En clase miro demasiado y pasa lo que pasa

El chico que más me pone del instituto hace una exposición en clase. Yo estoy sentado justo delante de él, y me fijo en que se le ven un poco los boxer slip, por lo que ya no aparto la mirada de ahí. Al final de la clase él me viene a hablar...

En el aula de lengua llevo 3 años sentándome en el mismo sitio: justo delante de la pizarra. El porqué no importa ahora. El caso es que hoy tocaba exposición oral de dos compañeros y una compañera. Uno de ellos, llamémoslo Bruno, me ha gustado durante años y antes tenía la teoría de que yo podía gustarle a él por determinados comportamientos que tenía (en una excursión de repente me agarró la mano sin decir nada cuando él por aquellos tiempos estaba saliendo con una de mis mejores amigas, por ejemplo), pero ahora sé que es más hetero que Nacho Vidal. Yo me dejé de fijar en él para poder olvidarlo, pero el tío cada año está más guapo y más bueno. Bueno, que me enrollo como las persianas. Él tenía que exponer un trabajo y claro, estaba justo delante de mí. Nada interesante estaba pasando aparte de la exposición hasta que me fijé de reojo en su pantalón. Llevaba un pantalón negro de estos que se ajustan a la pierna y que además tienen uno o dos rotos por los que se ve la pierna. En este caso, lo tenía más arriba de lo normal y justo se veía un poco de sus calzoncillos negros. A mí tampoco es que me obsesionen estas cosas, pero en ese momento me puso como una moto, y mi polla lo demostraba. Al ver esto, no pude evitar pasarme el resto de la exposición mirándole ahí cada dos por tres, y él se debió de dar cuenta, porque al final de la exposición hicieron un juego sobre lo que habían explicado en el trabajo y tenían que salir 3 voluntarios, elegidos por ellos. Bruno y yo tampoco es que nos podamos considerar amigos, pero sí que hablamos alguna vez en clase lo típico: "¿cuándo es el examen de historia?", "¿había deberes de gallego?" y esas cosas. Pero él me escogió a mí para subir a la tarima con ellos y hacer el juego. Yo claro, no me lo esperaba para nada, creí que subiría a algún amigo suyo, pero no. Eso fue ya lo que me dejó claro que se había dado cuenta de que le miraba mucho. Yo seguía con la polla dura por la situación, menos mal que llevaba vaqueros y tampoco se notaba mucho, pero la incomodidad era terrible. Todo pasó normal, nada extraño, pero cuando tocó el timbre para ir al recreo y yo bajaba a por mis cosas, Bruno me susurró:

-Ahora te quiero ver en el tercer piso para hablar de una cosa, espérame delante de los baños.

Me quedé helado, no sabía cómo reaccionar ni qué iba a pasar. Cogí mis cosas, fui a mi taquilla e hice lo que hago siempre en los recreos y subí sin avisar a mis amigos al tercer piso. Me quedé delante del baño de profesores esperando a Bruno. Estaba muy nervioso por lo que me pudiera decir. Entonces llegó él muy serio. No sé de dónde la sacó, pero tenía la llave del baño de profesores (lo cierran siempre porque esos están en buen estado y los de los alumnos están destrozados) y me mandó entrar. Entró él detrás y cerró la puerta con llave de nuevo.

-¿Se puede saber qué mirabas tú tanto cuando estaba haciendo la exposición?

-¿Qué? Yo... nada, estaba atendiendo al trabajo.

-Sí, y yo me tengo que creer eso, ¿no? No soy tonto, me di cuenta de que me mirabas mucho. ¿Qué pasaba?

Me tuve que pensar un rato si contarle la verdad o no, pero él estaba muy serio y me daba miedo que me pegara o algo, así que al final se lo conté.

-Mírate el agujero del pantalón, en la pierna derecha.

Él puso una cara rara y se miró. Entonces, vio que no había nada raro. Se lo había colocado.

-A ver no me toques los cojones tío, dime la verdad.

-Te lo colocaste, pero es que antes se te veía el calzoncillo por el agujero.

-Ah, ¿y eso es lo que mirabas?

-...sí...

-¿Y por qué?

-No lo sé, me quedé como hipnotizado, lo juro.

-O sea que esto te dejó hipnotizado... - Lo dijo mientras bajaba la cremallera de su pantalón y lo bajaba, dejando ver esos bóxer slips negross que tanto me habían excitado un rato antes, encerrando un bulto creciente.

Yo me quedé petrificado mirándolos, otra vez...

-Sí...

-Pues tómalos si los quieres, puto. - Se los quitó y me los lanzó a la cara. - Póntelos en la cabeza.

-¿Qué? ¿Qué coño dices, tío?

-Que te los pongas en la cabeza como si fueran un gorro, y que te tapen toda la cara. - Su polla era bastante más grande que la mía, de unos 20cm, y ya estaba bastante dura.

-No pienso hacer eso, qué guarrada.

-Sé que te gusta, imbécil. Así que póntelos o te pego una paliza.

Esta situación es muy surrealista, nunca lo había visto hablar así y me está dando miedo. Será mejor obedecerle... Así que me los puse como me dijo. No veía nada.

-Tío qué patético eres jajaja. - Se empezó a reír de mí así que intenté mirarle. Estaba sacándome fotos.

-Oye tío no, ¿qué haces? Ni se te ocurra sacarme fotos.

-Ya es tarde, te he sacado unas cuantas jajaja.

-Vale pero por favor no se las enseñes a nadie ni las subas a ningún lado por favor.

-Mmmmmm... ¿qué me das a cambio? - ¿De verdad me está chantajeando por esto? No sé por qué, pero la situación me estaba dando bastante morbo...

-Haré lo que quieras pero no compartas eso. ¡Me arruinarás la vida!

-Con que lo que quiera... Vale, quítate eso de la cara y lame la parte de los huevos.

-¿De verdad tengo que hacer esa asquerosidad? - En realidad se me estaba poniendo durísima con todo esto, pero mejor que él no lo sepa...

-Si no quieres que suba estas fotos a Instagram... - Lo dijo enseñándomelas.

Me lo pensé un momento, pero lo hice. Empecé a lamer los bóxers y a olerlos. Vaya fantasía, jamás pensé que podría estar haciendo eso, y menos con los de Bruno. Vi que me grababa, pero ya no voy a decir nada. Como me queje de algo más, lo compartirá todo y me arruinará la vida. Al principio me dio algo de asco, pero me fui acostumbrando y ya me gusta el sabor, pero el olor es sin duda lo mejor.

-Veo que disfrutas de los bóxers que llevo usando una semana jajaja deben de tener restos de lefa y todo. - Al oír eso, me esmeré más en la tarea para intentar descubrir la lefa de Bruno. - Qué asco das tío, no sé cómo puede gustarte eso.

De repente tocó el timbre que indicaba que se había acabado el recreo y que debíamos volver a clase, por lo que yo paré de hacer lo que tanto me estaba gustando.

-¿Quién te ha mandado parar?

-Pues... que ha tocado el timbre y tenemos clase...

-Me la suda, has dicho que harías lo que yo quisiera y yo quiero que sigas aquí así que te quedas. Venga arrodíllate.

Yo estaba incrédulo y flipando. No me gusta faltar a clase, y menos si tenemos los exámenes cerca. Pero seguí obedeciendo. Me arrodillé mirándole pero no hice nada. Se me estaba haciendo la boca agua por tener su polla delante de la cara.

-A ver, ¿es que no sabes comer una polla o qué? Venga empieza. - Dicho esto, me la metió él y empujó todo lo que pudo, hasta el punto de que me dio una arcada. - Vaya, se ve que tengo una polla muy grande jajaja o que tú no eres la puta que aparentas ser.

Yo seguí comiendo. Sabía mucho mejor de lo que me esperaba por los bóxers, estaba deliciosa. Me la metía y sacaba con gusto, pasando la lengua por el glande, y de vez en cuando me la sacaba para comerle los huevos. Nunca me había comido una polla tan grande, y menos siendo la del tío que me tuvo enamorado varios años...

-Quítate la ropa que si te la mancho se va a saber lo que hemos hecho. - ¿Qué?

Me desvestí y apenas unos segundos después ya volvía a tener su polla en la boca. Lo estaba disfrutando como si fuera un niño pequeño con una piruleta (un ejemplo bastante literal, la verdad). Él no me miró casi en ningún momento, supuse que se estaba imaginando que yo era una tía, pero no creo que le fuera muy bien. Le empecé a tocar el cuerpo para darle más gusto. Estaba esperando con ganas a que me dijera que pusiera el culo para que me follara, pero no pasó.

-Abre la boca. Ya. - Le costó decirlo porque ya estaba empezando a tener un orgasmo.

Con la boca abierta y los ojos abiertos (quería ver su cara de placer al tener el orgasmo), recibí su corrida. Uno, dos, tres... hasta seis chorros, todos ellos en mi cara. Algunos fueron directos a mi boca, pero en general yo tuve la cara llena de su lefa un rato.

-No te muevas. - Mierda, me va a sacar fotos. Y así fue, me sacó varias fotos, que vi cómo las hacía porque entreabrí un ojo. Estaba poniendo su polla delante de mi cara, incluso me la restregó por toda la cara para estenderme más la lefada. Mientras hacía esto, yo no lo pude evitar y me corrí. No había tocado mi polla en ningún momento, pero la sitcuación (el tío que tanto me pone, los boxer slip, en el instituto...) pudo conmigo y fue uno de los mejores orgasmos que he tenido nunca.

-Bueno, que sepas que eso de que tienes que hacer lo que quiera no se acaba aquí. A partir de ahora, cuando me de la gana voy a hacer contigo lo que quiera, que para eso eres un puto. Ahora límpiate y vístete, que das asco. A ver si llegamos a la siguiente clase y nadie sospecha nada.