En casa de mi tia

Quiero contarles lo que me pasó viviendo en casa de mis tíos.

EN CASA DE MI TIA

Hola a todos. Quiero contarles lo que me pasó viviendo en casa de mis tíos.

Antes de empezar os diré que me llamo Guillermo, que tengo 18 años recién cumplidos y he empezado mis estudios universitarios en Madrid. Cuando lo que os cuento ocurrió yo tenía 16 años.

Todo lo que les cuento es a fecha de hace 2 años

Mi familia y yo vivimos en un pueblo pequeño de Castilla (no diré cual de las dos, para no dar pistas), y cuando tenía que empezar el Bachillerato mis padres decidieron que era mejor estudiar en la capital de la provincia, no porque fuera la capital, sino que era más grande y había mejores institutos y colegios. Podría haber sido en alguno de los pueblos grandes cercanos, pero había que trasladarse a diario y en la ciudad estaba la hermana de mi madre, que no tuvo reparos en que me quedase allí.

En principio, salvo que tuviese mucho que estudiar volvería a casa los fines de semana. Pues la cosa empezó de lo más normal. Mi tía, Isabel, es profesora en un colegio privado, estaba casada con Antonio, que es funcionario, lo cual quiere decir que trabajan de lunes a viernes en horario fijo. Isa tiene 38 años, y Antonio 40. Tienen 3 hijas, una de mi edad (Marisa, como su madre), la mayor de todas y las otras dos de 14 y 13 años (Carolina y Alicia).

Mi tía Isabel es un poco más baja que yo, así que rondará el 1,68 y tiene una figura bonita, con unas tetas normales, ni grandes ni pequeñas, melena sobre los hombros, tirando a claro. Se puede decir que sin ser una hembra imponente, la verdad es que está buena.

Como digo todo iba dentro de lo normal. He de decir que soy bastante responsable y que en los estudios no tengo problemas. No es que sea un empollón, pero como estudio todos los días un rato, pues no tengo agobios antes de los exámenes y además tengo la ventaje de tener mucho tiempo libre. En mi casa me habían advertido de ayudar en la casa de mi tía en todo lo que me pidiesen, y como soy bastante obediente así lo hacía. Cuando mi tía Isa iba a comprar siempre la acompañaba alguien para ayudarla. Al principio éramos los cuatro (mis primas y yo), pero poco a poco sus hijas me fueron dejando esa tarea a mi, ya que a ellas no les gusta nada ir a Hipermercado, pero a mi, que soy de pueblo si que me gustaba ir a esa tienda tan grande en la que hay de todo.

Yo me daba cuenta que por un lado mi tía estaba triste porque sus hijas no quisieran ir con ella y por otro se alegraba que yo nunca pusiera el más mínimo reparo en acompañarla.

Por otra parte mis primas tienen sus grupos de amigas, por lo que salen mucho de casa por las tardes. Por mi parte, prefería estudiar, a pesar de que mi primar Marisa me dijese un par de veces si quería ir con ella y sus amigos, pero sin mucha convicción. Alguna vez acepté, pero no era un grupo que me gustase mucho, ya que solo pensaban en salir para poder fumar o beber, cosas que no hago.

Así es que muchas tardes me quedaba solo en casa con mi tía (su marido también salía bastante) y desarrollamos una amistad un tanto especial. Una tarde sin ir más lejos mi tía, después de hacer la comida se fue a la ducha, para quitarse el olor de la cocina y cuando se fue a secar se dio cuenta que se había olvidado coger la toalla así que me llamó para que le acercase una. Cuando fui, me dijo que se la diese para lo cual se tapó con las cortinas, pero se transparentaba bastante, así que puede observar como se le marcaban los pezones. No dije nada, pero mi respuesta inmediata fue ir al baño a hacerme una paja de las que hacen época. Yo creo que mi tía se tuvo que dar cuenta, pero no dijo nada. Lo cierto es que desde ese día miraba a Isa con otros ojos, más libidinosos, y creo que ella también me miraba diferente.

Una tarde salimos a comprar y de camino mi tía dijo que pasaría por una tienda ya que necesitaba ropa. Lo que jamás me imaginaba es que la ropa que necesitaba era interior. Así que nos dirigimos a una tienda del ramo. Yo no sabía a donde mirar, ya que si bien por la tienda había de todo tipo de ropa interior, la que estaba más expuesta era la más sensual, es decir, la que más llamaba la atención, como los conjuntos con tela como la piel de leopardo, o los súper tangas. Miraba aquí y allá, hasta que mi tía me llamó desde los probadores.

"Guille, ¿puedes venir un momento?"

"¡Claro!"

"Ya he elegido uno, pero con el otro tengo dudas. Cual te gusta más: éste rojo de encaje o este blanco"

Era alucinante. Los dos conjuntos eran para resucitar a un muerto. El rojo era de encaje transparente mientras que el blanco llevaba un tangazo acojonante. No sabía que decir.

"Bueno, los dos son muy bonitos. No se cual elegiría"

"Ya. A lo mejor puestos te aclara algo"

No sabía que decir.

Mi tía, con la mayor naturalidad del mundo me pidió que me diese la vuelta, se quitó la camisa y el sujetador y se probó los dos conjuntos. Las bragas, por higiene si las dejó puestas. La verdad es que la parte de abajo del blanco me gustaba más, pero el sujetador rojo era soberbio. De otra manera eso fue lo que le dije a mi tía. La verdad es que el sujetador rojo me recordó el día que le llevé la toalla a Isa en el baño, por las transparencias. Y es que tiene unos pezones muy oscuros, comparados con el resto de sus tetas y el cuerpo en general.

"Por lo que veo te gusta las cosas picantes, ya que la braga del blanco es tanga y el sujetador rojo es casi transparente"

"Bueno. Me has preguntado… y te digo lo que pienso"

"Que si, hombre, no te apures, es solo una broma. Además si con 16 añitos no te gustasen estas cosas, me preocuparía bastante"

La cosa quedó ahí, pero me daba cuente que entre isa y yo había …"química", por la forma en que me miraba, cuando me daba besos éstos cada vez eran más cercanos a la comisura de los labios, había mucha confianza.

Un fin de semana el marido de Isa, Antonio se fue con mis primas a casa de su madre, que vive en un pueblo de una provincia colindante. Cuando me enteré, no se por qué dije en casa que me tendría que quedar ese fin de semana a estudiar, lo cual no era cierto, ya que llevaba todo al día, pero eso nunca lo decía por si se daba una circunstancia como ésta. Eran un poco vanas ilusiones, ya que no creía posible follar con mi tía Isa, pero bueno, la esperanza es lo último que se pierde. No sabía por qué, pero lo cierto es que me quedé. El viernes por la tarde hice lo que se suponía que tenía que hacer, es decir, estudiar. A mitad de tarde mi tía vino a verme.

"¿Te apetece ir esta noche al cine?"

"Vale"

"Bueno, pues iremos a las 10"

No sabía ni que película ni nada. Quería ir con Isa,…por si sonaba la flauta.

Fuimos al cine y la película resultó ser una comedia romántica de esas que tanto gustan a las mujeres. Mi tía se reía mucho. Creo que hacía tiempo que no se lo pasaba tan bien. Cuando terminó la película fuimos a cenar algo en uno de los pocos sitios que daban comidas hasta tarde y hacia la una y media volvimos a casa. Fuimos a la sala de estar a ver un rato la tele, y en esto que haciendo zapping aparece la peli del Plus de los viernes por la noche. Afortunadamente la que tenía el mando a distancia era mi tía. Yo pensé que cambiaría rápidamente, pero no, la dejó mientras una rubia espectacular le comía la polla a un semental con un rabo de 30 cm.

"¿Te gusta la película?"

"Bueno, si, supongo"

"Como que supongo, ¿habrás visto más películas de éstas, no?"

"La verdad es que no, ya sabes en el pueblo no hay cine X, y en mi casa no tengo el Plus y claro, al ser menor de edad no me dejan alquilarlas en el videoclub"

"Pues nada, mira y aprende, que ya vas con retraso, ja, ja, ja!"

La verdad es que no me hizo mucha gracia que se riese de esa forma, pero bueno, la verdad es que a Isa se lo perdonaba todo.

"Me imagino que si no has visto una peli de estas, tampoco habrás tenido relaciones sexuales, ¿no?"

"¡Isa!"

"Oye, que no es para tanto. O que te crees, ¿que tu prima Marisa sigue siendo virgen? Ella cree que no lo se, pero hace 6 meses tuvo su primera relación con un chico. Lo más importante que les he dicho a las niñas es que no les puedo prohibir que hagan eso, pero sí, por favor, que tomen precauciones, que para eso las hay"

"Pues en el pueblo, ni precauciones ni nada. Si mi padre se entera que tengo relaciones me pega una hostia que me parte la cara"

"Ves, por eso me fui del pueblo. Hay que evolucionar un poco"

"Pues díselo a mi padre, que sabes que es más bruto que…"

"Entonces tú, nada de nada?"

"Que no tía, que no"

"¿Ni siquiera has visto a una mujer desnuda?"

"Bueno…"

"Bueno, ¿qué"

"Una vez vi a mi madre desnuda en el baño. Ella pensaba que no había nadie en casa pero yo estaba en mi habitación y cunado fui al baño, allí estaba ella, pero no me vio. Por favor no le digas nada"

"Parece mentira. ¿Es que no confías en mi?"

"Si, pero ya sabes como es tu hermana. Parece que es del Opus. Si se entera que la he visto desnuda se agarra un enfado que no te quiero contar"

"No se yo si no lo será, ja,ja,ja! Bueno entonces solo has visto a una mujer desnuda a medias"

"¿Cómo a medias?"

"Hombre, porque era tu madre y fue desde la clandestinidad"

"Y que iba a hacer, ¿decirle: perdona, mamá me dejas verte desnuda un rato? Me da una bofetada que me deja la mano marcada"

"Hombre, ahora que recuerdo, también a mi me has visto medio desnuda, una vez en la ducha y otra en los probadores de la tienda de lencería"

"Bueno, si un poco, pero no estabas desnuda, en la ducha estaba la cortina y en la tienda tenías la ropa interior"

"La cortina, la cortina, si que eres pillo. Ya me di cuenta que al apoyar las tetas mojadas sobre ella parecía que iba desnuda, ¿o no?"

"La verdad es que sí, que se te notaba bastante"

"Pero besar a alguna chica si que lo habrás hecho"

"Por que no cambiamos de tema"

"¿Tampoco?"

"¡¡¡No!!!"

"Pues hijo, esto hay que solucionarlo"

"No se como"

"Pues lo primero es prometerme que no le contarás nada a nadie"

"¿A quién se lo iba a contar, a mi madre, o peor aun, a mi padre?"

"¡Promételo!"

"Vale, prometido"

En ese momento mi tía se acerca a mí y me da un pico, un pequeño beso en los labios, que casi hace que me corriese en el pantalón allí mismo.

"¡Pero, tía!"

"Se que lo deseabas tanto como yo"

"De verdad, ¿lo deseas?"

"No te has dado cuenta que cuando te daba el beso de buenos días o buenas noches solo me faltaba meterte la lengua, pero claro, como está todo el mundo en casa tengo que ser discreta"

"La verdad es que si que lo había notado, pero no sabía si era tu forma de besar o que"

Mi tía fue un poco más allá. Ahora me beso y dejó paso a su lengua en mi boca. No sabía que hacer.

"Relájate y déjate hacer"

Siguió buscando mi lengua con la suya y de pronto notó que su mano busca otra parte de mi anatomía. Casi llego al techo.

"Guille, ¡relájate!"

"Ya, es la falta de costumbre"

"Tú también podrías tocar algo"

No tuvo que repetírmelo dos veces. Cuando volvimos a besarnos me fui directo a sus tetas.

"Vamos a mi habitación"

Nos fuimos allí y mi tía se fue quitando poco a poco la ropa, para quedarse en ropa interior, con el conjunto rojo que tanto me había gustado el día que fuimos de compras. Por mi parte me fui quitando la ropa, hasta quedarme en calzoncillos. Fue mi tía la que me los quitó.

"Vaya, vaya, tienes una buena herramienta"

"¿Tu crees?"

"No lo creo, lo afirmo. Si tu tío Antonio la tuviese como tú sería una mujer feliz, pero ni la tiene como tú y lo peor de todo es que no sabe usarla"

Ahora fui yo el que se fue a por la ropa de mi tía. Con cuidado le desabroché el sujetador y lo dejé caer. Sus tetas, las primeras que veía tan cerca me parecieron preciosas.

"¿Te gustan?"

"Ya lo creo"

"Pues nada, hijo, dales un poco de gusto"

Empecé a chuparle los pezones a mi tía como si se fuese a acabar el mundo. Ella gemía de gusto.

"Así mi vida, eso es, dale gustito a tu tía"

"Si"

Enseguida noto que mi tía se empieza a acariciar por encima de las bragas. No podía permitírselo. Ese coñito tenía que ser para mí. Así que delicadamente le aparté la mano y se lo acaricié yo mismo.

"Si, sigue, así, así, eso es, hazle una pajita a la tía. Haz que me corra"

"Oh, sí, tía, que buena estás"

No me lo podía creer. Tenía la polla a punto de reventar. Mi tía se dio cuenta de eso y se fue directamente a por mi pajarito. Le dio un par de lengüetazos y se metió toda mi polla en su boca. Ni que decir tiene que era la primera vez que me comían la polla.

"Siiii, tía, que rico, que bueno"

No pasaron más de dos minutos cuando noté que me iba a correr.

"Tía, ya, ya, yaaaaa"

Ella, lejos de quitarse siguió chupando hasta que me corrí como una bestia. Me parecieron litros de leche. Mi tía se lo tragó casi todo, ya que le chorreaban unos hilillos de leche por la comisura de los labios.

"Que bueno, Guille. No sabes como deseaba esto. Hace tanto tiempo que no me comía una buena polla…"

"Pues aquí la tienes para cuando quieras"

"Ya, pero ahora no quiero comerla otra vez. Ahora quiero que me folles, como a una puta. Quiero ser tu puta, tu putita particular, que te follas cuando quieres"

Por supuesto desde que mi polla se puso a tono, en menos de un minuto estaba dispuesto para cabalgarme a mi tía. Ella me fue dirigiendo, guiando mi polla a la entrada de su coño, perfectamente arreglado, con poco pelo formando una línea. Cuando ya estaba prácticamente dentro, mi tía me atrajo hacia ella.

"Ahora, mi vida. Fóllate el coñito de tu tía, dale gustito, eso es, despacio, dentro y fuera"

"¿Así?"

"Oh, sí, sigue, así, así, que bien lo haces cabrón, se nota que sales a la rama putera de la familia. Sigue, párteme el chocho en dos, si, sii, siii!!!!"

"Oh, dios, Isa, que bueno, así, me gusta!!!"

"Que guarra soy, que guarra soy!!!"

"Sí tía, eres una guarra y una puta, pero que bien follas"

"Oh, dios, si, soy una puta, una putaaaaa!

"¡¡¡Tía!!!"

"¿Quéeeee?"

"Como te quiero, putita mía, me gusta, muuuuuchoooo, diossss, que bueno es esto"

"Sigue fóllame, dame más, dame más"

"Toma, toda para ti"

"Oh, si, sigue, me voy, me voyyy"

"Y yo, me corrooooo!"

"Córrete dentro de mi coñooooo!"

"Ahhhh!"

La verdad es que fue el polvo más espectacular de mi vida, quizá por ser el primero, pero puede que tanto mi tía como yo estábamos muy calientes y por eso fue así de inolvidable.

Los dos años que estuve en su casa follamos como locos cada vez que teníamos oportunidad. La condición era que primero los estudios, que para eso estaba allí.

Un año después mi tía se separó de su marido, no por mí, sino porque las cosas entre ellos hacía tiempo que no iban bien, y prueba de ello es que mi tía y yo acabamos follando porque Antonio no le daba lo que necesitaba (luego se enteró que estaba liado con una de su trabajo).

A pesar de estar ahora en Madrid, siempre hay un sitio para mi tía en mi cama y para ella siempre hay sitio para mí en su coño.