Embestida a media noche (2)
Mi aventura no termino ahi.. pronto descubri qe era adicta, y no solo eso, si no qe alguien más se uniria sin siquiera proponerselo...
Esta historia habla sobre mi, Catherine y un romance que se dio entre el famoso Harry Potter, como algunos lo llaman y yo, una estudiante cualquiera de Hogwarts. Contaba yo apenas con 17 años cuando hice el amor por primera vez. Por aquellos días Harry cursaba el séptimo año en hogwarts, con sus inseparables amigos Ron Weasley y Hermione Granger. Yo como compañera de curso, hablaba muy a menudo con ellos, nuestra relación era muy buena. Solíamos charlar bajo la sombra de un inmenso roble, tirando piedras al Lago Negro, donde pasábamos agradables momentos.
Mi relación con Harry era especial, el era un muchacho muy atento, que cautivaba cada uno de mis sentidos, que me hacia sentir una verdadera mujer. Con él platicaba mas a menudo que con Ron o Hermione, que, como bien saben, pasaban la mayor parte del tiempo discutiendo. Por lo que Harry acudía a mi para olvidarse un poco de las riñas entre sus dos amigos. Aun así, yo era una chica muy tímida, me gustaba que harry me provocase con miradas, sonrisas y caricias. Pero sólo eso, yo no me atrevía a mas. Y a pesar de todo mi amor por Harry era limpio, pero a la vez sensual y excitante.
Un día en el que me desperté algo alegre, bajé a desayunar al Gran comedor como de costumbre, con mi habitual túnica negra, y mi hermoso cabello rubio y rizado cayéndome hasta por debajo de los hombros. Me hallaba al pie de la escalera de mármol cuando un Ron muy alegre pasó por mi lado con una botellita color ámbar en las manos. Andaba muy presuroso girando la cabeza de vez en cuando para asegurarse de que nadie lo siguiera. Miré como Ron entraba al Gran comedor y desaparecía tras un corro de niñas tontas que chismorreaban las noticias de ultima hora. De repente a mis espaldas oí unas presurosas zancadas. Mi giré para comprobar que era la misma Hermione que bajaba las escaleras muy nerviosa y exasperada a la vez. Se detuvo unos segundos para saludarme:
--Hola Cathy, ¿de casualidad no has visto a Ron pasar por aquí?
--Si.-le contesté señalando las puertas del Gran comedor.-Se ha marchado por ahí.
Sin mas, Hermione salió disparada hacia el comedor sin decir ni una palabra mas. Yo estaba muy entretenida por la manera en que ambos chicos se comportaban, seguí a Hermione, que a esas alturas ya estaba en la mesa de Griffindor con las manos cubriendo su rostro y pegando golpes en el suelo son los pies. Me acerqué un poco mas para poder ver a un Harry muy raro. En su rostro se podía ver una mueca, como si acabara de probar un limón especialmente agrio. En su mano derecha estaba su copa con un poco de jugo de calabaza. A mi derecha, Ron se retorcía de la risa, mientras que Hermione se jalaba los cabellos castaños con fuerza.
Con una sonrisa, tratando de contener la risa, mire a Hermione y le pregunté que qué era lo que estaba pasando. Ella me miró muy roja y me dijo. --El idiota de Ron le ha dado una poción a Harry del Enamoramiento. Miré a Ron quien sin dejar de reírse asintió con la cabeza. Luego miré a Harry quien sentado en la banca, seguía haciendo muecas, sus ojos se entreabrieron un poco, yo me agaché hasta quedar a la altura de su cabeza y le pregunté.
--¿Te sientes bien Harry?--en esos momentos pasaron muchas cosas. Hermione que no me había visto agacharme frente a Harry soltó un gritito ahogado. Gritando algo que no puedo recordar, aun agachada, me gire hacia ella para preguntarle que cual era el problema. Ron aun riendo me dio unas palmadas en el hombro y me indicó que mirase a Harry, lo hice. Harry tenia la mirada perdida en mi rostro, como si me estuviera mirando, pero de alguna manera extraña. De pronto intuí que algo no andaba nada bien. Por unos instantes me perdí en sus bellos ojos color azul (digo azul por que yo jamás vi a Harry con ojos verde esmeralda. En realidad yo siempre vi a Daniel), en su bella sonrisa, en sus labios delgados y rosados por ese mismo instante, sentí como sus manos iban a mi rostro, lo tomaba con delicadeza y con ambas manos.
Él se acercó a mi y con un suspiro, me besó. Sentí como una corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo, sentía como la excitación llenaba cada miembro de mi cuerpo. No supe cuanto tiempo pasó, lo único que supe fue que quería que el siguiera, pero me sentí sucia, e inmediatamente me retiré de él. Miré a mi alrededor, Hermione estaba escandalizada, y Ron había dejado de reír. Me puse en pie de un salto, y me volví para mirar a Harry, quien me observaba con cierto embelezo y amor.
Salí corriendo de ahí antes de que nadie pudiera decir nada. Sólo pude oír los gritos de Harry llamándome una y otra vez. Y lo que más me dolió fue el darme cuenta de que el lloraba. Al llegar a mi habitación me encerré y me acosté en mi cama para analizar lo que acababa de pasar. No podía ser que Harry realmente me amará, y eso era lo que me dolía más, era sólo esa entupida poción. Su amor no era real. Y yo me había metido en una gran problema, y sólo por haber estado de fisgona donde no me llamaban. El resto de la tarde lo pasé ahí, hasta que unos golpes en la puerta me hicieron salir de mi ensimismamiento. Era Hermione, venia sola. Al mirar su rostro, supe que venia a hablarme sobre Harry.
--Escucha.-me dijo con severidad-no puedes dejar a Harry solo en esta situación. Sólo hay una forma de romper el encantamiento, y es, que tu correspondas de la misma manera a su amor. No creí que la maldita poción fuera a surtir efecto, dado que Ron es un tarado en elaborarlas, pero por alguna razón esta sí funcionó. Y necesitas ayudar a Harry, de otra manera esto se hará permanente y no te dejara vivir en paz. --Entiende Hermione, no puedo ayudarlo yo no lo amo.--mentí ocultando mi rostro.-
--No trates de mentirme, sé que tu sientes algo por el.
--Si hermione, pero es solo cariño. Nada más.
Después de hablar por horas con Hermione, supe que tenia una gran labor por delante. Supe que ese amor podía ser peligroso si no controlaba a Harry. Hasta Hermione trató de insinuarme que tal vez seria necesario dormir en la misma habitación para que Harry pudiera calmarse, ya que esa poción traía efectos secundarios, el mas grande de ellos era, que Harry podía cambiar de personalidad fácilmente; unos momentos actuaría como un muchacho normal de diecisiete años, muy enamorado, otras como un rudo y salvaje hombre, y otras tantas como un niñito de ocho años, pero con la gran diferencia que sentiría como un hombre. Todo aquello era tan confuso para mi. Que al principio trate de rechazar a Hermione, ella me dijo que no habría problema, por que ya había hablado con el profesor Dumbledore, lo cual me sorprendió mucho. Y que a Ron lo habían castigado todos los fines de semana si ir a Hosmeade, en su lugar tendría que limpiar con Hagrid algunos escregutos.
--Hermione. Hubiera preferido que ningún profesor se enterara de esto.--Gruñí avergonzada.
--Y entonces como les hubiera conseguido una habitación para que durmieran juntos?--me espectó Hermione dolida.
--¿QUÉ? ¿Ya la has conseguido?
--Si precisamente por eso he venido. A ayudarte a empacar. Hoy mismo te iras con Harry a una habitación que está muy cerca de la mia y la de Ron. Dumbledore nos cambio también a nosotros, por si llegara a pasar algo grave. Pero obviamente no dormimos juntos.--señaló ruborizándose.
--Hermione, es que tu no lo entiendes. No puedo dormir con un chico. ¡En la misma cama!
--Lo harás. De otro modo Harry no podrá volver a la normalidad, y a ti no te dejara tan fácilmente.
No pude seguir discutiendo con Hermione así que me quedé callada empacando en silencio. Hermione dijo también que el profesor hablaría con los alumnos de nuestro dormitorio para así evitar los chismes. Cuando terminamos de empacar nos dirigimos al séptimo piso, caminamos por largos pasillos hasta que llegamos a un corredor muy oscuro, al final de éste, habían unas puertas gruesas y de madera. A los costados, un tanto separadas de aquella gran madera, había dos puertas mas. Estas no eran tan grandes, pero si lo suficiente para una sola persona. Hermione sacó una gran llave y la introdujo en la cerradura. La puerta se abrió sin emitir un solo sonido. Al entrar, mis ojos se percataron de que en el centro de la habitación (MUY GRANDE POR CIERTO) se encontraba una cama lo bastante grande para dos personas. A los costados estaban dos mesitas de noche con dos lámparas. Del lado izquierdo un ventanal cubría casi toda la pared, de el pendían dos gruesas cortinas rojas y aterciopeladas. También había un pequeño librero y a sus pies un sillón y un puf. Del lado derecho, mas allá de la mesita de noche, había un Bombin de madera y junto a este, una puerta más. Hermione la abrió, mostrándome un baño excesivamente grande, casi del tamaño de la habitación. En su interior había una tina de mármol blanco, el piso era de piedra, y mas adentro había una pequeña piscina, los ventanales eran altos y de colores. A mi me sorprendió ver tanta comodidad, y no me podía quejar. Pero de inmediato recordé cual era el motivo de mi llegada ahí.
--¿Donde está Harry Hermione?
--Ya lo traerá Ron. No deben tardar. Por cierto, olvide decirte que lo que queda del curso, no lo tomaras.
--¿QUÉ?
--El profesor Dumbledore dice que es lo mejor. El sabe perfectamente como funciona esa poción Cathy, y sabe las consecuencias. Además son solo unos meses. El dijo que aquí encontraras todo lo que necesites para estudiar, y si van a salir (tu y harry) tendrán que hacerlo con la capa invisible.
--No puedo estar aquí encerrada Hermione.
--No lo estarás, yo y Ron nos encargaremos de que puedan salir. Tienes que recordar todo lo que te dije Cathy, Harry ahora está muy sensible, debes de comprenderlo. Yo no contesté. De pronto escuche unas voces muy agitadas detrás de la puerta, esta se abrió. Ron jalaba a Harry, y este, con la ropa muy arrugada de tanto jaloneo, abrió mucho los ojos al verme y se soltó de Ron de un jalón. Harry corrió hacia mi y me abrazó, su peso había cambiado, pero su altura no. Pesaba casi lo mismo que un niño pequeño. Yo me quedé con las manos abajo sin saber que hacer, mientras el me susurraba una y otra vez que me había extrañado mucho. Hermione nos contemplaba con adulación. --Creo que es hora de que nos vallamos.--dijo Ron jalando a Hermione que seguía embelezada.
Vi como Ron y Hermione desaparecían tras la puerta. No sabía que hacer. Me sentía incomoda. A continuación aparte a Harry.
--Creo que es hora de que te pongas el pijama para dormir. Harry no dijo nada, seguía sonriendo como un niño pequeño. Me acerqué a la pequeña maleta que había traído Ron, saque un pijama azul claro y se la di a Harry señalando el cuarto de baño.
--Ve y vístete.
--Hace mucho calor.--dijo dejando de sonreír.--No me la quiero poner.
--No hace calor Harry, además tienes que ponerte algo de ropa.
--Tengo estos.--señalo los boxers salidos de su pantalón.
--No es correcto que vistas sólo eso. Ve y ponte el pijama.--mi voz sonó dura. Harry dejó de sonreír y su cara se contorsionó en una mueca estaba llorando.--No llores harry!
--N-no me la quiero poner.--chilló secándose las lágrimas.
--Pues lo siento por ti. No te iras a dormir si no te pones el pijama. Aquí te quedaras hasta que decidas hacerlo.--me sentí mal cuando dije eso, pero era lo correcto. Harry chilló aun mas fuerte, y tuve que echar un hechizo a la puerta para que no llegasen los gritos de Harry hasta el cuarto de Ron o Hermione. Me sorprendía ver como la voz de Harry se transformaba en la de un niño pequeño.
Me vestí detrás del bombín, no sabía por que pero hacía mucho calor a pesar de que estábamos en pleno invierno, así que solo me quedé con las pantaletas y una pequeña camiseta blanca. Me dio vergüenza al comprobar que Harry tenia razón. Aun así no me dormiría con el en la misma cama. --Perdón Harry, puedes dormir como quieras. Hace un poco de calor.--Harry dejó de chillar y secó las últimas lágrimas de su rostro. Sonrió y se tiro en la cama, donde se puso a jugar. Yo mientras tanto aparecí muchas almohadas mullidas para hacerme una cama en la alfombra junto al ventanal. Cuando terminé, mire sonrojada a Harry que se había quitado la ropa y quedado sólo con la ropa interior. Traté de no mirarlo, pero era imposible. Me acerqué a él y le dije:
--Harry, tú podrás dormir en la cama. Yo dormiré en aquellas almohadas. Harry me miró muy alterado y con ojos suplicantes me dijo:
--No te vallas.--sus manos se agarraron a mi cuello con fuerza.--Perdóname, no volveré a llorar, pero no te vallas. No te vallas.--de sus ojos brotaron más lágrimas.
--Harry estaré aquí, no me iré suéltame.--Harry no me soltó y comenzó a llorar. Me safe de él y lo acosté a regañadientes. Siguió gimiendo cuando apague la luz y me acosté en las almohadas. A los pocos minutos sentí como alguien se deslizaba en mi cama. Me giré muy asustada, era Harry, que se había quitado los anteojos. Y me miraba suplicante, me abrazó y dejo caer su peso sobre mi cuerpo. Ya no era liviano, su peso había cambiado, pesaba lo mismo que un chico de 17 años. Me besó el cuello muy lentamente. --Harry! Que haces? Vete.--le dije haciéndolo a un lado.
--No, por favor no.--suplicó acercando su cara a mis pechos. Sentí como se hundía en mis senos, de alguna manera había conseguido bajarme la camiseta.
--Harry!--lo aparté.--Si lo que quieres es dormir aquí, bien, yo iré a tu cama y ahí me quedaré.--me fui aprisa a su cama y me tapé hasta la barbilla con las sabanas. ..No te vallas por favor, deja que duerma con tigo.--y sin más, se metió en las sabanas y comenzó a besar mi rostro, sus manos bajaban por mis caderas, intentando bajar la pantaleta, pero desvié su mano hacia otro lado. Sus besos en mi cuello me estremecían. Podía sentir su calida respiración por mis senos, sentía como sus manos se deslizaban por mis piernas
--Basta!--le grité. Pero no sirvió de nada, el seguía besándome. Mis manos tocaron su espalda, el las tomó y las deslizó hacia bajo, dándome cuenta así de que el estaba desnudo, sentí su piel suave, y me estremecí.
El comenzó a quitarme la camiseta, mostrando mis pechos, los cuales se vieron llenos de besos, su mano los tocaba, haciéndome sentir descargas eléctricas por todo el cuerpo. Luego realizó un sendero de besos hasta llegar a mi vientre donde se detuvo para bajar la pantaleta, lo logró. Quedé completamente desnuda, a su merced Comencé a besarlo tiernamente, pero luego la emoción fue aumentando, y lo besé con frenesí, el me besaba con furia, hasta que por fin se deslizó sobre mi y me penetró muy despacio, sentí su semilla en mi interior, me excitaba sentir el peso de un hombre sobre mi cuerpo, y comencé a gemir de placer. Pronto el comenzó a moverse muy rápido, haciendo que yo jalara con fuerza las sabanas. el gemía de placer. Besaba mis pechos a la vez que el se venía dentro de mi.
--AHHHH!!--gemía sin parar--Ven a mi Catherine, ven a mi! Me penetraba cada vez con mas fuerza hasta que ya no pude soportar y de mis ojos salieron lagrimas de dolor y excitación. Los dos llegamos a la cima del éxtasis. El se quedó tumbado sobre mi por unos momentos, con la cabeza hundida en mis pechos, que estaban erectos aun. Luego nos quedamos dormidos.
Sentí como un cosquilleo recorría mis senos, abrí los ojos y vi como Harry los acariciaba y besaba. Me excitó mucho verlo desnudo. Dejé que me besara el cuerpo entero. Sus manos suaves se deslizaban por mi cabello.
--Quiero hacerte el amor. --Me dijo sin dejar de besarme.--Quiero oírte gritar de placer. Comenzó a tocarme. Se sentó en la cama y yo en el. Chupaba y lamía mis senos. Hasta que sentí como su pene se ponía duro y comenzaba a penetrarme nuevamente. Gemí de placer. Comencé a moverme cada vez mas de prisa, cabalgándolo cada vez con mas fuerza.
--MÁS!--gritaba.--Penétrame más rápido!
Una hora mas tarde Harry salio de la habitación. Había ido a buscar al equipo de quidditch para que los entrenara por ultima vez. Yo mientras tanto me quedé desnuda en la cama con los ojos cerrados muy satisfecha, me sentía muy zorra, pero eso no me importó. Yo sólo quería disfrutar de los placeres de la vida. Las cortinas estaban cerradas, lo cual hacía parecer que fuese de noche. Oí como alguien abría la puerta. Creía que era Harry de vuelta. No abrí los ojos, espere, tratando de hacerle creer que yo estaba dormida. Al no sentir sus manos por mi cuerpo me asusté y abrí los ojos. Vi con horror que se trataba de Ron. Estaba a un lado de la cama contemplando mi cuerpo desnudo. Me tapé con rapidez, pero el tranquilamente me detuvo, se sentó en la cama y puso su mano en mi pecho. Su mano era calida. No sentí miedo ni vergüenza. Dejé que continuara su recorrido, deslizó su mano hasta mi coño, me estremecí y cerré los ojos. Me acarició, sentí como uno a uno sus dedos penetraban mi cuerpo, doblé las piernas y las abrí, incitándole a que siguiera. En unos momentos el ya se había desnudado sin decir ni una sola palabra. Y se inclino sobre mis piernas abriéndolas de nuevo, besándome una vez mas el coño. Sentí su lengua lamiéndome. Gemí. Me incliné y metí su pene a mi boca, comencé a mamárselo cada vez mas rápido, el me detuvo, lo saqué de mi boca ya que estaba completamente duro y erecto. Me dio la vuelta y me puso en cuatro. Sentí como penetro mi coñito lentamente y me penetraba una y otra vez. Luego lo sacó y abrió mi culo con sus manos. Metió su pene en mi ano haciéndome dar un gritito. Comenzó a penetrarme cada vez con mas fuerza, yo temía que las paredes se fueran a derrumbar con tanto jaleo. Ron metía y sacaba su verga de mi culo con furia. Haciéndome estallar en placer.
--OOOHHHH AHHHHHHHH!!! QUE GRAN CULO TIENES! AHORA YA ES SOLO MIO!!
--COJE CON MAS FUERZA.--le suplicaba.--QUIERO SENTIR TU ENORME VERGA MAS DENTRO MIO!!!
Me obligó a mamarle la verga hasta que ya no me quedó mas saliva. Me penetro el culo mas de 5 veces en un mismo día y lamió mi coñito aun en contra de mi voluntad. Mi corazón dio un sobresalto cuando vi a Harry entrar en la habitación y ver como observaba a ron penetrando mi culo con salvajismo. Creí que le daría un puñetazo a Ron, pero al contrario. Se desnudó rápidamente y me dio la vuelta con fuerza haciendo que Ron quedar abajo y yo sobre de el boca arriba. Se subió sobre mi y metió su pene en mi boca, yo sentía que me ahogaba, entre los jadeos de dolor al sentir como Ron penetraba mi culo una y otra vez, y con la leche de Harry saliendo por su enorme pene y llenándome la boca. Luego de que la verga de Harry se puso dura me metió de un solo jalón su pene en mi adolorido coño. Y comenzó a penetrarme con tanta fuerza como Ron. Yo sentía que ya no podía mas de éxtasis y dolor, me sentía como una verdadera zorra. De vez en cuando Harry lamía mi coño. Y lo volvía penetrar. Mientras Ron estrujaba mis senos y hacia su mete-saca en mis dos hoyitos. Cuando ya no pude mas de dolor me desmayé, o al menos eso creí. Cuando desperté, mi cuerpo sudaba, estaba en la alfombra del cuarto con ron delante de mi, desnudo y lamiendo mi coño. Mientras Harry penetraba mi culo con brutalidad. Cerré los ojos y me perdí. De pronto desperté agitada en la recamara del séptimo piso con Harry a mi lado, abrazándome con el Pijama puesto y una tierna y dulce sonrisa dibujada en sus labios. Todo había sido una probada de lo que me esperaba en las siguientes horas