
Era hermosa, voluptuosa, de pechos perfectos y grandes, culo redondo, cintura estrecha, una larga melena negra enmarcaba una preciosa cara morena, los ojos verdes. El mercader sabía que sacaría una buena ganancia por su venta.
Estaba asustada, un hombre de horrible aspecto la había comprado, sabía que no se compraba a una esclava de sus características para hacer las labores de la casa, cualquier amo la querría para su satisfacción personal y aquel hombre aunque la trataba bien era tremendamente feo.
La llevaron a un palacio, entonces entendió que su comprador no era más que un criado, lo que la tranquilizó en alguna medida, la llevaron al Harén, aquel sitio era precioso, le dieron de comer como una reina y todo el mundo era amable con ella, pero seguía teniendo miedo. Una mujer mayor que parecía ser la que dirigía aquello le dijo;
- Esta noche conocerás al amo, ahí que prepararte bien para ello, no te preocupes por nada, es un buen hombre, estarán encantada de estar a su servicio.
La llevaron a los baños, la bañaron, la quitaron todos y cada uno de los pelos del cuerpo, incluso del sexo, la masajearon con aceites perfumados y la dejaron descansar sobre los almohadones, así completamente desnuda a los ojos del resto de las mujeres y de los eneucos.
Cuando llego la noche, la mujer vieja volvió para ocuparse de ella, algo de cenar y algo de beber que no supo lo que era, la señora le dijo que era algo que la haría estar más receptiva para el amo.
Poco rato se vio en el espejo, había llegado el momento, estaba aterrorizada, pero aún así la imagen que le devolvió el espejo la reconfortó, su pelo recogido con una diadema de flores y rizado le caía sobre la espalda, los píes descalzos, a las caderas una cinta de pedrería de la que caían flecos dorados sobre el sexo y sobre el culo, un sujetador de pedrería que le dejaba los pezones al aire, saliendo por un agujero. Era el sueño de cualquier hombre y ella era consciente.
La acompañaron a los aposentos del amo y al fondo del salón bojo un palio y cojines de todos los colores y formas, distinguió dos figuras.
- Acércate esclava que te pueda ver bien el amo.
No podía dar crédito a lo que veían sus ojos allí había un hombre hermoso, perfecto, guapo, moreno, desnudo y también como ella perfectamente depilado, era un sueño que solo podía darse en los cuentos y a ella le estaba pasando. Volvió a oír la voz de mujer:
- Tu estás aquí para dar placer al amo, ese es tu cometido, haz lo que se te mande y todo irá bien. Nos han dicho que bailas muy bien, baila para animar al amo.
Y entonces se dio cuenta de que en el salón había más personas, un grupo de músicos, quizá cuatro o cinco que verían todo lo que allí pasase. Y bailó encantada de lo que hacía, quería excitar a aquel hombre así que movió sus caderas, su culo, sus tetas, insinuante y pudo comprobar como el atributo del amo se iba animando. Y rompió su silencio.
Ven aquí debes tener una coñito muy dulce y quiero probar su sabor, quítate todos esos abalorios, quiero que estés desnuda para mí y mientras que Alba me chupa la polla te comeré el chocho hasta que grites.
Alba se puso a la tarea que le habían encomendado cogió el cipote del amo, que tenía un tamaño desmesurado, con sus manos y se lo metió en la boca, le besaba la punta suavemente, se la chupaba, sacaba la lengua y se la golpeaba con aquella hermosa polla cada vez más tiesa y gorda. Pensó que le encantaría tenerla en aquel momento metida en su coño. Chupaba y chupaba.
Ven aquí putita, ponme el coñito en la boca, te estoy esperando, tu Alba sigue comiéndome la polla que lo haces muy bien, me estas poniendo muy caliente, luego tendré que follaros a las dos.
Se puso de pie, él estaba sentado sobre los cojines, le puso una pierna por cada parte del cuerpo, de tal manera que le puso el chocho directamente sobre la boca, él abrió la boca y lo engullo entero y comenzó a mamárselo. Ella se moría de gusto, lo que quedaba claro por los gemidos y los ruiditos que hacía.
Ábrete el chumino con las manos, déjalo bien abierto para que te lo lama.
Y la lengua de aquel hombre parecía una serpiente todos los pliegues todos los rincones.. La estaba volviendo loca.
Amo amo como me gusta chúpamelo amo .. toma mi chochito dulce .. es todo para ti .. Quiero que me folles amo .. fóllame con tu lengua y luego méteme la polla hasta dentro métemela por donde quieras amo .. quiero tu polla dura .. Quiero tu polla.
Vaya, parece que no eres una putita ingenua, sino una gran puta, así me gusta, me encantan las folladoras de vocación como tú ¿Por qué te gusta follar, verdad zorrita.
Le decía mientras le metía los dedos por el coño para que no se enfriara. Hizo una seña a los músicos y se acercaron tres de ellos, se notaba bajo el bombacho que los tres estaban empalmados, con las pollas bien dispuestas y por el bulto no parecían de mal tamaño.
Poneos las dos como dos perras, porque os vamos a follar como lo que sois dos perras en celo esperando que sus machos las taladren los agujeros.
Vosotros dos meterle a Alba una polla en la boca y la otra por el culo o por el chocho como más os guste y tú métele a mi perrita la polla en la boca mientras que yo me ocupo de los cuartos traseros.
Solo es espectáculo de ver a la otra esclava como le estaban colando una polla por delante y otra por detrás. Uno le agarraba la cabeza y le follaba la boca y el otro la tenía cogida por las caderas y bombeaba como un perro rabioso, el coño le chorreaba solo de verlo.
Ahora le toca a mi putita nueva, métesela, abre la boca y saca la lengua para recibirla zorra. Y yo a ver que tenemos aquí, hummm, por donde empiezo que hago primero ¿te parto el coño o te doy por el culo?, Creo que haré las dos cosas a la vez, veras.. ¡Muévete puta!, quiero ver como se te mueven los agujeros.
Y ella notó que le había puesto la punta del cipote en el ano y apretaba para entrarle en las entrañas y a la vez le metía de una sola embestida tres dedos por el coño. Quería gritar pero la polla que tenía en la boca se lo impedía, se estaba muriendo de gusto, notaba los chorros que le salían de la cueva y le resbalaban por el muslo abajo. De repente las cosas cambiaron y la polla que tenía metida en el culo le entro en el chocho y los tres dedos la estaban dando por el culo.
Y se corrió una vez y otra y otra, hasta que noto que el músico se corría en su boca y el amo le llenaba de leche las entrañas
Bien . .
Dijo el amo sin sacarle la polla del coño.
Vas a ser mi esclava favorita . porque eres la que mejor folla de mi harén, la más puta de todas, la más hermosa. Quiero experimentarlo todo contigo, te haré hacer y te haré cosas que ni siquiera has soñado y viviremos una y mil noches juntos .. serás feliz por se mi esclava .
PD: espero vuestros comentarios llenaluna1@hotmail.com Y que mi relato os haga un ratito felices.