En clase miro demasiado - parte 2

Ha pasado una semana desde que el tío del que llevo años enamorado me obligó a comerle su polla de 20cm en el baño del instituto. Esta vez, lleva varios días sin follar...

Una semana después seguía sin creerme lo que me había pasado. Bruno, ese chico del que llevaba varios años enamorado, me había follado la boca en el baño de profesores del instituto. El sueño de cualquier puto como yo. Pero esta vez quien tenía que exponer era yo. En esta ocasión era un trabajo para la asignatura de historia de España, el cual tuve que hacer yo solo. En esta clase, Bruno se sienta al final del todo de la clase. Sobre la tarima solo estaba yo, exponiendo mi presentación, y la profesora en mi sitio sentada (en primera fila), observando. Llevaba ya un rato hablando cuando me fijé en Bruno: estaba moviendo su brazo de una manera un tanto sospechosa. Yo intenté disimular, como si no hubiera visto nada, pero se me notó en el paquete: mi polla había empezado a crecer por ver a Bruno hacer como que se pajeaba en clase (nadie más estaba sentadx al fondo). Yo, sin querer, empecé a recordar lo que había pasado la semana anterior: cómo me follaba la boca, me escupía, me daba órdenes y se corría en mi cara. Menos mal que ya me quedaba poco para acabar la exposición y me pude sentar, porque de esta vez llevaba unos vaqueros bastante apretados y sí que se me notaba todo. Antes de que acabara la clase, me llegó un mensaje al whatsapp que se escuchó por toda la clase. Por suerte, la profesora no se enteró y no me quitó el móvil. Abrí el mensaje sin que se notara mucho: era él.

"-Quiero verte en el siguiente recreo en el mismo sitio de la semana pasada. No hables con nadie."

Ese era su mensaje. No sabía si contestar o no, así que me giré a mirarlo como confirmación y él me estaba mirando fijamente, con su sonrisa pícara.

Por fin tocó el timbre de la siguiente hora y me dirigí, después de ir a la taquilla, a la tercera planta del instituto, donde estaba el baño de profesores en el que se habían vistos realizados mis sueños. Esperé un rato en la puerta intentando disimular hasta que me llegó un mensaje de Bruno:

"-Busca por la zona en la que estás las llaves del baño, entra, desvístete y espérame dentro, en el suelo, apoyado sobre las rodillas como si fueras un perro."

Yo me puse a busar como loco las llaves porque me estaba dando un morbo tremendo la situación. Estaban colgadas en el corcho del departamento de música. Entré al baño, cerré la puerta y en seguida me puse a hacer lo que Bruno me había mandado. Justo en el momento en el que toqué el suelo frío con mis rodillas se abrió la puerta. Era él.

-Bueno, ya veo que obedeces órdenes. Menos mal, porque llegas a tener una sola prenda de ropa puesta y ya estarían por todas las redes sociales tus fotos de la semana pasada.

-La verdad es que no me apetece nada que eso salga a la luz.

-¿Quién te ha dado permiso para hablarme así? - Eso me desoncertó, y mi cara lo expresó.- A partir de ahora, siempre que hablemos por whatsapp o estando solos me hablarás de usted y refiriéndote a mí como Señor, ¿me has entendido?

-Sí, señor. - Wow, jamás pensé que fuera a decir esa frase en serio en mi vida.

-Bueno, puto de mierda, que te quede claro que yo te voy a hablar como a mí me dé la gana ya que yo soy tu Señor y tú no eres más que un puto. Y por supuesto ten claro que haré fotos de todo, así que no te extrañes. Ahora, cómeme la polla, que llevo 3 días sin follar y estoy que me explotan los huevos. - Esto último lo dijo sacando ya su gran pollón del pantalón.

En esta ocasión, sus boxer slip negros ya no eran de ese color, sino que eran grises y algo más cortos que los anteriores. Se los quitó y me los pasó por la cabeza como si fueran un collar, y sin avisar me metió su rica polla de 20cm en la boca. La semana pasada acabé acostumbrándome a ella, pero hoy era un día nuevo y al principio me volvió a costar comerla entera y tan rápido como él exigía. En un momento me la dejó entera metida y estuvo así un buen rato sin sacarla. A mí me lloraban los ojos, y él supongo que debió de aprovechar para sacarme más fotos. Estaba a punto de ahogarme cuando me la sacó.

-Tío casi me ahogas, que tu polla mide 20cm... - No pude ni terminar de hablar ya que me la había vuelto a meter y a hacer lo mismo.

-O te callas o te callo yo. Además, no me has hablado como te mandé, así que te jodes y aguantas. - Me dió varias hostias en la cara sin sacar su polla de mi boca a modo de castigo. Esta vez aguanté más, supongo que por haberlo probado ya, pero por esta misma razón acumulé más saliba.

Él estaba empezando a soltar precum, y cuando la sacó no pude evitar seguir el trayecto de su polla con mi boca abierta para lamer de nuevo ese delicioso líquido preseminal.

-Quieto, fiera, que hoy tengo algo más planeado. Levántate y date la vuelta, apoyandote en la pared.

-¿Va a follarme, señor?

-Vaya, pero si el perro sabe pensar jajaja. Pues claro, para qué te voy a levantar si no, que no dejas de ser inferior a mí.

Yo hice lo que me mandaba. La pared estaba fría así que me apoyé poco a poco, pero él me empujó y me apoyó fuertemente contra la pared. No tenía ganas de perder el tiempo. Sin avisarme, como hacía con todo, me metió primero uno, después dos y hasta tres dedos en mi culo virgen con el oobjetivo de prepararlo antes de meterme su monstruo. Llegó el momento, y esta vez sí que me avisó, pero no me sirvió de mucho porque la metió casi entera y mucho más rápido de lo que me esperaba, lo que me llevó a soltar un grito que él en seguida tapó con sus boxer.

-Cállate, que estoy seguro de que no quieres que nos oigan, que todo el mundo ya está en clase. Así que deja mis calzoncillos en tu boca y no los sueltes hasta que te los quite yo. - Yo estaba mirándole con cara de dolor mientras hablaba, pero su única respuesta a esto fue sonreir y escupirme en la cara.

Así prosiguió, follándome duro y rápido sin importarle que sus 20cm casi me estuvieran desgarrando el ano. Poco a poco el dolor fue desapareciendo y fue sustituido totalmente por placer. Estaba siendo follado por Bruno en el baño de profesores mientras la gente estaba en clase. ¿Qué podía ir mejor?

De repente, y escuchando su suave gemido, la sacó entera de golpe. Yo estuve a punto de girarme por mi cuenta para quejarme: quería más. Pero él fue quien me giró y me tiró al suelo, para luego ponerme apoyado en las rodillas y empezar a pajearse sobre mi cara.

-Sonríe para la cámara, puto.

Lo hice y supuse que estaría grabando un vídeo. Fue entonces cuando su leche divina empezó a caer sobre mi cara. Unos 10 chorros conté en total, todos ellos fuertes y contundentes, cayendo sobre mis ojos, nariz, boca, pelo... Se notaba que llevaba días sin correrse, porque casi parecía la corrida de 3 personas, no de una. Me la esparció por la cara con su polla y, mientras disminuía su tamaño, me la volvió a meter alguna vez en la boca para terminar de limpiársela.

-Ahora límpiate la cara, pero quiero ver cómo te tragas toda mi lefa sin dejarte ni una gota.- Proseguí a tragar y limpiarme concienzudamente, y es que esa lefada estaba riquísima, no resultaba ningún castigo para mí. - Si llego a saber que te gustaba tanto... Para la próxima no vas a probar ni una gota. Ahora vístete y espera hasta 1 minuto antes de que toque la campana para salir. Cierra con llave y luego me la das. Desde luego, te recuerdo que no se lo digas a nadie o todas las fotos y vídeos que demuestran que eres un puto saldrán a la luz.