En busca de esa experiencia morbosa (II)

Colocado a cuatro patas sobre ese sillón de cuero, mientras soy embestido por ese desconocido, macho que entre gemido y jadeos no deja de balbucear. No dejándome otra que abrir esa puertecilla, dejando paso a esa otra polla que me dará de comer y de paso regará mi garganta... uuummm!!.

En busca de esa experiencia morbosa (II)

A petición de varios lectores, voy a continuar y finalizar mi anterior confesión, aquella experiencia que me paso semanas antes en un Sex shop. Como sé de sobra que no os conformareis de como acabo, sino que deseáis detalles y que estos, debe de ser hacer posible… jugosos, detalles que en su momento me calle al no ser parte realmente de mi confesión, pues mi confesión era otra y que lo ocurrido, era meramente un sabroso recuerdo.

Bueno, iré contándolo poco a poco, mirad, como bien sabéis de mi anterior confesión... "En busca de esa experiencia morbosa", yo ese día me iba preparando para una cita con un desconocido, cita que fue a raíz de un anunció de contacto, cuando decidid colocarme una prenda que no era otra que un suspensorio, prenda que iba a estrenar y que seguro que a ese le iba a poner.

Como os conté en su momento, mientras me iba preparando para colocármelo, me fue viniendo a la cabeza como lo conseguí, pues la verdad es que no me lo compre. Bueno mejor os explicare como lo adquirí, este hecho me ocurrió la semana anterior. Experiencia como tal día como hoy, pues hoy lunes 24 de febrero, vuelvo a estar en el centro y aunque he venido para una reunión, nadie me va a quitar volver a entrar en el sex shop, aunque no voy con los mismos deseo.

Bueno continuo, relate que cuando entre en el Sex Shop, deambule por el interior del local, curioseando de aquí para haya. Mirando objetos, artilugios y prendas, llamándome precisamente estas... una prenda en especial, no siendo esta otra que un suspensorio. Llamándome la atención como una prenda tan pequeña puede valer tanto, comencé a mirar una tras otra, mirando cuál de ellas puede tener un precio asequible. Pues por extraño que parezca, nunca he tenido una, ya que soy más de llevar tangas.

Bueno pues tras bichear un poco, llamo mi atención precisamente dos, dos que eran del mismo precio, pero de distinto color. Pensé cuál de ellos me sentaría mejor, cuando una voz procedente de mi espalda, soltó…

  • “El negro te vendría genial, no te lo pienses tanto, cómpratelo y corre a ponértelo, veras que gustazo es llevártelo puesto”.

Me gire extrañado, no por aquellas palabras… que no me sorprendieron tanto, sino por ese tono de voz tan varonil... uuummm!!. Fingí estar sorprendido, soltando…

  • “¿Cómo…?”.

Llegándole a pedir que me lo repitiera, mostrándome estupefacto, como si en verdad no hubiera entendido sus palabras, aunque realmente las entendí claramente. Incluso intuí lo que este pretendía, y claro está… ya de paso yo también lo deseaba. Llegando a soltarle…

  • "Perdón... ¿Qué ha dicho usted?".

Clave mis ojos en los suyos, dándome cuenta que para nada mostraba temor, este estaba muy seguro y confiado, e incluso sabiendo de sobra lo que pudiera ganar. Me miraba pícaramente, obviamente estaba disfrutando con ello, no vacilaba… no mostraba ni una pizca de nervios, mientras yo era todo lo contrario y eso que yo, simplemente le había hecho una pregunta. Y claro esta comencé a ponerme nervioso, ponerme nervioso tiene en mí persona una clara consecuencia, pues no es otra que excitarme… uuummm!!. Ante su desplante y descaro, me comporte como un idiota soltándole…

  • “Yo no soy de esos”.

Respondiéndome…

  • “No sé a qué te refieres, pero tranquilo, todos los que estamos aquí… tampoco lo somos, si eso te vale”.

Este no dejaba de mirarme, incluso se le notaba que como si aguantara alguna sonrisa ante mis palabras. Mientras yo le intentaba explicar mi presencia en esa tienda, justificando mi atención por esas prendas. Pero traicionado por mis propios nervios, acabe por enredarme solo, acabando por comentarle el precio excesivo de esas prendas, haciéndole saber los motivos por el cual no me llevaba la prenda. Respondiéndome este con sonrisa pícara…

  • “Llévatela, no te preocupes por el precio”.

Pero que cortésmente rehusé a llevármela. Volviendo este a decir…

  • “Llévatelo, no te preocupes por eso, yo te lo compro, considéralo un regalo de amistad”.

Aunque rehusé nuevamente el amable gesto, no por otra cosa… pues sabía de sobra que deseaba otra cosa, pues obviamente… nadie da nada por nada. Pero bueno, este no dejaba de insistir, no quedándome otra que aceptar, dejando esta persona esa coletilla para el final, coletilla que era lo que yo pensaba. Soltando…

  • “Bueno pues ya está comprado, no lo envuelvas mucho, pues ahora solo queda ver cómo te queda puesto”.

Le miré con cara de asombro, claro está… fingí, volviendo este a decirme…

  • “No me mires así hombre, tú sabias perfectamente lo que conllevaba esto".

  • "Quizás no te lo dijera claramente, pero seguro que tú te imaginabas, lo que deseaba".

Callo y bajo la mirada, mostrándome inocente e incluso confundido, dejando que este sea en verdad quien lleve la batuta, deseando que pusiera esa puntilla que me hiciera ceder… uuummm!!. Diciéndome…

  • "Bueno, tampoco pido tanto... verdad. Mi única condición era que te lo llevaras puesto, solo pretendo estar ahí cuando lo hagas, no es mucho a cambio… verdad”.

Aún recuerdo fingiendo ingenuidad y como con cara de gilipollas, pregunte donde. Donde este nuevamente, me ofreció un lugar donde podría cambiarme, lugar que claro esta pagaría el, cuyo ofrecimiento tendría un nuevo coste. Soltándome…

  • “Mira pasamos a una de estas cabinas que tienen este Sex shop en la parte trasera, cabinas que claro está no son gratis".

  • "Pero tú por esto no debes de tener problema, pues mientras te cambias… yo voy echando monedas”.

Nuevamente respondí con ingenuidad…

  • “Pero usted se va a meter conmigo, me va a ver desnudo… ”.

Acabando este nuestra conversación con…

  • “Claro… no me seas tonto, como crees que se va a pagar la cabina… sola, para echar monedas debe de estar uno dentro, sino quieres que te echen de ella".

  • "Además, debo de cerciorarme que te lo llevas puesto y ver cómo te sienta”.

Y claro está, acepte, más por no alargar mucho más ese momento. Y recuerdo que mientras caminábamos hacia el fondo, note las miradas de aquellos otros hombres que deambulaban por el interior de la tienda, hombres que intuían a lo que íbamos… uuummm!!. Quizás fuera eso más evidente, cuando este en un momento dado poso su mano en mis nalgas, mano que coloco a modo de hacerme entender que acelerara el paso. Pero aun así notas como no es un simple gesto, pues notas como toca e incluso aprieta… uuummm!!.

Bueno, cuando pasamos el arco y accedes a la zona de las cabinas, este me conduce hacia una de las centrales, donde esta persona como si notara las miradas de aquellos otros, no dejaba de mirar hacia atrás. Sigo, nos metimos en la cabina, siendo él el primero en entrar, colocando su mano en mi vientre a modo de hacerme a un lado mientras el pasaba, mirándole como esté con toda naturalidad entraba y se sentaba esa butaca de cuero. Nuevamente peque de ingenuo… o quizás me deje llevar por mi curiosidad, pues me quede mirándole unos minutos, minutos que este se soltó la hebilla del cinturón, desabotono el botón del pantalón y bajo su cremallera, tirando de sus prendas un poco hacia abajo al tiempo que se sacaba su miembro. Acabando este por soltarme…

  • “Vas a cerrar la puerta ya, o es que vas a cobrar la entrada”.

Momento en que salgo de mi estado, fueron apenas cinco minutos, pero tiempo que dio para que en la puerta se agolparan algunos hombres, hombres que cuando fui a cerrar la puerta intentaban entrar, soltando alguna petición unos y otros… obscenidades. Cerré la puerta finalmente echando el pestillo, me giré sobre mis pies, viendo a este hombre hay sentado y con su miembro duro y erecto en su mano derecha… uuuffff!!. Soltándome...

  • "Bueno… vamos, no pierdas el tiempo, no tenemos todo el día, comienza ya".

Como un autómata comencé a desvestirme en silencio, mientras ya se olía en el ambiente ese olor a polla… uuummm!!. Comencé a descalzarme, continuando por soltar la hebilla de mi cinturón, solté el botón y bajé la cremallera, dejando que mis pantalones cayeran a mis pies por su propio peso. Me agache a modo de coger mis pantalones del suelo, no dejando de mirar como este disfrutaba y eso que aún no había pasado nada, veía como este deslizaba su mano a lo largo de su tronco… uuummm!!, llegando a ver como de su glande salía algunas gotas de precum... uuuffff!!.

Me gire mostrando pudor para quitarme los calzoncillos, bajándomelo al tiempo que me inclinaba, mostrándole de forma descarada mi orificio anal… uuummm!!. Incorporándome y sin llegarme a girar, acabe por pedirle que me pasara la prenda, cosa que este me dijo…

  • “Cógela tú”.

El cogerla yo, implicaba el darme la vuelta y que este me viera como estoy, cosa que finalmente hice pues no me quedaba otra. Me giré y cogí la bolsa, cogiendo del interior de esta la prenda y cuando fui a colocármelo, este me soltó…

  • “Anda mira... si la tienes ya morcillona, ¡debe de ir gustándote esta situación... eeehhh!!".

Ríe sin dejar de masturbarse, disfrutando de esa paja a mi salud, cuando coge y me dice...

  • "Bueno y ya que estamos, porque no continúas desvistiéndote, debo de asegurarme que te queda bien, y no hay mejor manera es verte desnudo".

Continuando...

  • "Me gustaría ver el resto de tú cuerpo, no eres una mercancía a la que debo de examinar, pero desearía verte como te queda y cerciorarnos que hemos acertado con el color".

Le miró, fingiendo sorpresa, pero al mismo tiempo deseo. Viendo como este alimenta mi curiosidad, viendo que se va cumpliendo mis degenerados deseos… uuummm!!. No perdiendo detalle de esa mano como recorre su tronco, como se desliza hacia su glande para volver a descender sin prisa alguna hacia sus genitales… uuuffff!!. Viendo como magrea a placer estos, no dejando de soltar de su capullo gotas de precum... uuummm!!, significado más que obvio de excitación... uuuffff!!. Acabe por ir desabotonando cada botón de mi camisa, acabando por quitármela, quedándome con tan solo mis calcetines, soltando este un sonoro sonido de degustación...

  • "Uuummm!!... vaya cuerpos que tienes cabrón".

Me mira sonriente y dice...

  • "Anda ponte ya la prenda que deseo vértela ya puesta".

Cosa que hago, volviéndome este a soltar...

  • "Uuuffff!!... como me tienes".

Me mira mientras se muerde el mentón inferior, mostrando sus deseos, mientras no deja de alimentar esa máquina. Mirándome y volver a soltarme…

  • "As probado alguna vez una de esta, ¡me apuesto a que sí… mmm!!, no te gustaría hincarte de rodillas y darle, aunque sea un beso… dime”.

Viendo mi cara, suelta...

  • "No te sorprendas, tú sabias de sobra lo que significaba entrar con un hombre en un sitio de estos, sabias de sobra como acabaría esto".

Coge y se levanta, caminando un par de pasos hacia mí, me mira mientras me rodea con sus brazos, posando su mano derecha cálida y algo humedad sobre mis nalgas… uuummm!!. Mientras con la izquierda rodea mi cuello al tiempo que acerca su boca, pretendiendo besarme, cosa que rehusó como bien sabéis, pues debo de estar muy puesto. Separa su rostro del mío y me mira, soltando…

  • “No pasa nada, ya tendremos tiempo para eso”.

Pero vuelve a intentarlo una segunda vez, manteniendo yo mi boca cerrada, mientras este muerde mis labios y babea mi boca, llegando a introducir su lengua y topar con mis dientes… uuummm!!. Mientras me magrea con sus manos, mano como la derecha que acaricia mis nalgas… ooohhh!!, deslizándola e incluso por entre mis glúteos… uuuffff!!. Al tiempo que la izquierda, acaricia mi cuello, espalda, pecho e incluso mis pezones, pezones duros como escarpias, duros por la excitación y esos pellizcó que me estaba dando… ooohhh!!. Llegando yo a colocar mi mano sobre su polla, dura como estaba, deseosa de que jugaran con ella, cosa que comencé… uuuffff!!.

Apartando este su boca de mis labios, boca que recorrió mejilla hasta oreja, chupando primero y mordiendo después mi lóbulo… uuummm!!, dejándole hacer y deseando que llegara a mi cuello, sintiendo en minutos sus labios recorrerlo… ooohhh!!. Fue cuando se me cayeron los palos del sombrajo… como suelo decir, pues como punto débil y sensible este tuvo que notarlo, mis vellos se me erizaron y se me puso la carne de gallina… aaahhh!!. Acabando por posar sus labios sobre los míos, comenzando a comerme la boca y notar como no rehusé… uuuffff!!. Comenzando a preguntarme…

  • “As estado alguna vez con un hombre, digo un hombre de verdad”.

Callo y no respondo. Continuando este…

  • “As comido alguna vez una polla”.

Respondiendo en esta ocasión afirmativamente, pero mintiendo al hacerle saber qué hacía mucho tiempo de ello. Sonríe al tiempo que presiona dos de sus dedos sobre mi orificio anal, sobresaltándome no por el hecho sino por no estar preparado. Soltándome este…

  • “Te iba a preguntar por si te han follado ya, pero viendo tu estreches, ¡veo que eres virgen de la puerta trasera… uuummm!!, no veas como me pone el saberlo… ooohhh!!”.

Separándose de mí, vuelve a sentarse sobre el sillón, cogiéndose su polla con una de sus manos, mientras me anima a acercarme con la otra… uuummm!!. Me acerco y me arrodillo, hincándome entre sus piernas velludas, mientras rodeo su tronco con una de mis manos, al tiempo que con la otra cojo sus genitales… ooohhh!!. Comienzo por chupar su glande, mientras este rodeaba mi cuello con su mano, deslizo mi lengua desde su glande hacia sus genitales… ooohhh!!. Este suspiraba y gime, disfrutando de ver como chupo sus grandes huevos, como lamo e intento metérmelos en la boca… uuuffff!!.

Volviendo a ascender por su venoso tronco hasta su glande, empapándolo con saliva y tras posar mis labios, voy introduciéndomela dentro de mi boca hasta sentir arcadas, aguantándolas hasta topar mis labios con la base de su polla… uuummm!!. Mientras me acaricia la nuca, cuello e incluso espalda, escuchando como gime… aaahhh!!, como balbucea y masculla algo, como jadea y me insulta, como suspira y me suelta obscenidades… aaahhh!!.

Estoy disfrutando dándole esa mamada, disfrutando de ver como esta está satisfecho de mi labor, no mostrando malestar ni cuando en un momento dado, le ha dado por presionar su pie sobre mis genitales… aaahhh!!. Llegué a sentir nauseas cuando este me forzó a mantener su glande en el fondo de mi garganta, sintiendo la presión de su mano en mi nuca, oprimiéndome a modo de no dejarme retirarme… aaahhh!!. Por el tiempo que llevábamos extraño a otros, otros que golpean la puerta a modo de que les abramos, o intentan girar el pomo. Llegando escuchar un extraño ruido, pero estando donde estábamos, pudiera venir de cualquier sitio, ya sea de esa misma película. Este no dejaba de decirme...

  • "Uuuffff!!... como la comes cabrón, y decías que hacía mucho tiempo y que apenas te acordabas… aaahhh!!”.

  • “Joder… cabrón, vez… esto es como montar en bicicletas, ¡aprendes una vez y es para toda la vida… ooohhh!!".

Trague una vez tras otra, disfrutando de esa polla y hacer a este disfrutar, mientras gemía y jadeaba. Llegándome a sorprender por algunos comentarios, no por el tipo de comentarios, sino por el tono de voz de estos, levantando un poco la vista y verme sorprendido al ver esas puertecillas abiertas. Puertecillas donde se podía ver algunos rostros, desconocidos que no perdían detalle de mi labor, desconocidos que pedían que abriera la puerta, pudiendo ellos disfrutar también de mi boca… mmm!!, pudiendo ya de paso aprovechar mi postura para insertarme… ooohhh!!. Llegándome a decir…

  • “Uuuffff!!... cabrón, me voy a correr ya como sigas así… ooohhh!!”.

  • “Para un poco… joder, ¡quiero follarte y romperte el culo… uuummm!!”

Pero para su desgracia, no aguanto mucho más, presiono mi nuca no para que me apartara sino todo lo contrario, comenzó a descargar y no me quedo otra que tragarme su leche. Semen de sabor agrio y que me dio la sensación que llevaba mucho sin descargar, dejándome de esa postura unos minutos más. Aparatándome con brusquedad, acordándose de la hora en ese momento, cogiendo papel higiénico y limpiándose algún resto que habría dejado yo. Poniéndose en pie y tras guardarse su miembro flácido, mientras yo me iba colocando la camisa, sintiendo como una mano de detrás de mí, aprovechaba su momento… uuuffff!!. Mano que se dedicó a masturbarme, ¡mientras con la otra se dedicó a introducir sus dedos por mi orificio… uuummm!!, manos cuyo dueño me rogo que lo dejara entrar. Ese otro se marchó, no sin antes soltarme…

  • “Uuuffff!!... ha sido de escándalo, menuda mamada que me has dado… uuummm!!. Ha merecido la pena y el coste, pero ahora me debo de ir, tiene echado cinco euros, ¡te recomiendo que lo aproveches… eeehhh!!”.

Bien recuerdo, como este sin esperar a que me vista o me tape, coge retira el cerrojo, gira el pomo y abre la puerta, mientras me dice…

  • “Bueno lo dicho, ha sido todo un placer el conocerte, a ver si nos encontramos otro día y acabamos lo que hemos comenzado, aunque no creo que la próxima vez, ¡pueda estrenar tu culito… uuummm!!”.

Dice mientras que al menos tres no dejan de mirarme mientras babean, tres de los cuales solo uno acaba por entrar, uno que no era otro que el de la cabina contigua, ese que me ha estado masturbando y follando con sus dedos. Ese al cual se la chupo durante apenas unos minutos, pues tras apartarme y colocarse un preservativo, coge y comienza a penetrarme… aaahhh!!. Siendo yo quien abre la puertecilla contigua, puertecilla que sale en segundos una polla y aunque esta no es de buena talla, no me lo pienso y me la como hasta que se corre, no acabando dentro de mi boca pero si vertiéndolo en mi rostro… uuuffff!.

Bueno pues aquí acaba mi paso por el Sex shop ese día, día que triunfe no solo por llevarme el suspensorio gratis, bueno gratis del todo no fue, pues pague con mi cuerpo. Pero sí que me llevé la comida de polla de al menos cuatro tíos, siendo penetrado solo por uno, salí ganando por las experiencias. Pues como os he dicho, hoy lunes 24 de febrero, me encontraba en el por la Plaza del Duque pues tenía una reunión de departamento. Tras salir y recordando donde me encontraba, me ha dado por acercarme nuevamente al Sex shop, donde tras entrar no había más de tres tíos, cuyas edades eran entre cincuenta y pocos y los sesenta y muchos años. Donde al final solo me he comido dos pollas, no siendo la verdad embestido por mucho morbo que tenía uno de ellos, pero bueno. Soy de esos que siempre digo que trato de evitar ir al sex shop, tanto un lunes como un viernes, días que no son muy propicios por lo que estas generan, siendo los mejores días los martes y jueves. Bueno, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios ya sea a este portal, como a mí email…