Emancipación 6

Hola a todas y todos, se que algunas desear ahorcarme, pero la verdad no tenia cabeza para escribir, apenas salí de vacaciones, gracias a un par de maestros a lo que les recordare el 10 de mayo, porque se ve que no tienen. Sin más lo dejo con el capitulo, por mi otro relato estoy trabajando en el.

Las calles estaban desérticas,  solo  algunas prostitutas y vándalos merodeaban las avenidas.  Después de caminar unas cuadras, llego a la estación del metro Lexington, era el transporte más conveniente para llegar  con David,  tardo media hora en llegar. Evitaba  pasar por lugares iluminados o  por edificios con cámaras de vigilancia. La mafia tenía algunos infiltrados que tenían en sus manos el control de ellas.

Las puertas del lugar de encuentro, estaban cerradas, pero no era  ningún impedimento, rodeo el lugar y salto la barda de tan solo 3 metros, claro, ¿quién en su cinco sentidos entraría a un cementerio a las diez de la noche? Camino entre las tumbas, se sentía tranquila en ese lugar, bajo un poco su guardia, al llegar a  un frondoso árbol  en el centro del cementerio, vio la figura de David junto al guardia, espero a que se fuera, al asegurarse de  ello, se acercó a  él.

-Ahora sí, dime, ¿Qué información  tienes?- pregunto Blake a sus espaldas. Él ni siquiera estaba consiente de que había llegado, por lo cual saco su pistola y le apunto por instinto.

-demasiado lento, agente, ahorita usted, ya estaría en el suelo acompañando a los demás-mostro su dentadura perfecta, al igual que señalaba una tumba frente a ellos.

-¿cómo demonios lo haces?-dio un fuerte respiro, el alma le volvió al cuerpo, bajo su arma y la coloco en su lugar- un día no tendrás tanta suerte, casi te mato

-lo dudo mucho-contestó altaneramente. EL saco una cajetilla de cigarros y le ofreció uno, pero ella negó con la cabeza.

-Bueno Blake,  el asunto es el siguiente, la semana que viene hay un gran evento, según algunos allegados es una  fiesta en grande, de esas exclusivas, un gran cargamento de drogas, como trata de varias jovencitas, donde solo diez personas conocen la ubicación exacta-le dio una calada al cigarro, Blake procesaba la información, era muy sospechoso, de Chester se lo esperaba pero de Richard, algo se traía entre manos.

-¿estas, completamente seguro de la información?- observo el rostro de David, la barba sin rasurar y las ojeras, demostraban la falta de sueño. La luz de la luna era la única que iluminaba el lugar.

-cuatro de nuestras cinco fuentes no lo han asegurado

-no debemos confiarnos, prefirió estar cien por cierto segura, un error te costaría la cabeza de todo tu equipo y la mía, apenas han pasado quince días desde nuestra última casería- no había expresión en su cara, sus ojos mostraban vacío, ninguna clase de sentimiento mientras hablaba.

-lo sé, pero la orden ya está dada, solo queda confirmar  el lugar donde se llevara a cabo- el  observaba a Blake, nunca se imaginó que una mujer  tan bella, pudiera actuar  de esa forma, en el tiempo que llevaban juntos,  nunca  la había visto dudar en dispararle  a alguien, hasta parecía verla disfrutarlo.

Ella  tenía la inteligencia, habilidad y audacia de  diez agentes especiales. Su angelical apariencia podía engañar a muchas personas, pero cuando veía sus ojos sentía un escalofrió recorrer su cuerpo, también la sonrisa sarcástica de Blake lo dejaba con un nudo en la garganta. Cuando la dejaron bajo su control, no estaba muy convencido de tener una persona como ella en su equipo, con su  expediente, las cosas que hizo no eran un  juego,  no la juzgaba, el conocía la historia completa,  posiblemente hubiera hecho lo mismo.

-Entonces, no hay nada que hacer, vamos directo a la horca al parecer-soltó una pequeña risa- por lo visto tus jefes no tienen idea de cómo es el mundo real- Blake empezó a caminar alrededor del árbol-ya quisiera verlos haciendo este tipo de trabajo.

-Calma, Blake, tenemos todo bajo control,  nuestros agentes ya analizaron todos los escenarios posibles-tiro la colilla de su cigarro y la aplasto con el pie.

-ok-paso una mano por su cabello- si tú lo dices, sin embargo yo que tú, tomaba más precauciones, no creo que ellos estén muy contentos con los ultimos operativos, son demasiados millones perdidos.

-vale lo tomare en cuenta-saco un  sobre de su gabardina  y se lo entrego a Blake- este es el plan a seguir,  estúdialo y me avisas si tienes alguna sugerencia.

-Por supuesto, no se puede confiar en nadie o ¿tú le confiarías tu familia a alguien?- pregunto Blake mientras guardaba el sobre.

-A veces debes confiar en alguien Blake, no puedes hacer todo tu sola, es imposible manejar todos los factores tanto internos como externos-David se quedó pensando cómo es que Blake sabía que tenía familia- a propósito yo nunca te dije que tuviera una familia.

-no eres  el único que ha hecho su trabajo- el viento empezaba  a soplar, la temperatura había descendido considerablemente, era tiempo de regresar y continuar trabajando.

-al parecer, así es- le complacía que ella tomara el trabajo tan seriamente, aunque él estuviera involucrado.

Reviso su reloj- es tarde, estamos en comunicación- Blake dio media vuelta.

-Vale, yo también tengo asuntos que resolver-dijo David, mientras empezó a caminar a la entrada.

Al terminar de brincar la barda del cementerio, saco de su gabardina su celular, presiono unas cuantas teclas, espero tres tonos, hasta que la persona del otro lado de la línea contesto.

-Te veo en treinta minutos-dijo sin más y colgó.

Paro un taxi y le dio la dirección de unos de los mejores bares de new york, un lugar donde habría algunos niños ricos que llamarían más la atención  que ella y su informante, también tomaría una copa para relajarse.

EL lugar como siempre estaba a reventar no importaba que día de la semana fuera, solo el lunes que no abría el lugar se encontraba en total desolación. La fila para entrar era enorme, el único privilegio de salir con David y tener bastante dinero era el poder entrar a estos lugares sin hacer fila. Le hizo una seña al guarura de la puerta que la identifico al instante, los ojos de Blake no pasaban desapercibidos por nadie, la seguridad, soberbia y  el miedo que infundían sus ojos eran inolvidables. Poco le importaron algunos chiflidos por parte de los de la fila.

EL ruido era ensordecedor, las luces  del lugar le impedían observar por completo el lugar, camino entre varias parejas que bailaban hasta llegar a la barra.

-hey Lucy- llamo a una chica pelirroja que atendía

-Blake, ¡que milagro verte por aquí¡- le saludaba la chica alegremente mientras servía un par de bebidas

-tenia asuntos que resolver- contesto. Veía como la chica moverse como una bailarina de ballet, mientras esquivaba a una de sus compañeras.

-me alegra que los terminaras- se paró frente a Blake y coloco un vaso- ¿vas a querer lo de siempre?

-si por favor- Lucy saco una botella de vodka y vertió el líquido en el vaso, para después acercárselo.

-gracias- saco un billete de su cartera y se lo paso

-si necesitas algo no dudes en pedírmelo- le dijo Lucy antes de darse la vuelta y seguir atendiendo a los demás clientes.

Blake le dio un trago a su bebida calentando su garganta, recargo su espalda en la barra y empezó a buscar  entre las parte más ocultas del bar, no tardó en encontrar lo que buscaba. Se  abrió paso de nuevo entre la pista de baile, cuidando  no derramar su bebida sobre alguien, al ser  una persona bastante alta no tuvo mayores problemas. Subió a la segunda planta y tomo lugar junto a él, en una mesa pegada al barandal. Un punto de donde se podía obtener una vista magnifica del lugar.

-¿Por qué la urgencia, Blake?- un tipo de alrededor de treinta años le pregunto,   facciones finas, cabellera castaña y con ojos  azul claro.

-Parece que va  a haber fiesta y no fuimos requeridos, ¿Cómo ves, Mark?

-oh, parece  los rumores son verdad, llevo una semana tratando de confirmarlos, pero todos mis contactos me  llevaban a un camino cerrado-dio un trago a u su bebida- es muy complicado infiltrarse en ese medio.

-lo sé-observaba algunas parejas bailar, había tantas parejas heterosexuales como homosexuales, la mayoría de las personas  tenían tendencia bisexual. En su recorrido vio una cabellera rubia, clavo sus ojos en ella tratando de enfocar su rostro, era una afición, cada vez que veía alguna mujer  con algún parecido a  Layla. Imposible dejar de hacerlo su corazón añoraba volver a verla, solo el recuerdo permanecía en su memoria. Mark  guardo silencio y siguió la mirada de Blake,  ensimismada viendo a una chica hermosa en el centro de la pista, todas  sus chicas eran rubias, solo en dos ocasiones la había visto con una pelirroja, su mirada se convertía en una mar de tristeza cuando observaba a  ese tipo  chicas, un sentimiento de añoranza y esperanza se posaba en sus ojos cada vez que admiraba a una de ellas.

-Como siempre, con un gusto exquisito-comento para animar el ambiente. Blake, continuo viendo hasta que la fuerza de su mirada hizo voltear a la chica que le regalo una sonrisa bastante coqueta, mientras mordía su labio.

-Nada que se pueda comparar-contesto fríamente-tenemos mucho que hacer esta semana,  sospecho que esa fiesta no es más que una trampa, continua investigando no quiero ser sorprendida.

-Pienso lo mismo es muy pronto para una nueva fiesta-saco un cigarro y dejo los demás  en la mesa por si Blake quería uno, le dio una calada, al terminar de sacar el humo prosiguió- según los informes  es un cargamento muy grande de droga alrededor de 50 tonelada o más, en cuanto  a la trata de chicas por las anteriores entregas, calculo que serán alrededor de 60-los dos seguían viendo los movimientos sensuales  de la chica que bailaba con un tipo bastante bien parecido.

  • Tienes de hoy hasta el viernes-termino su trago y tomo la botella de la mesa de Mark para servirse otro trago-para recopilar todo la información- despego la vista de la rubia para analizar a las demás personas, no quería algún búho cerca de ella,  la organización tenia mínimo a dos  en cada lugar-  ¿has encontrado algo nuevo?-volteo su rostro y fijo sus ojos en él, mientras también  observaba a los tipos  detrás de ellos, fue fácil encontrar a uno de ellos, la pistola en su cintura lo delataba, al otro no lograba visualizarlo.

-Nada-siempre que le miraba de esa manera recordaba su sobrenombre, desvió su mirada le era imposible confrontarse con la de Blake-siempre que pregunto por ese tatuaje todos se quedan callados, y nadie quiere soltar la lengua, pero no te preocupes nadie desaparece eternamente.

-eso espero-regreso su mirada a la chica rubia que venía hacia ellos-nos vemos el miércoles en el cuartel.

-Hola-saludo sexymente-¿interrumpo algo?-pregunto mientras observaba a Mark de pies a cabeza. El aludido decidió mejor retirarse.

-No, es toda tuya-respondió burlonamente, bajo las escaleras y se perdió en el mar de gente de la pista. Blake la invito a sentarse mediante un movimiento con su mano.

-Gracias-la chica portaba una minifalda azul rey con una blusa blanca de tirantes, tomo  lugar y cruzo sus piernas dando una vista de ensueño a Blake,  también se inclinó sobre la mesa dejando ver la redondez de su senos.

Blake delineo cada parte de su cuerpo, llevaba bastante tiempo si una emoción como esta, un poco de calor no le vendría mal

-¿Gustas tomar algo?- su mirada  ahora estaba llena de una chispa de lujuria.

-No-contesto risueña, con la punta de su pie toco la rodilla de Blake- tu sabes lo que quiero

-es posible-sonrió lascivamente- por las dudas, no te molestaría confírmamelo

-si es lo que quieres-se levantó de su lugar, para sentarse en las piernas de Blake, posando sus brazos en sus hombros para después besarla. Para nada era un beso tímido,  sabían lo que querían. Blake coloco sus manos en su delgada cintura, recorriéndola por completo, una de sus manos bajo a la pierna de la chica, sintiendo la suave textura de su piel, el calor que emanaba su cuerpo, el dulce sabor de sus labios, la necesidad de aire las hizo separarse-es suficiente con esto.

-Solo por el momento-paso un dedo por sus labios,  se sentía completamente excitada, le encantaban ese tipo de chicas, ardientes y sin ningún tipo de inhibición-ahora pongamos las reglas del juego, ¿te parece?

-claro, amor-dejo pasar esa palabra, nunca le había gustado que le llamaran así-pero mejor ahorremos tiempo, solo es una noche y como si nuca nos hubiéramos visto

-Entonces vámonos, todo está muy claro-Blake saco unos billetes y los dejó sobre la mesa. Al estar frente a la salida, la rubia se detuvo.

-Dame un minuto, deja voy por mi bolso

-Ok, te espero- la observo meterse entre la multitud,  la chica estaba infarto, tenía un rostro hermoso, nada se compara a Layla, pero por lo menos tendría su mente ocupada esa noche. La hermosa rubia regreso  pronto.

Salieron del antro,  Blake paro un taxi, la dejo subir primero, le indico al taxista la dirección de un hotel de clase alta, prefería un lugar de su agrado, aparte de ser una cortesía para las chicas, sentía que las compensaba con llevarlas a lugares de ese tipo.

No tardaron en arribar al hotel, Blake pago una habitación y se adentraron en el elevador, algunas miradas se posaran en ellas pero poco les importo, al cerrar las puertas del elevador, la rubia se le fue encima, colgándose de su cuello, el beso era salvaje, Blake la pego más  a ella, tomándola por sus glúteos,  sacando un gemido de sus labios que fue apagado con su boca, el pitido del elevador las hizo salir un momento de su juego, sin separarse más de diez centímetros, caminaron a la habitación, la abrió con maestría sin dejar de besar sus labios, aventó su gabardina en la primera silla que vio.

La llevo hasta la cama, recostándola para seguir con su faena, continuaron besándose fogosamente por unos minutos más, mientras sus manos recorrían sus cuerpos, no eran movimientos delicados, las dos querían sensaciones fuertes, Blake descendió a su cuello, el cual degusto como el mejor chocolate del mundo, recorrió cada centímetro del entre lamidas y besos, volviendo loca  a su amante. Sacó su blusa para comenzar a succionar sus senos hasta que estuvieron duras, la rubia también hizo lo suyo despojándola de su blusa y pantalón, demostrando su habilidad con la manos. Paro un poco para quitarse los lentes y dejarlos en la mesa junto a la cabecera. Cuando iba  a continuar la chica la detuvo señalando el parche en su hombro.

-no te preocupes, es solo un raspón-respondió y continuaron con su tarea.

La temperatura entre ambas estaba al máximo, la humedad de sus cuerpos demostraban toda la excitación,  Blake vio el rostro de su amante supo que era el momento, bajo su falda hasta la rodillas que termino cayendo por conducto de la rubia, bajo hasta tener su rostro frente a la diminuta tanga que dejaba ver una parte de su intimidad, la quito rápidamente para observar ese monumento, recorrió con las yemas  su  monte, llevándola a la locura total, las dos estaban en igualdad de condiciones rozando sus cuerpos desnudos. Froto sus dedos de arriba abajo por toda su vagina, palpando la humedad de la chica. AL igual que disfrutaba el olor que desprendía ese lugar.

-vamos, me tienes loca, hazlo- grito entre gemidos su amante. De una sola estocada metió dos de sus dedos, moviéndolas salvajemente en ella, la uñas  en su espalda no se hicieron esperar, lo cual encendió más  su frenesí, mientras movía sus dedos, con su boca atrapo uno de sus pezones, no tardo en sentir la presión en sus dedos al igual que  los fluidos de la chica en su mano. Observo su rostro contraído por la sensación, llevo su mano a la boca de ella,  la cual no tardo en  lamerla, al terminar  de hacerlo se posiciono arriba de Blake-es tu turno.

Se dejó besar por aquella chica, no le importaba, ya mañana tendría de que arrepentirse,  disfrutaron sus cuerpos, no había nada más importante en ese momento, la chica lamio su vagina satisfactoriamente, lo disfruto al máximo. Se repetía que lo sucedido con Charlotte  era por su falta de actividad sexual, disfruto los orgasmos que la chica provoco en ella. Las dos quedaron exhaustas.

Una hora después Blake se levantó de la cama, contempló el manjar que acaba de probar, un cuerpo de diosa, solo podía llevarse la sensación de anoche nada más. Reviso el bolso de la chica, encontró un celular, maquillaje y un pequeña cartera, reviso sus credenciales, su nombre Pamela, la foto de su licencia no le hacía justicia, continuo con su búsqueda y encontró su credencial de trabajo,  nunca le hubiera atinado era maestra en una preparatoria, dejo las cosas en su lugar después de haber corroborado que no era una amenaza. Tomo su ropa y se vistió rápidamente, recogió sus lentes, checo el sobre en su gabardina todo estaba en su lugar, salió sin mirar atrás, eran las cuatro de la mañana, pago en recepción la noche, dejó la indicación de que le llevarán el desayuno a las nueve.

Salió del hotel y subió a un taxi que la llevo a su departamento, no tenía mucho tiempo, entro en él y fue directo a la ducha, al salir apenas eran las 5:30, decidió guardar el sobre en su caja fuerte, camino a su cama  para descansar un  momento, esa chica agoto sus últimas fuerzas, dejo caer su espalda en el suave colchón, el sueño la venció, quedando dormida.

El ruido infernal de su despertador la hizo moverse, resintiendo la posición en que estaba, tenía los músculos dormidos, movió su hombro al parecer el esfuerzo de ayer si tendría un poco de dolor,  abrió sus ojos y enfoco el reloj junto a su cama 7:30,  se estiro un poco para relajar su cuerpo, abrió las cortinas de su habitación, comenzó a vestirse, reviso las marcas de su espalda, parecía como si hubiera sido el tapete de un gato, más bien de una gata salvaje, se colocó su traje rápidamente ya tenía media hora de retraso. Tomo su celular y cartera, y salió de su departamento.

Paso por una cafetería donde compro un café y un croissant, para mitigar el hambre, después comería. Descendió al metro, siguiendo la ruta de la semana, camino entre el mar de gente que estaba en la quinta avenida hasta lograr meterse en la constructora, saludo a la recepcionista y tomo el elevador, donde se encontró con Steven.

-Buen día!, Blake-saludo alegremente, mientras se arreglaba la corbata

-Hola Steven-contesto con una sonrisa rara

-¿y esa sonrisa a que o a quien se debe?- era sumamente extraño ver a Blake sonriendo- no me digas te acóstate con Elise-solo recibió un codazo por parte de Blake

-Muy gracioso, tenías que arruinarme el día- movió su cabeza circularmente para  relajarse

-umm ya veo por qué esa sonrisa, ¿dime quien fue la desafortunada?-dijo mientras señalaba un chupetón en el cuello de Blake-pero te aconsejo que te cubras el cuello antes de que te vuelvan a atacar-termino diciendo para soltar una carcajada. Se llevó su mano instintivamente al lugar, vio el reflejo en la pared del elevador, esa mujer vaya que era una fiera.

-deja de reírte, no puedo controlarlas-contesto mientras trataba de levantarse el cuello de la camisa-si bien recuerdo tu siempre tenías estos problemas, ayer me descuide- las puertas del elevador se abrieron, salió rápido pero no se dio cuenta de que una secretaria venía con una charola impactando con ella. Todas las miradas se posaron en ellas. La chica cayó al suelo y Blake termino con la camisa húmeda, por instinto  la jalo dejando al descubierto su cuello.

-lo siento arquitecta-se paró la secretaria rápidamente, saco un pañuelo y trato de limpiar el saco de Blake. Los empleados se percataron de las pequeñas marcas de su cuello empezando a murmurar por la escena y las marcas, indagado quien sería su amante.

Blake la detuvo-está bien, no te preocupes con permiso, dio una mirada a todos dejándolos callados momentáneamente. Steven la siguió adentrándose a su oficina.

-tu si la sabes armar en grande, si querías que se enteraran bastaba con que una secretaria te viera- decía sonsacarronamente

-me alegra de sobremanera ser tu centro de diversión-dijo mientras entraba a su baño privado para cambiarse.

-lo mismo harías si estuviera en tu lugar

-ya tendré tiempo para preguntarle a tu novia-salió con otra camisa limpia, abrochándose los botones, cuando su puerta fue abierta

-ya les he dicho que toquen cuando entren-dijo en un tono molesto

-oh lo siento, no creí que te molestaras-la voz de Charlotte le hizo levantar la vista, dejando su tarea inconclusa, mostrando la parte afectada por la chica de anoche.

Charlotte se perdió en los  ojos de Blake, pero cuando su mirada bajo, vio los moretones en su cuello, sabiendo inmediatamente a que se debían, una rabia inmensa se apodero de su cuerpo, por su parte Blake termino de abrocharse la camisa.

-Hola Char-intervino Steven-que gusto tenerte por la oficina

-ah, hola Steven-contesto un poco molesta-solo pasaba para hablar con tu amiga sobre el proyecto del hospital, pero creo que está muy ocupada así que mejor me retiro-ese tono y la forma tan despectiva  con la que hablo de ella, le hizo sentir como su cayera en un profundo pozo. Acompañada de esa mirada de molestia y decepción. Salió repitiendo el portazo del día anterior.

-ahora si se molestó-comento mientras jugaba con un pluma del escritorio de Blake.

-debe estar loca- contesto como si nada, pero  por dentro se sentía  mal, no entendía por qué le dolía la actitud de Charlotte. Tenía ganas de salir tras de ella, pero  se detuvo no tendría por qué hacerlo.

-todos lo estamos un poco, pero  vas a tener que en contentarla, no creo que te guste trabajar con ella si esta de mal humor, te lo aviso, mira que llevo años tratándola-le parecía bastante extraña la reacción de su amiga con los años que llevaba de conocerla no la había visto enojarse tan fácil.

-ni me lo recuerdes, que tú me debes una explicación sobre eso-al instante Steven se paró.

-ehh, ya me voy se me olvido que tengo que terminar algunos proyecto antes de irme- expreso antes de cerrar la puerta.

No podía dejar de pensar en ella,  su sola presencia despertaba tantas cosas en ella, pensaba que con lo de ayer  ya no tendría estas sensaciones al verla, pero se equivocó ahora despertaban con más fuerzas, tenía unas ganas de probar esos labios, de saborear cada pedazo de piel de su cuerpo.  Dejo fuera todos esos pensamientos, sola le hacían nudo su cabeza. Empezó a trabajar en sus asuntos, necesitaba salir temprano para planificar la siguiente cacería.

Trabajo por cinco horas seguidas tanto en su computadora, como con  algunos planos hasta que acabo el trabajo de la semana. Dejo los lentes sobre su escritorio, para sobarse el puente de la nariz, recargo su espalda en la silla de cuero, necesitaba descansar unos minutos, giro su silla,   desde  su oficina se  mostraba un vista esplendida de la ciudad aunque en verdad su mente estaba en otro lado. Pasó varios minutos en ese estado. Un par de golpes en la puerta, la sacaron de su trance.

-Pase-indico con un tono bajo. No volteo su silla, pensaba que su secretaria le dejaría algún trabajo sobre la mesa, pero ningún  palabra  escuchaba, decidió girarse, descubriendo que su invitada no era otra sino Charlotte. Dejándola sin aire, solo podía ver el brillo de sus ojos, todo alrededor de ellas desapareció, dejando solo dos almas.