Elvirita

¡¡¡Me corro, tío, me corro!!!

Elvirita volvió con las dos botellas de vino. Se había cambiado. Ahora traía puesta una blusa azul y una falda marrón que le daba por debajo de las rodillas. José, le dijo:

-¡Qué cambio, Elvirita!

Elvirita puso las botellas sobre la mesa, y le dijo a su tío:

-Por debajo sigo sin bragas y sín sostén.

-Te quedaba bien el pantalón corto. Me da a mí que rompiste el viejo pantalón de tu abuelo el Indiano.

-Lo rompí. Quería parecer una india... Con su faldita... con sus trenzas... y como todos andan en las huertas... ¿Quién me iba a ver? Quería provocarlo y lo provoqué.

José abrió la segunda botella, y con una sonrisa de oreja a oreja, exclamó:

-¡Morado, me voy a poner morado!

-No se emborrache que tenemos que seguir con lo nuestro. Quiero marearme más veces.

José se mandó un vaso de vino, y después le dijo:

-No te mareas, Elvirita, te corres. Ven aquí.

José se sentó en una silla y sacó la polla, que estaba a media asta. Elvirita, se puso enfrente de él.

-Agáchate, cógela con la mano, menéamela y chúpamela.

-No sé si sabré.

-Cógela con la mano. - la cogió- Apriétala y sube y baja la mano. -hizo lo que le dijo- Ahora lame la cabeza y chúpala.

Elvirita era una buena alumna y además le gustaba lo que estaba haciendo...

-¡Ya se puso grande, gorda y dura! ¿Va a echar la leche?

-¿Por qué lo preguntas?

-Quiero probarla.

-Levántate y date la vuelta.

Elvirita se levantó y se dio la vuelta. José le levantó la falda y le pasó la lengua por su culo y por su chochito. Elvirita, exclamó:

-¡Estó es mejor que sentirla dentro!

Un ratito más tarde. José, puso las botellas y el vaso de vino en el piso de la cocina. Cogió a Elvirita por la cintura, la puso sobre la mesa de la cocina, y le dijo:

-¿Quieres correrte en mi boca?

Elvirita que estaba caliente como una loba, lo besó, y después le diji:

-Lo deseo más que a nada en este mundo.

Elvirita se echó sobre la mesa. José metió dos dedos dentro de su chochito...  lamió su clítoris.... Ni diez segundos tardó el chochito de Elvirita en soltar un chorro de flujo, y luego otro, y otro, y otro... Elvirita gozó de una corrida que la dejó sin fuerzas.

Al acabar, José, empalmado como un caballo, echó otro vaso de vino, lo lebió y le dijo:

-No te muevas. Te la voy a meter en el culo.

José acercó su polla al culo de Elvirita. Lo tenía mojado del flujo que cayera por él... Le subió la blusa, le chupó y le acarició las tetas... La polla entraba apretada, pero no más de lo que le entrara en el chochito. Elvirita enseguida lo empezó a disfrutar.

-¡Mas fuerte, tío, más fuerte!

La folló con fuerza, y en el momento que le acarició el clítoros con el dedo pulgar...

-¡¡¡Me corro, tío, me corro!!!

Elvirita, esta vez, casi se desmaya con el placer.

Después de disfrutar Elvirita de la mejor corrida de todas, José, se la quitó del culo,... se la metió  en el chochito... la folló unos minutos, y cuando se iba a correr la quitó y se la puso en la boca. Elvirita, chupaba con ganas... José se corrió, y Elvirita, al sentir en la boca la leche calentitade de su tío se la bebió con lujuria.

Pasaron una tarde que ni tío ni sobrina iban a olvidar mientras vivieran.

Y hasta aquí hemos llegado, ya que esta historia se ha acabado.

Se agradecen los comentarios buenos y malos.

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