Emputecí a mi esposa (3)

Mi esposa vuelve a tener una aventura con su joven amante. Con mi consentimiento.

EMPUTECI A MI ESPOSA III

Gracias a Todorelatos, porque he entendido que no soy el único hombre que desea ver a su esposa actuando como una putita, es decir disfrutar del sexo sin inhibiciones con uno o con más hombres. Así me he sentido que no soy el único y debe ser algo, quizás atávico, no sé. Puede ser la necesidad del macho de jactarse de la hembra que posee.

Al menos yo así lo siento. No acepto y me pone muy celoso las "infidelidades", es decir las aventuras que pueda tener mi esposa sin mi conocimiento. Sin embargo, gozo y disfruto mucho viéndola con otros o cuando ella me cuenta sus aventuras sexuales.

En mis anteriores historias les conté como logré que mi querida esposa, tuviera dos amantes muy jóvenes como le gustan (yo también lo prefiero así), los que eran amigos entre sí. De estas aventuras mi esposa disfrutó a montones, pero yo mucho más ya que me ayudó a soportar la soledad al estar separados durante un tiempo por asuntos de trabajo. No saben cuantas veces me masturbé recreando los relatos que ella me hizo de los polvazos que se pegó con ambos, y yo se las hacía repetir cada vez que hablábamos por teléfono.

Después de estas dos aventuritas con sus amantes, su calentura aumentó, lo cual pude comprobar cuando nos reencontramos. Creo que nunca habíamos cogido tanto, ni aún en los primeros años de matrimonio.

Aprovechando esto, la animé que se acostara con los dos a la vez. Me costó poco convencerla ya que pronto el morbo hizo estragos en su mente y la pescó la calentura. Gustavo aceptó encantado, con la promesa de que mi putita le entregaría su culito, sin embargo Juan Pablo, más inexperto, no aceptó por razones de moral.

Yo le dije a María José que no se desalentara, que se cogiera como dios manda a Gustavo, que le cumpliera todas sus fantasías y que lo pervirtiera, para ver si aceptaba hacer un trío con nosotros dos, ante la negativa de Juan Pablo.

a todo esto, en las conversaciones telefónicas, que tenían, era recurrente su fantasía de cogérsela por el culito, por lo que mi mujercita le pedía a cambio que hicieran el trío con su amigo, ya que quería dos vergas para ella. una en la boca y la otra en su conchita. La otra fantasía de mi putita era que Gustavo le acabara en la boca para saborear y tragar su espeso y cuantioso semen que expulsaba, como lo pudo comprobar anteriormente.

Con eso en mente, mi putita se lo llevó a un motel, en donde, después de unos copas de champagne (su trago de puta), se devistió dejando que el la besara y acariciara su cuerpo, sus grandes tetitas operadas y su culito chiquito y durito con la gimnasia, de la cual es fanática.

Acto seguido lo desnudó y lo beso desde la cabeza a los pies. Mi putita hace estragos con su lengüita, le recorrió el torso, pasando por sus axilas hasta llegar a su ombligo, acarició su lago pene con sus tetas duras y grandes. Después se lo acarició con su lengua. desde la base a la punta varias veces. Desde la punta a la base, sus testículos y el perineo, hasta tragarse la mayor longitud posible, hasta las amígdalas como yo le enseñé, para después mamárselo desaforadamente, mientras se lo acariciaba con ambas manos. Recuerden que Gustavo tiene un pene muy largo, aún que no muy grueso, por lo que le dicen "el bombero".

Gustavo aguantó a duras penas este tratamiento intensivo de mi putita. Quizo quitárselo, pero mi putita no hay quien se lo saque cuando lo está chupando. Lo miró a los ojos y le dijo "quiero que termines en mi boca". Dicho esto, Gustavo empezó a soltar gran cantidad de semen que mi puta esposa se apuró en tragar ávidamente. Sboreó con deleite el manjar que tanto le gusta y besó y limpió su verga con delizadeza y cariño.

Este tratamiento dejó a gustavo con el pene listo, o casi, para continuar el encuentro sexual. Besó a María José como agradeciéndole el tratamiento recibido. Besó su boca, buscando su lengua, le comió las tetitas y acaricó su vagina que ya estaba lista, húmeda por la mamada que le acababa de dar, lo cual la calentaba tanto como coger.

Al verla conchita humedita, la penetró de inmediato suavemente logrando un quejido de mi esposa y que esta le respondiera con un empujón para clavarse casi toda su larga verga. María José comenzó a moverse como una puta consumada. como lo hace cada vez que se la culean. Ella siempre me ha dicho que es capaz de aguantar cualquier verga, por grande que sea, a pesar de ser bastante estrecha, pero me sorprendió que pudiera entrale tamaña cantidad de carne dura. Se lo estuvo culeando, porque era élla la que se o estaba cogiendo. por media hora al menos, logrando acabar unas cuatro veces por lo menos ya que es multiorgásmica.

Finalmente, después de unas frenéticas movidas de culo y de estrujarle el pene con su vagina lo hizo acabar por segunda vez, con gra agitación de parte de Guatvo y grandes gritos de mi putita, ya que para élla el momento cúlmine es cuando hace acabar a los hombres, reciendo el semen por cualquiera de sus cavidades.

La tercera vez, después de un corto descanso fue Gustavo el que la calentó ya que le pedía que le cumpliera su fantasía, es decir cogérsela por el culito. El que ya habíamos entrenado los dos para esta ocasión.

Mi putita, iba preparada por lo que le entregó un pomo con crema hidratante para que le abriera un poquito el culo con los dedos primero. Esto calentó sobremanera a Gustavo que inició presuroso el trabajo de agrandar el culo de mi esposa, metiéndole hasta tres dedos antes de cogérsela.

La puso en cuatro patas, a es decir a lo perrita, al borde de la cama y se dió al trabajo de enchufárselo por el orto. Con esfuerzo logró meter la punta y fue metiendo de a poco el resto, con muestras de incomodidad y morbo por parte de mi esposa al sentir tamaña manguera penetrándola. Sin embargo, luego de unas pocas enterradas por parte de Gustavo, fue élla misma quién comenzó a dar culadas con toda su fuerza para que le entrara con lo más posible. Este polvo fue breve pero intenso (no más de 15 minutos) ya que lo ajustado de su culito hizo acabar pronto a Gustavo con gran deleite para él y grandes gritos de mi esposa que también alcanzó un orgasmo espectacular. Sin embargo no se lo quería sacar, engolosinado con el. Finalmente, se le salió solo, por la flacidez de su largo miembro.

Después de este polvo, mi querida putita le hizo prometer que buscaría a un amigo, compañero de universidad de preferencia para hacer un trío y cumplir su sueño.

No se si este relato cumplirá las espectativas de los lectores de Todorelatos. Espero que sí. La calidad puede que no sea la mejor, pero es absolutamente real, al igual que los anteriores.

Espero que me crean, ya que tengo otros episodios que contarles.

Por favor escribannos a la dirección " matrimonio69@mixmail.com " a María José (Mi esposa es María José y yo José). Queremos que alguien nos cuente sus aventuras o simples fantasías. Queremos que nos escriban matrimonios, mujeres solas u hombres que tengan la misma fantasía o jóvenes que gusten de las maduras o deseen hacer un trío para complacer entre ambos a mi putita.

María y José