Emancipación 4

Lamento el retraso.Gracias por su comentarios.

Steven se acerco rápidamente a Blake, era un déjà vu lo que veía,  la segunda ocasión donde ella estaba inconsciente ante sus ojos, imágenes de Blake en la cama de un hospital regresaron a su mente. Cerró sus ojos, sentía seca su garganta, el aire no  llegaba a sus pulmones, esa sensación de desasosiego al solo poder ser un espectador más.

Mientras tanto, Charlotte  no podía creer las vueltas que daba la vida, la  persona fría de ayer, con un toque de arrogancia, descansaba en su brazos como una niña pequeña, sentía un calor en su estomago que subía a su pecho, antes de pensar las razones de esta ola de sentimientos, recordó la gravedad de la situación. Como medico debía controlarse,  acomodo a Blake en el sillón, reviso sus signos vitales, la desvistió hasta llegar al parche  ensangrentado en su hombro. Sin embargo  no pudo dejar deleitarse con el cuerpo atlético y marcado de ella, delinear sus pechos pequeños, pero eso no le quitaba lo apetecible antes sus ojos. En su vida, nunca había admirado a una chica de esa manera.

Algunos hematomas y cicatrices adornaban el cuerpo de Blake, consecuencias de su vida nocturna. Quito con cuidado el parche, dejando expuestos los puntos sangrantes, la mitad de ellos abiertos,  el trabajo de los  puntos le indico que un medico tuvo que  haberla  atendido. Lo que más llamo su atención era el tipo de herida, había tenido un par de casos similares, la pregunta era ¿Qué paso anoche, para tuviera una herida de bala? La hemorragia era bastante aparatosa, necesitaba urgente una transfusión de sangre, el rostro de Blake comenzaba a palidecer de sobremanera, el tiempo corría, además no sabía cuánta sangre había perdido. Un shock hipovolémico podría ocurrirle si perdía alrededor del cincuenta por ciento de su sangre. La idea aterro cada fibra de sus cuerpo, por extraño que pareciera, no soportaría el hecho de perderla.

Volteo para pedirle ayuda Steven, no podría cargarla ella sola, corría el riesgo de lastimarla, lo observo, sin embargo su vista estaba perdida en algún punto de la oficina.

-Steven…Steven…-empezó  a llamarlo, sin embargo no le prestó ninguna atención, no tuvo más remedio que pararse,  lo tomo por los hombros, sacudiéndolo tres veces hasta que el recobro la compostura.

-¿Qué pasa?-pregunto con un tono de voz endeble

-Necesito llevarla a un hospital, está perdiendo mucha sangre-regreso a lado de Blake, pero Steven no se movió ni un centímetro-no puedo sola-era sumamente extraño el comportamiento de su amigo

-No!!!-clavo sus ojos en el- ella no me lo perdonaría-un par de mechones cubrieron su rostro

-¿pero qué dices?- estaba desesperada, no podía creer que se negara  a  ayudarla- acaso no ves que puede morir-el apretó sus labios, camino a su escritorio, era como si no estuviera ocurriendo nada

-no lo puedes entender- evitaba verla

-claro que no lo entiendo, prefieres ver a tu mejor amiga morir-estaba furiosa, se planto frente a Steven- con o sin tu ayuda, la llevare- dio la vuelta, pero antes de dar un paso, el,  la sujeto por el  brazo, levanto la mirada para recriminarle su comportamiento

-Layla…-ambos voltearon al escuchar la voz de Blake, el corrió  a su lado, se arrodillo junto al sillón y le quito los lentes.

-Blake, estoy aquí, nada te va  pasar- tomo la mano izquierda de ella entre sus manos-te lo prometo- una idea cruzo su mente, conocía a la persona perfecta que podía ayudarla.

Saco su teléfono móvil de la bolsa interior de su saco, tecleo una serie de  números ya conocidos,  se reprimía por no haberse acordado de ella, era obvio que era la única que podía sacarlos de este embrollo, sin preguntar cosas, además era intima amiga de Blake. Espero tres timbres antes de que le contestaran el teléfono.

-Hola

-Nash, lamento tener que llamarte

-No me digas es Blake-se escucho molesta su voz-le dije que no se saliera de la casa

-¿estuvo contigo anoche?

-por supuesto, medio un susto de muerte-sabía que había hecho una tonta pregunta, ¿a quién más acudiría Blake?

-si ya sabes lo terca que es. Lo que pasa es que se desmayo en la oficina, está sangrando mucho. No la quiero llevar  a un hospital, sabes que no es muy aficionada a ellos-una risa se escuchó en la otra línea

-ni me lo recuerdes, no sabes cuantas veces la tuvimos que sedar…-con esas palabras, ambos volvieron a sus recuerdos, se quedaron mudos bastante tiempo-lamentablemente no cuento con todo un hospital en mi casa. Necesito hacerle una placas, creo que tiene una fisura en el hombro, sobretodo tengo que hacerle una transfusión por lo de la pérdida de  sangre.

-por el momento esta dócil-bajo la mirada a su amiga-así que no creo que se rehusé a ir

-que malo eres, la que se nos va  armar cuando despierte-él pensó en que de seguro lo mataría, pero todo era por su bien-te espero en la entrada de emergencias. Nos vemos, tengo que resolver unos asuntos antes aquí.

-ok, nos vemos-guardo su móvil,  vio el reloj de su oficina, apenas las tres de la tarde

No podía creer como la había hecho a un lado, ella también era medico, se sentía herida en su ego, desde un principio ella le dijo que la llevaran al hospital, el se negó y ahora hablo con esa persona y cedió. Vio  a su amigo cargar a Blake en sus brazos  para después  dirigirse a la puerta del elevador privado.

-te acompaño-no le importo que no la tomara en cuenta, después se lo reclamaría, para ella lo más importante era la salud de Blake, era tan grande la atracción  que sentía hacia  ella, imposible dejarla en estos momentos.

-vale,  siento  lo de hace rato-  subieron  al elevador, era una suerte contar con él,  ya se imaginaba si le veían salir con Blake en brazos, toda las sarta de cosas que inventarían. Su semblante era más tranquilo, si  ella le atendía no tendría ningún problema.

Bajaron al estacionamiento, Steven asomo su cabeza para revisar que no hubiera moros en la costa, sabia lo cotilla que eran la mayoría de los empleados, cuando noto que no había nadie, salió a paso apresurado a su automóvil, Charlotte se adelanto y  abrió la puerta, al igual que se subió primero para recibir  a Blake en sus brazos, no deseaba que se lastimara en el trayecto, por supuesto también extrañaba la sensación de calor que  Blake emanaba.

Durante el camino recordó, como Blake en su delirio nombro a una tal Layla, al escucharlo sintió como un pedazo de su corazón se desquebrajo. La manera en que lo dijo, reflejaba añoranza y un profundo dolor.  De cualquier forma no llevaba más de un día de conocerla, y no podía apartar este sentimiento, desde que sus ojos se enlazaron anoche.

EL tránsito de la ciudad de new york, era un caos  a  esa hora, estuvieron atascados más de veinte minutos en una calle. Steven renovó el sentido de una calle donde por poco besa el frente de otro carro, ganándose muchos recuerdos del otro conductor para su madre. Después de atravesar la jungla de carros, lograron llegar en menos de una hora al hospital, Charlotte mantuvo la herida presionada deteniendo el flujo de  sangre lo más posible.

Estaciono el auto enfrente de urgencias, bajo lo más rápido que pudo y saco  a Blake del carro. Charlotte  iba tras él. Las puertas se abrieron salieron dos camilleros, Steven acomodo a Blake sobre la camilla.

-rápido llévensela y díganle  a la enfermera que le haga una transfusión de sangre, es  A negativa-la voz de Natasha, demostraba su experiencia,  todo en ella indicaba  que sabía qué hacer en cualquier situación.

-hola, Nash-se acerco a ella para saludarla

-Steven, tardaste-Charlotte observaba el trato familiar que tenían. La doctora Morózova era esa tal Nash, desde que entro al hospital, tuvo bastantes choques con la forma de actuar de ella, demasiadas discrepancias con sus métodos personales. Eran enemigas naturales, nunca habían  llegado a agredirse, la educación que ambas recibieron les impedía rebajarse  a ese nivel. Únicamente  se enfrentaban abiertamente en diagnósticos médicos, tratando  de dejarse mal paradas, en infinidad de ocasiones.

Cuando se vieron la una a la otra, no dudaron en mirarse como siempre, con una mirada  afilada, para ambas esto se había vuelto una guerra. A  la cual ninguna se daría por vencida fácilmente. Steven se sintió en un  campo de batalla.

Carraspeo un poco para llamar su atención- Nash te presento a Charlotte

-Marshall-siseo Natasha

-¿Ya se conocían?-pregunto confundido

-por supuesto, quien no conoce a la directora de cirugías-contesto Charlotte en un tono irónico

-ah debí imaginármelo-se sobo el cuello, esas dos mujeres ponían  ah cualquiera de nervios-¿tú sabes que le paso a Blake?-decidió interrumpir su disputa visual

-no lo sé. Llego   mi casa  a las dos de la mañana con la herida en el hombro, se desmayo y  cuando despertó no quiso contarme nada

-dudo que nos diga que le paso

-tenlo por seguro-a partir de que Blake empezó en su caza por esos tipos, cerro aun más los muros de su corazón, era una forma de tenerlos alejados del peligro-ya veremos si podemos sacarle algo. Por lo pronto voy a curar a esa testaruda-dio media vuelta y empezó a caminar, con ese andar sensual que la caracterizaba.

Charlotte  se apresuro  a alcanzarla, no quería quedarse fuera de la jugada, sabía que entre ella y Blake  había algo más que una simple amistad, otro razón más para continuar con su guerra. Las dos tenían casi la misma estatura, cada una tenia lo suyo, imposible decir cual es más bella, no hay palabras que pudieran hacerles justicia a magnificas obras de arte.

-¿A dónde vas Marshall? –le cuestiono en tono molesto, una fina arruga se formo arriba de su ceja superior derecha

-a cumplir con mi trabajo-contesto como si fuera lo más natural del mundo

-según recuerdo tu turno  comienza en la tarde

-¿acaso importa eso, hay algún horario para salvar vidas?-presiono

-haz lo que quieras-no quería seguir perdiendo su tiempo discutiendo con una interna

-entonces me encargare del caso de la señorita Lynch –aseguro, su verdadero objetivo. Una sonrisa no se hizo esperar por parte de Natasha

-olvídalo, soy la médico de cabecera de Blake, no le gusta que nadie más que yo la examine- no dudo en emplear un segundo sentido en esa frase, con un poco de mentira, Blake no tenia ningún compromiso con ella ni con nadie. Seguían caminado por uno de los pasillos, varios de doctores y enfermera las saludaba, guardando distancias, la mayoría se daba cuenta de la tirria que se tenían. Nadie quería verse involucrado en una discusión de ellas.

-no puedes prohibir verla-refuto un poco cabreada-¿no eres capaz de hacerlo?

-claro que puedo-sonrió burlonamente-soy tu superior y debes obedecerme, recuerda solo eres una interna más- como le hubiera gustado golpear su cara, podía ser tan tirana. Natasha entro en una habitación cerrando la puerta en  sus narices.

Apretó sus puños, enterrando sus uñas en la palma por la presión ejercida, tenia tanto coraje, ¿quién era ella para prohibirle la entrada para ver  a Blake?, ¿Por qué se tomaba tantas atribuciones que no le correspondían? Le chocaba ver su tono altivo, creyéndose la dueña de ella. Odiaba pensar que tuvieran algo serio. Celos era lo que la carcomía por dentro,  un sentimiento tan fuerte, que con  ninguno de sus ex novios había sentido eso.

Decidió regresar junto a  Steven, por lo menos con el obtendría más información sobre la salud de Blake.  Saludo algunos colegas  y  amigos. Cuando llego  a la sala de espera, vio  a Steven en uno de los sillones, camino hacia él y se sentó  a lado suyo, cruzando sus piernas, hasta donde su falda le permitía. Se sentía inútil con solo poder esperar sentada.

-¿Qué paso?-volteo a verla

-esa bruja, no me dejo entrar-refunfuño, torciendo su boca como niña  chiquita

-como se notan que se llevan de maravilla

-deja de burlarte de mi desgracia, deberías trabajar con ella un día, a ver si te parece tan encantadora como demuestra serlo

-ok, no discutiré eso en estos momentos- se acomodo más en el sillón, pasarían unas horas para que pudiera salir.

Tuvieron que esperar tres horas para que por fin saliera Natasha. Camino hacia ellos  con paso decidido, se sentía cansada, llevaba más de catorce horas trabajando sin descanso. Las manos estaban en los bolsillos de su bata.

-vamos  a mi oficina, Steven- no desaprovechaba  la oportunidad de molestarla.

-Nash-si seguía así, Charlotte esta vez explotaría- ¿puede acompañarme Charlotte?- percibía la molestia en su amiga. Natasha los observo  a ambos, le encantaba divertirse  haciéndola enojar. Por esta única vez olvidaría su juego personal.

Sin ninguna expresión se dio la vuelta. Los dos atónitos por su comportamiento la observaron caminar hacia el elevador. Ella sabía que los dos no tenían ni la mínima idea de lo que pasaba por su cabeza. Apretó el botón de la pared, volteo  a verlos y los dos seguían viéndola estupefactos.

-¿vienen o se quedan observándome toda la tarde?- suprimió una risa que afloraba en su boca, mordiéndose el labio.

Los dos salieron de su estupor y subieron con ella al elevador. Su oficina quedaba en el quinto piso. Todo el recinto mostraba la calidad de hospital que era, el mobiliario era moderno pero discreto.  Entraron en la última puerta del pasillo. La decoración no cambiaba mucho con la de afuera, solo algunos objetos y fotos, adornaba su escritorio. El librero estaba repleto de libros de medicina.

-tomen asiento- Nash se sentó en su silla negra acolchonada. Sus pies estaban un poco hinchados, debía recordar no usar un tacón mayor a  ocho centímetros en el trabajo. Los músculos de sus hombros estaban bastante tensos, cuando llegara  a su casa tomaría un largo baño en su tina.

-¿Como esta Blake?-Steven no soportaba más su silencio

-Estable, un poco débil por la pérdida de sangre y el esfuerzo que hizo para ir  a su oficina-abrió un expediente que estaba  sobre su escritorio- se le tomo una radiografía de su brazo- saco un placa y la puso enfrente de ellos- tiene una pequeña fisura, así que necesitara llevar un soporte en el brazo durante un mes. Limpiamos y desinfectamos el área, cerré de nuevo los puntos- se recargo en su silla

-¿reportaste a la policía?- ambos  voltearon  a verla

-eso no te incumbe-respondió Nash

-claro, que me importa, la persona que le disparo debe asumir las consecuencias

-eso lo decidirá ella, cuando este consiente- antes de que pudiera seguir replicando, Steven coloco su mano sobre su brazo

-mira Charlotte, este tipo de cosas han venido sucediendo muy a menudo con Blake, no te niego que estoy sumamente preocupado. Al principio solo eran raspones o moretones, sin embargo no podemos hacer nada, más que cubrirla, no quiero que se meta en más problemas-tenia razón, la policía querría averiguar todo el incidente

-entiendo tu punto de vista, pero, ¿que pasara si esto llegara más lejos?, ya le dispararon, que esperas encontrarla muerta- esa palabra era lo que no quería escuchar, algunas noche pasaba atormentándose con eso, había hablado muchas veces con Blake, preguntándole el porqué de sus constantes salidas y golpes. Ella siempre le evadió o se iba, se encerraba en su mundo. En otras ocasiones llegaron a  pelear por la misma situación, dejándose  de hablar por días, teniendo que ceder el.

-lo sé y no sabes cómo me preocupa que eso llegue  a  ocurrir- la habitación permaneció silenciosa, no le gustaba  hablarle de esa manera, pero debía afrontarlo a la realidad.

El teléfono comenzó  a sonar y el busca de Nash también empezó a zumbar. Descolgó el aparato e intercambio algunas palabras, sonrió un poco y colgó el teléfono.

-hablando de nuestro tormento, acaba de despertar- se paró de su asiento- vamos antes de que acabe con el hospital.

Tendrían mucho tiempo para hablar de esta situación después, los tres salieron de la oficina para tomar el elevador.

Blake, poco a poco recupero el conocimiento, sentía su cuerpo pesado. Abrió sus ojos paulatinamente, observando el techo del cuarto,  la lámpara blanca que fue su compañía durante meses. Volteo a  ambos lados, vio aparatos médicos, levanto su mano encontrándose con una intravenosa, reviso el otro pero no lo pudo mover ya que estaba  inmovilizado.                Estaba en un hospital.

Su semblante era más pálido de lo normal, dio varias respiraciones, no aguantaba un minuto más en ese lugar, un escalofrió se apodero de todo su cuerpo. Se arranco la intravenosa con la boca, necesitaba salir, no aguantaba permanecer ahí, se sentía sofocada, quito otros parches de su cuerpo que monitoreaban sus signos vitales, provocando la alarma del aparto, el cual tiro.

Al poner un pie en el piso, se sintió a desfallecer,  logro sujetarse de la cama, se apoyo hasta que se acostumbro a su nueva condición,  soltó su brazo de las vendas. Volvió a intentar pararse, logrando mantenerse en pie, un poco tambaleante. Debía darse prisa, si no  llegarían las enfermeras. Abrió el pequeño armario, donde por suerte estaba su ropa, se coloco el pantalón y la camisa lo más rápido que pudo.

Cuando se dirigió  a la puerta lo menos que pensaba encontrarse, era a tres personas con una cara no muy feliz, regreso sus pasos y se sentó en la cama. No tenía la suficiente fuerza a para poder burlarlos. Los tres pasaron y cerraron la habitación. Decidió recostarse, como estaba el asunto, no saldría en un buen rato.

Natasha cerró la puerta- ¿me puedes explicar porque no te quedaste en la casa?- Blake levanto su vista.

-No sabía que ahora debía avisarte-contesto burlona, se sentía molesta con ellos por haberla traído aquí.

-no estamos jugando Blake, pusiste tu vida en peligro-Steven  quería hacerla recapacitar

-tú lo ves así, yo no, esto  no me  iba a detener-aseguro con su voz fría y sus ojos  con un tono gris, sin los lentes su mirada era tan penetrante, se colaba hasta los huesos.

-solo tratamos de ayudarte

-no se nota, si no, ¿porque me trajeron  a este lugar?-su mirada se volvió iracunda

-si  te hubieras quedado en mi casa, no estarías aquí- Nash se recargo en una de la paredes mientras fijaba su vista en Blake.

-Tienes que entender que estamos sumamente preocupados por ti-Steven se paro frente  a ella- piensa en tu mama y tus hermanos

-no los metas en esto-le molestaba que tratara de chantajearla con su familia, era uno de sus puntos más débiles

-¿tú misma lo estás haciendo?-Blake sonrió ufana

-ya te dije que te quedes al margen de mis asuntos-clavo una  mirada afilada en su mejor amigo, en algún momento se separaría de ellos totalmente. Estaba harta de estas situaciones le irritaban de sobremanera tener que estar dando explicaciones.

-no puedo hacerlo, eres una hermana para mí-trataba de mantenerse firme, el nunca había sido muy fuerte de carácter, era dócil y relajado. Charlotte y Nash, se mantenían  al margen.

-puedo cuidarme sola

-¿así como hasta ahora?-Nash no pudo quedarse callada, en este tiempo de conocer a Blake, llego  a desarrollar un cariño muy grande por ella. Al principio fue atracción, después compañeras de noche  y al final amigas. Blake se mantuvo en silencio unos minutos.

-ya te dije que esto solo fue un accidente-repetía. Ninguno creía eso, su silencio, dejaba ver que había algo más profundo en sus palabras.-no sé, porque arman tanto alboroto, que nunca han visto que a alguien le disparen. Los accidentes suceden

-y también los raspones y moretones que traes cada semana son accidentes-interrumpió ya exasperado Steven- ¿Qué pasa contigo Blake? No puedes dejarte vencer, la vida continua, se lo prometiste-con cada palabra se sentía como un niño a punto de llorar. En estos años nunca  había vuelto  a hablar de ella. Ahora sentía que era lo único que podría detenerla.

-como te atreves  a usarla- se paró de la cama, no había expresión alguna en su rostro- nadie de ustedes sabe lo que he sufrido. No tienes derecho a meterte en mi vida-Blake se planto frente a él, los dos eran casi de la misma estatura-esta es la última vez que se los digo, por nuestra amistad he pasado esto por alto- perdió la razón, su bestia interna ahora tomaba el control, lo que más temía, se estaba convirtiendo en algo inevitable.

Lo sujeto de la solapa de su camisa, con su mano sana,  sus ojos se oscurecían rápido, en su interior luchaba para soltarlo, sin embargo tanto tiempo disfrutando del dolor de otros le impedía dejarlo. Ejercía cada vez más presión, haciendo difícil la respiración de Steven.

-Suéltalo!!!-Charlotte puso ambas manos en el brazo de Blake,  de forma cariñosa, casi acariciándole- apenas nos conocimos ayer, no puedo comprender lo que  has pasado, sin embargo, esta no es la solución- Blake relajo su brazo, con sus manos logro transmitirle un sentimiento de paz a su corazón muerto. Sus ojos volvieron a la normalidad, esa mezcla  de azul con verde, soltó a Steven.  La tranquilidad que recibía con ver los ojos color cielo de Charlotte, le hacían olvidar sus problemas.-Quiero ayudarte-salió de sus labios rojos, su voz angelical llego  a lo más profundo de  su ser, la oscuridad de sus ojos se disipo.

Steven masajeaba su cuello, Natasha le ayudaba  a mantener su equilibrio. Desde que se propuso acabar con esos tipos, conocía que  su vida cambiaria totalmente, dejaría  de ser la persona que era, para convertirse en una  asesina, sumergiéndola en las profundidades de ese mundo de maldad, odio  y  frialdad. Lo único que no calculo fue que sus amigos pagarían también un precio en el camino.

Seguía perdida en ese rostro frente a ella,  eran tan parecidas, tal vez era eso lo que le hacía actuar de manera diferente con ella, volviéndola hasta cierto punto débil. Era como ver sus ojos, recordó las palabras de su amigo. Ella nunca hubiera querido que se convirtiera en lo que era ahora. No se arrepentía, quería venganza. Zafo su brazo de las manos de ella, cada minuto era un tormento a su lado. No había punto de retorno en su camino.

-Lamento esto-salió de la habitación. Ninguno intento detenerla, entendían que necesitaba espacio para reflexionar sobre los actos de su vida.