En celo
Un microrelato de una paja femenina
EN CELO.
Estoy caliente. Ando en musculosa y bombacha por la casa como gata en celo. Me pongo ante la compu. Mientras la abro, voy al dormitorio, me meto las bolas chinas, agarro un vibrador con forma de verga.
Ayer vi una recomendación sobre páginas porno. Las busco. Abro y cierro los muslos para que el juguete en mi interior haga su delicioso efecto.
Miro una mamada. Me encantaría poder hacerla.
Tener un hombre atado, desnudo , grande, gordo, con una pija descomunal. Escupir en la carne dura. Agarrar el vástago y empezar a masturbarlo. Ver, como queda fuera de mi mano, el cipote enorme y tres dedos de pija. Lamer, saboreando su flujo, ver el brillo de la ciruela descapullada , metérmela en la boca. Con mi lengua jugar con ella.
Escribo con una mano, con la otra llevo el consolador a mis labios, hago con el pene de latex lo que me gustaría hacer en la realidad.
En la pantalla el semen inunda la boca de la mujer. Me levanto, voy a la cocina, abro la heladera, agarro una botella de leche, bebo con ansia hasta que el líquido me sale por la comisura de los labios, dejándola correr hasta que me moja los pechos. Dejo la botella y me lamo hasta que no queda leche en mi cara.
Cuando vuelvo al salón, me paro en el espejo. Los pezones erectos parecen querer romper el algodón blanco. Introduzco un dedo dentro de la bombacha, busco mi concha empapada, al sacarlo paladeo mis propios jugos y parada, me miro reflejada, mientras la mano vuelve a mi vulva. Ronroneo, gimo, acelero el ritmo hasta que comienzan los temblores del orgasmo que me invade. Los ojos bien abiertos contemplando la imagen que me devuelve el espejo: una mujer que se da placer.
Saco la mano y las bolas totalmente mojadas, lamo los dedos uno a uno, después las tres esferas. Me gusta mi sabor de hembra caliente.