En ausencia de ti (cap 2)
Pese a tenerte a mi lado, sigo sintiéndote ausente...
Aquí va la segunda parte, espero que sea de su agrado.
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En ausencia de ti, capítulo II: Acorralado
Desde la puerta de mi casa observo avanzar el auto de mi Gustavo, me fue imposible no recordar cuando hicimos el amor, recordé sus caricias y su calor, imaginaba que era Álvaro quien me hacía suyo. Creo que me estoy confundiendo demasiado, ¿será que me estaré enamorando de Álvaro o es que sólo tengo ganas de probarlo en la cama?, intento quitar estos pensamientos de mi cabeza pues son imposibles Álvaro es un seminarista y no está enamorado de mí. Abro la puerta de mi casa y veo a mamá sobre el sillón con cara de molestia:
- Victoria: ¡Ignacio Santisteban!, ¿dónde se había metido usted? Le he dicho mil y una veces que me avise si va a llegar tarde.
- Yo: Sí mamá, lo siento. Tenía que terminar una "tarea" con Gustavo para mañana y pues se me olvidó avisar.
- Victoria: Ok, pero avíseme. ¿Tiene hambre?
- Yo: No. Mamá estaré en mi cuarto.
- Victoria: Ok hijo, dejaré su comida en el microondas por si le da hambre. ¡Ah! se me olvidaba, en la tarde llamó Álvaro. Dijo que en cuanto llegaras lo llamaras.
Mi corazón comenzó a latir con mucha más fuerza, mi Álvaro me llamó, me llamó, quería escuchar mi voz. Subo rápidamente a mi cuarto, tomo mi celular y llamo a mi Álvaro.
- Álvaro: ¡Hola Nachito!, ¿cómo estás?
- Yo: Bien y ¿tú?, me dijo mamá que me llamaste
- Álvaro: Ah sí, quería saber si podemos vernos mañana, ¿puedes?
- Yo: Claro que sí, para nuestras reuniones siempre tengo tiempo.
- Álvaro: mmm... no me parece, hoy me cortaste por salir con tu noviecito.
- Yo: ¡Ah! es que hacía mucho que no salía con Gustavo, y ya lo extrañaba.
- Álvaro: ah, bueno como sea, nos vemos mañana, te me cuidas
- Yo: Ok, adiós. Te quiero.
Fue una conversación hermosa, aunque fuera corta, pero me encanta hablar con mi Álvaro es lo mejor. Hacía demasiado calor así que tomaría una ducha, entro a la ducha y comienzo a abrir la llave. La fría agua recorre mi cuerpo, como acariciándolo siento a Álvaro y a Gustavo conmigo, a ambos acariciándome, mientras Álvaro come mi boca, Gustavo acaricia todo mi cuerpo, comienza a besar mi cuello, con mis dos manos comienzo a masturbarlos, comienzo a sentir sus sexos en todo su esplendor. De pronto algo me saca de mis pensamientos
(Por qué será que insistes en llamar, me torturas, me ignoras y adoras hacerme llorar...)
Salgo rápido de la ducha a contestar el móvil.
- Yo: Gustavo, ¿qué pasa?
- Gustavo: Hola amorcito, ¿qué tal?
- Yo: bien, tomaba una ducha, la cual usted interrumpió
- Gustavo: jajaja ¿y pensaba en mí?, no sabe cuánto me gustaría estar con usted en la ducha, para hacerle el amor hasta cansarlo, hasta que ya no tenga fuerzas.
- Yo: No me digas esas cosas, que me pones mal. Amor... ¿por qué no se viene a dormir uno de estos días?
- Gustavo: mmm... no me parece mala idea, ¿qué tal mañana?
- Yo: Ufff pero venga sin ropa interior, así me lo hace más fácil jajaja
- Gustavo: Ok. Y tú me esperas en tu cama, recostado, desnudo, rodeado de pétalos de rosa, con una champagne bien fría y frutillas con chocolate.
- Yo: Vaya que tontito usted, te quiero.
- Gustavo: Yo no te quiero, te amo.
- Yo: Amor, me iré a acostar, ¡te quiero mucho!
- Gustavo: ok, vaya a dormir, que sueñe con los angelitos, o sea conmigo, haciéndole cositas malitas.
- Yo: Ok. Buenas noches.
Esa si fue una conversación caliente, pero con una dosis de ternura para mañana habían dos cosas que me alegrarían el día, una de ellas era mi reunión con Álvaro y la otra era que Gustavo se quedaría a dormir conmigo.
Creo que dormir me ayudará a aclarar qué es lo que me pasa y por qué estoy tan confundido.
- 6:00 am -
(De vuelta a casa de madrugada, todo lo que digas y la forma en que lo digas me importa)
¡Ah! hora de levantarse, debo decir que odio los días de semana porque tengo que levantarme temprano para ir a lo que queda de colegio, es poco, pero quiero aprovechar estos últimos días para estudiar y rendir un buen examen para la universidad.
La única forma de recuperar la dignidad que pierdo al dormir es una fría ducha, para despejar la mente, despertarme y verme digno para el colegio, lo frío del agua me ayuda a pensar, creo que debo decidirme por alguno de los dos, si es que estoy enamorado de Álvaro lo más sano será que termine con Gustavo, no porque crea que pasará algo con Álvaro si no porque es lo más sano. Salgo de la ducha y comienzo a vestirme, buscando mi uniforme que, por algún lugar de mi dormitorio, debo haber dejado cuando oigo un…
- ¡IGNACIOOO!
Era mi papá, él siempre me grita así para que baje a desayunar. Bajo y en el comedor están mi mamá preparando el café, mi papá leyendo el periódico, mi hermana Consuelo maquillándose y mi hermana Vicky.
- Osvaldo: Hijo, ¿qué tal el colegio?, ¿cómo van estos últimos días?
- Yo: bien papá, aunque es poco lo que hacemos porque pues ya estamos por salir.
- Consuelo: Aprovecha bien estos días, que son cuando más se comparte con los amigos.
- Victoria: Hijo, ¿tienes clara la carrera que quieres?
- Yo: mmm... sí, quiero estudiar relaciones públicas
- Osvaldo: que bien, así tendré a mis dos hijos en la oficina, es decir, casi a toda la familia.
- Victoria: ¡Claro!, ese era el sueño de mi padre, tener a toda la familia trabajando junta.
Hace ya como 20 años que mi familia tiene una casa de modas y todos trabajan ahí, y actualmente, la presidencia la tomó mi mamá.
- Osvaldo: Ufff es tardísimo, Consuelo, Vicky vámonos que llegamos tarde.
- Victoria: Ignacio, vamos.
Una tradición de mi familia es que a mis hermanas siempre las va a dejar mi papá y a mí, mi mamá.
Siempre, de camino al colegio, me gusta escuchar música, particularmente a Laura Pausini y casi siempre repito una de mis canciones favoritas "En ausencia de ti". Se me había olvidado comentarle a mi mamá que Gustavo se quedaría a dormir.
- Yo: Mamá, hoy Gustavo dormirá en casa, es que tenemos que hacer un trabajo y creo que nos quedaremos hasta tarde.
- Victoria: ok. ¿Vengo por ustedes o a Gustavo le devolvieron el coche?
- Yo: Sí, así que me iré con él.
- Victoria: Ok
Ya habíamos llegado al colegio y veo a mi Gustavo, sentado en una de las bancas que están a la entrada. Me bajo del coche.
- Yo: Adiós Mami, ¡te amo!
- Victoria: Yo también hijo, ¡nos vemos!
Me acerco hacia donde estaba Gustavo y lo saludo dándole un abrazo y un beso en el cuello.
- Gustavo: Hola mi vida, ¿Cómo durmió?
- Yo: Muy bien amor, creo que la terapia anti stress de ayer, me sirvió mucho.
- Gustavo: Ok. Qué bueno que hayas descansado porque hoy no te dejaré dormir.
- Yo: Amor, antes de irnos a casa, tengo una reunión con Álvaro, tú... ¿podrías llevarme? es a las 5.
La cara de Gustavo cambió, de su felicidad pasó a pena y enojo. No me gustaba que se pusiera celoso de Álvaro, aunque tuviera motivos.
- Yo: Si quieres no me vayas a dejar, ya veo que te molesta.
- Gustavo: No me molesta llevarte, me molesta que tengas que verlo a él, no entiendo para qué lo haces, si me tienes a mí.
- Yo: Hay cosas que no puedo contarte a ti, que me cuesta mucho por eso Álvaro me ayuda.
- Gustavo: Ignacio soy tu novio, te amo. ¿Eso no te basta?
- Yo: Mira, si quieres te vas a tu casa y cuando yo llegue te vas a la mía.
- Gustavo: No, mejor te llevo yo, así puedo ver si ese tipo intenta algo o no.
- Yo: Desde luego que si te lo propones puedes ser el tipo más imbécil que pisa la tierra.
- Gustavo: Ahora yo soy el imbécil, y ¿qué eres tú, ah? Mira cómo te brillan los ojos cuando hablas que tienes que reunirte con él. ¿Te gusta ir con ese tipo para ver si te hace algo no? Es eso lo que quieres, ¿qué te lleve a la cama?
- Yo: ¡Imbécil! (cachetada)
Los que llegaban al colegio miraban extrañados, lo sé, no se veía para nada masculino que yo le hubiera dado una cachetada a Gustavo pero hoy llegó al límite.
Ignacio: En tu vida me vuelvas a hablar así, yo jamás te he dado motivos para que desconfíes de mí
Gustavo: ¿Qué no me los has dado? Mira es inútil seguir hablando contigo, si quieres irte con él hazlo, cada vez me convenzo más de que estoy perdiendo mi tiempo esperando que me ames como lo amas a él.
Ignacio: ¡Eres un idiota! (intento darle otra cachetada pero Gustavo me sujeta el brazo)
Gustavo: No más Ignacio, nos vemos después
Desde luego que el día con Gustavo no comenzaba bien, él ya estaba notando lo que sentía por Álvaro, ya estaba comenzando a Acorralarme... lo mejor será que este día avance muy rápido.
Llegué tarde al salón, había decidido quedarme fuera para no tener que sentarme junto a Gustavo, me habían dolido sus palabras, me había herido…
(“Por qué será que insistes en llamar, me torturas, ignoras y adoras hacerme llorar”)
Sonaba mi teléfono con la canción característica de Gustavo pero ignoré la llamada, no quería oírlo pero él insistía, llamaba y llamaba, me decidí a apagar mi celular para poder estar tranquilo, caminaba y caminaba por todo el colegio, miraba a los alumnos que pasaban por allí, algunos guapos, otros nerds en fin, que ecosistema había en mi colegio, me siento extraño.
Riiiiiiing
Suena el timbre, me dirijo al salón y veo salir a Gustavo del brazo de la Zorra de Natalia, mi peor enemiga, quien ha estado enamorada de Gustavo desde siempre, sentía ganas de armarle un escándalo, de abofetearla y desgreñarla pero sabía que no era correcto, además que… no, era mejor no hacerlo, pero sí me acerqué a hablarle a Gustavo.
Ignacio: ¡Vaya! Quedaste mal luego de nuestra pelea, digo para estar con semejante compañía
Gustavo: ¡Ignacio por favor!
Ignacio: No, tranquilo que no iba a decir nada, después de todo eres libre para acostarte con la… mujercita ésta.
Natalia: Hablas igual que una puta resentida
Ignacio: Yo te voy a enseñar quien es la puta resentida, maldita zorra paff (cachetada) (Ufff que genial, lástima que lo imaginé, en todo caso en mi imaginación terminaba bastante desgreñada.)
Ignacio: jajaja ya sabía yo que un lenguaje tan vulgar sólo podía salir de tu boca, querida, eres tán…
Gustavo: ¡Ignacio ya! ¿Por qué no te vas?
Me había pedido que me fuera, ahora sí que me había dolido, la muy desgraciada había logrado su cometido, que Gustavo se enfadase conmigo, decidí marcharme del colegio, tomé mis cosas y me fui a casa de Álvaro, quería, necesitaba hablar con él.
Llegue a su casa y toqué el timbre, abrió la puerta, lo abracé, lo abracé como nunca antes lo había hecho, su calor me penetraba y me hacía sentir la paz que había perdido y que hace mucho no encontraba, éstos eran los efectos que Álvaro producía en mí…
Álvaro: Nachito, ¿Qué ocurre?, ¿Qué te pasa?
Ignacio: Peleé con Gustavo, le di una cachetada y buah, un pésimo día
Álvaro: ¿Y por qué peleaste con él?, ¿Qué pasó?
Ignacio: Nada importante, sólo estoy a la defensiva con él porque no quiere salir del armario (Le había mentido, no podía contarle la verdadera razón)
Álvaro: Pero tienes que entender que cada quien tiene su propio ritmo, no puedes obligar a Gustavo a hacer algo que él no quiera, por mucho que te ame
Ignacio: Lo sé y créeme que lo entiendo pero ya me estoy hartando de esperar, no quiero seguir soportando que las golfas del colegio se le insinúen y él les sonría, no quiero
Álvaro: Si no estás dispuesto a esperar termina con él, es lo más sano para ambos
Ignacio: ¿Crees que será lo correcto?
Álvaro: Quizás no lo correcto, pero si te hará estar más tranquilo, pues sí
Ignacio: Por qué Gustavo no es como tú, Alvarito…
Álvaro: Todos somos diferentes Nachito, así como tú tampoco eres igual a él o igual a mí.
El resto de la tarde lo pasamos riendo y hablando de todo, de mi vida, de mi familia, de mis amigos, de todo un poco, salimos a tomarnos un café juntos y recordé que había quedado con Gustavo, aunque después de nuestra pelea dudé que quisiera ir a mi casa, de cualquier manera lo llamé…
Ignacio: Hola, eh, yo… pues (balbuceaba como un idiota)
Gustavo: Amor, pues, ¿discúlpame sí?, lo he pensado mucho, sé que no debo tenerle celos a ese tipo pero me vuelvo loco sólo de pensar que lo mires con otros ojos, no lo necesitas a él si me tienes a mí que te amo.
Ignacio: Amor…sí lo necesito pero no para lo que tú imaginas, él es mi amigo, hay cosas que me pasan que no las puedo hablar contigo porque eres mi novio, hay veces que necesito que alguien más me escuche, por eso
Gustavo: Para eso tienes a Lara, a Bernardo… a Consuelo, a Victoria, ¿Qué más necesitas amor?
Ignacio: Alguien que esté conmigo sin importarle los demás…
Gustavo: Ya sabía que era por eso, entiéndeme amor
Ignacio: He tratado de entenderte pero también me canso, yo también necesito que mi novio me abrace delante de la gente, también necesito besarte, tomarte de la mano, también necesito que me des mi lugar…
Pese a tenerte a mi lado, sigo sintiéndote ausente…