En ausencia de ti (cap 8)

"Yo puedo hacer por ti lo que quieras, tú eres mi primer hombre y también serás el último."

En ausencia de ti - Tengo ganas de ti

--------------------------------------------------------------------------

Laura: Ignacio, lo siento, no sabía que estabas ocupado

Ignacio: No, tranquila, no interrumpes nada.

Cuando dije eso, el rostro de Fernando cambió, él sólo agachó la cabeza y salió de la habitación, aún no podía irse porque su camisa estaba en la lavadora por lo que tenía tiempo de hablar con él y aclarar todo esto que estaba ocurriendo.

--------------------------------------------------------------------------

Iba a ser mío, mío y nos interrumpen, por qué diablos, estas cosas sólo me pueden pasar a mí y para colmo todavía no puedo marcharme porque mi camisa está húmeda, tal vez tenga que pasar la noche aquí y la verdad es que la idea no me incomoda, por el contrario, pero si me avergüenza un poco ver a Laura, que suerte que nos sorprendió antes y no durante. Veía como Ignacio se posaba en el marco de la puerta, seguía sin ponerse camisa, estaba tan provocador así...

(http://www.youtube.com/watch?v=jKKtMNA5pe8)

Ignacio: Fernando, yo...

Fernando: Tranquilo que cuando esté lista mi ropa me marcharé.

Ignacio: No, no quiero que te vayas, quédate

Fernando: ¿en serio?

Ignacio: Sí

Se acercó a mí y me besó, comenzó a acariciar mi espalda, sentía que la sangre me hervía de nuevo, no quería que esto acabara nunca porque por fin lo tenía como quería, para mí.

--------------------------------------------------------------------------

(http://www.youtube.com/watch?v=F0rwOsAteXM)

Había vuelto a verlo y sentía como de nuevo se me erizaba la piel, ha cambiado mucho en estos 5 años que pasaron y no puedo evitar el pensar que todavía lo amo, él era mi vida, era mi príncipe y lo perdí por idiota. Estoy feliz de que haya olvidado todo y que ahora no me odie pero dudo que quiera tenerme como novio de nuevo, además él y Fernando siguen juntos, hace 5 años que están juntos, todavía recuerdo cuando...

Hace 5 años:

Iba yo caminando por la calle con un gran ramo de rosas, iba camino a casa de Ignacio, cuando me acerco a su jardín y lo veo abrazando muy apretado a Fernando, él estaba con los ojos cerrados y acariciaba su cabello a la vez que lo besaba. Afortunadamente no me vieron, pero mis lágrimas salieron de forma inmediata, no me podía aguantar y lancé las rosas al piso, las pisaba para que se destruyeran, de la misma manera como estaba destruido mi corazón, caminaba casi sin rumbo por aquellos lugares que estaban cerca de la casa de Ignacio. De aquella vez en adelante, todos los días me escondía cerca de la casa de Ignacio y esperaba a que saliera, para comprobar que está bien, no podía acercármele ni hablarle pero tan sólo verlo me bastaba para estar tranquilo pues si él estaba bien, yo también lo estaba.

La estocada final y el motivo principal por el que decidí marcharme fue porque... Lara me dijo que entre Fernando e Ignacio estaba naciendo algo que podía llegar perfectamente a ser amor, era un hecho que lo había perdido, me dijo que no me ilusionara porque lo más probable era que Ignacio ya se hubiera olvidado de mí, con el alma rota en mil pedazos y sabiéndome perdedor, agarré mis maletas y me marché a Inglaterra para intentar olvidarlo...

Durante el tiempo que estuve en Inglaterra estudiando economía no hice otra cosa que no fuera pensar en él, hablaba todos los días con Lara para saber cómo estaba, me aseguraba de que estuviera bien, siempre estuve pendiente de él aún con lo lejos que estábamos, cada cosa que él hacía yo la sabía, sé también que Álvaro se olvidó de él y eso fue lo que más me dolió, por él perdí a Ignacio, porque él lo enamoró, me lo arrebató de mi lado, quizás él tenía las atenciones que a ratos me faltaban con Ignacio, y al final ¿de qué sirvió mi sacrificio? de nada porque Álvaro simplemente no lo quiso.

Y hoy que volví a verlo tenía ganas de volver a besarlo y hacerlo mío, así como tantas veces lo fue, como aquella vez en un bosque a orillas del río...

Ignacio abría mi camisa, acariciaba mi pecho y observó la inicial de su nombre en mi pecho, me lo había tatuado como prueba de que siempre lo amaría.

Ignacio: Y esa I, mi amor, ¿te la tatuaste por mí?

Gustavo: Siempre vas a estar aquí, éste es tu lugar amor.

Comencé a besarlo fuerte, con pasión, tenía ganas de tenerlo para siempre así, entre mis brazos, sentir en mi pecho cómo su corazón latía sólo para mí. Ignacio comenzó a desnudarme, a quitarme la camisa, a la vez que yo le quitaba la suya, lo alcé en brazos, sus piernas se afirmaron de mi cintura, lo sentía temblar de deseo.

Siguió besando desde mi cuello e iba bajando hasta llegar a mi pene, mi Ignacio lo hacía como nadie, me sentía loco de placer, quería gemir sin parar, besaba mi glande y  con su lengua acariciaba mi frenillo, me acosté sobre el césped e hicimos la posición del 69, mientras lamía su pene, con mis dedos acariciaba su ano, lo masajeaba, me los llevaba a la boca y luego lo masturbaba, comencé a jugar con mi lengua para dilatarlo aún más, Ignacio estaba poseído

Ignacio: Mi amor, por favor, hazme el amor que no aguanto un segundo más sin sentirte dentro de mí

Gustavo: ¿Quieres que te haga mío?

Ignacio: Sí, mi amor.

Le di la vuelta y se sentó sobre mí, dándome la espalda y con sus brazos en mi pecho, comencé a bombear, hacía que mis caderas sonaran al chocar contra las de Ignacio, le estaba haciendo el amor como nunca o como hacía tiempo no lo hacíamos. Ignacio sólo gemía y gemía...

Ignacio: Ufff mi amor, me fa-fascina co-como te mueves

Gustavo: ¿Te gusta esto? pues estos movimientos son sólo para ti, sólo tuyos. Este cuerpo sólo te pertenece a ti.

Ignacio: Lo quiero hasta el fondo, mi amor

Gustavo: Como ordene

Y seguí moviéndome cada vez más rápido, tanto que sus brazos temblaban y lo sentía vibrar del placer. Cambiamos de posición quedando yo sobre él y él con sus piernas enredadas a las mías, con mis brazos me sujetaba mientras lo besaba y jugaba con su lengua, Ignacio no perdía tiempo y pedía más y más mientras mordía mis pezones. Volvimos a cambiar de posición quedando él a 4 patas y yo taladrándole fuerte mientras cariñosamente jalaba su pelo, ponía mi brazo en su cuello y lo acercaba hacia mí para besarlo, seguía mordiendo su cuello y comencé a sentir que pronto acabaría, aceleré el ritmo hasta que me vine dentro de él. Me acosté a su lado para descansar.

Gustavo: y ¿Cómo ha estado?

Ignacio: mmm... me encantó mi amor. Cada vez me demuestras más lo mucho que me amas.

Gustavo: Yo puedo hacer por ti lo que quieras, tú eres mi primer hombre y también serás el último.

Viví tanto junto a él que hoy me cuesta aceptar que ya no estamos juntos, y lo peor es que no puedo amar a nadie más que no sea él, no puedo ni quiero olvidarlo porque sin él no tendré vida, no la tengo ni la tendré.

-------------------------------------------------------------------------

Fernando me besaba con fuerza, con pasión, con una pasión desbordante y desenfrenada.

Me separé de él, sintiéndome totalmente confundido, no sabía qué pensar ni qué hacer, sólo quería dormir y aclarar todo lo que siento y lo que estoy comenzando a sentir.

Ignacio: Disculpa, Fer, pero es que yo…

Fernando: Por favor no me lo digas, no me digas que no puedes porque sigues amándolo a él.

Ignacio: No es eso, sólo no entiendo qué siento.

Fernando: Te sentí vibrar en mis brazos, deseabas que te hiciera el amor, no me puedes decir que no sabes lo que sientes por mí porque tu cuerpo te delató.

Ignacio: Estoy confundido, yo no…

Fernando: Ya me queda claro que lo único que querías era que alguien te hiciera el amor, como llevas tanto tiempo sin sexo te querías entregar a mí porque fui el primer imbécil que se te cruzó en frente, ¿le hubieras hecho lo mismo a Gustavo? Acaso.

Ignacio: (cachetada)… no puedo creer lo que estoy escuchando.

Fernando: Lo mejor será que me vaya.

-------------------------------------------------------------------------

( https://www.youtube.com/watch?v=_QbQ97s1TLU )

Tomé mi camisa así mojada como estaba y salí de su departamento, quería llorar, debía llorar para sacar toda esta rabia que me quemaba por dentro, no puede ser que siga amando a Álvaro, yo lo sentí mío, lo sentí totalmente entregado a mi amor pero… no sé, a ratos siento que lo estoy conquistando pero el fantasma de él siempre me va a molestar, siempre me va a herir… no entiendo.

Lo mejor será esperar a mañana y ver qué ocurre…

-------------------------------------------------------------------------

( https://www.youtube.com/watch?v=F0rwOsAteXM )

Caminaba por las calles madrileñas con un inmenso dolor, una confusión increíble e indescriptible. NO lograba aclararme, no me servía el silencio, tenía miedo de leer mi correo porque sabía que Ignacio me había escrito, cada mensaje suyo me hacía mal, lo extrañaba a Rabiar, lo quería cerca pero eso era algo prohibido incluso para mí, no sabía nada de él, no tenía a quién preguntarle, no podía estar tranquilo sin saber cómo estaba…

Supongo que me merezco todo esto por haberme olvidado de él, pero no es que lo haya hecho, sólo prefería no hablarle ni saber de él, ni que él supiera de mí porque simplemente le hacía más daño, alimentaba ilusiones que no eran sanas y yo me aferraba más a él y eso no podía ser, no puedo estar pendiente todo el tiempo de él y esa fue la razón para pedir mi traslado antes de tiempo porque ya no me necesitaba, estaba bien, tenía novio y eso era más que suficiente, ya no necesitaba a Álvaro, sólo era cosa de alejarme y él poco a poco me iría olvidando.

Todavía recuerdo cuando le conocí, en aquella fiesta de disfraces, lo vi llegar con un disfraz de emperador romano, era la despedida del antiguo sacerdote de la parroquia, me acerqué a él cuando estaba sentado, jugando con su móvil.

Álvaro: Hola, me llamo Álvaro y usted.

Ignacio: Hola, mu-mucho gusto, me llamo Ignacio

Nos quedamos mirando fijamente como por 5 minutos, detallaba su rostro, esos ojos celestes, ese cabello rubio, su fino cuerpo, esa finura que transmitía, me sentía condenado por verlo como hombre pero desde la primera vez que lo vi sentía que las cosas entre nosotros iban a ser más fuertes y más intensas que con el resto de jóvenes que participaban en la parroquia.

Comencé a ser su asesor espiritual cuando él me pidió ayuda por su “amigo” Gustavo, me confesó que era gay y que estaba harto de ver a Gustavo comportarse como heterosexual, poco a poco nuestros debates sobre si asumirse o no, nos fueron uniendo, creando un lazo más fuerte, tanto que de a poco me enganchaba a este joven que estaba moviendo todo mi mundo.

Llegó un día en que teníamos una actividad de amigo invisible, a mí me tocó Ignacio, y toda la semana estuve enviándole regalos, y el que él más destacó fue, una barquito de papel con el mensaje “Cuando haya tempestad, yo quiero ser tu barco”, me dejó un papelito en mi oficina que decía

“Muy lindo el barquito de papel, es un muy lindo detalle, Alvarito. Eso sí, tu letra es horrible jajaja…”

Cuando lo leí me sentí ilusionado pero asustado y confundido, si el párroco se enteraba de esto me expulsarían del seminario, aunque también dudaba de si debía seguir o no por lo que estaba naciendo entre Ignacio y yo.

Seguía caminando por estas calles, necesitaba tenerle, quizás llegó el momento de decidir lo que quiero para mi vida, no estoy muy seguro aún pero es un hecho que lo quiero a él. Quizás había llegado la hora de acortar las distancias entre Ignacio y yo, tenía miedo pero me sentía con fuerzas, debía asumir que no podía seguir llorando y dudando. Tenía que decidir algo ya…