En Chile se ha puesto el sol
Marco y David son dos jóvenes de su tiempo, el primero chileno y el segundo español, que no se conocen personalmente pero mantienen una entrañable amistad a través de Internet. Esta peculiar relación entre ambos es tan sólida que comparten sin prejuicios todo su mundo interior, sexo incluido.
Nota del autor:
*Este diálogo virtual entre dos jóvenes de diferente nacionalidad es simplemente una obra de ficción. Cualquier parecido con hechos o personajes reales es pura coincidencia. He intentado no abusar del uso excesivo de chilenismos o de expresiones típicas del argot español que hubieran dificultado la comprensión del texto, pero el uso moderado de una cierta cantidad de este tipo de modismos locales se hacía necesaria para una imprescindible adecuación ambiental y social.*
Davidoff:
*¡Hola, Marco, campeón!… ¿Qué hay? ¿Qué tal mi Chilecito?*
Cabroloco:
*¡David!¡Por fin!! ¡Que buena onda, poh! …Ya se te extrañaba por acá. Bien, bien, yo estoy óptimo, mejor que bien, superbien. ¿Y voh? ¿Dónde te habéis metido que me teníais preocupao?*
Davidoff:
*Es que he estado algo liado últimamente, pero no me olvido de ti, o mejor dicho de voh…*
Cabroloco:
*No me hagáis burla, poh. Ya sabéi que en Chile somos así de originales a la hora de hablar. ¿Cómo van las cosas por allá, al otro lado del charco?*
Davidoff:
*En lo político, no muy bien; en lo económico, fatal, y en lo social, rematadamente mal. Pero es lo que toca ahora, como decimos por aquí.*
Cabroloco:
*Acá todo sigue tan liado como cuando hablamos por la web cam la última vez, culiao*
Davidoff:
*Por cierto, huevón…¿Cuándo vas a arreglar el ordenata de una puñetera vez? Tengo ganas de ver de nuevo esa cara tan hermosa que Dios te ha dado.*
Cabroloco:
*Voh sí que sois un weón y un choro canero, cachaí?*
Davidoff:
*No me he enterado bien de esto último, pero es lo mismo. Intuyo el significado, choro = chorizo.*
Cabroloco:
*Lo que digo es que me ha faltado tiempo para llevar la computadora a reparar, pero el día martes sin falta la envío al taller de un cabro amigo mío que hace milagros con esas manitas de chancho que tiene.*
Davidoff:
*A ver si es verdad, weoncete. Echo de menos esos ojos azules tan intensos de mi chileno favorito…*
Cabroloco:
*Gracias, mijito. Los ojos claros me vienen de herencia de mi familia materna, los Tomic que llegaron a Chile desde Croacia hace como cien años no más. Por parte de padre como sabéis soy de origen italiano y vasco. Una mezcla imposible muy típica de la chilenidad. Por cierto, mino, ¿sabéis que Chile es el país de América Latina con el mayor porcentaje neto de personas con ojos azules, poh?*
Davidoff:
*Pues no, pero sí lo dices tú, Cabroloco, me lo tendré que creer. No es imposible, con tanta inmigración alemana e inglesa algo habrán dejado de recuerdo esos genes anglosajones.*
Cabroloco:
*¡Andate a la chucha! Me había olvidao de contaros lo mejor de mi semana…bueno, yo diría un acontecimiento cósmico en mi vida de gay “enclosetado”…*
Davidoff:
*Por favor, no me digas que has conocido por fin al Chapu de los cojones ese y a todo el elenco de Calle 7...*
Cabroloco:
*¿Qué onda? Naaaa…el Chapu, ja,ja, veo que andáis un poco desubicado, weón. Ahora estoy en otra onda, poh. ¿A que no adivinái quien se llegó a Chile la semana pasada en carne mortal?*
Davidoff:
*Puff…no sé, cualquier mamarracho/a, me tienes en ascuas…*
Cabroloco:
*Poh nada menos que… ¡el Pablo Alborán!*
Davidoff:
*Anda la ostia…¿ya ha cruzado el charco por fin mi Pablete?*
Cabroloco:
*Y habéis de ver como se ha ganado a la chiquillada por acá. Hoy día ya es un dios en Chile. ¡Y que lindo es!*
Davidoff:
*Me alegro mucho por él, es un grandísimo artista con mayúsculas. ¿Y suena ya su música por allá?*
Cabroloco:
*Recién ahora empieza a escucharse en las emisoras de radio y en las tevés. El otro día apareció el mino en el “Yingo” de Chilevisión y estuvo cantando el “Solamente tú”. Me emocionó escucharle, pero no sólo por el mino en sí, también y sobre todo porque me acordé de voh. Ya sabéis que soy un sentimental…*
Davidoff:
*Aquí acaba de lanzar un nuevo sencillo que se llama “Perdóname”; se trata de un precioso dúo con una cantante de fados portuguesa llamada Carminho. La canción es realmente bellísima y el video, que está rodado en Lisboa, ni te cuento. Se sale, como decimos por aquí.*
Cabroloco:
*¡Guau! ¡Lisboa la bella! Dicen que Valparaíso tiene algo de Lisboa en sus venas, pero como no la conozco no puedo asegurarlo. Me muero de ganas de visionar el video y escuchar la canción. De fijo que estará superbien. Por cierto, chikillo, que acudí a verle actuar al Auditorio de Feria Mix con mi hermano Iván y su polola, que ya se ha vuelto superfan del Pablete. Teniáis que ver como gritaban las minas chicas y que suceso tan grande para un recién llegado como él.*
Davidoff:
*Bueno, me alegro mucho por él, la verdad. Ya me contarás como evoluciona la cosa. Oye, majete , cambiando de tema: ¿Qué tal lo tuyo con ese chavalote?*
Cabroloco:
*Buff…No comment…*
Davidoff:
*¿Y eso que quiere decir?*
Cabroloco:
*Bah, la con…bueno, te diré que no se termina de aclarar con sus sentimientos y toda esa vaina…yo diría que para este cabro el closet de Paris Hilton se le quedaría diminuto. Lástima de horas perdidas jugando al maldito rugby con ese choro allá en la comuna Providencia.*
Davidoff:
*Bueno, ya verás como todo se arregla con el tiempo y una caña, como decimos por acá.*
Cabroloco:
*No creo, ya lo intenté hartas veces y es como que el muy huevón no termina de cacharlo. Se me hace el interesante y me da esperanzas pero luego me guatea igual. Bueno, él se lo pierde, poh…*
Davidoff:
*No sabes como lo siento. A lo mejor lo que necesita el chico es un poco más de tiempo…*
Cabroloco:
*Por mí este roto weón conchesumare tiene todo el tiempo del mundo. A lo mejor voh lleváis razón, porque él no me rechaza, cachái?, al mino se le ve con ganas de sacar el pico de paseo, no sé que pensar, poh. Y voh como seguís con el chikillo ese?*
Davidoff:
*Joé, creí que ya no me ibas a preguntar por él. Bueno, ya sabes que no soy imparcial cuando hablo de Jorge, para mí ha sido como una luz en el camino después de tantos desengaños. Y todo gracias a aquella manifestación del Movimiento 15-M. Y lo curioso es que yo no pensaba acudir aquel 20 de mayo a la Puerta del Sol, más bien me arrastraron mis colegas los “concienciados”. Ahora soy yo quien tira de ellos cada vez que hay movilización importante, je,je…*
Cabroloco:
*Poh yo voy a todas las demostraciones que organizan los estudiantes de secundaria y no me sale pololo ni aunque fuera un carabinero despistao. Desde que lo dejamos con el Fabio como que no me sale nadie al tiro.*
Davidoff:
*¿Y el Presidente Piñera no cede ante una movilización social tan masiva?*
Cabroloco:
*Bueno, esto es Chile, acá las cosas se hacen por “weones”, je, je. El Piñera es un momio y como tal su capacidad de diálogo está muy limitada. Pero sus índices de popularidad han menguado de forma considerable; de hecho la dirigencia de la nación está muy preocupada con las encuestas de opinión que circulan por acá y que les restan hasta 30 puntos de intención de voto.*
Davidoff:
*Aquí estamos ya en plena precampaña electoral. Y los resultados favorecen claramente a la derecha. Dentro de poco Chile y España estarán hermanadas en su conservadurismo de viejo cuño, si Dios no lo remedia.*
Cabroloco:
*Bueno, tu pensái mas en la brevedad, en el corto plazo, pero si te fijáis bien tanto Chile como España son dos de las naciones que mas se han señalado estos últimos tiempos en cuanto a rebeldía social e insumisión de sus ciudadanos al poder establecido y en repensar y poner en práctica nuevas formas de organización social, y todo parece indicar que continuarán en la misma onda un tiempito más.*
Davidoff:
*Hombre, si lo miras así llevas razón en lo que dices. La verdad es que los tiempos están cambiando una barbaridad, y quien me iba a decir a mí que iba a participar en una manifestación de protesta, yo que siempre me consideré por encima de esas cosas. Por lo menos hasta que llegó la crisis y perdí mi puesto de trabajo. Ahora que soy mileurista y casi tengo que poner la cama para que me paguen el sueldo, todavía me considero afortunado por tener empleo, aunque sea un trabajo-basura. Pero bueno, siempre tiene que haber una primera vez para todo, también para desarrollar la conciencia política.*
Cabroloco:
*Ja, ja, tenís razón. Pero ya que hablamos de inicios…decime…¿como y donde fue tu primera vez con un mino?… o con quien demonios fuera tu primera vez…*
Davidoff:
*Marquitos, tu siempre pensando en lo mismo. Joé, pues déjame que lo piense, anda, ya ni me acuerdo, je, je, y tampoco es que sea tan mayor ni haya pasado tanto tiempo, je, je…la verdad es que no fue nada especial, sucedió en la playa de Gandía con un chaval de la pandilla de mis hermanos mayores. Aquella noche habíamos bebido más de la cuenta y un grupo de colegas decidimos bañarnos a la luz de la luna. Después perdí bastante la noción del tiempo, pero sé que pasé la noche en su apartamento, mejor dicho, en el de sus padres, que por suerte estaban en Madrid aquel finde. No fue ni romántico ni especialmente intenso, pero fue un primer acercamiento al tema, y digamos que estuvo pasable. Desde entonces he mejorado mucho en la materia, dicho sea de paso. ¿Y tu primera vez, cabroncete (en el sentido español del término)?*
Cabroloco:
*No lo vais a creer, pero todo pasó en mi primer año de universidad.*
Davidoff:
*¿Y porqué no habría de creerlo?*
Cabroloco:
*Obvio, por la edad. Ya no era un cabro chico, contaba 19 años. Ya sabéi lo reprimido que estuve en otros momentos de mi vida.*
Davidoff:
*Bueno, no te pienses, yo tenía 18 en el momento del estreno. Esas cosas pasan cuando tienen que pasar, ni antes ni después.*
Cabroloco:
*Tenís toda la razón. El caso es que ya sabéi que en mi casa había severos problemas de comunicación entre los distintos miembros de la familia, y lo cierto es que yo andaba en mi adolescencia muy desubicado y perdido. Me recuerdo ahora a los 17 años obseso con una canción de los Kudai que se llamaba “Escapar”, que cosa…*
Davidoff:
*Kudai? No me has hablado nunca de ellos, ni han sido famosos en España hasta donde yo sé. Tendré que mirarlo por ahí.*
Cabroloco:
*Sí, los Kudai eran un conjunto chileno de varios minos y minas muy lindos y como muy de diseño. A mí no me llamaban la atención, pero fueron un hit en todo Latinoamérica, especialmente en México. Debo reconocer que me gustaba el Pablo Hollman, uno de sus cantantes, pero sus temas los encontraba muy fomes. Por eso me sorprendí a mi mismo cuando me obsesioné de ese modo con “Escapar” y veía y reveía el video a todas horas como un robot. Parecía que hablaba de mi situación vital y me di cuenta que necesitaba un escape, una salida. Por eso al terminar el curso de iniciación universitario me fui de vacaciones a la isla de Pascua…*
Davidoff:
*Y allí conociste a un nativo que entendía…*
Cabroloco:
*Sí y no…*
Davidoff:
*¿Qué quieres decir, weón?*
Cabroloco:
*Que a día de hoy no sé si el conchesumare aquel era gay o straight, además estaba casado desde muy joven, pero se avino a hacer de guía para mí y me llevó a contemplar los moais más recónditos y aislados de la maravillosa isla de Rapa Nui…*
Davidoff:
*Y ya de paso te enseñó su moai particular…*
Cabroloco:
*¡Cómo sois, poh! Lo que ocurrió es que hablando de todo un poco se nos cayó la noche encima y como una cosa lleva a la otra terminamos haciendo el amor junto al mar y bajo las estrellas. Además era una noche de luna llena con un brillo muy intenso, cachái?*
Davidoff:
*¡Que bonitoooooo! Esa sí que es una primera vez romántica e inolvidable. Que calladito te lo tenías, jodío…*
Cabroloco:
*Uno también tiene su público, no creáis. Pero fue una casualidad, además al día siguiente el muy puto sólo quería cobrar su estipendio como guía y olvidarse de lo ocurrido para correr a los brazos de su mujercita querida. Triste es la suerte del que no tiene padrino…*
Davidoff:
*No digas chorradas, Marco, con lo guapo que tú eres tienes que llevártelos de calle, lo que necesitarías es ser más lanzado con los tíos y entrarles de un modo más contundente.*
Cabroloco:
*Puede que llevéi razón, poh. Tendré que estudiar una estrategia más exitosa que aplicar a mi vida sexual. Mientras, poh, porqué no me contái una de tus historias de sexo y perversión como en otros tiempos? Las extraño tanto, weón…*
Davidoff:
*A ti lo que te pasa es que estás cachondón, cabronazo.*
Cabroloco:
*Puede ser, poh, andate y nárrame una de tus porno cuentos, porfa…no seáis así de cruel con un pobre pecador.*
Davidoff:
*Bueno, vale…a ver…ya sé…te contaré la historia del representante de la ONG y los magrebíes del poblado marginal.*
Cabroloco:
*Soy todo oídos, poh…quiero decir ojos, chikillo.*
Davidoff:
*Pues érase una vez un nutrido grupo de inmigrantes magrebíes que tuvieron la mala suerte de cruzar a España en un momento en que la crisis económica causaba estragos en la economía nacional, y por más que vagaban de ciudad en ciudad en busca de empleo nunca terminaban de encontrarlo. Al final, un grupo compuesto por unos 20 hombres jóvenes, sintiéndose incapaces de continuar de forma indefinida con esa vida nómada y sintiéndose agotados de tanto dar vueltas en círculo por las mismas ciudades y pueblos de Castilla resolvieron construir un poblado provisional a un lado de la carretera nacional, justo en la salida de una ciudad de mediano tamaño, y se valieron para ello de materiales de desecho que encontraron a en un vertedero próximo. Ni que decir tiene que las condiciones higiénicas y fitosanitarias de aquellos chamizos levantados a toda prisa y cubiertos con simples chapas de uralita y cinc eran espantosas y convertían el lugar en un posible foco de epidemias, por lo que el ayuntamiento de la ciudad ordenó su desalojo inmediato. Sin embargo, como era verano y los problemas de verdad no llegarían hasta la época de las primeras lluvias en otoño, con sus consiguientes riadas y catastróficas consecuencias en un lugar tan desprotegido como aquel, se les consintió permanecer en el lugar provisionalmente en espera de tomar la decisión de desalojo definitiva a la vuelta de vacaciones.*
Debido a este impasse obligado varias ONG’s locales comenzaron a ocuparse de los pobladores y a llevarles comida, ropa y medicamentos para que al menos pudieran llevar una vida medianamente digna en aquel lugar hasta que se les encontrara un emplazamiento más apropiado. Entre todas estas organizaciones, destacaba una en particular que se implicó de modo especial en la administración de los recursos disponibles, y por lo general era la misma persona la encargada de hacerles llegar los paquetes de ayuda que un grupo de particulares costeaba. Se llama Eduardo y tenía unos 25 años, estaba muy implicado en la acción social desde muy joven y no existía tarea por penosa que fuera que aquel dispuesto samaritano no estuviera dispuesto a llevar a cabo para mejorar la vida de sus semejantes.
Una tarde de julio en la que hacía un calor sofocante, Edu, como era conocido en su entorno, se acercó en su vehículo hasta el poblado con un paquete de ayuda humanitaria que incluía agua embotellada, alimentos procesados, ropa y medicinas varias. Nada más llegar fue recibido por Rachid, un joven de unos 30 años, que, o bien por ser el de mayor edad o simplemente por su carisma natural, ejercía las funciones de líder del poblado y por él pasaban todas las decisiones importantes relacionadas con el mismo. Tras distribuir la ayuda, Edu solía mantener una breve conversación con Rachid sobre posibles problemas o situaciones de riesgo inmediato que estuviesen sucediendo en el lugar; en esta ocasión, Rachid, en un castellano elemental pero efectivo le hizo partícipe de su preocupación por la situación del poblado. Ya llevaban muchas semanas allí instalados, sin ninguna mujer en los alrededores, y Rachid temía que sus hombres intentaran molestarse sexualmente unos a otros, como desgraciadamente ya estaba empezando a ocurrir, o lo que era mucho peor, que empezaran a acosar a mujeres que tuvieran la mala suerte de pasar solas por los alrededores sin estar prevenidas de esta eventualidad.
Edu se quedó un rato pensativo, ante la atenta mirada de Rachid, y tras descartar de un plumazo el envío de prostitutas a aquel pedregal, puesto que aquellos infelices ni siquiera contaban ya con dinero suficiente para pagarlas, preguntó a éste que solución veía él a esta situación tan espinosa. Rachid no se anduvo por las ramas y le notificó que sus hombres ya se habían reunido para tratar el tema, y, a pesar de que les repugnaba tener que llevar a cabo una acción tan pecaminosa, se veían obligados por fuerza mayor a abusar del muchacho más joven del poblado, un joven apenas entrado en la mayoría de edad legal. Edu se escandalizó al escuchar tamaño veredicto, y pidió ver al chaval en cuestión. Cuando le llevaron ante él, aquel pobre desgraciado se mostró remiso a aceptar su papel de víctima escogida e imploró a Edu con lágrimas en los ojos que le librara de tener que complacer a todos aquellos hombres libidinosos y sucios. Y puesto que los ánimos en el lugar estaban muy caldeados, Edu se encontró de pronto en el terrible dilema de tener que tomar una decisión en décimas de segundo, sin poder pensar apenas en las consecuencias de tan irreflexiva elección, pero movido a hacerlo por las gravísimas circunstancias que le rodeaban. Edu no podía creer que fuera su propia voz la que salía de su garganta al pronunciar las fatídicas palabras que marcarían su vida de ahí en adelante:
- ¡Dejen en paz al muchacho! ¡Yo me ofrezco en lugar suyo!.
Durante unos segundos que parecieron eternos se hizo un silencio sepulcral en el poblado, tan sólo roto por las lágrimas de agradecimiento del infeliz muchacho, que se lanzó a besar sus pies y manos presa de un repentino ataque de gratitud. Antes de que nadie pudiera siquiera pensar en acercarse al joven cooperante, que se encontraba aún en estado de shock, Rashid alzó la voz en su idioma natal apoyado en su alta estatura y en su porte fornido, que le hacían destacar del resto de sus compatriotas:
- ¡Un momento, hermanos, esta canallada que estamos a punto de hacer es una blasfemia y un acto deplorable, pero para evitarnos daños mayores entre nosotros los musulmanes, que supondría nuestra condenación eterna, vamos a aceptar la oferta de este noble joven cristiano que de forma tan altruista ha aceptado dejar mancillar su cuerpo, que no su alma inmortal, a manos de esta jauría de perros encelados…pero se hará a mi manera y con un orden establecido: de mayor a menor edad, y en un colchón que situaremos en el centro del poblado, a la vista de todo el mundo, para que todos seamos partícipes de los pecados ajenos y nadie se pueda dejar llevar por la tentación y la infamia de encontrarse en un lugar oscuro y solitario.
Puesto que todos los hombres del poblado encontraron sensatas aquellas palabras de su líder se procedió a actuar según lo acordado ante la mirada impávida y horrorizada de Eduardo, que maldecía su mala suerte y se preguntaba en que condición terminaría después de aquella orgía masiva con él como plato único del menú. Sin embargo, él, que era virgen por todos sus orificios, se sintió menos aprensivo al comprobar que sería Rashid quien dirigiría aquel dantesco espectáculo. A una orden suya, un grupo de cuatro hombres jóvenes procedieron a desvestirle y le tumbaron bocabajo en una descolorida colchoneta que sin duda había conocido mejores lustros. Allí, al ver que seguía temblando como un pollo y con la respiración entrecortada, el propio Rashid le aplicó un masaje con sus cálidas y fuertes manos que recorrió todo su cuerpo desde la nunca hasta la planta de los pies siguiendo círculos concéntricos. Edu nunca llegó a comprender que artes amatorias dominaba aquel exótico chamán para conseguir la proeza, a todas luces imposible, de que el pobre europeo se relajara por completo en cuestión de minutos e incluso, una vez que el masaje se concentró en la zona de sus prominentes nalgas, llegara a excitarse de tal modo, que, para su vergüenza eterna, una apreciable erección tomara forma en su miembro viril. Rashid y sus perspicaces ayudantes no fueron ajenos a este milagro de la naturaleza, y con un mimo exquisito, evitándole cualquier daño innecesario, sacaron al exterior aquel tesoro oculto, que uno de los edecanes de Rashid se encargaría durante los próximos minutos de cuidar y preservar en toda su celestial longitud con devoción exquisita.
Una vez que la excitación fue máxima por obra y gracia de las sabias manos de aquellos bienaventurados, fue el propio Eduardo quien buscó y aceptó la polla de Rachid que ya sobresalía de sus calzoncillos y se la llevó a la boca voluntariamente, sin mediar ningún tipo de coacción. Rachid optó por ejercer la clemencia con el vencido y respetar el precioso culo de su ángel protector, pero, para sorpresa de todos, fue el propio Edu quien, tras mamar con fiereza impropia de su bisoñez sexual la verga de Rachid, de formas y maneras tan caprichosas y etéreas que se dirían impropias de alguien inexperto en tan noble materia como era él por entonces, se ofreció desesperado a dejarse ensartar por el notable miembro de Rashid, y dio a conocer su decisión irrevocable con todo tipo de gestos y palabras obscenas que hasta unos minutos antes le hubieran parecido indignas de la altura moral de su tarea humanitaria. Dos de los hombres de Rashid se aplicaron a la tarea de intentar abrir el orificio anal de Edu con los dedos bien húmedos de saliva, siguiendo la tradición de los hombres del desierto en esta obtusa materia; finalmente, animados por los gritos de placer del propio interesado en su inminente desfloración, anunciaron al faraón del poblado que la abertura en el esfínter del joven español era la adecuada para permitir el paso firme de una verga tan bien dotada como la de Rachid. Este, dando ejemplo a sus compañeros, se desnudó por completo, demostrando así que no había nada que ocultar, y se acopló lentamente, sin prisas traicioneras, sobre el bien formado cuerpo del voluntario, centrándose en sus bien torneadas nalgas, que recibieron de pronto el súbito impacto de su cipote, provocando un breve grito de placer y dolor extremos en el inexperto receptáculo de tamaño regalo. Cuando el crudo dolor de los comienzos cedió, Rachid, con una meticulosidad rayana en la perfección, procedió a moverse rítmicamente sobre el inerte muchacho, que, con los ojos cerrados y expresión beatífica en el rostro, aguantaba la embestida creciente de aquel hermoso ejemplar salido de las montañas del Rif para conquistar su preciado trasero, que por otra parte había caído sin lucha y sin gloria a la primera ofensiva enemiga. Y puesto que Rachid era un hombre justo y de palabra no quiso prolongar ni su agonía anterior ni su éxtasis actual, y a los pocos minutos procedió a eyacular en el interior de su ano, pues, caballero hasta el fin, era consciente de que esta lubricación le ayudaría a resistir con fuerzas renovadas el siguiente invitado a morar en los palacios de Seth.
Uno tras otro sus principales ayudantes fueron montando al entusiasmado muchacho y esparciendo su almíbar por el interior de su cuerpo, como recuerdo eterno de su paso por el poblado magrebí. Cuando se alcanzó la cifra de siete enculamientos seguidos, y Eduardo dio claras muestras de hartazgo e incomodo, Rachid anunció de pronto que los siguientes beneficiados tendrían derecho tan sólo a un placer oral, para dejar reposar las enrojecidas nalgas de aquel novísimo campeón de la sodomía; y en efecto, como llevado por un conocimiento secreto del que nunca antes sospechara, Eduardo hizo frente con maestría a una veintena de hombres de las más diversas edades, condiciones y complexiones físicas y supo proporcionar a cada uno de ellos, con el placer como única divisa, los minutos reglamentarios de sensualidad y abandono al goce de los sentidos que sus cansados cuerpos precisaban. Y al hacerlo así, llenándose la boca y la garganta de una cosecha de semen ajeno de muy diferentes texturas y sabores, se apercibió de que estaba creando, sin saberlo, una obra maestra de la caridad y el amor desinteresado al prójimo, puesto que, igual que se da ropa al desnudo, alimento al hambriento y agua al sediento, aplicando esta noble máxima hasta el infinito y mas allá, también deberíamos en buena lid ofrecer nuestro cuerpo al cachondo y nuestro amor al salido que penan en soledad la ausencia de un cuerpo de mujer que le cobije y consuele en las noches de frío extremo. Por todo ello, reflexionó Eduardo más tarde, su buena obra no pudo ser más humanista al recordar a todos y cada uno de los 27 hermosos y jóvenes cuerpos que se donaron a sí mismos en forma de aquel delicioso néctar que acabó recubriendo todo su cuerpo, y que él no quiso limpiar cuando se lo ofrecieron finalmente, al término de su olimpiada sexual, pues deseaba conservar en sí y tragar después hasta la última gota de aquel jugo vital que tan generosamente le habían ofrendado sus compañeros de infortunio. Ahora se sentía por fin uno más con ellos y entre ellos, sin la falsa distancia de la etnia o la clase social, y en adelante así habría de ser respetado y recordado por estos hombres, como un ángel de luz en mitad de la oscuridad de la noche, mucho después de que fueran expulsados de su pequeño Edén de cartón-piedra y finalmente esparcidos por los cuatro esquinas del globo terráqueo, sin que muchos de ellos volvieran a encontrarse jamás entre ellos, y ni mucho menos con su benefactor de aquella noche mágica.
Eduardo, inspirado por este milagro laico de los panes y los peces, por este bellísimo lienzo de amor carnal al necesitado, sufrió una metamorfosis vital de tal calibre que a partir de entonces coordinó sus labores puramente humanitarias y profesionales con la no menos noble tarea de extender su inmenso amor hacia todos los hombres de buena voluntad, sin distinción alguna, que necesitaran de su compañía y amistad, lo que le llevó en última instancia, movido por su creciente disponibilidad horaria y su innegable pasión por el género humano, en especial el masculino singular, a aceptar humildemente como una prueba del destino, su enclaustramiento casi perpetuo en un maltrecho hotel para inmigrantes sin recursos, a los que ofrecía su cariño y comprensión por riguroso turno y la voluntad como única prenda de pago para solventar sus más elementales necesidades vitales.
Fin de la historia …sigues ahí?
Davidoff:
*Marco, que te conozco, pajillero, estás ahí?*
Cabroloco:
*Ufff, desde luego que sois el mejor, siempre lo dije y lo mantengo. Sois capaz de hacer volar la imaginación y trasladarme a universos lejanos de un placer indescriptible…*
Davidoff:
*Déjate de rollos, adulador. Me consta que te has corrido como un campeón, me equivoco mucho? Puedo oler tu lefa a miles de kilómetros de distancia, bacalao.*
Cabroloco:
*No te equivocas ni una miajita así, weón. Voh me conocéi bien y sabéi que teclas pulsar para hacer estallar mi volcán interior. Tu sois insuperable en ese menester. De verdad te digo que debieras escribir estas historias en alguna página de relatos eróticos o así, culiao*
Davidoff:
*¿Quién te asegura que no lo hago ya, listillo?*
Cabroloco:
*La concha…yo desde luego te animaría a ello, amigo mío.*
Davidoff:
*Bueno, majete, por hoy ya hemos cumplido, ¿no crees? Me voy a dormir que aquí en Madrid son casi las dos de la mañana y mañana me toca madrugar como todos los días.*
Cabroloco:
*Acá van a dar las nueve y está anocheciendo, poh.*
Davidoff:
*Vamos, que parafraseando una conocida obra de teatro de Eduardo Marquina podría decirse que en Chile se ha puesto el sol.*
Cabroloco:
*Sí, podría decirse que sí, sobre todo para nuestro Presidente, ja, ja, pero nunca mejor dicho que como lo hacéis voh, mi sol de medianoche.*
Davidoff:
*Tu sol de medianoche ya ha hecho la buena obra del día y se va a descansar un ratito que se lo ha ganado a pulso y con creces.*
Cabroloco:
*Bien, David, que descanséi, poh. Un beso muy fuerte, amigo.*
Davidoff:
*Otro más fuerte para ti, campeón, y hazme caso en lo que te he dicho antes, hazte valer, chaval, tú eres único e irrepetible, y puedes pololear con quien gustes, has de verlo si te lo propones, tiarrón.*
Cabroloco:
*Te prometo intentarlo, weón.*
Davidoff:
*Vale, pues…adiós, buenas noches, bye, bye, auf wiedershen…*
Cabroloco: Ciao, chikillo.
Cabroloco: Sigues ahí, David?
Cabroloco: Ya no estáis más ahí, poh.
Cabroloco: Nunca me atrevo a decir la verdad…
Cabroloco: Te quiero a ti, weón…
Cabroloco: Aunque nunca lo sabrás….
Cabroloco: Buenas noches, amor.
FIN