Embrujadas: El poder de cuatro

Phoebe, Piper y Paige viven su Halloween más terrorífico cuando, tras un conjuro que consigue resucitar a Prue, resucitan también cuatro demonios que las violarán y humillarán, haciendo además que las cuatro disfruten con las violaciones.

EMBRUJADAS: EL PODER DE CUATRO

Tema central "How Soon Is Now?", cantada por Love Spit Love

I am the son and the heir,

I am human and I need to be loved Just like everybody else Does

See I've already waited too long And all my hope is Gone

(De izquierda a derecha, Phoebe, Piper y Paige)

-En la gran conjunción, cuando los mundos sean uno, que cesen todos los poderes

Cuando Phoebe despertó, lo hizo sobresaltada, con esa frase en su mente, que como un disco rayado se le repetía una y otra vez. No sabía qué había soñado, pero tenía la sensación de que esas palabras eran importantes, muy importantes. Bajó a la cocina, donde Piper ya estaba preparando el desayuno y Paige estaba leyendo el periódico.

-Buenos días dormilona-saludó Piper-.

-¿Te encuentras bien-preguntó Paige, al ver la cara de Phoebe-?.

-Sí-contestó, débilmente-…es que…he pasado una mala noche

-Toma algo y relájate. Ya verás como se te pasa.

-Sí, tienes razón Piper.

Mientras Piper y Paige se entretenían hablando sobre conjuros para repeler posibles demonios, Phoebe seguía ensimismada, recordando esas palabras que sin querer pronunció en voz alta.

-En la gran conjunción, cuando los mundos sean uno, que cesen todos los poderes

-¿Qué es eso-preguntó Paige-?.

-No lo sé. Me desperté con estas palabras y no puedo parar de recordarlas. Es como si fueran importantes. ¿Me estoy volviendo loca?.

-Tú siempre has estado un loco loca-respondió Piper irónica-.

-En la gran conjunción, cuando los mundos sean uno, que cesen todos los poderes-repitió Paige, con tono interrogante-

-¿Es pegadizo, eh-preguntó Piper un tanto divertida-?. A lo mejor podemos venderlo como canción. Y quien sabe, hasta podríamos hacernos ricas….

-Sí, y de paso dejar nuestra carrera de brujas para hacer carrera de cantantes.

Se miraron un momento y comenzaron a reírse. Tras terminar el desayuno, las tres se pusieron rumbo a sus trabajos, no sin antes toparse con un pequeño demonio que merodeaba por la casa, al que Piper paralizó para luego hacerlo explotar sin despertar sospechas. Si bien la rutina fuera la misma para las mayores de la familia, no lo fue así para Paige. Las palabras de Phoebe resonaban con fuerza, y ciertamente, había algo en ellas que le decía que debía tener cuidado. A lo largo de la mañana su mente insistía en esas palabras cuyo significado escapaba a su comprensión. Horas más tarde, cuando volvió a casa, su primer impulso fue buscar a Phoebe.

-Hola, ya he llegado. Phoebe, ¿estás aquí?.

El silencio fue la única respuesta que tuvo. La casa parecía estar desierta.

-¿Piper?, ¿Phoebe?...¿hay alguien?.

Recorrió la cocina y el salón sin encontrar a nadie, de modo que subió al piso de arriba rumbo al desván, pero allí tampoco estaban. De regreso a abajo, un gemido ahogado se oyó en la habitación de Phoebe y Paige abrió la puerta sin llamar.

-Ah Phoebe, te estaba buscando para

La cara de Paige quedó congestionada cuando vio a Phoebe desnuda, tendida sobre la cama, mientras Piper, con un vibrador en su coño, le succionaba los pezones y metía sus dedos en el coño de su hermana. A pesar de ser descubiertas, las dos siguieron dándose placer como si Paige no estuviese allí.

-¿¡Pero se puede saber que estáis haciendo!?.

Phoebe miró a Paige con la vista algo perdida por el goce que estaba recibiendo.

-Solo nos divertimos-contestó-…no hay nada de malo que dos hermanas se diviertan si no tienen a nadie más.

-Pero…pero

-Ya iba siendo hora de que lo supiera-dijo Piper-. Cuando estábamos con Prue era normal darnos alguna satisfacción cuando faltaban los hombres. Creo que es el momento de que tomes el revelo. Hace ya tiempo que deseo probar el sabor de tu coño.

-No…yo no-balbuceó Paige, incrédula-

-Tú sí-respondió Piper-…ya verás como te gusta

Paralizada por la sorpresa Paige fue incapaz de irse, de modo que Piper llegó hasta ella, se fue directo a sus pechos y los amasó mientras afanosamente buscaba sus pezones para saborearlos. Una riada de confusión y emociones contrapuestas cruzaron por Paige como una exhalación, mientras Phoebe se masturbaba deliciosamente viendo como Piper iniciaba a Paige en los placeres incestuosos de la familia. Cuando la mente de Paige hubo cedido, buscó el vibrador que Piper aún llevaba metido y comenzó a agitarlo, haciendo que ambas comenzasen a jadear. La guió a la cama, la desnudó, y mientras Piper y Paige se besaban con fuerza, Phoebe sacó la lengua y comenzó a follar con ella a su hermanita pequeña. Antes de darse cuenta Paige estaba atrapada entre sus dos hermanas, que la estaban seduciendo y follando a la par. La lengua de Piper luchaba con la suya y la lengua de Phoebe entraba por su vulva lubricada, casi chorreante. Incapaz de seguir estando de rodillas, se tumbó en la cama para seguir disfrutando, cumpliendo con las palabras de Piper de que disfrutaría tanto como ellas dos. Piper se sentó sobre la cara de Paige y Phoebe se puso justo al lado para verlo.

-Venga Paige. Cómeme el coño. Méteme la lengua y gózame

-Esto no me lo pierdo. Vamos Paige, fóllate a Piper. Follátela viva

Acercándose un poco más, hundió la lengua y Paige probó los jugos de su hermana. Dulzón, húmedo, y totalmente pervertido, las tres se gozaban unas de otras, y aprendiendo con notable rapidez, la mano de Paige buscó las tetas de Phoebe para tocarlas un poco, antes de lanzarse a masturbarla, mientras ésta se dejaba hacer, observando como una le comía el coño a la otra. El olor a sexo comenzó a inundar la habitación llenándola de una atmósfera de libertinaje y sensualidad, al tiempo que los gemidos de placer resonaban por todas partes.

-Aaaah aaaaahhh aaahh aaaahh….vamos Paige, vamos….uuuuuummmmm que bien me lames….más, máaaaaaaaaas…dame más…me gusta…dale a la lengua y fóllame bien…no te detengas….quiero correrme en tu cara

-Venga Paige, fóllatela-animada Phoebe-….cómeselo todo…fóllatela con la lengua…ooooohh oooohhhh…sigue Paige sigueeeeeee…mastúrbame más…máaaaaas….mmmmmmm síiiiiiii…aaaaah aaah que bien…no pares

En un incansable éxtasis mutuo, Piper gozó copiosamente y chorreó sobre la cara de Paige, que a su vez hizo gozar a Phoebe, que también segregaba con demencial fluidez. En un grito común las tres brujas gozaron y cayeron rendidas unas sobre otras, abrazándose y besándose. Por sus caras resbalaban lágrimas de felicidad.

-No sabía que podíamos hacer esto.

-Claro que podemos hermanita-contestó Piper-, y además nadie lo sabe. Ni siquiera los "luces blanca". Es un secreto de hermanas y Paige, por favor, no se te ocurra decirlo. Esto es cosa de familia.

-Solo por preguntar, ¿por qué me buscabas antes-preguntó Phoebe-?.

-Era por la frase de esta mañana-contestó Paige-….creí que podría ser algo importante

Su ironía fue seguida de grandes carcajadas, mientras se tocaban de cuando en cuando para dejarse llevar por la riada. Piper y Phoebe se miraron entre ellas con satisfacción, sabiendo que por fin estaban completas. Sabido ya el secreto por Paige, no quedaban tabúes entre ellas, y nadie ajeno a ellas tres lo sabía. Con fuerzas renovadas, las embrujadas se lanzaron a gozar entre sí. Cada una tenía en una mano un pecho de su hermana y en la otra, bien firme, la vulva: Phoebe a Paige, Paige a Piper y Piper a Phoebe, formando un triángulo sexual perfecto. Entre besos y caricias, las tres manos llevaron a las famosas brujas al éxtasis cuando, al unísono, chorrearon por sus piernas al alcanzar el tan codiciado orgasmo común. Sin fuerzas se reunieron entorno a Paige, que las abrazó a las dos, que se sentía, y nunca mejor dicho, muy amada por sus hermanas.

-Phoebe, ¿y si es esa frase es un nuevo conjuro-preguntó Paige-?.

-¿De que tipo?.

-No sé, pero podría ser un conjuro poderoso. Y como mañana es Halloween

-¿¿Qué-preguntó Piper incrédula-??, ¿mañana ya es Halloween?.

-¡Es verdad-corroboró Phoebe-!. Este año ya ha llegado y ni nos hemos dado cuenta.

-A ver si podemos preparar algo de última hora para divertirnos.

-Pues que quieres que te diga Paige, pero a mí no se me ocurre nada-comentó Phoebe encogiéndose de hombros-.

-Bueno-pensó Piper en voz alta-…si no se nos ocurre…improvisaremos

Hizo un guiño a las dos, que comprendieron su intención. Siendo ya tarde, se fueron a cenar, antes de pensar en la celebración de Halloween.

-En la gran conjunción, cuando los mundos sean uno, que cesen todos los poderes

Tanto Piper como Paige miraron a Phoebe con total expectación. Incluso Piper, en ese momento, notó una sensación como si algo hubiera resonado en su cabeza. Dos veces más sonó la frase en sus cabezas, como si algo se estuviera abriendo paso a trompicones en su mente. Incapaces de saber que podía ocultar esa frase, se fueron a la cama. Ya dormidas, de madrugada, se revolvían en sus camas, conciliando un sueño de naturaleza inquieta, siendo Phoebe la que más acusaba esa sensación, y en sueños decía en voz alta la misa frase que 24 horas antes había pronunciado por primera vez.

-En la gran conjunción, cuando los mundos sean uno, que cesen todos los poderes…En la gran conjunción, cuando los mundos sean uno, que cesen todos los poderes…En la gran conjunción, cuando los mundos sean uno, que cesen todos los poderes

El sonido rebotó por la casa y llegó hasta la habitación de Paige, que al igual que su hermana, comenzó a recitar la frase en sueños. Y de Paige pasó a Piper. Minutos después, cuando las tres, sin saberlo, lo recitaban al unísono, no solo dijeron la misma frase, si no que recitaron todo el conjuro:

En la gran conjunción,

Cuando los mundos sean uno,

Que cesen todos los poderes

Y se cierren todos los portales

Cuando la muerte se convierta en vida

Y el Más Allá abra sus puertas

Que los muertos regresen

Y los vivos tiemblen

Fuerzas del universo id a dormir

Y no despertéis por un día y una noche

Hasta que el repicar de las campanas

Ponga fin a vuestro sueño

¡Que caiga la Gran Barrera!

En ese instante, cuando el conjuro se hubo pronunciado, una fuerte sacudida hizo temblar toda la casa Halliwell y las tres despertaron súbitamente, con el recuerdo del conjuro perfectamente grabado en su memoria. Fueron en busca unas de las otras hasta encontrarse en el pasillo y muertas de miedo se refugiaron en uno de los umbrales.

-¿¿¡¡Qué está pasaaandooooo-gritó Phoebe-!!??.

-¡¡¡Es el conjuro, el que conjuro que pronunciamos en sueños-dedujo Paige-!!!.

-¡¡¡Dios mío, parece que la casa vaya a caernos encima-vociferó Piper-!!!.

De golpe, sin avisar, los temblores cesaron y las tres se levantaron del suelo. No había grandes desperfectos, pero sí mucho miedo. En actitud alerta, miraron por todas partes buscando, casi deseándolo, una presencia demoníaca a la que poder eliminar para aplacar su miedo.

Sin saber como, se encontró fuera de la casa. Miró sus manos, su cuerpo, y sintió una extrañeza que no supo descifrar. Lo único que quería era entrar en casa y encontrar alguien dentro. Rápidamente subió los escalones y llamó al timbre buscando una presencia familiar que aliviara el miedo que la invadía.

El sonido del timbre asustó a las tres hermanas. Desde las escaleras observaron la puerta, viendo como alguien golpeaba la puerta desde fuera. Las tres se miraron con mucha preocupación y preparadas para lanzar un conjuro se dirigieron hacia ella cuando quien golpeaba la puerta comenzó a gritar.

-¡¡¡HAY ALGUIEN!!!, ¡¡¡PIPER!!! ¡¡¡PHOEBE!!!, ¿¿¡¡DONDE ESTÁIS!!??.

El sonido de la voz les sonaba, pero no supieron asegurar quien era. Con señas, Phoebe trazó el plan: ella abriría la puerta mientras Paige y Piper reducirían al intruso. Todo sucedió en un flash: Phoebe abrió la puerta, pero ninguna pudo hacer nada. Un silencio se hizo allí mismo. Phoebe, que tenía los ojos cerrados, esperando escuchar un gran "boom", los abrió cuando nada pasó, y echó un vistazo. Al igual que sus hermanas quedó muda de la impresión y abrió sus ojos tanto como pudo, incrédula. Por la cara de Piper resbalaban lágrimas incontenibles.

-Hola chicas-saludó el intruso-

-Dios mío-balbuceó Paige-

-¡¡¡No puede ser-exclamó Piper-!!!.

-¡¡¡PRUE!!!.

Incapaz de asimilarlo, Phoebe se desmayó. Las demás la llevaron al sofá, y luego se quedaron mirándola.

-¿Por qué me miráis así?.

Tanto Piper como Paige se miraron entre sí, sin saber quien se lo diría. Finalmente, Piper asintió.

-Prue…estás muerta…falleciste hace ya varios años

-Es cierto Prue. Yo fui a tu funeral. Así conocí a mis hermanas.

-¿Quién eres tú-preguntó Prue a Paige-?, ¿y porqué son "tus" hermanas?.

-Soy Paige Matthews. Soy hija de Patty, nuestra madre, y de Sam, su "luz blanca". Yo te reemplacé como Embrujada a tu muerte.

Prue quedó mirándose a sí misma durante varios segundos. Luego miró alrededor y comenzó a reírse nerviosamente.

-Pero…no puede ser…estoy aquí…estoy viva

-Prue…estamos en Halloween…y accidentalmente las tres dijimos un conjuro que debe haber provocado tu regreso…por eso estás aquí

Como si recibiera un golpe, Prue meneó la cabeza un par de veces y luego se quedó absorta. Se llevó las manos a la cabeza y alzó la vista como si tratara de escuchar un sonido lejano. Lágrimas de dolor salieron escopeteadas de su rostro.

-Es…es cierto-dijo, comenzando a llorar-…ahora lo recuerdo…estaba en el Más Allá…y de repente sentí como que tiraban de mí…y luego estaba delante de casa….y yo solo quería entrar en casa…solo quería veros

Las tres hermanas se abrazaron. Phoebe, que se estaba despertando, vio la escena y acudió a ellas. Tocó a su hermana, le miró de arriba abajo y se unió al abrazo común, que duró varios minutos, como si temieran que ella desapareciera si la soltaban. Cuando el estupor inicial se disipó, Prue fue informada de todo lo ocurrido a su muerte: la llegada de Paige, la ascensión de Cole Turner a "La Fuente" para luego morir varias veces, la lucha con los demonios, la boda de Piper con Leo y su hijo…Prue escuchaba atentamente y como si nada hubiera pasado, el nuevo día las alcanzó en pleno desayuno, como a cuatro hermanas normales y corrientes.

-Un momento-reflexionó Piper-…Si Prue ha vuelto a vivir, ¿no pasaría lo mismo con Mamá, o la Abuela?.

Patty Halliwell(Mamá) y Penny Halliwell(Abuela)

-Es cierto-comentó Phoebe-…Ellas también deberían volver a la vida

-Creo que no-respondió Prue en tono secante-. Me parece que si reviví fue porqué mi muerte es aún reciente y mi energía residual en esta casa pudo permitirlo. Mamá y la Abuela murieron hace demasiado tiempo. Ya no queda suficiente energía para que revivan, pero al menos estoy con vosotras de nuevo y eso es lo que importa.

Las cuatro se miraron con mucha tristeza por sus palabras, pero también alegría por su inesperada pero bien recibida reunión. Debido a que no estaban seguras de su ella desaparecería con el final del día, aprovecharon cada momento al máximo. Tras varios juegos y risas que por un tiempo las convirtieron en cuatro chicas normales y corrientes, Phoebe, durante varios minutos, miró a Prue con un brillo especial y le susurró algo al oído. Entonces ambas sonrieron.

-Así que conoces el secretito de nuestra familia-acabó diciendo Prue a Paige-.

-Lo supe ayer mismo-respondió ésta con gesto airado-.

-Pues no perdamos tiempo-comentó Phoebe-. Vamos Prue, no quiero dejar pasar la ocasión. Ya he olvidado lo que eran tus caricias en mi cuerpo. Te necesito

Tanto Piper como Paige decidieron permanecer de espectadoras, tocándose un poco, mientras Prue se acercó a Phoebe, la desnudó, y comenzó a sobarla por todo su cuerpo. Phoebe se dejó hacer, extasiada por volver a ser poseída por Prue, que amasaba los enormes pechos de su hermanita pequeña y le daba lengüetazos en el cuello. Una mano se deslizó y acarició con devoción el culo en pompa de Phoebe, para luego deslizarse entre los muslos y comenzar a acariciarla para que se lubricase. No tardó mucho en comenzar a humedecerse, mojando los dedos de Prue, que se bebió sus jugos y luego se los dio a probar a la dueña. Mientras tanto las otras dos se seguían tocando, contemplando con aniñada alegría a Prue haciéndole el amor a Phoebe. Piper informó a Paige de que al poco de ser las Embrujadas se hicieron amantes, y que entre demonio y demonio se dedicaban a una búsqueda de placeres entre ellas que a veces duraban horas. Paige escuchaba atentamente mientras la mano de Piper se mojaba de los fluidos que brotaban de su vulva. Un gran gemido hizo que se volvieran hacia Phoebe, cuyo chochito ya chorreaba a raudales. Prue aceleró sus movimientos para hacer que Phoebe se corriera, y cuando finalmente, se corrió, dio un alarido que se convirtió en un temblor que sacudió toda la casa. Las cuatro quedaron extrañadas y buscaron refugio.

-¿Otro temblor?, ¿qué pasará ahora?.

-No lo sé Piper-contestó Paige-, pero será mejor que estemos preparadas.

-¡¡¡Ya no aguantó másssss!!!

El grito de Phoebe se apagó cuando el temblor cesó tan súbitamente como se produjo. Las cuatro suspiraron y se rieron, pero Paige quedó horrorizada cuando miró detrás de ellas. Las otras tres miraron hacia atrás y contrajeron su cara en una mueca de terror. Imposible o no, él estaba de nuevo ante ellas.

-Cariño, ya estoy en casa-replicó en tono irónico y melodioso-

-¿¿¡¡COLE!!??, ¿¿¡¡COLE TURNER!!??.

El grito de Prue estaba justificado, ya que Cole había muerto definitivamente hacía bastante tiempo, pero sin embargo, allí estaba, ante ellas, con el semblante marcado y una expresión de diabólico triunfo.

-¡Es imposible-gritó Paige-!, si estás muerto.

-¿Sí?. Pues parece que he revivido, y francamente, creo que tengo algunas cuentas que ajustar por aquí.

Piper intentó hacerle explotar, pero ningún poder salió de sus manos. Sus poderes se habían desvanecido.

-¿Qué ocurre?, ¿qué pasa con nuestros poderes?.

Paige intentó traer a su mano algún objeto para golpear a Cole, y Prue probó inútilmente su telequinesia. Nada resultó.

-Es por mí-reflexionó Prue-. El hecho de que yo esté con vosotras ha inutilizado la Trinqueta y el Libro de las Sombras. La Trinqueta no puede conjurar el poder cuando somos cuatro hermanas las presentes.

Sintiendo su indefensión, cundió el "sálvese quien pueda". Durante breves instantes quisieron huir, pero las puertas y las ventanas estaban cerradas y no había forma de abrirlas. De algún modo el conjuro había atrancando la casa. Fue en ese instante cuando, como si hubieran recibido la misma orden mental, todas volvieron con Cole, que estaba en el salón, con expresión de complacida felicidad. A punto de ir contra Paige, se dio cuenta de que en todas había una extraña mirada, mezcla de deseo y a la vez de miedo. Cuando Piper le rozó de manera sensual, comenzó a percatarse de lo que estaba pasando en las Embrujadas.

-Un incubo-reflexionó-…debo tener ciertos poderes incubos, por eso volvieron-y esbozó una diabólica sonrisa-…así que ahora soy un incubo para ellas, un demonio sexual irresistible…podré hacer lo que quiera con las cuatro…todo lo que quiera

Hizo que Paige se levantara y con fuerza la empujó contra la pared. Ella dio un gemido prolongado de placer. Cole le rasgó la ropa, haciéndola jirones, y bajándose la cremallera, la penetró brutalmente. Las otras tres, relamiéndose, observaron como Paige era violada, y en su rostro se adivinaba el dolor y al mismo el placer que tenía.

-Siempre contra mí, siempre enfrentándote a mí-exhortó Cole, furioso-…Como deseaba poder castigarte…Que dulce es la venganza…¿¡Te gusta Paige!?, ¿¿¡¡TE GUSTA!!??.

La penetrada era brutal, rítmica y tiránica, haciéndola sufrir tanto como podía, provocándola un inmenso dolor. La estaba desgarrando, pero al mismo tiempo que le dolía y lo rechazaba, una parte de ella, forzada por el influjo del incubo, comenzaba a disfrutar de aquello. Por su parte, las otras tres observaban la escena con morboso deleite y lujuria incontenible.

-Vamos Paige, fóllalo bien perra-le dijo Piper-…Fóllatelo

-Venga hermanita…fóllame a mi ex…tirátelo…deja que te viole

Paige era como una muñeca en manos de él, que con expresión de sádica felicidad, golpeaba ferozmente el coño de la bruja. Tanta ferocidad tenía que no pudo contenerla, y en ese momento, su ser adquirió una antigua forma que no era vista desde hacía mucho tiempo.

-¡BALTASOR-gritó Piper-!, se ha transformado de nuevo en Baltasor.

Un grito salió de la boca de Paige cuando, al haber transformado, notó en su interior como la tranca de Cole duplicaba, casi triplicaba su tamaño y la desgarraba hasta sentir que la partía en dos. Con mucha más fuerza debido a su aspecto demoníaco, Baltasar violó a Paige hasta hacerla gritar de verdad cuando ambos gozaron de tal brutal acto. El grito de Paige se convirtió en un fuerte temblor que nuevamente sacudió toda la casa Halliwell. Al salirse de Paige, Baltasor se llevó las manos a la cabeza y su forma se empezó a hacer difusa. Unos haces de luz salían de él en horizontal, hasta que otro demonio acabó cobrando forma y nueva vida.

-¡SYKES-gritó Baltasor, incapaz de creerlo-!.

-¿Quién es-preguntó Prue, que no reconocía al nuevo invitado-?.

-Fue un demonio que odiaba a Baltasor-explicó Phoebe-. Se hizo pasar por él para que pensáramos que no se había reformado como él decía y casi nos convenció de que así era.

Sabiendo que su nuevo aliado tendría el mismo poder incubo, Baltasor y Sykes se saludaron como si fueran camaradas, y viendo a la recién violada Paige, fue por ella para violarla de nuevo. Baltasor fue con él y se puso detrás de la bruja. Entre las dos la sostuvieron en el aire, para luego ensartarla en sus abultados y demoníacos garrotes. Baltasor se relamió al probar el culo de la Embrujada, mientras Sykes, mucho más brutal que su antecesor, bombeaba con saña infernal dentro de Paige.

-No os preocupéis-reseñó Baltasor, mientras le daba por el culo a su ex cuñada-. Luego iréis todas vosotras, y tú Phoebe serás la última. Lo mejor para el final-y guiñó un ojo con perversa complacencia-.

Los dos demonios violaron a Paige hasta dejarla sin fuerzas, y cuando vieron que estaban a punto de correrse, se salieron de ella. Las demás se abalanzaron para recibir los abundantes chorros que salieron de los dos pollones infernales, que embadurnaron la cara y el pelo de las cuatro brujas, arrodilladas ante ellos, que disfrutaban viéndolas pringosas. De las cuatro, los dos, casi a la vez, se fijaron en la cara de Piper, que mostraba auténtica cara de perversa felicidad. Tras un segundo de mirarse, la arrastraron por el pelo unos metros y Sykes echado sobre ella, y Baltasor por detrás, probaron la misma doble penetración. Paige, agotada, estaba en brazos de Prue, que le acariciaba las tetas, y Phoebe, que se deleitaba tocando a Prue y viendo como Piper disfrutaba de aquella experiencia, que al mismo tiempo era tan traumática.

-Casada con un "luz blanca"-inquirió Baltasor-…me encantaría que él te viera ahora mismo…seguro que no te reconocería…mírate, eres una zorra…La gran bruja es una gran zorra…una verdadera puta

-AAAAHH AAAHHH AAAAHH…me duele, me dueleeeeeee…¡¡¡vamos Cole!!!, destrózame el culo…métemela hasta el fondo…sí, síiiiiiiiii…AAAHHH AAAAAAARRRGHH-jadeó contrayendo su cara en una mueca combinada de dolor y placer-…es fantástico…que maravilla….AAAH AAAAH AAAHH AAAHHH

Sykes, debajo de Piper, tenía los pechos de la bruja justo a su alcance, y se lanzó a devorárselos con tanta fuerza que a ella le dolía. Baltasor, con las manos en las caderas de Piper, arremetía con furia infernal en el ya destrozado culo de la bruja. Por su parte, las demás miraban fascinadas, viendo como dos demonios acosaban y penetraban a su querida hermana, y ella gozaba con ello. Fue usada como un juguete. Baltasor la cogió del pelo y tiró con fuerza para darle nuevamente, con gesto señorial. De la boca de Piper salían jadeos y gritos de placer incontrolados, e instintivamente ayudaba moviendo el cuerpo para penetrarse al máximo. Entre brutales acometidas llenas de perversidad, Piper acabó gozando y sintiendo como sus dos agujeros eran anegados en semen demoníaco. Gritó de puro goce. Su grito se convirtió en otro temblor, y un pequeño haz de luces se originó a pocos metros de ellos. Como una estela salió del cuerpo de Piper, que lentamente acabó cobrando una altiva y maligna forma.

-¡¡Oh dios mío-exclamó Prue-!!. ¡¡ES LUCAS!!.

-¿Quién-preguntó Paige-?.

-Un demonio de los peores-aclaró-. Casi nos venció hace varios años usando los pecados capitales contra nosotras. A Leo lo transformó en un vago con la pereza, a Phoebe la convirtió en un ninfómana con la lujuria, a Piper en una ambiciosa con la Avaricia, y a mí en una prepotente con el Soberbia.

-¿Pero por qué no acude nadie a ayudarnos?, ¿por qué nadie viene?.

-Por el conjuro-recordó Phoebe-. Les dijimos a las fuerzas del universo que durmieran, de modo que no están viendo lo que ocurre…Además-añadió-, ¿os habéis fijado?. Cada vez que una de nosotras se corre, aparece un demonio que nos ha influido enormemente: Cole salió de mí, Sykes de Paige y ahora Lucas de Piper. Ya van tres. ¿Cuál crees que será el tuyo, Prue?.

Prue comenzó a temblar pensando cual sería su demonio violador. Tras echar un vistazo a su alrededor, Lucas pareció comprender lo que estaba sucediendo en la casa y de inmediato reconoció a las Embrujadas. Al ver a Piper, se acercó a ella, la cual emitió un parpadeo blanco.

-Vaya vaya…mira quien tenemos aqu텿te gusta, verdad?....¿lo quieres todo, verdad?...Lo quieres todo para ti…Disfruta de la sensación…deja que te recorra, y goza, perra bruja…goza de tu ambición

Intentaba negar sus palabras, pero fue incapaz. Un tremendo brote de codicia la poseyó como una marea incontenible, y miró a los ojos a Lucas.

-Síiiiiii-gimió entre dientes-….lo quiero todo…venga, folladme todos, violadme cabrones…lo quiero todo para mí…es mío

Baltasor y Sykes recibieron con vítores al recién llegado. Saliéndose de Piper, Lucas se puso echado para penetrarla, Sykes detrás para probar su ano y Cole de pie para que Piper se la mamara. En vez de ponerse a cuatro patas como antes, esta vez estaba sentada sobre Lucas, que la ensartó de un solo golpe, lo mismo que Sykes. Del dolor Piper abrió la boca para gritar, momento que fue aprovechado por Baltasor para metérsela hasta la campanilla. Piper se sentía puta como nunca se había sentido, al tiempo que realizada, completa, en una perversión oscura que anida en todas las mujeres pero casi siempre permanece adormecida. Tres enemigos, tres monstruos, se la estaban tirando, disfrutando de su cuerpo con plena libertad, sintiéndose rodeada de polla. Su mundo era un incesante desfilar de vergas para mamar, saborear, y penetrar en sus entrañas. Paige, sin poder resistir la situación, comenzó a masturbarse a un ritmo febril, ayudada por Prue. Phoebe, incapaz de moverse, se dedicaba a mirar extasiada.

-Sí, siente la avaricia….disfrútala...¿te gusta eh perrita?...Tres demonios violándote, ¡¡forzándote!!...Vamos bruja, goza…mueve tu culo, metete la enorme tranca de Sykes hasta el fondo…y mamásela bien a Baltasor. Golfa, que eres una golfa

Piper no podía hablar, pues su boca estaba llena de la polla de Baltasor, la cual mamaba como si la vida le fuera en ello. Nunca había probado el placer de los demonios, y ahora que lo conocía, no estaba segura de poder vivir sin ello. "Ni Leo me ha dado tanto placer de una sola vez", pensó. Sin darse cuenta movía su cuerpo ligeramente para que las tres vergas que la penetraban llegasen más hondo. Su desmesurada avaricia quería que la atravesaran, que la desgarraran. De vez en cuando, miraba a sus hermanas, y es guiñaba un ojo, en señal de lo mucho que estaba disfrutando de aquello. Le encantaba sentirse observaba mientras lo hacía y se contoneaba y acariciaba ella misma para excitar más no solo a los demonios si no a sus propias hermanas. Ellas, que notaron sus morbosidad, se excitaban descubriendo la nueva faceta de Piper. A ritmo común, Baltasor, Sykes y Lucas perforaban su cuerpo para seguir disfrutándola hasta que nuevamente la hicieron gritar del tremendo orgasmo que la bruja tuvo. Anegada por los interminables chorros de semen que le llegaron de todas partes, Piper quedó en el suelo, con la cara y el pelo perdidos de semen, con su boca, sus tetas y su coño manchados de blanco. Los tres, tras terminar, la tiraron al suelo como quien se deshace de un objeto inútil, y se quedaron mirando. Lucas les susurró algo al oído y ellos asintieron. Entonces se fue hacia Prue, que estaba masturbando a Paige, y la hizo ir con él.

-¿Tuyo y yo ya nos conocemos, verdad?...Me diste muchos problemas la última vez, y por tu culpa acabé muriendo…Va siendo hora de que lo pagues

-¿Qué piensas hacerme-preguntó ella-?.

-¿Yo?. Nada. Te lo harás tú misma…¿No sientes el orgullo invadiéndote?, ¿no sientes como se va apoderando de ti?...¿no sientes el deseo de superar a tu hermana como la más guarra de las cuatro?...

Sus palabras fueron, lentamente, causando el efecto deseado, y un parpadeo surgió de Prue. Acosada por la soberbia, se arrodilló ante Lucas.

-Ya verás lo que te voy a hacer-dijo Prue-. Piper, voy a ganarte, porqué soy la mejor y me follaré a los tres más que tú y gozaré mucho más. Soy la más guarra y puta de las Halliwell y pienso demostrarlo.

Baltasor y Sykes se sonrieron. Prue les llamó y comenzó a mamársela a Lucas con feroz apetito. Luego dijo algo que las otras no alcanzaron a oír, y se pusieron debajo y detrás de Prue. Pensaron que, al igual que Piper, uno la penetraría por delante y otro por detrás, pero para su sorpresa, los dos enormes manubrios entraron por el coño de Prue a la vez, dilatándolo hasta un punto inenarrable. Ninguna podía dar crédito a lo que estaban viendo.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH-gritó Prue, debido al fuerte desgarro vaginal que sintió en el momento de la tremenda penetrada-….sí, síiiiiiiiiiiiii…Os lo dije…Soy la más puta, la peor de todas….

Una vez bien acomodados, comenzaron a follarla salvajemente, al mismo ritmo incansable y rápido que un perro montando a una perra. Baltasor, bajo Prue, amasaba las tetas de ésta y se comía glotonamente los pezones de la bruja, que suspiraba, gemía y jadeaba con un frenesí que las demás jamás habían vivido, pero sus gemidos eran ligeramente acallados por la tranca de Lucas que ella se tragaba por completo. Con una mano masajeaba los huevos del demonio mientras se apoyaba en una pierna de él para aguantar la embestida. Una vez, y otra, y otra, y otra, Prue era salvajemente violada con una doble penetración vaginal que la hacía vibrar en todo su ser. Se sentía plena de follar de ese modo superando a las demás en todos los aspectos. Quería ser la mejor folladora de todas, y ganar por mucha distancia. Piper, viendo la escena, se arrimó a Paige y le dio a probar parte del semen que recorría su cuerpo. Phoebe también probó un poco, comiéndolo con gusto, mientras Prue cabalgaba como una yegua salvaje a lomos de aquellos dos infernales jinetes. Ella se concentraba en sentir como aquellas dos pollas perforaban sus entrañas. Le encantaba sentir la doble penetración. Perdida en sus divagaciones y sensaciones, comenzó a sentir como se acercaba el momento del clímax. Aceleró sus movimientos, los demás también subieron el ritmo, como una escena puesta a cámara rápida, entonces ella chupó con más fuerza, casi succionando con la fuerza de una ventosa, y a cuatro bandas, un orgasmo descomunal, titánico, indeciblemente horrible, atravesó a los cuatro. Prue recibió chorros y chorros de leche demoníaca, que salía copiosamente. En el momento del goce, varios objetos salieron volando y un fuerte temblor recorrió anunciando la llegada del último demonio. Una sombra alta se alzó en la sala, girando sobre sí misma a una velocidad vertiginosa, parándose luego en seco al adquirir forma. Prue no pudo menos que es espantarse, lo mismo que Paige, Phoebe y Piper. De todos los demonios que podrían haber aparecido, tenía que ser precisamente él.

-¡¡BARBAS!!. ¡¡NO!!, ¡¡TÚ NO!! ¡¡TÚ NOOOOOOOOO!!.

Con su sempiterna sonrisa diabólica, Barbas se encontró de nuevo con sus acérrimas enemigas. Se fue hacia Prue con lentitud, sabiendo que no podría huir.

-Hola, bruja…Cuanto tiempo sin vernos…¿Me recuerdas verdad?...Vamos a ver cual es tu mayor miedo…veamos-y pasó la palma de su mano por delante de la cara de Prue, para luego mirarla, gozoso, mientras Prue temblaba-…Vaya vaya

Las otras estaban expectantes. ¿Qué había descubierto Barbas?.

-Tu mayor miedo…es que yo te viole y no los disfrutes…temes no disfrutar y no ser la mejor

Prue tragó saliva. Se encontraba atenazada. Barbas no era alguien a quien tomar a la ligera.

-Pues vas a disfrutar, bruja-le dijo, triunfante-. Te aseguro que disfrutarás

Acercándose a ella la tomó del pelo manchado de semen y le arrodilló para que comenzara a chupársela. Los demás, estando sin tener que hacer, miraron a las brujas.

-Phoebe es enteramente mía-declaró Baltasor en un gruñido-. La primera vez será toda mía. Luego, quizá la comparta

Los tres demonios se abalanzaron sobre las tres brujas. Sykes tomó a Paige y poniéndola de espaldas, comenzó a violarla alternando su culo y su coño; Lucas abordó a Piper y conjurando un poder que ella desconocía, Lucas hizo brotar una polla extra, penetrándola doblemente de una sola y violenta vez; y Baltasor, por fin, tras poseer y violar a todas sus hermanas, fue por Phoebe, que de inmediato abrió sus piernas para recibirle, con expresión lujuriosa.

-¿Te ha gustado verdad?...te ha gustado ver como me he follado a tus hermanas…dímelo…Vamos Phoebe…¿te gustó, cierto?...

-Sí-contestó-…me ha encantado…y ahora yo lo deseo…quiero que me folles, que me violes, que me encules…Quiero ser toda tuya

Agarrando la tranca de su ex marido, comenzó a masturbarle con rapidez. Lo cierto es que como Baltasor nunca lo había hecho con ella y ansiaba probar su lado demoníaco. Quería saber si hacía gozar tanto como parecía cuando anteriormente. Al ver que la tenía dura se la metió en la boca con avidez, y casi no podía tragársela. Estaba desbordada por su gran tamaño, pero su excitación crecía y empezó a felarla con avaricia. Mientras la mamaba, miraba a sus hermanas: Piper, en el suelo, era violada por un Lucas que tenía dos pollas a la vez; Paige, contra la pared, era desgarrada por Sykes, que se turnaba su culo y su vulva; y Prue ya estaba siendo violada, y disfrutando, por un Barbas más demente que nunca. Las cuatro hermanas, al mismo, eran forzadas, vejadas por cuatro antiguos enemigos, traídos de nuevo en el día de Halloween, invocados inconscientemente por ellas mismas, descubriendo el placer de los demonios. Una y otra vez, Prue sentía como Barbas se hundía dentro de ella, como a pesar del dolor y el sufrimiento lo estaba disfrutando. El placer oculto que toda mujer poseía de disfrutar con una violación se manifestaba en ella con verdadera lujuria. Usando sus poderes, Barbas de nuevo pasó su mano sobre la cara de Prue para descubrir sus miedos.

-Temes que esto no sea suficiente…que alguna te supere en vuestro placer…temes que una sola polla no baste

Convirtiendo su miedo en realidad, del cuerpo de Barbas brotaron de manera casi instantánea dos pollas, una de las cuales penetró en su culo como una exhalación, y otra, como si fuera una cola, entró por la boca hasta la campanilla. Las manos de Barbas se aferraron a las tetas de Prue, y las palmas se abrieron como si fueran bocas, metiendo sus pezones dentro y succionándolos como ventosas, mientras algo parecido a una lengua jugaba con ellos. Un enorme shock la recorrió cuando sintió su cuerpo usado de esa manera. Estaba siendo perforada como jamás creyó que podría serlo, y más importante que eso, lo gozaba de un modo asombroso, deseando que nunca se terminase debido al influjo del incubo que inundaba la casa. Por su parte, Lucas hizo gozar a Piper con sus dos pollas sin darle tiempo a recomponerse metió las dos a la vez por su vulva, tal y como Baltasor y Sykes habían hecho con Prue. Paige ya estaba corriéndose una vez más cuando Sykes, penetrándola por delante, metió un par de dedos por el culo de la bruja, y como si accionara un mecanismo, comenzó a jadear más fuerte hasta casi perder el sentido. Phoebe, lasciva, se retorcía como una serpiente furiosa al sentir como Baltasor la penetraba hasta el fondo, y aún así parte de su polla quedaba fuera. Las tetas de Phoebe se balanceaban de un lado a otro presas de los movimientos y empujes que ella recibía de su demoníaco amante y ahora violador. Con pocos segundos de diferencia, todos comenzaron a correrse, consumando cuatro violaciones simultáneas. Las cuatro brujas quedaron inmóviles, cansadas, manchadas de semen, lujuriosas, pervertidas, y por supuesto, jadeantes y maravilladas de una infernal y maratoniana orgía sexual. A pesar de ser demonios, ellas vieron ese toque machista de saludos y felicitaciones por haberse cepillado a varias mujeres a la vez. Baltasor comentó algo a los demás, que asintieron. Tomaron a Phoebe, y la hicieron sentarse sobre Lucas, cuyas dos trancas perforaron el coño y el culo de la bruja. Sykes, por detrás de Phoebe, consiguió, con gritos de dolor por parte de ella, hacer una doble penetración anal. Barbas y Baltasor se pusieron en pie para recibir la boca de Phoebe, y ella se aferró a las dos trancas que estaban a los lados de su cara. Las otras tres comenzaron a montarse un 69 a tres bandas. Como hacía ya horas, cada una cogió una teta y el coño de la que tenían a su lado: Paige tenía bien cogida a Prue, Prue a Piper y Piper a Paige. Formados los dos grupos se lanzaron de cabeza al goce desenfrenado, demoníaco por un lado, incestuoso por el otro, y pervertido por todas partes.

Jamás Phoebe había recibido tanta verga por tantas partes diferentes, y lo que jamás creía posible es que en su culito entraran dos trancas como la estaban penetrando en ese momento. Su ano estaba siendo forzado hasta límites desconocidos incluso para ella misma. Su boca, al mismo tiempo, también se abría exageradamente para poder mamarse las dos trancas. Sus tetas, al mismo tiempo, eran invadidas, y a veces arañadas, por cuatro manos: las de Lucas debajo de ella y las del brutal Sykes por detrás. Cinco vergas a la vez para una sola bruja. Phoebe se movía, jadeaba, gemía, se contoneaba y se fascinaba con la violación, en parte sufrida, en parte disfrutada, que estaba teniendo. El peor era Sykes, pues su naturaleza demoníaca, mucho más acentuada que en los demás, era el que más fuerte la embestía, hasta hacerla sangrar un poco por su culito doblemente penetrado. Cuando echó un vistazo a su izquierda, vio a sus tres hermanas enzarzadas en una carrera pro ver quien hacía gozar antes a la otra. Sin distraerse siguió mamando y gozando. Las cinco pollas obraban maravillas con la ahora perversa y salvaje Phoebe, que en un goce como ella nunca conoció, la anegaron en riadas de semen cremoso y demoníaco al tiempo que dio varios gritos cuando alcanzó el orgasmo más terrible y poderoso de toda su vida. Las otras tres, que hacían poco se habían corrido, fueron junto a su hermana para ver si podían recibir algún chorro de semen con el que deleitarse como si fueran verdaderas gourmets. Las horas fueron pasando y la postura usada con Phoebe fue luego probada, con iguales ó mejores resultados, en todas las demás, siendo Prue la que más gritó de las cuatro, Piper la que más semen tragó de todas, hasta casi empacharse, y Paige la que más abierta quedó cuando consiguieron hacer dos penetraciones dobles simultáneas. Debido al influjo del incubo, ninguno de los demonios llegó al cansancio, pero ellas sí llegaron a un agotamiento físico extremo. Justo antes de sonar las campanadas de medianoche, las cuatro fueron enculadas al unísono, y acabaron, por primera vez, corriéndose por el culo. A los pocos segundos, sonaron las doce campanadas que pusieron fin al día de Halloween. Piper, percatándose, oyó como la puerta principal se abrió sola unos centímetros, y las cuatro a la vez notaron como el influjo del incubo comenzó a disiparse, horrorizándose al recordar como habían sido violadas y como lo habían disfrutado. Prue, en un arrebato de ira, movió su brazo y los cuatro demonios salieron disparados contra las paredes.

-El influjo ha desaparecido-dijo Piper triunfante-, el día de Halloween ha pasado y ahora somos libres. A por ellos chicas.

Paige orbitó para bloquear las puertas, Phoebe se aseguró de que no escaparan, Prue los arrojó una vez más, y Piper destruyó, de un solo golpe, a Barbas, Lucas y Sykes, en una inmensa llamarada. Viéndose acorralado, Baltasor se convirtió de nuevo en Cole.

-Vamos chicas-dijo Cole acercándose a ellas, entre risas nerviosas-. ¿No es para tanto verdad?. Quiero decir…el influjo del incubo fue el causante….yo no pude hacer nada…y los demás tampoco…yo no soy así…Phoebe, ¿tú me crees verdad?...

Prue lo hizo elevarse en el aire y lo dejó suspendido. Las demás se acercaron a él y lo rodearon. Phoebe lo miraba casi con compasión.

-Phoebe…cariño…mi amor… yo te quiero….no fue culpa mía

Ella ladeó un poco la cabeza. Las demás temían que la acabara convenciendo.

-Cole

-¿Sí, mi amor?.

-Vete al infierno a chupársela a un dragón muerto a ver si te gusta.

Con una mueca de estupidez, Cole se vio acabado y solo. Piper le destruyó y las cuatro permanecieron mirándose un buen rato, impregnadas del semen de los cuatro demonios que durante varias horas seguidas estuvieron poseyéndolas y violándolas, y aunque ninguna se atrevía a decirlo en voz alta, las cuatro, en lo más recóndito y profundo de su ser, lo habían disfrutado. Un pequeño temblor recorrió a Prue.

-El conjuro se termina. Voy a volver al Más Allá

Se dieron un abrazo común para despedirse y se fueron a la puerta de entrada. Tras darse un par de besos de despedida con Phoebe y Piper, Prue se los dio a Paige y se quedó mirándola un momento.

-Te he conocido poco, pero sé que eres una Halliwell, y eres una Embrujada.

Paige sonrió, y luego miró a las demás, que asentían emocionadas.

-Ahora me voy. Adiós chicas, os quiero. Ya tendréis noticias mías….

Como si tirasen de ella, Prudence Halliwell se hizo transparente y desapareció, alejándose de la casa y empequeñeciéndose hasta desaparecer. Las otras tres se abrazaron llorando por todo lo que en apenas 24 horas había sucedido. En ese momento Paige quedó algo extrañada.

-¿A que se refería Prue con "ya tendréis noticias mías"?.

-Prue suele visitarnos a veces, por las noches-explicó Phoebe-. Nos hace el amor como si fuera un espíritu. El que nunca lo haya hecho contigo es que nosotras nos arreglamos para que, mientras no supieras de nuestro secreto familiar, no fuera a por ti.

-¿Queda algún secreto más por descubrir-preguntó Paige airada-?.

-Uhhh…unos cuantos-dijo Piper en tono gracioso-

Las tres cerraron la puerta y se dieron una buena ducha para quitarse todo el semen que tenía en sus maltrechos y agotados cuerpos, pero a pesar del cansancio aun tuvieron tiempo para una última corrida mutua en la ducha. Tras salir en albornoces del baño, llegó alguien a quien no esperaban ver a esas alturas.

-¿¿¡¡LEO!!??, ¿qué haces aquí?.

-Hemos estado muy alterados. En todo el día hemos estado aislados de todos los demás reinos y no conocemos la causa. ¿Sabéis algo?.

-No-se apresuró a decir Phoebe-…nosotras también hemos estado sin poderes todo el día.

-Uhm, vaya-se quejó Leo-. Volveré a ver si averiguamos algo. Nos preocupa que algo así se repita.

Cuando Leo se fue, se quedaron mirando entre sí, comprendiendo, sin palabras, que no convenía revelar nada de lo ocurrido, ni a Leo, ni a nadie. Inmediatamente subieron al desván y se quedaron mirando una página en blanco del Libro de las Sombras totalmente absortas.

-¿Crees que deberíamos escribir al conjuro en él-preguntó Paige-?.

-Yo creo que no. A la vista de lo ocurrido, no creo que hacerlo trajera nada bueno-respondió Piper-.

-Creo que con recordarlo tenemos más que suficiente. Nunca mencionaremos lo ocurrido a nadie, y jamás revelaremos el conjuro, ¿de acuerdo?.

-De acuerdo Phoebe-dijo Paige-.

-Sí, de acuerdo-dijo también Piper-.

-Bien, y ahora, a dormir

Siguiendo el consejo de Phoebe, las tres se fueron a sus respectivas habitaciones, confiando en que el sueño les hiciera olvidar las depravadas horas en que cuatro demonios las violaron y penetraron por todos los agujeros de su cuerpo. Paige, perdida en sus sueños, notó como una mano invisible descorría la sábana y acariciaba sus pezones. Al despertarse, vio como su cuerpo era tocado por una entidad fantasmal.

-Hola Prue-y sonrió, sabiendo lo que pasaría-….

Y mientras Paige descubría otro de los secretos familiares y disfrutaba de él, Piper y Phoebe se perdían en intranquilos sueños que recordaban lo que habían vivido. En la mansión Halliwell reinaba un silencio inquieto y asfixiante mientras las tres brujas buscaban olvidar lo ocurrido.

A la mañana siguiente, las tres bajaron a la cocina para desayunar, pero ninguna pronunció una palabra, si no que se intercambiaban miradas de pesar y dolor por lo sucedido 24 horas antes. Perdidas en sus divagaciones, las tres saltaron de sus asientos cuando oyeron el timbre de la puerta.

-¿Esperamos visitas-preguntó Paige-?.

-No que yo sepa-contestó Piper-.

Movidas por la curiosidad se levantaron y fueron a ver quien era. Sus caras, tristes y afligidas, se tornaron en una mueca de felicidad cuando vieron quien era.

-¡¡¡PAPÁ-gritó Piper-!!!, ¡¡¡chicas, Papá está aquí!!!.

-¡¡Hola mis niñas-saludó el señor Bennett abrazando a las tres-!!.

-¿Qué haces aquí, Papá-preguntó Phoebe sorprendida-?.

-Pues me apetecía venir a pasar un rato con mis preciosas brujas. Quiero que me contéis todo lo que hayáis hecho últimamente, con pelos y señales.

-Nos alegramos de verte Papá, nos alegramos mucho-dijo Paige-

El señor Bennett entró en la casa, y al poco rato, todas comenzaron a divertirse, a pasarlo bien, y antes de darse cuenta, empezaron a olvidar la terrible experiencia que habían vivido. En la mansión Halliwell reinó una eufórica felicidad, y las tres estaban contentas por detrás atrás al Halloween más terrible y depravado de su vida, aunque sabrían que nunca podrían olvidarlo del todo

FIN

Casting(personaje/actor)

Prudence "Prue" Halliwell(Shannen Doherty)

Phoebe Halliwell(Alyssa Milano)

Piper Halliwell(Holly Marie Combs)

Paige Matthews(Rose McGowan)

Cole Turner(Julian McMahon)

Baltasor(Michael Bailey Smith)

Sykes(Vincent Angell)

Lucas(Kevin Weisman)

Barbas(Billy Drago)

Leo Wyatt(Brian Krause)

Patricia "Patty" Halliwell(Finola Hughes)

Penélope "Penny" Halliwell(Jennifer Rhodes)

Victor Bennett(James Read)

LA OTRA CARA DE "EMBRUJADAS"

ALYSSA MILANO "PHOEBE"

HOLLY MARIE COMBS "PIPER"

ROSE McGOWAN "PAIGE"

SHANNEN DOHERTY "PRUE"