Embarazada y zoo (4)
Continuando con mis experiencias zoo-lesbiscas
EMBARAZADA Y ZOO ( Parte 4)
Espero que la ultima parte sea del agrado de mis
lectores, tanto o más que los anteriores,
y aprovecho para agradecerles todas las felicitaciones y demás
comentarios.
Dando continuidad a la parte tres………..
Después del excitante y escueto contacto con Lourdes, se nos había pasado volando las
horas, realmente deseaba quedarme, más que nada para complacer a mi amiga, que
era de esperar que estaría bastante excitada, como consecuencia de que mi intervención fue bastante pasiva. Cuando
comencé a vestirme, de manera sorpresiva me dice:
“Ya te vas?” .me pregunto muy sorprendida.
“Es que debo ir a buscar a mi
niña, lo siento” le contesté.
Se me acercó y me beso en los labios, mientras su mano
comenzó a desabrochar mi blusa, traté de disuadirla, pero fue mayor el deseo. Abrió
mi blusa, y levantó mi sostén, mis tetas estaban nuevamente libradas. De una
manera rápida emprendió a mamarlas, comenzando a excitarme, mientras su mano la
introduzco dentro de su pantalón, para iniciar su masturbación.
Traté de no incitarme demasiado, pero me quedé,
esperando que ella no se contuviera, en
pocos minutos sentí como se agitaba mientras emitía una serie de gemidos
entrecortados. La abracé, para contener su orgasmo y nos besamos nuevamente.
Me sentía culpable por mi comportamiento, así que le
comente que llamaría a mi madre para ver
si podía cuidar a mi niña un tiempo más. Lamentablemente fue imposible, porque estaban por salir al cine con mi padre. En definitiva, me fui bastante mal, por haber
quedado las cosas sin finalizar de otra manera. Me dijo que no me preocupara,
que me fuese tranquila, y ya habría otras oportunidades.
No me era fácil, tratar de encontrarnos, o por su
trabajo o por mis obligaciones de esposa y
madre, se complicaba, no quería estar un par de horas y salir corriendo,
deseaba estar más tiempo y disfrutarlo sin un tiempo limitado.
Después de algunos intentos de dejar a mi niña con mi
madre, un fin de semana se me hizo, por suerte mi padre tenía algún
acontecimiento solo y eso ayudó a que
pudiese dejarla. Con mi esposo fue
distinto, le comenté que posiblemente me quedaría a dormir en lo de mi amiga
que teníamos una despedida o algo así, pero a pesar de su mala cara lo aprobó.
Me sentía liberada, hacía tiempo que no experimentaba
algo así, tener ese tiempo disponible, para disfrutar.
Como a las 20 horas, llegué a lo de Lourdes, después
de besarnos y abrazarnos, decidimos comer, previo a lo que podría suceder.
Después de la cena, pusimos música y
bailamos. Estaba dispuesta a tomar la delantera, entre besos y abrazos, fui introduciendo mi mano entre su
falda, me sorprendí y me alegré al
descubrir que carecía de bragas, eso me facilito llegar a su sexo, apenas mi
dedo frotó su raja, ya bastante húmeda, produzco un quejido, disminuimos el
ritmo de nuestro baile, y mis dedos comenzaron a introducirse en su grieta.
Nuestros pechos latían aceleradamente, nuestras bocas se unieron abruptamente,
iniciando una serie de besos, entrelazando nuestras lenguas.
Nos fuimos acercando al sofá, donde la acosté sobre
el mismo, levanté su falda a la altura de la cintura, abrí sus piernas,
para iniciar un sexo oral. Al acercar mi boca en su vagina, muy húmeda por su
excitación, me agrado su contacto, incitándome
a besar con mas insistencia, era la primera vez que lamia el sexo a una mujer.
Mi lengua comenzó a explorar el pliegue de sus labios y su interior, saboreando
su sabor, mientras mis dedos se introducían en su raja, la punta de mi lengua
rozaba el extremo de su clítoris, observando
cómo se estimulaba. Lourdes se estremecía de placer, sus manos en mi cabeza, indicaban
que continuase, mientras sus convulsiones eran cada vez más evidentes, hasta
llegar al máximo del clímax.
Mis dedos húmedos de su flujo los introduje en su boca
para que los chupase. Mientras levantaba su vestido para sacarlo, la carencia
de su sostén, me permitió ver su desnudo cuerpo. Seguí devorándola con mi boca,
sin darle mucho respiro, prendiéndome en
sus pechos, más pequeños que los mismos, pero firmes y con una hermosa
aureola que destacaban sus pezones.
La bese en cada centímetro de su vibrante cuerpo,
hurgándola apasionadamente, la entrecortada respiración y sus quejidos, me
indicaba su estado de estimulación, eso me llevaba a ser mas afanosa. La giré y
observe la redondez de su culito, abrí sus nalgas y pasando mi dedo por el
canal que formaban, al llegar a su aro, introduje la totalidad de mi dedo,
palpando las paredes de su recto. Fue el acabose para Lourdes, al venirse
totalmente, quedó tendida sobre el sofá, reponiendo energías.
Me fui sacando la ropa, quedándome con mi braga,
mientras mi amiga me observaba, dispuesta a continuar, permanecí parada frente
a ella, se incorporó y se sentó frente a mí, tomándome de gran cintura,
comenzando a besar mi panza, se arrodillo y con sus dientes mordió mi prenda y
la fue bajando hasta dejar completamente desnuda.
Nos volcamos sobre la alfombra, iniciando un nuevo
round, comencé a besar su vagina, segregada de flujo, para continuar lamiéndola
con sutileza, notaba como se estremecía su desnudo cuerpo. Mi dedo circulaba
alrededor de su clítoris, rígido, introduciendo mis dedos en sus cavidades. Me
giré entregándole mi sexo para percibir su boca, mientras la vagina esperaba
sus labios. Nos mantuvimos en esa posición bastante tiempo, estimulándonos
ávidamente, mi boca totalmente humedecida por su secreción vaginal y mi saliva. Segundo a segundo todo
se fue intensificando hasta sentir
temblar nuestros cuerpos recubiertos de sudor, casi al unísono, produciendo
un sin número de convulsiones.
Cerca de medianoche nos fuimos a acostar, repitiendo
un nuevo contacto por la mañana siguiente
Después de bañarme, Me preparé para irme, en el camino
recapacité que era una mal pensada, ya que ni mencionó a su perro, también
podía ser para no incomodarme, pero en definitiva una cosa o la otra lo pasé
muy bien.
Nos seguimos viendo pero sin actividad sexual, no
porque no lo deseábamos, simplemente por cuestiones de tiempo y horarios, que
en realidad era yo, la más complicada.
Por suerte casi al mes se presentó otra nueva
oportunidad de encontrarnos, seria por la mañana del sábado, ya que mi esposo
tenía otra actividad y mi madre podría cuidar a la beba.
Cerca de las 10 de la mañana llegué a su casa, un
acalorado recibimiento y hasta de Rocco. Después de una charla y ponernos al
día, el tema fue el crecimiento de mi panza, ya estaba casi en el 6to mes. Todo
se fue desarrollando como si lo hubiésemos planificado, iniciamos una serie de
besos, Lourdes comenzó a sacarme la ropa y a pasarme la lengua en mis partes
descubiertas, habíamos quedado con escasa ropa, cuando vi que Rocco permanecía
en el recinto, me quedé detenida en lo que estaba haciendo, Lourdes me pregunta si quiere que lo lleve al patio, le conteste que
no me molestaba, total no iba contar lo que haríamos. Nos reímos de mi
ocurrencia, y continuamos con nuestro objetivo.
Nos tiramos en la alfombra, y completamos de sacarnos nuestras últimas
prendas, parecíamos dos adolecentes prestas
a devorarnos por la pasión, iniciamos una serie de besos, tocándonos en todos
los rincones y orificios de nuestro cuerpo. Estábamos muy excitadas, y nuestros
jugos vaginales comenzaron a surgir, nuestro rico líquido de feromonas
femeninas, debieron aromatizar la sala.
En un momento dado, mientras mi amiga me besaba o
lamia mis tetas, se arrodillo junto a mí para
sacarme mis bragas, ya era como un ritual, a tenerme con mis bragas
hasta último momento e inicio una succión en mis tetas, bajándose por mi
voluminosa panza para llegar a mi sexo, mientras elevaba sus nalgas.
Rocco no debió de haber quedado ajeno a los aromas que
producíamos, pues se levanto de su lugar y se acerco a nosotras. Para iniciar
su característico husmeo en nuestras zonas más privadas. Ambas nos quedamos
quietas y en silencio, mientras Lourdes se tiraba en la alfombra, junto a mí. El perro circulaba a nuestro alrededor, sin
dejar de olfatearnos, era como si esperase un consentimiento. Dio unos
lengüetazos en la cara de mi amiga, en señal de cariño. “Que es lo que estas buscando” le
decía Lourdes, apretando su mano con la mía. Rocco parecía entender, porque
sacudía su cola, hasta que se me acercó, abrí un poco mis piernas, y su frio
hocico refregó mi raja.
Lourdes se giro permaneciendo de espalda con su culo
algo elevado, esperando la lengua de
su perro, que ya demostraba cierta excitación, por sus movimientos y su lengua
que comenzaba a buscar nuestras zonas
más sensuales.
En un momento me pregunta que si le molestaba o no le agradaba lo
sacaba al patio, “ No, no me incomoda”,
le respondí.
“Está bien “, me contestó ,” Permanezcamos
con lo nuestro, entonces”, su mano comenzó a frotar mi vagina, retornando
a mis tetas para chuparlas, su culo permanecía elevado
y expuesto (no tengo dudas que fue de exprofeso).Rocco no tardó en lamer las
partes privadas de mi amiga, no hubo ninguna intensión de sacarlo, todo lo
contrario la incitaba. Se notaba que lo
que Rocco le producía, de alguna manera
se reflejaba en lo que me estaba originando. No nos dimos por aludidas por la
intervención del animal, fue como algo
tácito que no fue necesario reiterarlo.
Suspendió lo
que me estaba haciendo, para separar mas mis piernas, provocando a Rocco para que
continuase, mis pechos comenzaron a emanar leche, no sé si porque estaban muy
cargados o las succiones de Lourdes, o la proximidad del perro, cuando su lengua
comenzó a recorrer las zonas húmedas de mi cuerpo. Acostada sobra la alfombra,
y protegiendo mi panza, dejé que Rocco lamiese mis tetas, y parte de mi
abdomen, mis pechos parecían estallar, acompañándolos por la rigidez de mis
pezones, mi amiga comenzó a estimularme en conjunto con el perro, entre ambos
me estaban enloqueciendo. Al oprimir mis pechos por mi excitación, finos
chorros de leche materna, regaron mi abdomen, siendo adsorbido por el animal
con mucha avidez. Ese dúo activo y
disciplinante, hizo que una seguidilla de orgasmos, que era imposible dominar.
Rocco ya estaba dispuesto a penetrar a alguien, por la
manera de saltar y agitarse contra
nuestros cuerpos. La punta roja de su miembro comenzaba a presentarse en señal
de excitación. Sin demasiada
insistencia, y de manera muy sutil, me hizo colocar en cuatro, que sin ningún tipo
de extrañeza me aposté, en la posición indicada. A pesar que ya lo había practicado, estaba
como si fuese mi primera vez, posiblemente por ser otro animal y en presencia
de mi amiga.
Hizo abrir mis piernas, a lo que me dejé llevar por
sus propósitos, cuando su lengua comenzó
a lamer mi vagina de una manera voraz, como preparándome para el siguiente paso,
la aspereza de su lengua, inicio su recorrido en totalidad de mis partes intimas. No tardó en
montarme, cuando su pelvis inicia un ritmo precipitado para introducirla, y
obtener una amplia y profunda penetración en mi vagina. La punta de su verga
chocaba contra mis nalgas, buscando mi abertura, cuando la mano de Lourdes la guió hasta introducirlo
en mi vagina, sentí su calor, sus dinámicos y violentos fricciones contra las
paredes de mi útero.
Una vez que me penetro la totalidad de su aparato, ya
no había marcha atrás, me apreso con sus patas delanteros, sintiendo su jadeo agitado
junto a mi nuca, sin eso impedir su loco e intenso bombeo, mis abultadas tetas
se agitaban al compas de su verga que se introducía y surgía de mi matriz, a una intensa ligereza,
sus patas delanteras no dejaban de aprehenderme. No entendía como en mi estado
de preñez, estaba accediendo a ser cogida por un animal, ávido en su intensión
de llenarme con su esperma, a pesar de
entender que era una acción morbosa, lo estaba disfrutando al punto de permitir
aceptar su salvajismo.
Sentía que me penetraba sin cortesías, y mi sumisión, me
estaba transformando en su nueva perra, en donde mi sexo era su objetivo.
Crecía su miembro activo dentro de mi seno, adueñándose de mi cavidad, a lo que
me complacía, gimiendo como su hembra en celo. Cuando su bulto se detuvo, su
bola se había dilatado impidiendo poder retirar su miembro. Estaba apresada,
su cuerpo casi inerte se apoyaba sobre
mi espalda, sus patas que no dejaban de aferrarse a mi cadera, y su verga
íntegramente introducida en mi útero, mientras su bola totalmente dilatada,
hacía de tapón para evitar que se saliese, estimulando sus rítmicos mi punto G.
Apreciaba como
si mis labios vaginales se habían
contraído, para impedir la salida de ese cuerpo que tanto me hacia gozar. Los
movimientos del animal se habían apaciguado, pero su agitado jadeo continuaba
sintiéndolo bien cerca de mi oído. Cuando comencé a percibir como eyaculaba en
mi interior, eso me estimuló terriblemente, sentía que Lourdes me besaba
intensamente, oprimiendo mis senos, me daba la sensación de que mi cuerpo
estaba en el poder de ambos, mientras no dejaba de deleitarme por la intensidad
de ese sexo delirante, Los flujos del perro afloraban de mi raja, mientras
intentaba salirse de mí, de una manera brusca y dolorosa saco su miembro, aun
erecto y húmedo, lo lamio y posteriormente mi parte afectada por su contacto.
Su verga colgaba roja y rígida, noté que era mayor que
la de Bobby, Lourdes estaba sobre excitada, se arrodillo y como su esclava,
comenzó a mamar la verga de su mascota, para lamer con la punta de su lengua, el
extremo de la cabeza del miembro de Rocco, me acerque hacia ella, separé sus
piernas e introduje mi boca en su vagina, no me detuve hasta producirle un
fuerte orgasmo.
Nuestros cuerpos se desparramaron sobre la alfombra,
extenuados por la intensa relación. Como a los minutos, Rocco parecía dispuesto
a seguir dando guerra, ya que estaba bastante recuperado, mientras que su ama, se preparaba para convertirse en su próxima hembra.