En casa de Marcos (4: Hacemos el amor)

Despues de la ópera... en su dormitorio... Marcos y yo mismo... nos amamos como animales en celo... y descubrímos más... mucho más...

Le seguí entre las calles...-no vivo lejos me- dijo...en Campomanes...subimos la escalera...sentía sus ojos en mi espalda...y un recorrido casi eléctrico me aceleraba el pulso...metió la llave en la cerradura...se volvió y...me besó...sin decir nada...me besó como un loco...como si me pidiese perdón...un perdón irracional...

Me devoraba por completo...succionaba y lamía en mi todo resto de miedo...me dejé llevar por su boca...y no retrocedí ante los envites de su pelvis...Me deseaba...y yo a él...se paró en seco...detuvo sus ojos...en mi...deslizó su dedo entre mis labios...y después...lo lamió sin dejar de mirarme...creí enloquecer...empujé yo mismo la puerta de su casa...y me dejé arrastrar por un pasillo interminable.

Finalmente miraba a mi alrededor...allí había demasiados lujos nada habituales en simples compañeros de universidad, al menos yo no había conocido a ninguno...se notaba en todo...en las alfombras, las luces los cuadros...en todo...incluso en el olor de las paredes...

Su dormitorio...en una penumbra de color rojiza e intensa...lamía la superficie de la cama...laqueada en negro y muy alta desde el suelo...al menos había un metro desde el colchón...cubierta por una colcha negra con una orquídea blanca impresa al lateral...en la pared...dos hombres desnudos se abrazaban dentro del agua...el uno sobre el otro...como flotando...

No veía nada más...sólo escuchaba la música...ni siquiera sé cuando comenzó a sonar...Bach...era un concierto Barroco...

Las flautas y los violines me envolvían al igual que Marcos..

.La ropa se deslizaba sobre mi hasta caer al suelo...¿cuando me desnudó...o cuando lo hizo él?...no lo sé...pero los dos en pie...mirábamos nuestro entorno sin ver nada...deslizó el perfume de sus manos por mis pectorales...la crema sensual de su propio perfume...comenzó a bordar mi propia piel con su esencia...

Me lamía...acariciaba...y casi sentí su miedo...el miedo sordo y sutil...de la primera vez...

Sobre las sabanas negras de seda o satén...jamás habría imaginado que aprendería en ellas a ser un hombre...un hombre enamorado...nuestra relación había comenzado de un modo brutal...en aquella clase...sólo fue sexo...pero ahora...aquí...el mundo entero se había detenido...

Sobre mi espalda...como un jinete experto...me acariciaba el miembro desde atrás...con su cara apoyada sobre mi...

-nunca me han penetrado...dije

Siseó...para que me callara...y...

No temas...me he dado cuenta-dijo

Se agachó y comenzó a lamer mi ano...hasta que noté su lengua apretando sobre él, buscando espacio...después sus dedos...uno...dos...y luego Él...delicado...experto...así en pie apoyados sobre el borde de su maravillosa cama...ahora territorio de los dos...

No me dolía...Marcos...no simplemente apretaba buscando su placer...era lento...y no retrocedía...solo se movía de manera lateral con todo su miembro dentro de mi...presionaba las paredes de mi recto...mientras su mano...acariciaba mi glande...y mordía mi nuca...

Reventé...fue el estallido más increíble que jamás había sentido...no era eyacular...era algo más...ese placer que nos dobla las piernas...La orquídea blanca estampada de la colcha de seda...tenía ahora restos de semen...

Me deslizó sobre la cama...acarició con su mano mi cara...se detuvo...y me comenzó a besar con dulzura mientras Bach...rebotaba en las paredes...y mi corazón latía en su propio corazón...suyo...suyo...siempre...-pensé.