En casita

Qué bonito es el verano, cuando el calor nos hace estar denuditos.

Era una tarde cualquiera, en la calle se escuchaba el ruido de los coches y yo me encontraba en el salón perdiendo el tiempo tirado en el sofá viendo uno de esos programas basura que echan en la tele por las tardes. En casa hacia una temperatura muy buen con lo cual me había quitado el pantalón del pijama y estaba con unos bóxer y la parte de arriba del pijama.

De vez encunado escuchaba a Patry andando pa alla pa aca, barriendo aquí, recogiendo allí,… pero en un momento dado sin darme apenas cuenta la dejé de escuchar.

Estaba ya algo cansado de estar tumbado cuando siento que entra alguien en el salón, al mirar a la puerta veo a mi novia entrar con un top puesto y sin bragas:

Hola cari te traigo la merienda- dice.

Entonces estando yo sentado se sube en el sofá de pies y cogiendo mi cara me la mete en su coño, (ya le tenia muy lubricado, se debía haber estado masturbando antes de venir ya que su mano derecha desprendía un exquisito olor a flujos).

Yo sin pensármelo dos veces me puse a chuparla ese chochito tan rico que tiene, lo cual ella agradecía empujando mi cabeza cada vez más fuerte hacia su interior, mi lengua entraba y salía de su coñito como si no tuviera fin y una vez dentro se retorcía tocando las paredes de su chocho, y volvía a salir para chuparla ahora el clítoris, y en un momento dado sentí como se corrió justo cuando yo me disponía a volverla a taladrar con la lengua. Cuando tenía toda la cara completamente llena de su juguito, se quitó y me beso en la boca a la vez que cogía mi polla, la cual estaba enorme por la estitación, y empezó a frotarla. Al sentir el olor de mi cara empezó a chapármela, lo que me puso a cien.

Ummmh! que rico está mi coñito cari, cómo me gustaría chuparlo a mi también- decía.

Entonces bajó su boca hasta mi verga y empezó a hacerme una mamada como solo en el mundo ella hace. Yo me moría del gusto, y ella no dejaba de chuparla, pasando su lengua por todos los rincones de mi polla. Ya no podía más, me iba a correr pero quería metérsela, y cuando le iba a decir que parara que sino me corría, se la metió hasta el fondo de la boca y ya no pude más y me corrí dentro de su boca. Salió tanto semen que casi se ahoga, pero después de un buen trago y unas risas todo acabó con un enorme beso y los dos abrazados en el sofá desnudos y satisfechos.