EMMA y SONIA - Madre e Hija

Tratamiento domiciliario.

EMMA. -

Estando visitando a mi hermana, tuve el placer de conocer a esta señora, pues es vecina suya y necesitaba un tratamiento de inyecciones de diversa índole ella y su querida hija Sonia.

Fui con Emma a su domicilio para aplicarle el tratamiento de inyectables.

Tratamiento de Emma:

Envase de 6 viales, IM, profunda. – l ampolla diaria, complejo vitamínico.

Tratamiento de Sonia:

Envase de 8 viales, - 2 ampollas al día – IM., tratamiento antigripal.

Enema Cassen, 2 unidades. – 125 ml. – Aplicar una a la noche y otro en la mañana.

Era a media mañana, así que pasé a la alcoba de Sonia para su inyección. Su madre me trajo las ampollas y me dispuse a prepararla.

Sonia se encontraba con cara asustadiza, es una chica muy guapa, morena como su madre y menudo cuerpo, como toda chica joven. Cuando quieras Sonia le dije, vuélvete por favor. Se giró boca abajo en la cama y se bajó las braguitas. Mostrándome un culo de ensueño. Tenga cuidado por favor, le tengo pánico a las agujas. Froté con alcohol y algodón su nalga izquierda, y notándola bastante tensa le dije, por favor relájate y no mires la jeringa.

Le di una palmadita en su cachete, y notándola relajada introduje la aguja. ¡Ay! venga jovencita que aún no he empezado. Introduje el contenido de la jeringa muy despacio y ella decía, ¿Uff como duele? Tranquila Sonia, enseguida acabo. Terminé la inyección y le puse el algodoncito en el punto de la inyección. Me atreví a subirle la braguita y le dije listo.

Bueno, me dijo Emma, vamos a por mi tratamiento. Acompáñeme a mi alcoba. Emma es una señora de 45 años, buen cuerpo. Lo que pude comprobar cuando se desnudó para la inyección.

Llevaba una bata de estar por casa. Mientras preparaba su inyección estaba sentada en la cama. La bata estaba medio abierta, pudiendo comprobar unos bellos muslos bronceados.

Una vez preparé la inyección le dije, cuando quiera Emma. Ella muy diligentemente, se abrió la bata y acostándose en la cama la subió, observando unas braguitas muy sensuales de color negro. Bragas abajo, por debajo de su trasero, menudo culete. ¿De que lado? Pregunté. Donde quieras me dijo, masajeé su nalga izquierda, regodeándome un poquito en el masaje con el algodón, parecía gustarle ya que no dijo nada. Acto seguido viéndola totalmente relajada introduje la aguja y fui administrándole el contenido de la jeringa lentamente. Puse de nuevo el algodoncito de marras en ese culete maravilloso y le dije listo. Se subió la braguita e incorporándose de la cama me dijo. No hay duda que administras de cine los inyectables. Gracias Emma le dije.

Me acompañó hasta la puerta y quedé en volver sobre las nueve de la noche para inyectar a Sonia.