En ausencia de ti (cap 17)

"Hey Daniel, uno de ellos todavía respira..."

En ausencia de ti – Quédate

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(https://www.youtube.com/watch?v=Nonsjwh4jvE)

Tengo que encontrarte mi amor, tengo que encontrarte. Abría la puerta de aquel extraño lugar, no puede ser…

  • Gustavo: ¡Ignacio!

Corrí, no sé cuánto, sólo sé que llegué y abracé a Ignacio, lo miré a los ojos y entonces comencé a llorar, el impacto fue rápido, creo que de todas maneras sí cumpliría mi promesa…

  • Ignacio: ¡Mi amor! Mi amor, háblame, no me hagas esto por favor
  • Verónica: Desgraciado
  • Gustavo: Tranquilo mi vida, aquí estoy, no llores por favor, que me haces llorar a mí
  • Ignacio: Gustavo por favor, tienes que ser fuerte. Prometiste que no me ibas a volver a dejar
  • Gustavo: Y no sé si pueda cumplir mi promesa pero algo debes tener claro y es que te amo.
  • Verónica: Ya basta de cursilerías, termina de morirte por favor…
  • Ignacio: Mi amor… mi amor… ¡GUSTAVOOOOOOOOOO!

Me sentía desgarrado, lo mantenía abrazado para que se quedara ahí conmigo, lo sentía todavía pero debía resignarme a que ninguno saldría vivo de allí, sabía que de todas formas me esperaba la muerte y creo que la merecía pero si alguien merecía ser salvado ese era Fernando.

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La impotencia corría por mis venas, veía una vez más sufrir a Ignacio, tenía miedo pero no por mí, sino por él estaba tan vulnerable, lo veía ya sin ganas de luchar, no sé si es el amor o qué pero comencé a mover mis manos, de alguna manera tenía que soltarme y ayudarlos, Gustavo no podía morir, había dado muestra de su inmenso amor por Ignacio y con ello me quedaba claro que era él el vencedor.

  • Verónica: No llores, te vas a reunir ahora mismo con él.

Apuntaba a Ignacio con el arma, Ignacio no se movía, permanecía ahí inmóvil, inerte, callado, casi sin defensas, intentaba desesperadamente desatarme, afortunadamente Verónica estaba de espaldas a mí y no podía verme, cargaba el arma y estaba a punto de apretar el gatillo, debía desatarme, no había otra opción.

  • Hasta nunca, maldito estorbo

Me moví sigilosa pero rápidamente, la cara de asombro de Ignacio fue el escudo perfecto, me quité la mordaza y la puse en sus ojos, era ahora o nunca.

  • Fernando: ¡Ni se te ocurra! (tapando sus ojos)
  • Verónica: Pero…
  • Fernando: (cachetada) al parecer no eres buena amordazando y amarrando gente
  • Verónica: (cachetada)
  • Fernando: Ignacio, corre, llévate a Gustavo de aquí
  • Verónica: No (disparando)

Agarré su brazo para desviar el tiro, salvando a Ignacio y comenzamos a forcejear con el arma, mientras Ignacio, como podía, intentaba llevarse a Gustavo del lugar, tenía que protegerlos a ambos.

  • Fernando: Suéltala (cachetada)
  • Verónica: No vas a evitar que acabe con él
  • Fernando: No, no lo vas a lograr (puñetazo)

Era el momento, tenía el arma, podía acabar con ella por Ignacio, Gustavo y Álvaro, no podía dejarla viva, era arriesgar a Ignacio, y así como Gustavo demostró su amor arriesgando su vida yo lo haría acabando con la existencia de esta desgraciada.

  • Fernando: (girándose hacia Ignacio) Ignacio, ésta es mi mayor muestra de amor por ti
  • Verónica: (tomando un palo) pues tu muestra de amor no será vista nunca (golpe)
  • Fernando: ¡Ahh!

Otra vez había perdido la pistola, tenía que quitársela, necesitaba que Ignacio me ayudase pero él sólo estaba pendiente de ver a Gustavo, me dolía la cabeza del fuerte golpe que recibí. ¡Dios! Tengo que salvarlos, no se pueden morir, ellos no pueden acabar así

  • Verónica: (tomando del pelo a Fernando) Quisiste hacerte el valiente y dispararme pero no te resultó y ahora vas a pagar tu atrevimiento.

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Fernando estaba arriesgando su vida y yo no podía hacer nada, seguía con Gustavo en mis brazos, por qué no valoré antes su inmenso amor, ¡Dios! Qué hago, no puedo dejarlo aquí pero tampoco puedo abandonar a Gustavo, él recibió el disparo que era para mí, arriesgó su vida por mí y Fernando está haciendo lo mismo.

  • Ignacio: Mi amor, te amo y perdóname por dejarte aquí pero no puedo quedarme sin hacer nada
  • Gustavo: (cerrando fuertemente los ojos y volviéndolos a abrir)

Tomé el mismo palo con que Verónica golpeó a Fernando, en ese instante pensé en Gustavo y en Fernando.

  • Ignacio: ¡Perra!
  • Verónica: (caía al suelo)
  • Fernando: Ignacio (abrazándolo)
  • Ignacio: ¿Estás bien?
  • Fernando: Yo no importo, tenemos que ayudar a Gustavo.

Gustavo seguía inmóvil, sólo abría y cerraba sus ojos teníamos que salir de ahí aunque el miedo nos consumía, debíamos aprovechar que Verónica estaba desmayada para huír y buscar ayuda.

Fernando usaba el celular de Gustavo para pedir ayuda, no podíamos esperar más tiempo

  • Ignacio: Gustavo despierta, tienes que ser fuerte. Recuerda tu promesa
  • Gustavo: Yo siempre voy a estar contigo…
  • Fernando: (finalizando la llamada) Aguanta Gustavo, por favor aguanta.
  • Ignacio: Gustavo, mi amor, por favor… no me dejes, te lo ruego, no me dejes
  • Verónica: (Agarrando su cabeza) Ahora sigues tú Fernandito, te dije maldito maricón, te dije que los ibas a ver morir a ellos y luego me suplicarás morir…

Ésta vez no había quién nos salvara…

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  • Lara: Bernardo, ¿Qué pasó? ¿te dijo dónde están?
  • Bernardo: Al parecer Verónica se hizo pasar por Diego para hacer caer a Ignacio, me explicó cómo es el lugar aunque la policía necesita un dato más certero para dar con ellos y poder salvar a Gustavo.
  • Lara: ¿Qué le pasó a Gustavo?
  • Bernardo: Verónica le disparó, por eso necesitamos la dirección de ese lugar.
  • Lara: ¡El celular de Ignacio! Recuerda que ahí estaba el mensaje
  • Bernardo: ¡Es cierto! Vamos, no hay tiempo que perder.

*Arrancamos a máxima velocidad a la estación de policía, tenía miedo, mucho miedo pero debía mostrarme dura para ayudar a Bernardo. Bernardo ve a Ignacio como un hermano, por tanto sé que todo lo que está pasando lo

tiene tanto o más afectado que a mí. Comprendía ese lazo de amistad tan fuerte que hay entre Ignacio y Bernardo y lo comprendo porque es casi el mismo lazo que me une con Gustavo, los años no habían logrado acabar con esta hermosa amistad y mucho menos lo lograría la muerte, el desafío era ser rápidos y lo íbamos a lograr, de eso no había duda.*

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Las cosas estaban color de hormiga, los nervios aumentaban, Verónica nos apuntaba con su arma y ya no podíamos hacer nada, estábamos solos Ignacio y yo, no podíamos dejar solo a Gustavo, había que ayudarlo de alguna manera.

  • Verónica: Qué cuadro tan conmovedor, el maricón con sus tres amantes. Despídanse, pronto se reunirán con su querido Gustavo.
  • Fernando: Zorra (agarrando el brazo con el arma) suéltala.
  • Verónica: Suéltame, estúpido (escapándosele un tiro al techo)

Veía como varios tiros escapaban del arma, había entrado a una especie de frenesí y no me podía controlar, era como si no tuviese miedo a nada y sólo me importara salvar a Ignacio. De repente la puerta se abre y veo entrar a varios policías junto a Lara y Bernardo, aproveché el momento para acercarme a Ignacio hasta que siento un disparo, mis piernas comenzaron a temblar, sólo escuché un…

  • Ignacio: ¡Fernando!
  • Verónica: Te lo dije maldito infeliz, ahora sigues tú…

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Vi caer a Fernando y de inmediato los policías la tenían rodeada, mientras Lara y Bernardo llevaban a Gustavo a la ambulancia, corrí hasta Fernando.

  • Ignacio: ¡Fernando! ¿por qué hiciste esto?
  • Fernando: Por ti y por… Gustavo
  • Ignacio: ¿Qué?
  • Fernando: Ustedes merecen estar juntos, no había otra forma de salvar a Gustavo, él necesitaba ayuda y sé que estando con él estarás bien, yo no podré verte feliz como hubiese querido pero sé que ambos estarán bien.
  • Ignacio: Tonto, tú también vas a estar bien, eso te lo aseguro (besando su mano)
  • Fernando: Sólo te quiero pedir algo…
  • Ignacio: Pídeme lo que quieras.
  • Fernando: Dame un beso, quiero irme habiendo probado el sabor de tus labios por última vez.
  • Ignacio: No te vas a morir…
  • Fernando: De todas formas, aunque no muera, ya nunca más podré besarte.

Lo besé para cumplir su deseo, pero también para aclararme, creo que al fin había roto el triángulo amoroso con el que tanto daño causé, Fernando cerró sus ojos, agradecí su amor hasta el infinito, gracias a él comprendí lo mucho que amaba a Gustavo y que por él debía cambiar la historia…

  • Verónica: Muere, maldito infe…

No sé si por un acto protocolar o bien pasando por alto los derechos humanos, Verónica caía con 9 disparos en su cuerpo, intuí que no había otra manera aunque mi cara de asombro y de lástima aparecían, me había quedado inmóvil al ver a Verónica acabar de tal manera, se había terminado la desgracia, había acabado el dolor y el sufrimiento, aunque con él se hubiese llevado a los 3 hombres que habían cambiado mi vida.

  • Policía: Joven Santisteban, ¿Está usted bien?
  • Ignacio: No lo sé…
  • Bernardo: Nachito (abrazándolo) me asustaste cabrón, nunca vuelvas a arriesgarte de esa forma, nos diste un susto terrible.
  • Lara: Jamás vuelvas a hacerlo, tonto (abrazo triple)
  • Policía: Joven, tiene que acompañarnos, su declaración es necesaria.
  • Ignacio: (fuera de sí) sí, sí tranquilo, no se preocupe

Veía alejarse al policía, la cara de Bernardo era de turbación, corrí a abrazarlo…

  • Ignacio: Lo perdí, Berni (lloraba)
  • Bernardo: Ya Nachito, tienes que estar tranquilo
  • Ignacio: Él prometió nunca dejarme, lo prometió, me falló.
  • Bernardo: Lo mejor será que vayamos, tienes que estar bien y ver un médico.

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Ignacio me tenía al borde del llanto, intentaba ser fuerte por él, aunque estábamos todos devastados, teníamos derecho de sentirnos tristes y llorar pero sí que sentía algo de coraje con la vida, tanto que le costó a Ignacio encontrar el amor y hoy se lo quita, me hubiese gustado ahorrarle todo este dolor a Nachito pero es parte de la vida, él debía aprender a afrontar ciertas cosas…

Alcancé a escuchar una conversación de los policías, no todo estaba tan perdido…

  • Roberto: Hey Daniel, uno de ellos todavía respira…

No quise decirle nada a Nachito, lo que va a pasar, definitivamente va a pasar, sólo hay que tener la fe.

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Qué frío es estar en un hospital, sin nadie que se preocupe por los demás, todos preocupados de sus problemas, nadie dispuesto a tenderte una mano, me sentía ido, sin duda había perdido todo contacto con la nave nodriza, miraba fotos en mi celular, fotos con los 3, ¡Dios! Perdí tanto, me diste tantas oportunidades para ser feliz y yo las fui desperdiciando una a una, mis ilusiones se habían marchado, me había quedado solo y nada me podría quitar esa sensación…

  • Lara: Mi vida (abrazándolo) ya todo terminó, ya no hay más penas, más lágrimas, ya se acabó…
  • Ignacio: Y se los llevó consigo, ¿por qué Gustavo me hizo esto?
  • Lara: No te adelantes, no sabemos nada aún.
  • Ignacio: Ambos están muertos… y aunque uno estuviese vivo, ¿qué voy a hacer sin Gustavo?
  • Lara: No debiera decirte esto pero Bernardo escuchó cuando uno de los policías decía que uno de ellos todavía respiraba, no todo está perdido.
  • Ignacio: Que sea lo que Dios quiera, aunque yo sólo quiero a Gustavo conmigo…
  • Lara: Tranquilo corazón…

Quería verlos y no me lo permitían, moría de rabia y de miedo, necesitaba saber qué pasaba con ellos, caminé hacia la capillita…

  • Ignacio: Me lo prometiste mi amor, me prometiste estar siempre conmigo, Dios, no me lo quites, sé que les causé tanto dolor a los tres por no decidirme, yo no sé qué voy a hacer sin Gustavo, con todo mi amor por él...

Escuchaba música para calmarme, llegué hasta “En ausencia de ti” de Laura Pausini, por primera vez no me causó nada, decidí cambiarla hasta “Por siempre mi amor” de David Bisbal. Hoy comenzaba algo nuevo.

Aunque mañana no estés, pase lo que pase, estaré siempre pensando en ti…

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Avance capítulo final

  • ¿?: (poniendo el anillo en el dedo medio de Ignacio) Mi amor tengo la casa y la familia, sólo me falta el esposo.
  • Ignacio: No te vas a cansar hasta verme casado contigo, ¿verdad?

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Uno de ellos sobrevivirá, el otro lo amará desde la muerte…

¿Quién será?