Emancipación 2
Agradezco su apoyo en esta nueva historia, es algo siniestra, jaja, y sangrienta, pero se que les gustara.
-amigos los invito a brindar por el prosperó futuro de esta gran constructora- el padre de Steven alzo su copa, al igual que toda las personas reunidas.
-ya ves que no es tan malo venir a la fiestas del trabajo-comento Steven mientras tomaba un sorbo de su copa
-si tu lo dices- ya no veía la hora de poder perderse de esto, tenia cosas más importante que hacer, la búsqueda de ese último bastardo, la única pista hasta ahora, era ese maldito tatuaje de dos alas caídas atravesadas por una espada, justo en medio de ellas, jamás en toda su vida podría olvidar el único indicio que tenia.
De nuevo la ira invadió su ser, rememorando todo lo sucedido esa fatídica noche, cada imagen era un cuchillo para su corazón, empezó a apretar su copa sin darse cuenta, solo pensaba en el momento de tener frente a ella a ese tipo, el poder acabarlo son sus manos, disfrutar sus gritos y el correr de su sangre.
-Nos vemos mañana- su voz sonó tal cual su estado de ánimo estaba, tan fría y temible para cualquiera, Steven con solo escucharla supo que algo iba mal. Blake dio rápidamente la vuelta, no tenía tiempo que perder, pero antes de poder dar un paso, su cuerpo choco con otro, por la fuerza que llevaba provoco que la otra persona se tambaleara hasta perder el equilibrio, Blake reaccionó antes, sujetándola por la cintura con una mano.
Todo fue tan rápido, de un momento a otro a tenía a Charlotte Marshall pegada a ella, cuando sus rostros se encontraron, un terrible escalofrió recorrió el cuerpo de Blake, era impresionante lo que esos ojos verdes le provocaban, la calidez despedida por ellos, era tan sofocante, ninguno de los músculos de Blake parecía reaccionar, esa sensación de tener a esa mujer entre sus brazos, era aterradora, hace mucho tiempo que nadie la había impactado de tal manera. Teniéndola tan cerca pudo recorrer cada facción de su rostro cuidadosamente, sus labios tan bien formados, ese color rojo que los adornaba, su nariz perfecta, parecía una muñeca de porcelana. No hay palabras que pudieran hacerle justicia a la belleza inigualable de Charlotte, un ángel caído en este mundo de simples mortales.
Antes de cometer una locura, recupero su compostura, la ayuda a ponerse de pie, acomodo sus lentes que habían descendido algunos centímetros por su nariz. Lamentablemente el contenido de su copa se había derramado el piso, aunque el contenido de la copa de Charlotte de derramo sobre su traje.
Charlotte apenas era consciente de lo sucedido, la presencia de Blake la tenía en un punto de aturdimiento al que nadie le había llevado, la esencia que desprendía se había infiltrado por cada poro de su piel. Sobre todo, esos ojos la intrigaban tanto, nunca había visto unos con esa tonalidad, sintió como fue recorrida por ellos, causándoles un hormigueo en la planta de sus pies al igual que un vacio en su estomago, sentía que no podría mantenerse en ellos, mientras estuvo en sus brazos se sintió tan protegida.
Blake saco un pañuelo y empezó a limpiarse la parte afectada, no quería seguir manteniendo el contacto visual con ella, su mano aun tenía la sensación de la suave piel de Charlotte.
-Ay, Blake- Steven llego por detrás de ella-tirándole la copa a chicas guapas, solo para hablar con ellas-La aludida solo blanqueo los ojos, siempre tan oportuno.
-Lo dirás por experiencia- no pensaba dejarse balconear por su amigo.
-hola Charlotte, que gusto volver a verte- Steven se acerco a ella y le dio un beso en la mejilla, al igual que un cariñoso abrazo
-Lo mismo digo Steven, pero ya ni porque soy la mejor amiga de tu novia, me has mandado un mail- le reclamo con un tono juguetón, Blake no podía dejar de ver la sonrisa su rostro- mira que ella me hablaba casi a diario
-Lo sé, no tengo perdón por ser tan mal amigo- junto sus manos en señal de disculpa junto con una cara de niño arrepentido- tu sabes el trabajo no me deja ni a sol ni a sombra
-¿a poco conoces esa palabra?-Blake pregunto sarcásticamente, ambos voltearon a verla, Steven con cara de pocos amigos y Charlotte con una sonrisa más amplia, ya que ambas sabían que el trabajo nunca fue el punto fuerte de Steven.
-Por cierto esta maleducada, es mi mala hermana Blake Lyinch
Charlotte Marshall , un gusto conocerte - no tenia como zafarse de esto, no dejaba de pensar en su mala suerte, extendieron sus manos para saludarse, Blake pensaba que con solo ese apretón de manos bastaría, pero Charlotte tenía otros planes, no le bastaba con solo ese contacto, se acerco rápidamente a Blake plantándole un beso muy cerca de los labios. La acción la tomo totalmente sorprendida, se petrifico por el contacto, nunca se imagino que esta chica tuviera la osadía de besarle en la mejilla. Su rostro no mostro cambio alguno pero por dentro estaba totalmente descolocada, debía alejarse de ella, no debía permitirse este tipo de debilidades.
Igualmente, con su permiso me retiro- estaba desesperada por irse, aunque no lo demostrara
-Pero apenas has estado hora y media, además no puedes dejar sola a Elise
-Creo que ya tiene edad suficiente para cuidarse sola-no le hacía gracia la mención- tengo asuntos que atender
-Otra hora más- Steven no iba a dejarla ir tan fácil
Uno de los celulares que Blake portaba empezó a sonar, reconoció al instante por la melodía cual era, su cuerpo se tenso por completo, solo había alguien quien llamaba a esa hora.
-Disculpen- se alejo un poco de ellos para poder contestar, apretó el Boton de aceptar la llamada-Shinigami- cambio su postura a una mas defensiva, aunque no tuviera a nadie enfrente
-Reunión, media noche- fue lo único que escucho antes de quecortaran, regreso a lado de ellos para despedirse.
-Lo siento pero tengo que irme- antes de que Steven comenzara a seguir queriendo persuadirla- Nos vemos- le dijo para ambos, no espero respuesta y se perdió en el elevador.
Desconcierto es lo que dejo Blake en el aire, Charlotte la siguió con la mirada hasta que las puertas del elevador se cerraron, no entendía el porqué de su cambio tan brusco con ellos.
-siempre es lo mismo- murmuro Steven terminando con un encogimiento de hombros, ahora cuéntame, ¿Qué ha sido de tu vida en estos últimos años, Char?- decidió dejar las cosas como si nada hubiera sucedido con Blake.
-Excelente, hace apenas 6 meses termine la carrera y ahora me encuentro de interna en el Hospital Presbyterian
-Me alegra que hicieras tu sueño realidad- la guio a la mesa que ocupaba- desde niña sonabas con salvar vidas, no tengo duda de que serás de las mejores- Steven ayudo a Charlotte a sentarse.
-de eso no tengas duda, en estos momento para mí lo primordial es adquirir más experiencias y de esa manera ser capaza de salvar a más personas- el tono de su voz no reflejaba ningun titubeo, todo lo contrario demostraba la seguridad total que tenía en sí misma.
-¿Y aun sigues con Andrew?-pregunto despectivamente
-No hace más de un año terminamos- a ella no lea causa ningún problema hablar de su ex, al principio estaba súper enamorada o eso creía, al final la distancia le hizo ver las cosas más claras.
-Fue lo mejor para ti, el no te merece-Nunca estuvo convencido con esa relación, aunque el gritara a los cuatro vientos lo enamorado que estaba, siempre le parecieron falsas sus palabras. Lo único que veía era deseo y ansias de poder, estaba casi seguro que lo único que quería era los bienes de ella, para nadie era un secreto que Charlotte era la hija preferida del señor Marshall.
-¿Nunca te ha caído bien?-No entendía esa actitud tan desconfiada de Steven cada vez que hablaban de Andrew
-Prefiero no hablar de él- una mueca de desagrado cruzo su rostro
-Vamos no es tan malo, dale una oportunidad
-enserio nunca entenderé que le viste, le diré a Blake que te pase la dirección de su oculista, no quiero que vuelvas a caer en manos equivocadas- desde pequeños, Steven siempre actuó como un hermano con Charlotte, como no tuvo la oportunidad de tener propios hermanos, Char como él le llamaba, ocupo ese lugar.
Charlotte al escuchar de Blake, volvió a estremecerse, no entendía porque no podía olvidarse de ella, apenas la conoció, sin embargo una necesidad surgió en el fondo de su corazón, necesitaba saber más de Blake.
-¿son muy unidos?- no desperdiciara la oportunidad de conocerla un poco, sea de la manera que fuera.
-Es lo que me gustaría saber, hace tres años no hubiera tenido ninguna duda, ella casi nunca demuestra ninguna emoción o sentimiento, sin embargo, sus ojos ya no son los mismos, tantas cosas han cambiado desde que …- Un dolor atravesó el pecho de Steven, al igual que Blake, sufrió profundamente por la pérdida de ella. Char quedo profundamente intrigada, pudo ver la mueca de melancolía en el rostro de Steven, para después quedar como ido.
-Steven- zarandeo su hombro ya que no respondía-¿estás bien?- el reacciono y prefirió no seguir contando cosas tan dolorosas
-olvídalo- arrugo levemente su frente- posiblemente son imaginaciones mías-ella no era tonta, sabía que algo escondía, pero no quiso presionarlo- estoy algo sentimental hoy- trato de sonreír un poco
-Steven- la voz alterada de Elise sonó tras de ellos-¿Dónde está Blake?- Su actitud mostraba lo molesta que estaba. Desesperada era como se veía, la busco durante más de quince minutos y no vio rastro de ella.
-Elise- con solo verla, se alivio de que Blake hubiera partido, sin duda tenía razón, esta mujer estaba loca- lamentablemente le surgió una emergencia y tuvo que irse- contesto en un tono calmado
-De seguro con una de sus amiguitas-bufo, Charlotte no entendía la actitud de ella- ¿Quién se cree para votarme, como un trapo?- muchos invitado se pararon para observar la escena
-cálmate- Steven trataba de tranquilizarla, no quería que hiciera una escenita- luego hablaras con ella- quiso tomarla por brazo
-No me toques- grito- tu eres igual, no sé, cómo Jenny se pudo fijar en ti
-Elise, no hagas tanto alboroto- Jenny llego para ayudar a su novio quien ya tenía la mandíbula bastante tensa- no tienes porque ponerte así
-Llevamos saliendo casi medio año y a ella parece no impórtale- ya les personas empezaban a murmurar por lo que sucedía
Steven negó con la cabeza. Vaya que en verdad era una completa acosadora. Por su parte Charlotte estaba perdida en la plática, al principio cuando tropezó con Blake, Steven con su comentario dio a entender que Blake quería ligar con ella, pensó que era una broma, ahora comprendía que no, le emocionaba la idea, sin embargo su mente entro en shock, como podía entusiasmarle esto, ella era heterosexual, por supuesto respetaba las preferencias de todos. Respiro profundo, esto no puede estar pasándome, era lo único que estaba en su mente, creía que la falta de sueño empezaba a afectarle.
-Hasta donde yo sé Blake, nunca ha tenido ningún interés en ti- Steven estaba bastante molesto por el comentario anterior, no tenia porque medir sus palabras, total era verdad lo que decía.
-eso ya lo veremos- se marcho a prisa, empujando a quien se atravesara en su paso. Los fisgones que no dejaron de observar la escena, no la tomaron muy en serio, era bien sabido que a la chica le encantaba dar espectáculos, su mal carácter ya era conocido.
-Amor, no tenias que ser tan duro-Jenny se abrazo a su novio
-Ella me saco de mis casillas- le dio un beso en su frente-Char siempre supo lo caprichosa que era Elise y vaya que el humor no le había cambiado.
La fiesta siguió su curso, algunos de los invitados ya estaban muy pasados de copas, dando el pan de cada día a los reporteros que no dudaron en tomar el mejor ángulo de cada uno. Sería lo primero que verían, cuando desayunaran.
Charlotte continuo poniéndose al día con Jenny y Steven, le gustaba tener a sus amigos otra vez cerca. Cada vez que alguno de ellos mencionaba a Blake, en su mente veía la imagen de esos ojos tan misteriosos. También cruzo algunas palabras con su ex, Andrew, quien no dejaba de insistirle en que regresaran, el siempre se opuso a la ruptura, pero no tuvo de otra más que dejarla ir. La distancia termino por alejarlos.
A media noche partió con sus padres de regreso a su casa, cuando llegaron, se despidió de ellos con un beso en la mejilla. Subió a su habitación, deslizó su vestido por su bien torneado cuerpo, vio su reflejo en el espejo, sabía muy bien la belleza que poseía y el efecto que causaba su presencia tanto en hombres como mujeres. Termino quitándose toda su ropa hasta quedar completamente desnuda, camino hacia su baño. Siempre que regresaba de trabajar, tomaba un baño con agua caliente, necesitaba relajar sus músculos, después de todo el trajín que realizaba en el hospital, la parte de urgencias era donde se concentraba el mayor número de pacientes.
El arduo trabajo realizado ya le estaba pasando factura a su cuerpo, la comodidad de su cama la hizo caer en un sueño profundo donde la última imagen que vio, fue la cara de Blake.
Blake salió por la puerta trasera del edificio, las sombras era el único lugar seguro para ella en las noches, checo la hora eran las diez, tenía el tiempo justo para arreglarse y llegar a la reunión, abordo un taxi que paso justo cuando salió del callejón.
-A la oficina General de correos-Nunca daba la dirección en concreto, era una paranoia suya, en verdad el lugar a donde se dirigía era diez cuadras después de la oficina de correos, el trayecto fue rápido, descendió del carro y espero hasta que el chofer se perdió en la siguiente cuadra.
Camino entre los callejones hasta llegar a la calle 16, un conjunto de departamentos de aspecto de clase media se encontraba situado a la mitad de la calle. El tercer piso es donde se encontraba su centro de operaciones, trepo por las escaleras de servicio, nadie debía saber quien habitaba ese piso. La mayoría de las personas pensaba que estaba abandonado, si escuchaba ruidos suponían que era algún animal. La realidad es que Blake solía ir mínimo una vez a la semana para llevar a cabos sus propias investigaciones.
En su ventana se encontraba un candado, reviso una vez más el lugar, observando si algo se salía de lo común, se agacho y saco una llave de entre sus bolsillos, quito el candado y haciendo el ruido menos posible abrió la ventana, entro cautelosamente, cuando todo su cuerpo se encontraba del otro lado, volvió a cerrarla, después bajo un persiana que no dejaría filtrar ni un haz de luz.
El lugar lo conocía como la palma de su mano, camino hasta encender las luces, todo se encontraba como la última vez. Un pizarrón en una de las paredes estaba abarrotado de recortes de periódicos, fotos de algunos tipos, algunas notas que fue haciendo en estos años, tenía dos escritorios, en uno había miles de papeles sobre toda la información que había recopilado y en el otro se encontraban dos computadoras que estaban conectadas vía internet a las de su casa por si alguien entraba, la información se almacenaría en el otro lugar. Por el momento no necesitaba usarlas.
Se dirigió al cuarto donde guarda la ropa que debía utilizar en estas ocasiones. Una máscara negra estaba situada en el tocador de la habitación, tenia espejos colocados en cada pared, debía cuidar cada detalle de su apariencia.
-Se quito toda la ropa que llevaba, menos la interior, que consistía en un sujetador y un bóxer negro, doblo pulcramente lo que se quito y lo guardo en el closet, se coloco los pantalones negros que siempre usaba en las reuniones, al igual que una faja que usa para no demostrar su naturaleza, todo tenía que ser perfecto, un error podría costarle muy caro. Se abrocho la camisa negra y por ultimo saco una gabardina negra. Tomo su máscara, la otra fase de su vida, se reviso por completo, todo estaba en su lugar, salió del cuarto y entro en la siguiente puerta.
La habitación donde guarda su juguete más preciado, en el centro de la habitación se encontraba un katana junto con su saya , alrededor, colgadas tenía varias armas desde una pistola hasta un endan, las cuales fue juntando durante sus caserías.
La tomo cuidadosamente para enfundarla, la guardo en su gabardina que fue hecha especialmente para poder portarla, situada en su costado derecho, de esta manera nadie podía verla cuando anduviera por las calles. Cogió una nueve milímetros que coloco en uno de sus tobillos, al final agarro unos guantes de piel negros.
Cerró de nuevo las habitaciones y apago las luces, descendió por las escaleras. Estudio la calle por cinco minutos, cada movimiento o sombra que cruzara por ella, escuchaba atentamente desde el ladrido de un perro hasta el sonido del motor de un carro.
Camino sigilosamente por la oscuridad de las calles, formaba parte de ella, ahora era su mejor aliada. Su siguiente parada, era una bodega que había rentado con un nombre falso cerca del highway, el tipo ni siquiera pregunto para que la quería, una cantidad extra mantuvo su boca cerrada. Hizo cerca de 10 minutos en llegar, abrió la bodega y saco una ducati monster, que hacia juego con su vestimenta, el tiempo lo llevaba quemado, faltaba media hora para el encuentro. Blake prefería llegar siempre quince minutos antes, por si acaso era una trampa.
Después de asegurar la bodega, monto la motocicleta, manejo a más de ciento veinte km/h por las calles de new york, el camino para el boulevard vernon era pesado, llego apenas 10 minutos antes de la media noche, el edificio sucio y nauseabundo de siempre, obviamente la moto la aparco en el Parque Rayney.
El edifico constaba de tres pisos, pero en el fondo había una bodega oculta donde la reunión se llevaría a cabo, entro sigilosamente, una mano la llevaba en la tsuka de la katana por cualquier imprevisto. Era bastante reconocida, aunque todos pensaban que era hombre, nadie se atrevía a enfrentarse al shinigami, el dios de la muerte, como todos la conocían, el filo de su katana ya había sido deslizada por varias gargantas. El miedo que causaba entre el mundo bajo era aterrador, la conocían por su fría forma de actuar y su asesinatos sangrientos.
Algunos miembros de la organización ya había llegado, Blake se deslizo a una de las esquinas de la pared donde la oscuridad reinaba. Espero los últimos minutos tranquilamente, observando cómo se posicionaban los demás, por si necesitaba usar a su amiga.
La mano derecha del Lider, dio comienzo. El era un hombre negro de alrededor de ciento veinte kilos, con una cicatriz que atravesaba su ojo izquierdo. Se encontraba situado en una mesa redonda con 13 lugares más alrededor de la mesa. La iluminación consistía en un foco que apenas iluminaba el centro de la bodega.
-Esta reunión imprevista, es para hablar de la redada que sufrió anoche Jerry en la casa de chicas, quiero saber quien fue el hijo de p**** que abrió su boca con la policía- su voz era fúrica, ya sabía Blake que este sería el tema a tratar
-¿Por qué no vemos quien es el que falta en la reunión?- Chester, otro asesino a sueldo hablo con su lengua viperina, él era el que más detestaba a Blake, ya que le había arrebatado su puesto de limpiador- siempre te eh dicho que ese tal shinigami es un traidor-Blake se posiciono tras él como una pantera- ¿si no donde esta?- alardeaba
-Aquí- le susurro en su oído, la sangre de Chester se heló por completo, sentía el filo de su katana en la garganta, su frente de cubrió de sudor, conocía muy bien que no se tentaría el corazón en degollarlo en ese preciso momento- en vez de hablar de mi dedícate a hacer tu trabajo.
Todo mundo se quedo frio, nadie vio a Blake moverse, en su sano juicio nadie se enfrentaría a ella, lo acababa de demostrar en verdad, era un dios de muerte. Blake así como llego regreso a su lugar.
-Caballeros, dejen de jugar y concéntrense-golpeo la mesa con su puño cerrado- ahora tomen asiento y ya saben, coloquen su armas en la mesa- Cada miembro tomo su lugar de siempre. Blake se sentó y puso a su amiga delante de ella, como siempre brillaba sobre todas las armas de los demás.