Empalada por el mejor amigo de mi esposo
Hola. No he contado esto a nadie y me carcome la conciencia. Aunque a veces añoro que se repita!
Hola. No he contado esto a nadie y me carcome la conciencia. Aunque a veces añoro que se repita!
Mi nombre es Danyelis, Soy delgada, blanquita, de cabello negro. tengo 26 y esto ocurrió hace dos meses.
Mi esposo invitó a su mejor amigo a que se tomara un fin de semana de descanso en nuestra casa. Al principio no quería porque conozco como son esos pillos de bebedores y conversadores. Pensé que lo único que podría pasarme ese fin de semana sería tenerme metida en la cocina preparándoles snacks y comidas. Además siempre he tenido a Ronald el amigo de mi esposo como un playboy que no hace mas que meterle por los ojos chicas a mi esposo, por lo que nunca ha sido de mi total agrado.
Bien pasaré a contarles que el día que llegó me sorprendió la forma en que me miraba y disimuladamente daba un escaneo a mi cuerpo. Lo tomé como algo normal de cualquier hombre, aunque a medida que pasaba se hacia mas incisivo. Ese viernes bebieron junto a mi esposo y las risotadas y comentarios sobre las exnovias no tardaron en llegar. En un momento me quedé a solas con él y me dijo:
- Ronald: Espero que nuestros comentarios no te pongan incomoda.
- Yo: Para nada, le dije. No me doy mala vida por lo que sucedió en el pasado de mi esposo. Yo soy su presente y es todo lo que me importa.
- Ronald: Si bueno tienes razón. No hay nada de que preocuparse. Además tu esposo me ha dicho que eres la mejor comepollas que ha conocido.
Su comentario me ruborizó. Y no se porqué miré su bulto y se notaba un gran paquete escondido allí. Ronald es un chico alto y fornido, que hace suficiente ejercicio para mantenerse en forma. Creo que el notó mi cambio de actitud, ya que inmediatamente me dijo:
- Ronald: Mi comentario tocó alguna fibra en ti? O acaso lo que me dijo tu esposo es falso?
- Yo: (pretendiendo no inmutarme) pues que bueno que él así lo cree. Lo veré como un halago que nunca me ha hecho saber.
- Ronald: Y como podría comprobarlo yo?
En ese instante entró mi esposo y el tema quedó allí. Al día siguiente quedamos en ir a una piscina. Le pregunté a mi esposo si tenía problemas en que fuera en short y ya en la piscina me ponía un traje de baño. Me dijo tranquila! Sin inmutarse.
Ronald cada vez mas me comía con la mirada y a mi me empezaba a recorrer un calorcillo por el cuerpo.
Ya en la piscina me enfundé un traje de baño enterizo. Mientras mi esposo buscaba unas bebidas Ronald se me acercó luciendo un bañador negro que le asentaba genial, me dijo:
- Ronald: para ser una comepollas luces un traje de baño muy recatado!
- Yo: No me gusta tu comentario. Creo que te estas propasando.
Se sentó a mi lado y noté su enorme paquete. Me dije a mi misma: él es de esos chicos que aún con el pene dormido tienen un tamaño considerable. Divagué en mis pensamientos y Ronald me sorprendió al decirme:
- Ronald: Que estas mirando?
- Yo: Nada! Y deja el acoso o tendré que tomar medidas drásticas. No se que pretendes hostigando a la esposa de tu mejor amigo.
- Ronald: (sonriendo levemente)… Piensa como quieras, yo lo que quiero lo obtengo tarde o temprano.
El día de piscina terminó agradablemente, ya con unos tragos los chicos y yo regresamos a casa. Mi esposo fue de inmediato a la ducha. Mientras yo preparaba mis cosas para ducharme Ronald ingresó a la habitación cubriéndose solo con una toalla. Fijamente me miró y me dijo siéntate. Me senté en la cama como autómata, el se acercó y se detuvo justo frente a mí. Se quitó la toalla y me quede de piedra. Parecía un mástil. Todo pasó rápidamente. Cuando me percaté que sucedía tenía ese enorme falo dentro de mi boca. Lo tomaba de la base para que no se fuera a ir. Uhmmm era el más rico helado que había probado. Él solo gemía de gusto. A lo lejos escuchaba caer el agua de la ducha donde se encontraba mi esposo. Mi esposo!! dije en mis pensamientos. Nunca había hecho algo parecido y jamás pensé que algo así pudiera pasarme, menos aun a escasos metros de mi esposo y en mi propio lecho nupcial.
- Mírame! Dijo Ronald secamente.
Lo miré a los ojos y en ese momento sentí chorros de semen chocar en mi garganta.
Rato después, aun permanecía como desactivada. Perdí la noción de los minutos. Recuerdo haber visto a Ronald salir de la habitación. Luego mi esposo conversando conmigo mientras se vestía. El agua de la ducha me sacó de mi letargo y recordé las últimas palabras de Ronald: Ponte un vestido sexy!!
Ya en la cena ellos conversaban alegremente. Mi esposo se jactaba de tener una esposa maravillosa! Ronald esbozaba una leve sonrisa al escuchar sus palabras, mientras yo clavaba la mirada en el plato.
Me sentía un poco avergonzada. Solo me preguntaba en que momento había dado pié para que Ronald me abordara de esa manera. Mientras los chicos bebían en la sala viendo videos musicales procuré mantenerme sobria para no cometer ninguna indiscreción.
Las 11 pm. Mi esposo se encontraba un poco tocado por los tragos. Yo me levanté y me dirigí a la cocina para preparar su bebida. Me sorprendió la voz de Ronald a mi espalda, muy cerca me dijo: Te pedí que te pusieras un vestido!!
No le respondí. Fui hasta la sala, llevé la bebida a mi esposo y le dije: Iré a ponerme algo cómodo, este jean me apreta! Mi esposo me dio un corto pero apasionado beso. Eso hizo que mis pensamientos se cruzaran. Me preguntaba que diablos estaba haciendo mientras me cambiaba la ropa. Dudé por unos segundos hasta que decidí salir. Fuí mas atrevida aún, me puse una bata de dormir azul claro que llegaba hasta mis muslos.
Al volver a la sala mi esposo estaba casi K.O. Me senté a su lado. Frente a mi Ronald me miraba como un sabueso a su presa.
- Regálame tu panty. Dijo Ronald en un tono seductor.
Casi se me salen los ojos de la impresión. Al instante voltee a ver a mi esposo rogando que no hubiese escuchado nada. Aún con el ruido de la música podría jurar que se había escuchado a kilómetros. Pero nada. Mi esposo estaba en otro planeta!
Lentamente y sin levantarme casi del sofá fui bajando mi pequeña panty blanca. Una pierna primero, luego la otra. Estiré mi brazo para que Ronald pudiese alcanzarla y se la entregué.
- Ronald: Llévalo a dormir. Me dijo mientras él se levantó y se fué a su cuarto. Justo antes de entrar se detuvo y volteando hacia mi me dijo: No tardes!
Entré en su habitación minutos después, estaba acostado, desnudo. Me pidió que subiera a la cama, me subí sobre él. Aplicó en mi puchita un lubricante que olía a chocolate y yo en cuchillas me fui metiendo lentamente su enorme polla hasta quedar empalada.
Desperté a las 7 am. Mi esposo a mi lado aún estaba dormido pasando su borrachera. Ya mientras preparaba el desayuno recordaba mi acto de infidelidad. No recuerdo cuanto cabalgué sobre él. Solo recuerdo que me decía cosas excitantes mientras jugaba con mis pechos. Recordé también que había llenado mi vagina de su semen caliente.
Estaba absorta en mis pensamientos cuando sentí que tomaron mis nalgas apretandolas delicadamente. Llevaba puesta una batica rosa esta vez. Volteé bruscamente y era Ronald. Me miraba con ansias. Quiero que seas mi desayuno! –Me dijo - , pero lo quiero en el sofá. Como una mascota fiel me dejé llevar de la mano.
Me arrodillé en al asiento del sofa, de espaldas a él levanté mi cola. El se aferró de mis caderas y apuntó su enorme pollon justo a mi cuevita. Despacio fue metiendola toda. Era muy sutil para meterla y aunque grandota sabía hacer que no me doliera. Mientras la metia una y otra vez me decia:
Ronald: Tiene razón tu esposo, eres la mejor de las comepollas!
Yo: Que rico me pullas! Dame mas dame mas!
Yo meneaba mi trasero como buena perrita agradecida. El aprovechaba para tocarme mis firmes nalgas y masajear mi estrecho agujerito de la cola con sus dedos.
Que cogidas mas ricas me diste!! Pensé mientras lo miraba fijamente montando en su carro ya listo para partir ese lunes por la mañana. Mi esposo mirándome frunció levemente el ceño como preguntándose no se que.
Marialex