Emerger de la soledad. (5)
Tiempo de revelaciónes.
"He perdido el control total de mi vida. Desnudé mi cuerpo y alma, sacando a relucir lo más decadente en mí. Solo espero encontrar en el silencio de mis culpas, la suave y tranquilizadora voz de Dios, diciéndome:
“No desesperes, estoy a tú lado, luchando tus batallas”
La lejanía de ambos, las miradas silenciadas y la pesadez en el aire, daban cuentas del hecho cometido. Nicolás se arreglaba sus vestiduras e intentaba acomodar el cuarto, el cual se encontraba revolucionado por el caos. David lo observaba de soslayo mientras se colocaba el saco y la corbata alrededor del cuello. Notaba la incomodidad del sacerdote. Pero no encontraba las palabras para hacerle saber que él también lo sentía.
.- Porque tienes esa mirada, podrías disimular un poco esa expresión de asco.
.- ¿Que dices? Te parece gracioso. He profanado esta residencia santa, soy… soy...
.- Haz hecho lo que se te vino en ganas, si te arrepientes de estar conmigo, entonces... ¡Lo siento!
.- No hablo de eso… tú no entiendes nada, no entiendes nada… es inútil hablar contigo.
.- Lo único que entiendo es que tú, solo te encargas de cavar un pozo a tú alrededor. Y solo yo, estoy cerca para sacarte.
Le fastidiaba sentir el modo, en el que ese hombre, solía aferrarse a sus creencias.
.- No es eso, es solo que…
.- Si te gusta disfrutar de mi cuerpo, luego no te martirices. Por lo menos, ten el decoro de responsabilizarte y no culpes a dios por no detenerte, culpa a tu poc…
.- ¡Ya es tarde, deberías regresar con tu familia!- dijo el sacerdote interrumpiendo al joven.
.- ¿Eso es todo? Me sorprendes. Por un momento eres un ser sumamente cariñoso y al otro, uno totalmente frió que congela la sangre de solo acercarse. Lamentablemente soy yo, quien en todo este tiempo, debería haberlo aprendido.
.-David ¿por fav….?
David se acercó a la puerta, abriéndola de par en par, se retiraba furioso como hacia siempre, después de discutir con Nicolás. Rara vez este no intentaba detenerlo. Su juego se había vuelto un círculo vicioso y era claramente su culpa, el motivo por el cual, el joven se había molestado. Él le había otorgado su permiso para realizar todos esos actos obscenos en aquel cuarto. Una sensación engorrosa sentía contraerse en su pecho.
.- Lo siento…
Ya en soledad, se dirigió al escritorio. Apoyó los codos en la base plana y colocó sus manos sobre su cabeza.
.- ¿Que estoy haciendo?
La desesperación se reflejaba en su rostro, las manos sudadas y el temblor continúo en una de sus piernas, eran todos síntomas de su lucha interna. Le era muy difícil experimentar el choque de dichas sensaciones. Su interior se expandia y parecía estallar. Sentía unas furiosas ganas de golpearse y si habría tenido alguna posibilidad de flagelarse, no lo hubiera descartado ni un instante. Había traspasado todos los límites permitidos. Cuantas horas de oración y ayuno necesitaría para enmendar su relación con Dios. Aunque en el fondo sentía que nada serviría para redimirse de dicha conducta. La muerte hubiera sido su mejor opcion de escape, un pensamiento tan autodestructivo como tentador. Ya no sufriria ni sentiria dolor, se convertiria en un cobarde, un egoista, tal vez se quemaria en el infierno. Pero no lo invadiria nunca más el miedo de ser jusgado, señalado. Sentir el dedo acusador sobre sus hombros, era mucho más pesado que cualquier otra carga . Él ya no estaria para sufrir y su calvario terminaría. La muerte es un hecho natural, lo que no es natural, era pensar en terminar con su vida, intentando usarla como una salida.
Necesitaba desesperadamente librarse de aquel pensamiento, antes de que se volviera inaguantable y la única solución para no volverse loco.
.- Padre, por favor perdóname…
Salió apurado de aquella oficina, buscando a otro sacerdote. En el camino diviso al padre Rodrigo y quien mejor que él para escucharlo.
.- Rodrigo, por favor necesito hablar contigo. – se abalanzó hacia el otro hombre.
.- ¿Que sucede Nicolás? ¡Me asustaste!
.- Disculpa, tienes un momento libre.
.- Sí, estoy de regreso de la biblioteca. ¿Estas bien?.
.- Será un momento.
.- Acompáñame a mi oficina.
La oficina de Rodrigo no presentaba las mismas dimensiones que la de Nicolás. Aunque sobriamente acogedora, estas eran destinadas según la diócesis lo disponía y las tareas a cumplir. Rodrigo era uno de los tantos sacerdotes que Nicolás conoció al llegar a Tucumán. Hacia más de diez años que residía en esa iglesia y muchos jóvenes lo conocían, por su buena predisposición y gentileza, al escucharlos en momentos de crisis.
.- Siéntate por favor, te ves cansado, ¿quieres una taza de té negro? Lo han traído hace un momento, todavía esta caliente.
.- No gracias, solo quiero hablar.
.- Pues cuéntame, que te sucede amigo mío.- Rodrigo se dirigió a la mesa de estar y tomó una de las finas y delicadas tazas labradas que se encontraban allí.
.-He tenido sexo en la iglesia, Rodrigo.- no podía expresarlo de ningún otro modo, solo debía dejarlo salir.
.- ¿Qué? Pero Nicolás… todos hemos caído en la tentación de la autosatisfacción, no es que te crea un santo...- le contestaba, mientras tomando la tetera, se servia el té.
.- No es eso, no te burles… lo he hecho en la iglesia- respondía Nicolás, cada vez más agitado y acercándose a la mesa.
.- Te haz comprado una revista obscena o que, si que eres un desvergonzado… ajajá…- bromeaba el sacerdote.
Era común entre clérigos que bromearan sobre circunstancias relacionadas con el celibato y la sexualidad. Era la mejor manera de sobrellevar un acto que les ocasionaba tanto temor y hasta vergüenza. Ya que durante el seminario era un tema prohibido.
.- Te he dicho, ¡¡ QUE TUVE SEXO EN LA IGLESIAAA…!!!- golpeó la mesa, casi pidiendo clemencia.
El té se derramó sobre la mesa de estar, Rodrigo quedo inmovilizado por la sorpresa, su rostro se había empalidecido, observándolo se soslayo, su mirada seria lo juzgaba. Era la misma expresión que demostró su amigo Sebastián la primera vez que confesó su relación con David.
.- Estas bromeando ¿verdad?
.- ¿Donde, me ves riendo?
.- ¿Quien más sabe esto?
.- Nadie más, eres el único a quien se lo confiaría.
.- ¿Quien es la joven, es una novicia o pertenece a la comunidad?
.-No es una mujer, Rodrigo.
.- ¡Es un hombreeee!- Auch… está caliente.
.- ¡No grites, me haces sentir mas avergonzado!
.- Nicolás, me haz dejado atónito, nunca creí escuchar algo así de ti. - le respondía mientras secaba sus manos con una servilleta de lino. Su postura demostraba una total decepción.
.- No es la primera vez que me dicen esas palabras, siento que estoy volviendo sobre mis pasos y el huir ya no es una salida.- alejándose de la mesa, se sentó cerca del escritorio.
.- ¿Huir? Es por eso que viniste a Tucumán, estabas huyendo.
Rodrigo alzó una silla, la corrió y se sentó a su lado.
.-Uno puede escapar de sus demonios, pero siempre encuentran la forma de hallarte y te hacen ver lo inmundo que un ser humano puede llegar a ser.
.- No hables así, no son palabras propias de ti.
.- Y como quieres que me describa.
.- Nicolás cuéntame, se sincero.
.- Es un joven que conozco desde hace mucho tiempo, era un devoto de mi comunidad allí en el Challao. Todo comenzó como un juego retorcido y llego a convertirse en una relación paralela ya que el tiene su familia y peor, pronto será padre.
.- Tú sabes que significa eso verdad.
.- El me persiguió hasta aquí y yo no tengo manera de sacarlo de mi cabeza ni de mi interior. Es como una fuerza demoledora que me arrastra sin compasión. En verdad yo… creo que… estoy enamorado de esa persona…
.- “Una relación entre hombres no es normal, Nicolás.”
Dios no nos brinda un tiempo muerto o para experimentar. Si quieres seguir con el camino del sacerdocio termina esto de una buena vez y si no, plantéate dejar los hábitos. Pero llevaras una vida de perversiones y pisotearas todo aquello que haz profetizado con tanto amor.
.- Esta es la única razón de mi vida. Ya no soy un jovencito.
.- Entonces, deja estas actitudes de pecado.
.- Es así como me ves. Un monstruo.
.-Dios te quitará ese pensamiento asqueroso de lujuria. Él te cambiará.
.- Pero, si dios me ha hecho de este modo, él me dará fuerzas para seguir adelante.
.- No Nicolás, es en lo que te convertirás, si mantienes esa postura. Dime, porque te planteaste ser un sacerdote.****
.- Fui criado para esto, mi familia siempre fue muy devota. Mi madre obedecía ciegamente a mi padre en todas sus decisiones. Él nos obligaba a rezar continuamente y a leer la biblia hasta altas horas, crecimos con miedo a sus represalias. Después de mi infancia, sentí que era el único modo de vivir en armonía y que la contención que necesitaba la encontraría perteneciendo a la familia de Dios. Creo que siempre supe que era diferente. Brindar mis servicios, ayudar a los desamparados es mi meta. ¿O realmente es que tengo miedo de estar solo?
.-Tienes mas de cuarenta años. ¿donde recibirás asilo? ¿vivirás de los demás, de limosnas? O peor, si las autoridades se enteran, podrían culparte de perverso y serias encerrado o hasta ejecutado. Puedes volver con tu familia esa es una buena opción.
.- Mi padre jamás me recibiría en su residencia, de saber que deje mis votos, preferiría morir.
.- ¿Tú tienes una hermana? Creo recordar, que me contaste que tenías una.
.- Mi hermana fue expulsada de mi hogar cuando era un pequeño, lo ultimo que sé, es que mi padre la envió lejos de mi pueblo. Una vez hace muchos años escuche a mi madre decir:
“Es mejor una vida de servidumbre a una de ramera”.
Pero siempre me mantuve al margen de ese tema y creo que nunca llegue a perdonarlos sinceramente. Tampoco saqué las fuerzas para buscarla y ahora estoy agotado tanto física como moralmente.
*En el fondo, Nicolás sentía hundirse en un fango cada vez más oscuro.¿ porque nadie lograba comprenderlo? Tan enojado estaba dios con él. Entonces si algo estaba mal en él ¿porque no hacia nada por detenerlo? ¿Porque no sacaba esos sentimientos de su vida?*
Ambos sacerdotes se quedaron hablando. Uno exponiendo sus dudas e intentando conciliar una tregua con Dios, el otro defendiendo la buena fe y credibilidad de su doctrina.
Mientras tanto David volvía a su residencia, había estado todo el día desde muy temprano en el pueblo y necesitaba ver a su familia. Casi llegando a la entrada pudo ver el revuelo que sus empleados hacían al ver llegar el coche.
.- Señor Keller, señor Keller. La joven dama no se encuentra bien.- gritaba el jardinero.
.- ¿Que sucede?
.-La joven señora a tenido una recaída, el doctor esta en su habitación.
David salió apresurado del auto llevándose a cuestas a la nodriza quien salía a recibirlo.
Corrió escaleras arriba e ingreso en la habitación.
.- ¿Donde esta mi esposa?- esta yacía acostada en su cama adormilada. Su suegra sentada a un lado sostenía su mano y acariciaba su cabello.
.- He tenido que adminístrale un tranquilizante, estaba muy sobresaltada y con muchos dolores.- dijo el doctor mientras tomaba su maletín.
.- ¿Pero porque? ¿Mi hijo, está bien?
.- No es lo más recomendable en mujeres en su estado pero no tenia otra opción, necesitaba relajarse. Ha tenido algún disgusto, lo cual empeoró su estado. Deberá hacer reposo absoluto hasta la hora del alumbramiento o tendrá un parto prematuro y el infante no sobrevivirá.
.- Gracias doctor. Mi criada lo acompañara hasta la salida- dijo la suegra levantándose de la cama.
.-De nada estoy a sus servicios, hasta luego.
El doctor se dirigió a la salida y la madre de David corrió las cortinas oscureciendo la habitación.
.-Dejemos que descanse, acompáñame.
En la habitación de su madre de forma majestuosa la emblemática araña que colgaba del techo tenía más de quinientos bombillos en forma de tulipanes. Había sido heredada de la familia paterna y traída de la antigua residencia por barco de forma practica y segura. La alfombra con rombos color marfil, contrastaba con el edredón que cubría las sabanas de algodón. Un retrato familiar con marco de plata, sobresalía de las blancas paredes. La posición económica que obtuvieron luego del enlace marital con la familia Francis, había colocado a su madre en una actitud un tanto vanidosa.
Si previo aviso con la palma de su mano, la madre lo golpeó en la mejilla, haciendo girar su rostro por completo.
.- Eres un desvergonzado y cobarde, hacerle esto a tu familia.- entre insultos y golpes por sobre su espalda.
.- ¿Qué haces? No se de que hablas. ¡Detente!
.- No lo sabes ¡¡¡maldito mentiroso!!!
David tomó las manos de su madre, sosteniéndola por las muñecas.
.- Deja de golpearme y dime que sucede.
.- Tú esposa casi muere de la impresión, al verte con ese cura. Eres… eres… de lo peor.
.-¿Al verme con quien?
.- Fue a la iglesia y te vio con ese depravado. Ambos son repugnantes.
David abrió sus ojos y comprendió la situación, pero no podía creer lo descuidado que había sido. En que momento ella había decidido ir a ver a Nicolás y porque no le hizo comentarios. ¿Realmente ella sospechaba algo y el no pudo lograr verlo?- pensaba.
.- Tranquilízate y te soltaré madre.
.- Suéltame o no respondo de mi David.
El joven soltó las muñecas de su madre quien se alejó para sentarse en uno de los sillones. David se acercó a la ventana. Observaba, buscando un punto en donde fijar su mirada.
.-Por eso nos trajiste hasta aquí, para encontrarte con ese depravado.
“Siempre sospeche que algo no estaba bien. Pero me obligue a negarlo”
.- ¡Cállate! no le digas de ese modo.
.- No te atrevas a gritarme. Debí suponerlo, tantas horas de catequésis, tanto interés en él. No puedo creer que le abrí las puertas de mi hogar a ese canalla, para que se aprovechara de ti. ¡Ah! Pero, espera que tu padre llegue de su viaje de trabajo. Esto es su culpa, tanto tiempo fuera del hogar, no te enseño a ser un hombre. Además, deboagradecerte que hayas echo el esfuerzo de dormir con ella y el así darme descendencia.
.- No me insultes madre, el que se aprovechó de la situación fui yo. La utilize de la forma más grosera, el embarazo fue solo consecuencia de eso.
“La he arrastrado a una vida de desprecio. No supe verlo en su momento, solo he traído dolor a su vida. Ella es demasiado pura para este mundo podrido.”
.- Y no te atrevas a hacer una estupidez o esta vida de lujos, a la que te haz acostumbrado, se disolverá de la noche a la mañana.
.- No creas que me quedaré de brazos cruzados, mientras humillas a tu familia. Dos hombres, por dios David, es desagradable. Debería denunciarlo con la iglesia.
El joven enfurecido se paró delante de su madre, tomándola por los hombros.
.- Tú no harás nada o te iras de mi casa, no me molesta comprarte alguna finca en otro lugar.
.- ¿Echarías a tu familia por ese hombre? Y no me toques, irrespetuoso.
.- No, por un hombre, sino por la dignidad de mi hijo.
.- Aja jajá... no me hagas reír, tu esposa casi muere y tú te preocupas por tu hijo.
.- Ella es inocente en todo esto, yo la amo, pero no de la manera en que un hombre ama a su compañera. Es la persona que elegiría para criar a un hijo seguramente. Ella ha sido mi pilar en todo este tiempo y no merece sufrir de este modo, si hay un canalla, pues ese soy yo.
(Dos golpes en la puerta interrumpieron la conversión)
.- Señora tiene visitas. A demás la joven ha despertado y pregunta por su esposo.
.-Enseguida voy, gracias.
David se alejó y se dirigió a la salida. Antes de tomar el picaporte, su madre le hablo, el no giro su rostro para mirarla.
.- Escúchame bien. Esta conversación no se termina aquí, hoy seré tu chivo expiatorio. Logré convencerla de que todo fue un mal entendido producto de sus celos. Pero pondrás punto final a esta locura. Si no lo denuncio, es por el solo echo de evitar la humillación pública. Ésto se arreglará dentro de las paredes de mi hogar. No me provoques, sabes de lo que soy capaz.****
David no respondió a la amenaza de su madre, abrió la puerta y caminó en dirección a su habitación.
.- ¿Aldana como te encuentras?
La joven no podía modular palabra alguna sin sollozar y acongojarse.
.- Tranquila mi pequeña, es que hoy fue a buscar al padre Nicolás a la iglesia y creyó ver algo que no fue. Yo le explique que tú trabajaste todo el día en la oficina con un recado que su padre te encomendó, ¿No es así?- dijo su madre.
.- ¿Que fue lo que viste Aldana, dime...?
.- No puedo yoo… me siento tonta, por pensar algo asiii…
.- Dejémosla descansar, el niño lo necesita.
.- Madre, no te entrometas y déjanos a solas, por favor.
Su madre le lanzó una mirada furiosa .
.- Esta bien. Trátala con cuidado.
La mujer se retiró del lugar.
.- Solo pienso y digo tonterías, es que tú nunca estas en casa y yoo…
...lo siento soy una pésima esposa… lo sientooo…
.- No llores o arruinarás tu hermoso rostro.
David la abrazaba con mucha fuerza mientras besaba su mejilla húmeda por las lágrimas.
.- Hoy quería contarte que había elegido el nombre para nuestro hijo. He pensado que si es una niña le llamaré: “Roxanne…”
.- Esposo mío, pero siento que será un niño y deseo llamarlo: Camilo Andrés…
.- “Camilo Andrés…” es un hermoso nombre para mi hijo. Ahora no pienses tonterías y procura mantenerte saludable hasta el alumbramiento. Nunca dejaré a mi hijo y a su hermosa madre sin mi presencia. Trataré de estar más tiempo en mi hogar, lo prometo.
.- David, perdóname…
Odiaba mentirle con todo su corazón, jamás llegaría a quererla en la forma en que se merecía. Pero la adoraba por amarlo a pesar de todo. Solo que su corazón y su cuerpo ya tenían dueño.
Ambos se tomaron en un abrazo interminable. No hacían falta las palabras ni las aclaraciones. Eran compañeros de vida, solo eso, pero era suficiente como para entender que nunca se separarían en malos términos.
En la planta baja, la madre del joven, recibía a sus visitas. A pesar del mal momento pasado, lograba aparentar una gran calma.
.-Adelante por favor. Siéntase cómoda. Un gusto recibirla en mi residencia, Señora Torres.
.- Por favor, llámeme, Natalia.
.- Ajajá… no tendré reparos en tutearle.
.- Estamos en confianza… ajajá…
.- Dígame si ha encontrado el personal que le he encomendado.
.- Claro que sí, un peón y una sirvienta.
.- Sí, usted sabe, con un infante en la casa y la familia, nunca son suficientes. Pero dígame sobre sus referencias. Pronto festejaremos la llegada del niño.
.- Provienen de las residencias más prestigiosas como: la familia Morales de Mendoza o López de Misiones, ambos grandes terratenientes y agrimensores.
.- Excelente, tienen sus libretas cívicas o de enrolamiento.
.-Sí, todo esta en orden.
.- Entonces hágalos pasar, para conocerlos.
La mujer muy bien vestida, hizo una seña con la mano a su criada, que la esperaba parada sobre la entrada de la sala y esta salió de la misma, para volver con dos personas al interior.
.- Aquí se encuentra el personal mi señora.
.- Gracias querida. Señora Keller, ellos son los empleados.
Una mujer de unos cincuenta años acompañada por un joven veinteañero, se encontraban parados a un lado de la señora, con sus rostros mirando al suelo y una actitud muy sumisa.
.- Preséntensen. ¡Tú joven!... Dile tu nombre.
.- Me llamo Andrews, señora.
.- Andrews pareces saludable y muy fuerte.
.- Gracias señora…
.- ¡Y usted! Levante su rostro querida. Déjenos ver esos ojos. Ha de tener sangre europea. .-
.- Ya sabes lo que dicen se de los hombres europeos y sus amoríos con la servidumbre... -Ajajá jajá-
-ambas mujeres bromeaban desagradablemente refiriéndose a la descendencia de la empleada-
.- Eso no importa, por favor, dime tu nombre.
La mujer levantó su rostro dejando ver una belleza natural, sin duda los años y el trabajo duro, habían dejado marcas en sus manos y en su piel. Pero su semblante estaba casi intacto. Sus ojos mostraban sufrimiento y su mirada una vida llena de ultrajes. Pero algo, hacia levantar su frente en alto y mirar mas allá de toda pena. Demostrando que el amor propio era mucho más importante que cualquier comentario ofensivo. Seguramente lo había aprendido a fuertes golpes.
.- Disculpe, me llamo: “…Priscila…”
Continuará…