Emputecimos a la hija de mi jefe - CAPÍTULO 3.258
¿Realmente es necesario decir algo más? Ya he contado toda la trama en el título.
Hola. En los 3.257 capítulos anteriores no ha pasado algo medianamente interesante, pero les juro que ahora sí porque voy a contar algo real.
Tengo 18 años, mido 1.73 centímetros y peso 51,232 kilogramos. Recuerden estos datos porque nunca más los voy a mencionar, y ni mucho menos serán importantes para el devenir de la historia.
Tengo una colita en forma de corazón que es envidia de muchas mujeres, pues las tienen en forma de riñón. Tengo unos ojazos azules que imprimen carácter y fotocopias a buen precio, una boquita que invita a mamadas bestiales y una cinturita que ya quisieran las niñas de 12 años. Tengo 18 años.
Tengo cabello, así es, lo tengo, el acabose, es lacio, rubio y largo. Llega hasta mi voluptuosa nalga derecha. También tengo dos piernas torneadas y otra que no lo está tanto. Más abajo tengo dos pies demenciales, unos dedos increíbles, uñas fantásticas, poros magníficos, células top, moléculas y átomos que son la perdición de hombres y mujeres, y un bosón de higgs que despierta el morbo allá donde se desintegre. Y tengo 18 años.
Ah, y me llamo Ramón. Vamos, que soy un PRDMTDLRILF. O sea, “Pedante repelente de mierda típico de los relatos i´d like to fuck”.
Estaba muy cansado, pues en el centro científico donde trabajo suelen usar mi polla para medir la distancia entre las estrellas y la tierra. Esa tarde me la pasé tratando de alcanzar Alfa Centauro, realmente fue una tortura. Así que fui directo a mi habitación para ejercitarme, porque eso no tiene sentido.
—Oye, Ramón –dijo mi hermanita, entrando. De vista le pueden poner unos 19 años, 2 meses y 4 días. 2 horas más, 2 horas menos, ya eso no sé.
—Qué pasa –tuve que soltar la mancuerna de un millón de kilos con la que estaba calentando.
—Nada, solo estoy vestida como una puta de mierda y coincidentemente quería visitarte un ratito –dijo acercándose para secar el sudor de mis tremendos pectorales con una toallita.
—Ya veo, no pasa nada –dije soltando la barandilla de diez toneladas con la que mi polla estaba ejercitándose.
—Qué guapo estás, quién lo diría siendo tú el protagonista de este relato.
—JAAAAJJJJ –ni siquiera soy capaz de escribir bien una puta risa.
—AaaaJJJJJAJJJJJJJJJJJ!!11 –he puesto el número “1” en vez del signo de admiración. ¿Alguien sabe dónde está el botón “DELETE”?
Besé mis bíceps, lamí mis tríceps, soplé mis cuádriceps. Y follamos como cerdos.
Fue surrealista, sobre todo considerando que estoy escribiendo esto con drogas hasta la médula. Ella venía hacia mí, flotando, pero impulsada por un jetpack. Me levanté para atraparla, que si no se iba por la ventana.
Tenía unas enormes tetas. ¿Alguien es capaz de imaginarlo? Chupé la del medio mientras ella empezaba a pajear mi enorme pollón. Mi enorme, venoso, musculoso y engreído pollón. Llevé mis manos entre sus piernas para jugar con su clítoris. Jugamos “Mortal Kombat”, el muy cabrón se sabía los combos de Sub-Zero a la perfección, pero vamos que le hice sudar la gota gorda con Kung-Lao.
Ella rodeo sus piernas por toda mi cintura. Yo rodeé mis brazos en su cuello mientras ella metía su puño en mi boca, al tiempo en que mi otra mano se enredaba entre las aspas del ventilador del techo. En ese momento ella aprovechó para girar sobre mí, rodeando su cabello por mi vientre, mientras mi polla serpenteaba en la alfombra en búsqueda de su lengua, que por cierto la tiene anillada por un aro que rodea su nariz, que toca ligeramente su clítoris hasta mis ojos. Mi boca fue hasta el techo de mi casa, para rodear su culo con mis labios inferiores.
Luego “se la metí en el culo de un envión”. A saber si es posible tamaña parida, pero bueno, “se la metí en el culo de un envión”. Y nos corrimos al mismo tiempo, vaya puta coincidencia.
Aparentemente tener 18 años me convierte en un puto toro con resistencia infinita. Así que me acerqué a mi hermanita, pese a que ya estaba cerca de ella, para pedirle más sexo. Porque eso es lo que hacen los hermanos. Ella tenía una nariz de lo más preciosa. Lo acaricié, lo lamí y puse la punta del glande allí en la fosa derecha. La observé antes, como pidiéndole permiso.
—¿Puedo tener el honor de rasgar tu himen nasal, mi puta?
—¿Qué dices? Tú estás loco, somos hermanos… ¡qué haces! ¡Aléjate!
—Venga…
—JODER ME CONVENCISTE CABRÓN, FOLLA MI NARIZ SIN COMPASIÓN.
Afuera explotaban bombas nucleares. ¿Ya dije que tengo 18 años? Porque soy incapaz de releer lo que escribo.
El mete saca era brutal. Su fosa nasal chorreaba jugos de placer, confusión, hipocresía y soledad. No quería embarazarla, así que retiré mi pollón y me corrí por todos los lados de la habitación. Lastimosamente un chorro de semen salió disparado directo hacia Krilin, matándolo.
Repentinamente sonó mi teléfono celular.
—¿Hola? Aghhh –mi hermanita estaba chupando mi talón, así es difícil hablar.
—Ramón, soy Manuel.
—Mi compadre… bufff, ¿cómo estás?
—Estoy bien, nada especial. Ya sabes, al ser tu amigo y personaje secundario, carezco de personalidad.
—No digas eso, podemos ponerte un color peculiar de cabello. Eso ayudará.
—Te llamo porque estoy con el corazón roto. Verás, la chica que me gusta me ha rechazado. Y lo peor es que es hija de mi jefe, tengo que verla casi todos los días.
—Lo siento amigo, si hay algo que pueda hacer por ti. ¿Qué tal si salimos a por unas birras?
—¿Qué tal si la secuestramos y la convertimos en nuestra esclava sexual?
—¿Esclava sexual? ¿Pero tú te estás escuchando? ¿En serio crees que esa es la solución para tu problema? Sé real Manuel, hay muchos peces en el mar, seguro que pronto volverás a encontrar a alguien que te corresponda. Tu media naranja. No arriesgues tu vida ni la de tu familia por una muchacha, no vale la pena.
—Venga…
—JODER ME CONVENCISTE.
Teníamos que pensar en algún plan para capturar a la chica que tanto amaba mi amigo. Sería un plan complejo, con mucho tiempo de preparación. Horas y horas de prueba y error, prestando la más mínima atención a cada detalle y/o variantes que pudieran presentarse…
Voy a poner un montón de asteriscos para que penséis que ha pasado mucho tiempo y que realmente hemos planeado algo.
Hemos conseguido con éxito nuestro primer secuestro. Allí estaba ella. Sentada. Encapuchada. Con auriculares enormes puestos en su rodilla izquierda, pues queríamos evitar que el sonido de afuera delatase nuestra ubicación. Compramos un disco de música para tal menester: “Los mejores éxitos del reggaetón”, era una edición limitada que venía con un cuchillo para poder clavarse en el oído.
Estiré mi brazo, pues soy miembro de los 4 Fantásticos. Le quité la capucha, abofeteé a mi amigo y de paso me compré una Coca Cola aprovechando que un submarino se estrelló en la casa de mi vecino tras estar en Marte.
—¿Dónde… Dónde estoy? —dijo la chica, utilizando su boca.
—En TodoRelatos.
—TodoRe… dime –dijo temblando— ¿En qué categoría? ¿En qué categoría estoy? No me digas que es No Consentido, ¿o Zoofilia?
—Textos de Risa.
—¿Ein? ¿Y el autor?
—Vieri32.
—Diossss… menos mal, por poco pensé que me tocaría un autor erótico.
—Ahí es donde te equivocas, puta. Ha estado practicando un montón, si no, explica este pollón de 13 kilómetros que tengo. A partir de ahora me encargaré de entrenarte en las artes del sexo. Serás una auténtica cerda sexual dentro de unos meses, a base de lecciones duras y castigos más duros aún.
—¡Nunca conseguirás doblegarme!
—¡Sigue, sigue puta!
—Córrase en mi cuerpo de cerda cochina, mi amo. Y azóteme quince veces porque estoy convertida en una auténtica zorra masoquista.
—Muy bien, puta.
—Esto, Ramón…
—Qué pasa, mi amigo con pelo granate.
—¿Qué cojones está pasando?
—A qué te refieres.
—A que han pasado sólo cinco minutos desde que le trajimos aquí. Si es que… le acabas de sacar la capucha.
—¿Pero y esos asteriscos ahí arriba? Creo que tu pelo verde manzana y con púas te está fritando la cabeza.
Mi amigo, cuyo nombre ya me he olvidado, decidió sacar una videocámara de su polla.
—Ya veo. Es hora de mandarle a su padre un mensaje muy especial.
—Exacto Ramón, ya está filmando. ¡Comienza!
“Buenos días, señor Saavedra. Como verá, su querida hija está aquí con nosotros. Si no entrega rápido el dinero, ella la va a pasar muy mal. Le mostraré un ejemplo de lo que pasa cuando jodes conmigo y mi amigo… Mire, mire ese bonito rostro de su niña. ¿Ve esa nariz tan pequeñita? ¿Lo ve? ¿A que es una preciosidad de nariz? Observe cómo meto un dedo en la fosa… ahora dos…. Ufff… ahora setenta y cuatro dedos…”
Choff, choff, mburrffggg, mbuff. Síiiiiii…
—Suficiente, mi amigo rockero. Corta ya.
—Estuvo genial.
—Lo sé. Mándale a su correo, eso le confundirá.
—Considéralo hecho.
—Disculpe, mi amo –interrumpió la joven.
—Qué quieres, puta.
—Necesito ir al baño. Además tengo mi periodo.
—Estás en un relato, esas cosas no pasan.
—Ah, vale… la verdad es que ya estoy bien.
Salimos todos afuera para tomar aire fresco. Jugamos un poquito al “salto con cuerda” aprovechando mi kilométrica verga. Fuimos al Everest para admirar la vista. La putita casi se cayó, pero se salvó debido a que, aparentemente, Krilin resucitó y eso afectó el rendimiento del Barcelona.
Cuando regresamos, con risas, colegueo, algo de amor y un poco de nostalgia, revisamos el correo.
—¿Y bien, mi amigo con el pelo lacio pues eres fanático de Arjona?
—Mira, Ramón, aún no ha contestado al mail. Pero en CNN dicen que Francia se rindió ante nosotros.
—Genial. Vamos a necesitarlos.
Repentinamente entró mi hermanita. ¿Cómo había pillado mi base secreta?
—Hermanita… ¿Cómo pillaste mi base secreta?
—¿Qué? No te escuché.
—¿Cómo pillaste mi base secreta? –Quería saber cómo pilló mi base secreta.
—¿Que cómo he pillado tu base secreta, dices?
—Exacto.
—No sé.
—Ah. ¿Y por qué estás aquí?
—Te he seguido desde casa, pues me dejaste con ganas de más. Verás, al ser mujer, soy una puta sin solución.
—Mira, te presento a nuestra esclava sexual. No sé su nombre, pero ha alcanzado un grado de emputecimiento extremo.
—A ver, a ver – dijo metiendo su pie en el ombligo de la esclava – Joder, es verdad, vaya marrana.
—¿Quieres jugar un poquito con ella?
—Disculpa pero yo no hago guarrerías con chicas que están aquí en contra de su voluntad. He venido a liberarla, a hacerles ver a ustedes dos que la solución no está en este camino tan turbio que habéis elegido. He venido a llevarla junto a su padre, pues el lazo afectivo que les une es idílico y no somos nadie para interferir.
—Venga…
—No, en serio, hermanito. Por favor, piénsalo.
—Va…
—JODER ME CONVENCISTE, DEJA QUE INTRODUZCA MI CODO EN SU OREJA.
Fue una orgía espectacular. Con mi hermanita dándolo con todo en la oreja izquierda mientras yo metía mi teclado en la otra. Mi amigo, el rubiales, lamía con mucho ahínco la pata trasera de la silla. La pata medía 17,5 centímetros de alto por 2,50 de ancho. Fue fabricado en las costas de Tahití, por unos monjes cuya sonrisa evoca tiernos recuerdos.
No pude más y saqué mi enorme pollón. Desatamos a la puta, pese a que nunca estuvo atada, y le pusimos de trece patas. Hice “El misionero” mientras mi hermanita practicaba “El helicóptero” y mi amigo le hacía “El rotor de un submarino espacial estrellado en las costas marinas, con trece algas y un sapo observando atónitos el imponente espectáculo, jurando amor a los indígenas locales”.
Fue la corrida más brutal que tuve en mi vida, pues coincidentemente nos corrimos todos al mismo tiempo.
Pero repentinamente entró el padre de la niña en nuestra base secreta.
—Pero qué cojones… ¿Cómo has pillado mi base secreta?
—No, en serio muchacho, repetir la broma de la base secreta no estaría bien.
—Ah, OK señor.
—He venido a por mi niña, panda de pervertidos –dijo sacando un lanzagranadas de su bolsillo.
Estábamos acorralados.
—¡Papi! –gritó su hija.
—¡Hija! ¡Si tan solo supiera tu nombre!
—Perréame contra la pared toda la noche papi, que mi sabrosura la tengo a punta de caramelo-melo.
—Hijos de puta, la habéis convertido en una reggaetonera. No puedo creer lo que te han hecho, mi niña. Ven conmigo, haremos que esta gente pervertida la pague. Te someteré a un tratamiento hormonal, porque eso es lo que hacen los padres. Volverás a casa, te prometo que dedicaré mi vida a ti, a tu madre y a nuestra familia. Tendremos un final feliz, solo dame una oportunidad.
—Pero si me gusta mi nueva vida como puta.
—JODER HIJITA, LA VERDAD ES QUE DESDE QUE ENTRÉ ESTOY CACHONDO PERDIDO. VAYA CARETA LA MÍA, DEJA QUE TE MUESTRE LO QUE ESTE IMPONENTE TALÓN IZQUIERDO PUEDE HACERLE A ESA TIERNA UÑA QUE TIENES EN LA MANO.
Fue todo un espectáculo. El padre envió un brazo hacia las tetas de la joven, vía Fedex. Yo aproveché y enredé mis brazos entre las sillas, oohhh síii. Mi amigo, el pelado, se subió encima de mi hermanita para poder chupar el aspa del ventilador, mientras sus manos pajeaban mis rodillas, pues yo, al estar con medio cuerpo atravesando a la esclava, podía mover mi cadera en movimientos circulares y diagonales que volvían loca a mi hermanita, ya que ella, al estar con una pierna y un brazo subyugados al talón del padre de la esclava, podía apreciarlo todo.
¿Se están excitando con mi relato? Porque me haría mucha ilusión que se estén masturbando mientras me leen. Es decir, no quisiera yo que ustedes se imaginen un acto de coprofilia o algo similar mientras se la cascan. Coprofilia.
—Ustedes dos, gracias por transformar a mi hija. En serio, es lo más hermoso que puede tener un padre de regalo. Que mi hija aparezca como ejemplo de “puta” en el próximo diccionario de la RAE.
—¿Entonces no nos vas a denunciar?
—No, es más, a tu amigo el rastas le voy a promover. A ti te voy a contratar para trabajar en mi empresa. La única condición es medir 1.73 centímetros y pesar 51,232 kilogramos.
Festejamos con otra orgía. Esta vez el padre nos enseñó su movimiento especial y ultra secreto: “Monje victimista lanzando una mirada pícara a cuatro pingüinos cuyos picos se entierran en el culo del sol, trayendo hacia sí, la gloriosa victoria del equipo visitante durante los últimos segundos de juego”. Dijo que necesitaba a más chicas, pero que con nuestra esclava y mi hermanita sería suficiente para una demo.
Unos punkers, provenientes de otro relato, se aparecieron amenazantes en nuestra base. Pues los punkers son hijos de putas con ganas de matar y putear a todo lo que se mueva. Escuchan rock comercial porque eso no tiene sentido. Pero yo sé que en el usb con forma de cadenita que les pende del cinturón tienen la discografía completa de Coldplay.
Hice una patada voladora, pero ellos se esquivaron a la velocidad de la luz. Uno de ellos lanzó otra patada voladora, pero hice otra patada voladora para esquivarle, e inmediatamente lancé una gran patada voladora para golpear la góndola de caramelos que teníamos en la base. Los punkers corrieron hacia los caramelos porque válgame dios, eso sí que no tiene sentido. Sonreí porque cayeron en mi trampa. Lancé mi polla y los capturé. Todos aplaudieron. Los malos malotes del universo fueron derrotados.
—Hermanito, eres lo máximo –dijo mi hermanita, follando con la silla.
—Si tan solo tuviera personalidad podría decirte una frase épica –agregó mi amigo, morreándose con la rodilla de uno de los punkers.
—SOY PUTA Y YA -exclamó la puta.
—Por favor, sé nuestro líder para derrotar a unos ángeles drogados –me rogó el padre de mi esclava, ofreciéndome una espada-usb con algunos clásicos de los sesenta.
—OK –respondí chupando el suelo.
Dios, ¿cómo puedo continuar algo así? No se pierdan el siguiente capítulo en donde describiré cómo me chupo el dedo frente al espejo. Habrá rap y muchas furcias. El ejército francés de invitado.
Con este relato me despido para siempre de TodoRelatos. Estoy tan indignado que hasta estoy pensando escribir un texto titulado: “Me voy de TodoRelatos. Pero la verdad es que solo necesito atención y que me rueguen que no me vaya”. Eso sí, al par de días me arrepentiré y me tendréis, muy a vuestro pesar, dando por culo.
———————————
Nota del guesmaster: No tienes idea de lo mal que nos sentimos aquí en el staff. En serio, entre los globos, papeles picados, fuegos pirotécnicos, champagne y música disco, te pedimos que lo reconsideres.