Emputecida en Estados Unidos I, (versión completa)

Un delicioso comienzo de mi viaje a EEUU.

Emputecida en Estados Unidos.

El pasado mes de diciembre, Miguel, un ex galán que tuve, me invitó a que me pasara unos días con él en Estados Unidos; él vive en Nueva York desde hace ya unos 5 años. En ese momento tenía novio y para poder irme, le dije que me iría con unos primos a casa de un tío que vive en Colorado. Lo malo es que me cachó y regresando nos peleamos y terminamos. Ni modo, es el riego de andar de traviesa.

Mickey es uno de los mejores amantes que he tenido –creo que Alejandro, Roberto y él han sido los mejores; los más cabrones y pervertido…jejeje- y hacía meses que lo deseaba, así que en cuanto me invitó a visitarlo, acepté. A mi familia le extrañó que estuviese con ellos para las fiestas de diciembre, pero algún día tenía ausentarme, no? Mi hermana me llevó al aeropuerto y en el camino se la pasó diciéndome: “Te pasas, Tere, si te cachan…”, pero el riesgo valía la pena. No puedo controlar mis impulsos y mis necesidades sexuales. Me encanta andar de traviesa, portarme mal. En fin, con el ímpetu bien cachondo y la concha bien húmeda, me dirigí a Nueva York.

Llegué en la madrugada –lo que resultó muy conveniente- y ahí estaba Mickey esperándome con unas preciosas flores; me encantan su mezcla de detallista y pervertido. Él vive en las afueras de la ciudad, en una zona residencial preciosa. Caso en cuanto salimos del aeropuerto, me di cuenta de que él estaba igual de ganoso que yo.

-          No sabes cómo he pensado en ti…cómo he fantaseado contigo…las cosas que me he imaginado

-          En serio? Como qué? –le dije acariciándole la pierna sugestivamente.

-          Como aquella vez cuando íbamos a la fiesta de la Universidad –sabía a qué se refería y lo que quería. Me acerqué y le susurré:

-          Quieres que lo haga ahorita? –le acariciaba el paquete que estaba cada vez más duro- mmmmm…qué rica se está poniendo…-le lamí la oreja mientras le abría el cierre del pantalón, metía la mano, abrí su bóxer y le saqué la verga-

-          Ay, qué delicia!

-          Quiero saborear tu lechita, la extraño…mmmmmmmmmm…-comencé a saborear su rica verga enseguida, en verdad la extrañaba. Lamía la hinchada cabeza, la mamaba, luego bajaba lamiendo el tronco de su pija hasta llegar a la base y subía nuevamente. Con la mano ayudaba mis mamadas, lamidas y chupadas, masturbándolo- mmmmmmmmmm…qué rica la tienes, Mickey.

-          Me encanta cómo la mamas, Tere…síguele, chiquita, sigue mamándomela

-          Mmmmmm…mmmmmmmmmmmm…qué rica verga, papito…mmmmmmmmmm…-con su mano derecha alcanzó mi pantalón, me abrió el cierre del costado y me acarició las nalgas; me hizo a un lado la tanga que llevaba y empezó a masturbarme.

-          Estás empapada, Teresita…qué cogidotas te vamos a dar, preciosa.

-          Mmmmmmm…vamos? Pues qué tienes en mente, pervertido?

-          Cogerte delicioso…cogerte como la zorrita que eres, Tere…-me encanta que me hablen así. Cuando estaba lo suficientemente mojada, me humedeció mi hoyito y me metió un dedo…luego serían dos-

-          M-mm…mmmmmmm…ay, qué rico…mmmmmmmmmmmmm

-          Te la voy a meter por este culito apretadito, te lo voy a llenar de leche, me voy a venir en tu panocha, voy a bañarte el mono, putita…luego te voy a compartir con unos amigos.

-          Quieres ver compartirme? Mmmmmmmmm…mmmmmmmmmm

-          Quiero ver cómo te cogen entre mis amigos, tres o cuatro…quiero ver cómo te llenan de leche, quiero ver cómo gritas y gimes…quiero ver cómo llenan todos tus hoyos…luego te la quiero meter y venirme en tu culo. Quiero que mis cuates disfruten de este culito y ver cómo te cogen

-          Te excita?

-          Sí, es una fantasía que tengo.

-          Mmmmmmmmm…convénceme…gánatela…mmmmmmmmm

-          Eso te lo garantizo, Teresita…eres una puta…y tu noviecito? Que le dijiste, eh?

-          Mmmmmmmmm…-sabe bien que eso me excita a morir y me vendría en cualquier momento- mmmmmmmm…mmmmmmmmmm

-          Ya sabe lo golfa que eres? Se imagina que ahorita se la estás mamando a otro cabrón? Sabe que vas a estar de putita? Sabe que te coges a sus amigos? Ya te cogiste a tu cuñado? A tu suegro? –aceleró el ritmo de su dedeada en mi culito- eres una zorrita, Tere.

-          M-hm…síguele…mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm

-          Eres más puta que tu hermana, Tere. Si supiera tu novio que le has puesto los cuernos con él en tu cama y yo metiéndotela en la sala…ay, me voy a venir…así, así, aprieta el culo…aaaaaaaahhhhhhhhhhhh –en cuanto sentí su ardiente lechita en la boca, yo también acabé. Fue delicioso sentir su verga en la boca y sus dedos en mi culo mientras de venía- Aahhh…sí, lámela…déjala limpiecita, preciosa.

-          Mmmmmmmmmm…-se mojó una vez más los dedos en mi conchita, los olió y me los dio a lamer. Fue un riquísimo inicio de vacaciones en Nueva York.

Cuando llegamos a su casa acomodé mis cosas en mi cuarto –aunque no lo crean, cada quien se quedaría en su cuarto para tener cierta libertad- y mi metí a bañar. Me quité la blusa, el pantalón, me desabroché el brassiere y me lo quité lentamente mientras se calentaba el agua y el vapor comenzaba a llenar el baño. Me quité las panties y me miré en el espejo; apreciaba el resultado del ejercicio y la buena alimentación. Me metí en ala regadera y enseguida comencé a recordar algo que mencionó Mickey; la ocasión en que el muy cabrón me la metió estando mi novio en mi cuarto, dormido por borracho. Aquella vez fuimos a una cena mi novio y yo, a la cual Miguel había sido invitado. Mi galán y yo habíamos discutido y a él se le ocurrió hacerme enojar emborrachándose a lo puro estúpido. Sabe que eso me enfurece. Total que poco después de la una de la mañana decidí que ya era hora de retirarnos, así que nos dirigimos a mi casa; ya que yo iba manejando, decidí que nos quedaríamos en mi casa esa noche. Llegamos, llevé a mi novio a mi cuarto y lo recosté en la cama. Como estaba muy molesta y con poco sueño, me fui a la sala a tomarme una copa de vino y tranquilizarme; estaba furiosa. Casi en cuanto me senté en la sala me llegó un mensaje a mi celular. Era Miquel preguntándome si estaba bien, le dije que sí, que mi novio ya estaba acostado, a lo que él me contestó: “Entonces ábreme, estoy afuera de tu puerta”. Me sorprendió muchísimo y le abrí inmediatamente, algo excitada por la situación; mi novio dormido de borracho en la recámara y mi amante llega de improvisto, pero al tanto de la situación. Mientras recordaba aquella noche en la regadera, comenzaba a masturbarme.

Mickey me dijo que había ido para asegurarse de que estuviera bien, ya que había visto que mi galán estaba muy pasado de copas y se preocupó.

-          Gracias, qué lindo, pero sí, sí estoy bien. No te hubieras molestado, Mickey.

-          Ninguna molestia, Teresita. Ah qué tu novio, pero cómo desperdicia esta preciosura; y con este vestido…te ves

-          Se me hace que tenías algo más en mente.

-          Contigo siempre, preciosa. ¿Quién no? –dijo, acariciándome las piernas-

-          Párale, Mickey. Está dormido en mi cuarto –le quité la mano-.

-          Con la borrachera que trae, ni de broma se despierta. Un rapidín silencioso.

-          No cómo crees –me negaba pero la excitación me dominaba cada momento más y más. Miguel seguía acariciándome las piernas y subía hasta mis caderas y el culo-.

-          Estás buenísima, Tere. Yo no pienso desperdiciar esta preciosura. Si supieras cómo había güeyes que querían encamarte, preciosa. Te comían con los ojos, te encueraban y seguro se les paraba la verga nada más de imaginar cómo coges.

-          ¿En serio?

-          Si ya sabes que sí. Por eso te vistes así –me acarició las piernas por la parte interna hasta llegar a mi entrepierna que estaba ya ardiendo y empapada- escotada, vestido entallado y…sin calzones. Todos se dieron cuenta y se te veía el culo exquisito…-me dedeó un poco y me excitó aún más; el berrinche de mi noviecito le iba a salir caro, le pondría los cuerno en sus narices con alguien que sí apreciaba y deseaba mi cuerpo-. Quiero que me la mames, putita –mientras decía eso se puso de pie frente a mi, poniendo paquete a la altura de mi cara. Lo acaricié, le abrí la bragueta, desabotoné el pantalón, lo bajé un poco, abrí el bóxer y saqué su duro miembro; lo olí un poco, lo acaricié con mi cara y empecé a mamársela- mmmmmm…qué rica boquita, Teresita. Y el pendejo de tu novio dormido.

Se la mamé mientras su rica verga crecía y se endurecía. Noté que su eyaculación no tardaría mucho, así que le dije que quería montarlo. Se sentó en el sillón, me senté encima de él dándole el frente. Me ensartó delicioso, yo me movía en ochos y él me deslizó los tirantes de mi vestido para poder manosearme las tetas; lamerlas, mordisquearlas…pellizcarme los pezones. Me acariciaba las nalgas sobre el vestido hasta que decidió descubrírmelas y darme un par de nalgadas, lo que me encanta.

-          Ssshhh…no lo vayas a despertar

-          ¿No te gustaría un trió? Por mi no hay problema.

-          Eres un cabrón…mmm…me encanta cómo coges, Mickey…la tienes deliciosa.

-          Y tú estás riquísima, Teresita y mueves el culo…me encantas por zorra.

-          Me gusta ser una puta…que me encanta que me cojan…me encanta una rica verga…exprimirla…me encanta que me den verga por todos lados

-          Cuando quieras

-          Me voy a venir, méteme un dedo en el culo.

-          Ok, pero ponte de perrito –así lo hice reteniendo ya mi orgasmo; Mickey se puso detrás de mi y me la metió de un empujón. Me estuvo bombeando y luego metió poco a poco su pulgar en mi culito. Yo me movía en círculos y apretaba la verga de Mickey con mi conchita y su dedo con mi culito- me fascina tu culo, Teresita. Cómo me exprimes con la panochita y cómo aprietas con el culo…mmmmmmm

-          Dale más duro…cógeme más fuerte…así…así

-          ¿Quieres que nos vea tu novio? ¿Quieres que vea cómo da las nalgas la zorra de su noviecita? ¿Qué vea cómo te la metes mientas él está en tu cuarto dormido?

-          Sí, cógeme, cógeme…dame tu lechita, Mickey.

-          Se me hace que a él ni le das el culo como a mi, ¿verdad?

-          No, sólo tú me coges por el culo, Mickey…dame tu leche…vente, vente

-          ¿Me vengo adentro?

-          Donde quieres venirte…-ya no pude aguantarlo y tuve mi orgasmo- a-a-a-a-a-a-aaaaaaaaaa…-cuando sintió mi cuerpo temblar, él también se vino y sentí como su ardiente leche invadía mi interior, lo que intensificó mi orgasmo.

-          Coges delicioso, Teresita. Cada vez coges mejor y estás más rica.

-          Qué bueno que todavía te gusta.

-          Pero cómo no –me agarró las nalgas y las apretó con una de sus manos- con este culo.

Luego de platicar unos pocos minutos, Miguel se fue, yo me acabé mi copa de vino y luego me fui a acostar. Por cierto, luego de unas pocas horas de sueño mi novio se despertó y tuvimos una sesión de sexo reconciliatorio. Por supuesto que luego de recordar esa ardiente noche, yo estaba excitada de nuevo; además lo del coche había sido sólo calentamiento y Mickey no mostró interés al llegar a su casa, así que aparentemente tendría que masturbarme y la ducha pareció un buen lugar para hacerlo. Me paré frente al chorro del agua y me acaricié las tetas, luego bajé una mano a mi conchita y comencé a acariciarla. Pocos instantes después, escuché que se abría la puerta de la regadera, voltee un poco la cabeza y vi a Mickey que se me acercaba hasta pegarse a mi cuerpo abrazándome y arrimándome la verga y ensartándola en el canal de mis nalgas. Me besó el cuello, me acarició las tetas, me pellizcó los pezones, me lamía el cuello, las orejas y bajó una de sus manos –entrelazada con la mía- hasta mi conchita.

-          ¿Creíste que te dejaría sin atender? ¿Con las ganas que tengo de encamarte; de comerte la concha, de ensartarte y saborearte el culo?

-          Mmmm…qué bien suena…ya te estabas tardando…mmmm, que dura la tienes y qué rico se siente en mis nalgas

-          Y la vas a sentir más rico, Teresita –luego de decirme eso me penetró por atrás, me inclinó recargándome en la pared y me la metió. Estuvo bombeándome unos minutos diciéndome cómo le gustaba follarme, diciéndome puta, zorra, golfa…me pone a mil que me hablen así. Sentía su rica verga hincharse dentro de mi; me daba nalgadas y me agarraba las tetas.

-          Qué bien me coges, Mickey. Ya te extrañaba.

-          ¿Así de rico te coge tu novio, eh?

-          Eres un cabrón…¡ay, qué rico! Sí, cógeme, cógeme…así, así.

-          ¡Qué buena estás! Mmmmm…m voy a venir, zorrita.

-          Sí, vente, Mickey…dame tu lechita otra vez papito –me bombeó un poco más hasta que sentí cómo me inundaba con su semen ardiente, al sentirlo me vine yo también. Después me hinqué y le mamé la verga hasta dejarla bien limpiecita. Fue un excelente inicio de mis vacaciones en Estados Unidos. Unas vacaciones que tendrían muy buenas dosis de sexo que espero disfruten con mis relatos.