En ausencia de ti (cap 7)

"Me quité la camisa, contemplaba su cuarto mientras él iba al baño, era el cuarto de un ángel, tocaba su cama, sus sábanas, esas sábanas que cada noche rozaban su piel, cómo desearía sólo una noche estar aquí con él, y poder hacerlo mío, sólo una noche, es lo único que pido."

En ausencia de ti – Sentir

---------------------------------------------------

( https://www.youtube.com/watch?v=NnEmE8qanG8 )

Tenía el tiempo que quería para organizar mi oficina y eso, pero no, inevitablemente se me vino a la mente Álvaro, pensaba en su frase “No me perderás” qué mentira más grande, cada mensaje que le envié para saber cómo estaba me confirmaba su olvido, me confirmaba que no lo volvería a ver, aunque es algo que ya tenía claro, después del “te amo” conque me despedí de él era lógico que no quisiera saber nada de mí, y ahora que lo pienso veo como mi vida cambio desde el instante en que me desahogué y le dije lo que sentía, había sido algo muy bueno para drenar los dolores pero…me costó su amistad, su presencia y su compañía. Dejé tantas cosas por amarlo, perdí a Gustavo que ha sido el único hombre que hasta ahora me ha amado sin medida, y lo perdí por imbécil, por pensar que para Álvaro yo era algo más, pero bueno, tengo que aceptar que yo sólo me ilusioné, él es un seminarista, para nada me ilusionó, fui yo quien confundió las cosas, yo tengo la culpa de todo lo que pasó.

Gustavo… ¿qué será de él? Nunca más lo vi, ni tampoco lo busqué, tengo que pedirle perdón por todo lo que le hice, hoy que Álvaro me olvidó comprendí todo lo que Gustavo sufrió al yo amar a otro, por qué no me di cuenta antes de lo mal que estaba haciendo las cosas, es poco lo que puedo hacer, sólo…

Fernando: Ignacio, ¿quieres que te ayude en algo?

Ignacio: Bah, eh, no tengo nada que hacer, es mi primer día. Pensaba ordenar y decorar mi oficina… ¿me-me ayudarías en eso?

Fernando: Puedo ayudarte a ordenar si quieres, pero yo no sé nada de decoración

Ignacio: Es lo de menos eso jeje

Fernando: Bueno, si usted quiere jeje

De repente se abre la puerta, era Laura que venía a buscarme, debo decir que mi amiga estaba guapísima eh, si no fuera yo gay ya me la habría intentado ligar. Cuando Fernando la vio, cambió la expresión en su rostro, a algo así como incomodidad, un silencio se hizo partícipe de la fiesta.

Laura: Y bueno, ¿qué pasa aquí?

Ignacio: No lo sé, vienes tan guapa que nos dejaste mudos jaja

Laura: Me lo imaginaba, corazón (cerrando un ojo)

Ignacio: Fernando ella es Laura San Román, ingeniera comercial al igual que yo y una gran amiga y Laura, él es Fernando Santacruz mi asistente personal.

Fernando: Mucho gusto (secamente).

Laura: el gusto es todo mío

Ahí estaban, las dos personas que más apoyo me dieron con la partida de Álvaro, era obvio que la mejoría sentimental sólo se la debía a ellos, y bueno, también a Lara, aunque en estos momentos esté recorriendo Europa con Bernardo y no pueda apapacharla y decirle lo mucho que la extraño.

Ignacio: y bien queridita, ¿nos vamos a comer o qué?

Laura: Por supuesto, Fernando, ¿no quieres acompañarnos?

Fernando: Eh no, vayan Uds.

Ignacio: Vamos Fer, además es una orden (riendo)

Fernando: Siendo así, bueno, vamos.

Bajamos hasta la entrada de la casa de modas, teníamos que ir al estacionamiento por los coches, Laura se iría en el suyo y Fernando y yo en el mío.

Laura: Y a dónde vamos, ¿a Basilic o Matiz?

Ignacio: Yo prefiero a Matiz

Laura: Fernando, ¿tú qué opinas?

Fernando: A mí me da igual, elijan ustedes.

Laura: Entonces a Matiz, nos vemos allá

Fernando y yo caminamos un poco más hasta mi coche, me subo y veo que Fernando se sube en el asiento de atrás.

Ignacio: Fernando, no muerdo, vente aquí adelante.

Fernando: Está bien, ya que insistes. A propósito, lindo coche.

Ignacio: ¿Te gusta? Me lo regalaron mis papás cuando egresé de la carrera.

Fernando: Vaya regalazo, eh.

Suena mi móvil, era Laura.

Ignacio: ¿Puedes contestar, Fer?

Fernando: Sí, Laura, dime, si ok ok, ánimo, nos vemos. Dice Laura que se retrasará un poco porque la llamó su jefe pidiéndole que de urgencia se regresara a la empresa.

Ignacio: Bah, bueno.

Llegamos al restaurante y nos sentamos en la primera mesa que vimos, decidimos esperar a Laura para comer.

Fernando: Que lindo lugar, no había venido nunca.

Ignacio: Bueno, este es uno de mis favoritos, soy muy exquisito a la hora de comer.

Fernando: Lo tendré en mente jeje

----------------------------------------------------

( https://www.youtube.com/watch?v=dwqb3LEgIbY )

Me sentía un tanto incómodo, afortunadamente me considero educado y no pasaría vergüenzas pero de igual forma estaba asustado, para tranquilizarme me dedico a mirar a Ignacio, que guapo estaba el pendejo, cada vez que lo veía sentía que el corazón se me iba a salir, no entiendo como un angelito como él puede estar soltero, ese Álvaro sí que es un imbécil, lo bueno es que no va a regresar.

Fernando: Y, perdón la pregunta, pero… ¿qué has sabido de Álvaro?

Ignacio: Nada, desapareció de la faz de la tierra, no contesta el teléfono, no responde mensajes, nada… no sé nada de él

Notaba como asomaban las lágrimas en sus ojitos, fue como clavarme una daga en el corazón, lo seguía amando, para mí desgracia, era obvio que todavía lo amaba, estos 5 años no hicieron que lo olvidara.

Fernando: Pero… ¿sigues amándolo?

Ignacio: No sé si todavía lo amo, es que es algo que no comprendo, no sé qué es lo que siento por él, no sé si es amor, odio, resentimiento, de verdad no sé nada.

Fernando: ¿Estás seguro que no sabes lo que sientes, o simplemente no quieres aceptar que lo amas?

Ignacio: Quizás sea así y aún lo amo pero…

Fernando: Pero qué, yo, francamente, no entiendo cómo puedes seguirlo amando si así como dices él desapareció, si no lo has vuelto a ver no puedes seguir amándolo, Ignacio, pensé que en el año y medio que no nos vimos lo habrías olvidado.

Ignacio: Ya ves que no.

Tenía rabia y celos, estaba ardiendo, tanto como para dejarlo solo pero no podía, mis piernas no se movían, no parecían querer moverse y dejar a mi angelito ahí, sólo, cómo desearía ser yo por quien llora y sufre, yo que lo amo desde la primera vez que lo vi…

Recuerdo de hace 5 años…

Fernando: Nachito, ¿dónde estás?

Ignacio: En la universidad, ¿por qué?

Fernando: Pensaba que tal vez podría ir a buscarte y tomarnos un café, o salir, no sé, hacer algo juntos.

Ignacio: Se me ocurren un montón de cosas que podríamos hacer juntos.

Fernando: No me desafíe, Nachito, que me va a hacer caer y ya de ahí no lo salva nadie.

Ignacio: Que tontito es usted. ¿Lo veo en un ratito más?

Fernando: Por supuesto, espéreme donde siempre.

Y ahí estaba él, como todos los viernes, esperándome sentado en la escalera, con esa sonrisa que me vuelve loco. Quizás si no me hubiera alejado ahora estaríamos juntos, yo quiero curar sus heridas y verlo de nuevo feliz, pero cada vez se me hace más difícil.

Fernando: ¿Te acuerdas cuando te iba a buscar a la universidad para nuestro café de los viernes?

Ignacio: Ah, cómo olvidarlos, si los esperaba con ansias, era la única vez en la semana que podía desconectar y dejar de pensar en Álvaro.

Fernando: Si quieres podemos seguir haciéndolo.

Ignacio: Crees que podamos, dudo que nos dé tiempo de salir.

Fernando: Donde sea, mientras sea contigo.

Ignacio: Como que Laura se está tardando demasiado, eh, será mejor que pidamos.

Llamó al camarero y comenzó a pedir, la verdad es que con todo lo que nombró ya me imaginaba que en esta mesa no habría suficiente espacio.

----------------------------------------------------

La verdad es que estaba muy feliz de poder estar con Fernando a solas, no es que no quiera comer con Laura, pero me agrada poder estar cerca de él, me siento bien, de repente sentí ganas de ir al baño.

Ignacio: Fer, iré al baño, vuelvo enseguida

Fernando: ok.

Iba caminando hacia el baño, y sentí que alguien tomó mi brazo, sentí una corriente eléctrica cuando vi que era…

Gustavo: ¡¡Hola, pensé que me estaba equivocando pero veo que no, eres tú!!

Ignacio: Ufff que susto me diste, ¿qué tal?

Gustavo: ¿Qué, no me odias?

Ignacio: Gustavo, yo no quiero hablar de eso, no es el momento

Gustavo: Ok, pero… ¿pu-puedo abrazarte?

Ignacio: Claro

Gustavo: Ignacio

La verdad me sentía bien de poder abrazar a Gustavo, pero seguía sintiéndome miserable ante su cariño, yo fui quien más daño le hice y él… vuelve y me abraza como si yo jamás le hubiese hecho nada.

---------------------------------------------------

Veía como Ignacio abrazaba a alguien, me sentía celoso y muerto de rabia, claro, él se veía un tipo adinerado y guapo, qué era yo a un lado de él, no era nada, nada.

Apretaba mis puños, trataba de contenerme para no ir  a partirle la cara a ese tipo

----------------------------------------------------

Gustavo: y qué tal, por Lara supe que eres ingeniero comercial.

Ufff, Lara estaba en problemas!!!!

Ignacio: Sí, y justo hoy entré a trabajar a “Casa Victoria”, y tú…

Gustavo: Ah, estudié economía en Inglaterra, decidí marcharme un tiempo de aquí, no quería seguir, eran muchos malos recuerdos y temía que pudieran hacerme más daño.  No te imaginas cuánto tiempo me odié por haberte perdido, pero nunca tuve el valor de hablarte, nunca te pedí perdón.

Gustavo: No tienes por qué hacerlo… es más, yo…

Fernando: Ignacio, ya están sirviendo ¿nos vamos a la mesa?

Ignacio: Sí, es que me entretuve con…

Gustavo: No sé, Fernando ¿cierto?, bien, decía, no sé si te diste cuenta de que nos interrumpiste, estábamos conversando.

Fernando: Ah lo siento, sólo venía a avisarle

Gustavo: Ah pues ya lo hiciste, ahora te puedes ir a sentar.

Fernando: Perdón, tú a mí no me hablas así

Ignacio: Fer, por favor tranquilo

Veía los ojos de Fernando, era increíble cómo estaba, era como si de veras estuviese furioso con Gustavo, de hecho si no los hubiera separado ya estarían golpeándose como dos trogloditas.

Gustavo: ¿Qué? Yo te hablo como se me dé la regalada gana.

Bastaron esas palabras de Gustavo para ver cómo ambos se lanzaban al suelo para golpearse como si fueran dos bestias salvajes, de verdad no entendía el pique de Fernando, y bueno, Gustavo tiene su temperamento, aunque a veces se lo guarde…

Yo creo que Gustavo debe pensar que Fernando y yo estamos juntos, por eso le habló de esa manera, aunque pensándolo bien, no sé por qué pierdo tiempo en pensar mientras estos dos se matan, espera… ¡Se matan!

Fernando: A mí no me vuelves a hablar así imbécil, si esto no fue suficiente, te puedo dar más.

Gustavo: Ven pues, entonces, te espero

Ignacio: Fernando, ¡ya! Por favor

Fernando: Qué no ves cómo me está provocando este hijo de puta, que te voy a romper la cara.

Gustavo: Que me la vas a romper, primero te la rompo yo, imbécil, y mantente bien lejos de Ignacio, porque no regresé precisamente para ser su amigo

Fernando: Primero te mato, imbécil

Fernando estaba loco, estaba furioso y era difícil controlar su cuerpo, estaba todo ensangrentado y aun así quería seguir peleando, la única manera de calmarlo era…

Ignacio: ¡Ya! (cachetada), lo siento Fer, pero no quiero que sigas peleándote, por favor, le acaricié la mejilla.

Estuve un buen rato en el restaurante pagando los daños, y bueno, intentando que no pusieran una denuncia contra Gustavo ni Fernando, le había dicho a Fernando que me esperara en el coche, luego lo llevé hasta mi casa para curarlo, en el coche…

Ignacio: De veras no entiendo a qué vino todo eso, de veras que no entiendo

Fernando: Bueno, ese tipo me provocó, y le tocó lo suyo al muy idiota

Ignacio: ¿Sólo a él?, vamos que en mi vida me habían hecho pasar semejante vergüenza.

Fernando: Lo siento, a todo esto, ¿por qué ese tipo dijo que no había regresado para ser tu amigo?

Ignacio: Es mi ex, Fernando, él es Gustavo

Fernando: Ufff, que suerte tuvo de que yo no supiera quién era

Bajamos del coche y lo subí hasta mi apartamento, lo llevé hasta mi cuarto, lo senté en la cama y comencé a curar sus heridas

Fernando: ¡Aggh, me arde!

----------------------------------------------------

Ignacio ponía el algodón en cada una de mis heridas, se me erizaba la piel con sólo sentir que él está cerca.

Ignacio: Fernando, quítate esa camisa para lavarla

Fernando: Tranquilo, si ya me voy.

Ignacio: ¿Por favor si? No me cuesta nada hacerlo.

(https://www.youtube.com/watch?v=i0CQlDuBq8g)

Me quité la camisa, contemplaba su cuarto mientras él iba al baño, era el cuarto de un ángel, tocaba su cama, sus sábanas, esas sábanas que cada noche rozaban su piel, cómo desearía sólo una noche estar aquí con él, y poder hacerlo mío, sólo una noche, es lo único que pido.

Ignacio: Qué haces, aún no termino de curarte, mírate ese labio, traeré hielo.

Fernando: Ignacio…

Ignacio: Bien, aquí está, siéntate por favor

Comenzó a pasar el hielo por mi labio inferior, sentía que la hinchazón no bajaba, por el contrario.

Fernando: Ignacio, ya estoy bien. Por favor

Ignacio: ¿Dónde más te duele?

( https://www.youtube.com/watch?v=geQYsVVkWaY )

Fernando: Aquí

----------------------------------------------------

Llevó mi mano hasta su pecho, sentí la electricidad recorrer por mi cuerpo, era algo indescriptible.

Ignacio: ¿y po-por qué te-te duele ahí?

Fernando: No te das cuenta, en serio no te das cuenta

Ignacio: Fe-Fernando…

Fernando: Te amo, y me muero por estar contigo

Y me besó, sentí sus fríos labios junto con los míos, me traspasaba toda su fogosidad a través de ese beso lleno de pasión, lo empujé a la cama y me recosté sobre él para seguirnos besando, no podía parar, acariciaba sus fuertes brazos, con delicadeza besaba sus labios, Fernando comenzó a quitarme la camisa que llevaba puesta, besaba mi cuello mientras yo me retorcía de placer. Desabrochaba mi pantalón hasta que…

Laura: Ignacio ya llegu… perdón, perdón.

Fernando: ¡Mierda!

Me había dejado mal, Fernando me había dejado con todas las ganas, pero sin duda… no era el momento.