Empecé a salir de chica y acabé follada

Es el relato de mis primeras veces vestida en público, la mezcla de miedo e ilusión que sentía y como poco a poco fui aprendiendo a comportarme como una nena, hasta que me decidí a seducir a un chico para que me hiciera el amor por primera vez como chica y me tratara como a su putita.

Hola a todas, me encanta hablar de mis primeras veces vestida en público y saber de vuestras experiencias, me encanta. Tengo 21 añitos y creo que llegó el momento. También tengo que decir que soy de cuerpo pequeñito pero bien proporcionado, delgada y con una bonitas piernas sin vello

Por supuesto, antes de salir a la calle, me he vestido en casa, pero siempre ha sido mi sueño salir vestida y maquillada a la calle. No me refiero a fiestas de carnaval o disfraces, ya que eso son fiestas en las que se sabe que vas disfrazada de nena. Lo que me encanta es salir de compras o a cenar y bailar como una señorita mas.

Por fin, un día no hace mucho me decidí, ya que había logrado una apariencia muy femenina y quería mostrarla en público. Tengo que decir que me gusta ir vestida clásica, un poco pija o niña bien.

Me preparé desde por la mañana: una duchita, cremas corporales para tener la piel suavecita y un buen rato para elegir el modelito y los zapatos. Como iba a ir de compras por la mañana con una amiga, elegí ir discreta y casual: después de la lencería, con braguitas y sujetador blanco, me puse una medias azul marino que me chiflan. Luego, una blusa rosa de encaje suave, con florecitas en tonos pastel y una faldita plisada (de tablas) azul, justo por encima de la rodilla (prefiero este largo a las minis, son demasiado llamativas para lo que quería).

Unos zapatitos de medio tacón también azul marino, con unos pequeños detalles dorados y me maquillé muy discreta, en tonos pastel, para hacer juego con la blusita: una base, maquillaje suave, en los párpados sombra azul con un poco de violeta justo debajo de las cejas y hacía fuera, lápiz perfilador alrededor de los ojos y un poco de rimmel. Para los labios me decidí por un rosa pálido muy jugoso (no me gustan los labios super rojos ni oscuros) y me apliqué un poquito de color en los pómulos y la nariz. Por supuesto no me olvido de los complementos: pendientes de una perla muy sencillos pero muy femeninos, unas pulseritas, una par de sortijas, una gargantilla y una diadema a juego con los pendientes en el pelo, que lo llevo un poquito rubio de media melena. Como final, un bolso de bandolera a juego con los zapatos.

Cuándo me puse delante del espejo, me convencí que podía salir sin miedos ni vergüenza (bueno, un poquito si). Me vi muy femenina y delicada, justo lo que quería, estaba monísima como toda una señorita.

Por fin estaba preparada para salir a la calle como una nenita y quede con mi amiguita Cristina, tan mariquita como yo.

Primero fuimos a tomar un café a un bar lleno de gente, fue mi primera entrada en un local público vestida de nena, fue excitante, nos sentamos en una mesita y crucé mis piernas, me encanta sentir el roce de las medias con la faldita, y jugar un poco con los zapatos, sacándomelos un poco... mmmmmmmm. También fui al servicio (de chicas, por supuesto) a retocarme un poco el maquillaje, sobre todo los labios y el rimmel, en el espejo estaba espléndida Por supuesto estaba muy excitada al oír el sonido de mis tacones al andar, creo que a todas nos encanta ese sonido.

Después fuimos a una zapatería, me probé unas sandalias de tacón ideales, de fiesta, doradas con detalles de pedrería; también una bailarinas rosa (por supuesto mi color favorito, junto con el azul), ya que a veces me gusta ir plana, sobre todo conjuntan muy bien con unos pantalones pirata o unos shorts. No me gustan nada las plataformas y los taconazos, los veo de dragg queen, y yo soy una señorita mmmmmmmmmmmm.

Finalmente me compré las bailarinas, ya que tengo otras sandalias de tacón. Mas tarde fuimos a unos grandes almacenes (El Corte Inglés) y allí estuvimos probándonos vestiditos cortos de fiesta y también algunos cosméticos, sobre todo lápices de labios y sombras de ojos. La dependienta era muy amable conmigo, me ayudó y recomendó varias cremas para mi carita; creo que no sospechó nada, ya que me trató como a una chica en todo momento, me sentía fenomenal allí. Después subimos al salón de belleza y me hice la manicura. Tengo las uñas muy cuidadas y me encanta pintarlas de rosa (siempre el rosa, ¿porqué será?).

Como veis, sólo os comento temas de vestidos, zapatitos y maquillajes, que me fascinan, pero también me encanta el sexo con chicos y con otros travestis. Por supuesto me gusta chupar una buena polla y que me cojan por mi culito (la colita), que me suban la falda, me bajen las braguitas y me penetren, me hace sentirme mujer, muy femenina. Para chupar pollas y que me follen como a una putita, tengo que utilizar mis armas de mujer y seducir a un chico.

Para ello, me encanta salir por la noche a bailar. En esas salida voy un poco mas atrevida, mas corta y mas maquillada, y con los taconcitos mas altos. Supongo que así somos las niñas, nos vestimos para cada ocasión. A mi me gustan todas la ocasiones, siempre que pueda expresar mi feminidad.

Una noche no hace mucho, decidí salir a bailar y tuve una maravillosa primera experiencia con un chico que pensaba que yo era una señorita, fue muy romántico a la vez que salvaje, con un chico muy varonil al que le gusté mucho (y él a mí) mmmmmm.

En fin, estaba loca por salir a bailar, y después de mi experiencia al salir de compras, estaba mas tranquila y sabía que si me veía guapa y femenina, estaría mas segura de mi misma. Por eso preparé todo con mucha ilusión, desde la duchita y las cremitas corporales, para tener una piel suavecita como la de un bebé, hasta el último detalle, para sentirme mas delicada y femenina que nunca.

Primero me decidí por una braguitas de encaje con florecitas y un sujetador a juego; tengo que decir que apenas tengo teticas, nunca me he hormonado (creo que empezaré pronto), pero si tengo unos pequeños pechitos naturales (supongo que será por mi poca testosterona), que realzo con relleno. De todas formas, no me gusta ser tetona, prefiero algo mas delicado y adolescente. Como iba a ponerme un vestidito corto mas ajustado que la falda, también me puse un corpiño para meter la tripita y realzar el culito. Además, era de los que sirven de ligueros, con lo cuál me pondría medias con ligas, que me excitan mucho como a todas.

Me puse unas medias color crudo, para dar un toque de bronceado a mis piernas y que iban mejor con el vestido que elegí para la noche. Era un vestido de fiesta por encima de la rodilla, vaporoso, azul celeste con florecitas rosas (siempre el rosa, me encanta) con un escote de pico, para mostrar mis encantos; era abierto en la espalda, y se ajustaba a la cintura con una cinta y unos lazos (los lazos son ideales en cualquier niña). Las sandalias de tacón eran doradas, de tiras y cogidas al tobillo, que por cierto los tengo muy finos. Me siento muy cómoda con ellas. Por supuesto los complementos, como pendientes, pulseras, anillos, collar y diadema (me gustan muchísimo las diademas, son ideales) también eran dorados, así como el bolsito a juego con los zapatos.

En cuánto al maquillaje, por la noche hay que ir un poco más maquillada, por lo que me decidí por una sombra de ojos violeta con reflejos dorados, eye-linner negro alrededor y un poco mas de rimmel, para tener una mirada cautivadora. La boquita, siempre rosa, aunque ahora un poco mas intenso. Y así de arregladita...¡a bailar!

Después de tomar algo con mi amiga Cristina en una cafetería, fuimos a la disco y allí me presentó a 2 chicos, de unos 30 años, altos, educados y de buen ver. Se llamaban Carlos y Eduardo. A mi enseguida me gustó Carlos, era de Málaga e informático; yo creo que también le hice tilín-tilín, por la forma en que me trataba, con delicadeza y dulzura (me encantan que me traten así, como a una dama).

Después de bailar sueltos en la pista, me pidió bailar juntos, acepté y empezamos a bailar agarrados. Enseguida sentí sus brazos a mi alrededor y fue una sensación única, nuestra cuerpo se rozaban, yo deseaba que me apretara contra él y la verdad es que me resistí poco. De pronto, me besó en la frente y mi cuerpo se estremeció; lo besé dulcemente en los labios y me apretó contra su pecho, a la vez que nos besamos apasionadamente en la boca durante un tiempo que me pareció eterno, el roce de sus manos varoniles sobre mi vestidito fue maravilloso, sentía que estaba flotando.

Me di cuenta que se le estaba poniendo durita por debajo del pantalón, y a mi también por debajo del vestido, humedeciendo mis braguitas. Así, que me disculpé para ir al baño, de esta forma pude recomponerme un poquito, ocultando mi pollita un poco mas con un salvaslip, de forma que pareciera un coñito; de todas formas, no quería que me lo tocara hasta que yo lo decidiera, debería estar muy preparada por lo que pudiera pasar. Tengo un truco para cuándo un chico descubre que tienes pene, y es sencillamente que lo vea cuándo se la estas chupando y se la has puesto super dura, así no protesta ninguno e incluso les encanta la sorpresita.

Después de hacer pis, sentada por supuesto como siempre lo hago, me retoque el maquillaje, me ajusté la melena, me puse ante el espejo de cuerpo entero, me vi espléndida y volví a la pista mas segura de mí misma que nunca. Cuándo llegué junto a él, me cogió de la mano, me abrazo y me besó de nuevo, mientra me susurraba al oído que quería que fuéramos a su casa a seguir la "fiesta"; realmente estábamos ambos excitadísimos, él por follarme y yo por comerle la polla y que me penetrara vestida y con los tacones, mmmmmmmmmmmmm...

Y nos fuimos a su casa, también se vivieron mi amiga Cristina y Eduardo, que estaban tan calientes como nosotros. Y así empezó todo, pero la noche de pasión os la contaré otro día.

Besitos

Carolina