Elvira y la espátula
Elvira solicita ayuda para arreglar una pared, y se lo "arreglan" todo.
Hola a todos,
La verdad es mi primer relato y ya que no tengo muy claras mis datos como narrador os pido disculpas a todos por los posibles errores y sólo deseo que os guste.
Empezaré presentándome y haciéndoos una breve descripción mía, tengo 34 años , mido 1.80 y soy delgado, aunque en boca de algunas féminas soy guapo, en fin un tio normal y corriente. Vivo en un pueblecito de Catalunya. Me gustan las mujeres de todo tipo y siempre he creído que hay que observarlas en conjunto ya que todas tienen algo que ofrecer.
El que caso es que tengo una vecina (casada) de unos 29 años, que no se que tiene, pero que me ponía a mil cada vez que la veía, lo que a continuación os voy a contar ocurrió hace 15 días. Era uno de esos sábados en los que incluso antes de salir el sol ya se palpa el bochorno, así es que en vez de levantarme pronto me quedé estirado en la cama, con el aire acondicionado puesto y mirando la tele un rato. Hacia las 12 de la mañana me levanté, y con "la tienda de campaña puesta" me metí en la ducha a refrescarme un poco, hacia las 12:30 ya estaba duchado y equipado con mi pantalón corto dispuesto a afrontar otro glorioso fin de semana jugando al "Wolfenstein E.T." en mi ordenador y viendo pelis tirado en el sofá, cuando sonó el timbre de la puerta, era Elvira , mi vecinita de arriba, casada desde hace un par de años con un buen chaval de su misma edad, pero que debido a una enfermedad degenerativa "desatiende" sus labores maritales, sumiendo a Elvira en un constante cabreo con todo y con todos.
Jaime, (su marido) estaba trabajando aprovechando los pocos días que su enfermedad se lo permite y ella había aprovechado para pintar la planta de arriba del duplex en el que viven. Sin querer y mientras pintaba le había dado un golpe con el rodillo de pintar a uno de los plafones que iluminan la estancia, y como las paredes son de pladur, arrancó el plafón provocando un boquete en la pared bastante visible, por lo que bajó a pedirme un poco de masilla para la pared. Cuando la ví se me calleron los huevos al suelo, llevaba un vestidito negro, ya pasado de moda y descolorido de tantas lavadas, corto pero no en exceso, de esos que quedan por encima de la rodilla, Elvira es lo que en España llamamos, "muy poquita cosa", mide un escaso metro y medio, pesa unos 40 kilos, tiene unas tetitas muy pequeñas para mi gusto, pero un culo que hace que las piedras se deshagan.
Como buen vecino me ofrecí a echarle un cable con la reparación, así es que cogí el "Aguaplast" , una espátula y me subí con ella a su casa, al llegar al piso superior vi el plafón colgado y un boquete en la pared. Le pedí la escalera para poder trabajar en condiciones y sacó una especie de hierro destrozado, que no presentaba ninguna garantía de aguantar ni mis pocos kilos, por lo que se prestó a sujetarla mientras yo tapaba el boquete de la pared, al apoyar el pie en el primer peldaño la escalera cedió provocando que se me cayera la espátula al suelo, ella rápida se agachó a recogerla, dejándome ver a la perfección su precioso culo blanco, eso y un minúsculo tanga negro totalmente hundido entre los cachetes que provocó que el sudor inundara mi frente.
Como no esperaba ninguna visita en casa, sólo me había equipado con el pantaloncito (sin slips) y una camiseta vieja. Mientras llenaba la punta de la espátula con masilla me acomodé en la escalera elevando un pie dos peldaños por encima del otro y descargando parte del peso apoyándome en la pared, esta inclinación provocó que parte de mi poya, ya bastante morcillona después de ver el tanga, se saliera de la redecilla de los pantalones de deporte, ofreciéndole a Elvira una inmejorable vista a menos de un palmo de mis atributos a media asta, (he de aclarar que no tengo la poya como los protagonistas de muchos relatos que he leído, no soy ningún super-hombre, pero mis 21 cm de largo y casi 5 de diámetro, tampoco son despreciables) mientras bromeaba con ella acerque del estropicio de la pared me percaté de que mi conversación había pasado a un segundo plano y que mi poya se había convertido en el plato fuerte de sus miradas.
Como pude tape el boquete e intenté no pensar en la situación para que mi corazón dejara de insuflar sangre a mis partes bajas, fue inútil, tenía la poya a punto de reventar y la cosa iba de mal en peor. Mientras me devanaba los sesos intentando salir airoso de una situación tan embarazosa Elvira explotó en carcajadas soltando la escalera, la situación la puso tan nerviosa , que le dio por echarse a reír por un lado , y a su llenar su minúsculo tanga de fluidos, tenía los pezones como piedras y una gotita de su néctar ya resbalaba por la cara inferior de su pierna izquierda, provocando esa mezcla de frío y lujuria, podía notar hasta el sudor cuando rozaba la entrada de su culo al caer entre los molletes, ya al rojo vivo por la excitación, con el movimiento se me escapó la espátula de las manos yendo a caer de punta en la pierna, justo en el borde del pantalón haciendo que una finísima gota de sangre viera la luz, su cara cambió por completo pasando de esa mezcla de vergüenza, alegría y cachondeo a otra de preocupación, me di un restregón en la pequeña herida para quitarme la sangre y cerciorarme de que no había sido nada, entre tanto ella despareció corriendo por las escaleras y antes de que me diera cuanta ya estaba de vuelta con un pequeño neceser-botiquín en la mano, discutí unos segundos ante la innecesidad de curar algo tan ridículo, pero cedí ante su insistencia, me obligó a sentarme en tresillo viejo que había junto al escalera y me sentí más aliviado al comprobar que mi erección había disminuido gracias al golpe de la espátula, aun así seguía notándose a la legua que mi estado no era del todo normal.
Se acomodó a mi lado y abrió lentamente la cremallera del neceser, vi sus piernas y empecé a volverme loco otra vez, y para colmo de desgracias mientras con una mano aplicaba un algodón empapado en agua oxigenada suavemente sobre la herida, se inclinó ligeramente sobre mi , dejando caer su antebrazo a lo largo de mi pene, con una destreza digna de un maestro, y mientras cambiaba el algodón paor un bote de mercromina movió el brazo de tal forma que provocó que mi capullo aflorará hacia fuera dejándolo totalmente expuesto libre de su piel, además ya podía verlo desde mi posición como asomaba, yo estaba nerviosísimo, no sabía si la situación no era más que un mal entendido o es que Elvira estaba buscando algo, se me secó la boca; una gota de mercromina salió del frasco y al impactar en la pierna escurrió hacia abajo, Elvira se movió rápidamente y su mano, derecha provista de un algodón se abalanzó sobre ella, tan rápidamente que arrastró media polla fuera de su prisión quedando apoyada en pequeña mano, sin mediar palabra alguna me miró y muy despacio puso sus labios sobre los míos, un beso muy dulce, se aportó unos segundos y volvió a besarme, aunque esta vez su lengua se abrió paso entre mis labios explorando toda mi boca, le respondí igual de sensual que ella había estado, aunque mi poya hacía ya unos segundos que estaba totalmente fuera y mirando al techo.
Ella se levanto y se puso delante de mi derecha la cogí por las caderas y la apreté hacia mi besándole el vientre por encima del vestido, pudo notar como temblaba, puse mis manos sobre su culo con dulzura y la apreté aun mas, metí mis manos por debajo del vestido y las apoyó directamente en sus molletes notando como su piel suave se erizaba, aparte el fino hilo negro del tanga y paseé lentamente mi mano por dentro entre su culo, llegando sólo a rozarle el coño, estaba depilado, no note un solo pelo ,hervía. Me incorporé y hacerlo le levanté todo el vestido sacándoselo por la cabeza, dos pequeñas tetitas adornados unos pezones casi negros y duros como piedras quedaron al aire, la volví a besar con dulzura mientras mis manos se perdían en recorrer su cuerpo con cariño, le dí la vuelta y la senté en el tresillo sin dejar de meterle mano en su culo y en las tetas, me aporté ligeramente y empecé a besarle los pezones mientras estiraba del minúsculo tanga.
Como pude conseguí, bajar el tanga hasta los tobillos y seguí bajando al llegar con mi boca a su ombligo me aparté unos centímetros y abrí los ojos, quería ver ese coño de cerca, le abrí las piernas suavemente y apareció esa maravilla, totalmente depilado, pequeño, muy pequeño, con el clítoris totalmente hinchado y los labios rojos y entreabiertos por la calentura, con delicadez cogí entre mis labios el botoncito del amor y empecé a succionarlo como un loco mientras que con mi dedo índice me la follaba como un desesperado, ¡dios que bien olía!!!! ¡ y que sabor.....!!!! le levante las piernas hasta dejarla totalmente abierta y con toda su calentura expuesta, empecé entonces a alternar mis favores de lengua hacia su ano, tan pequeño, tan rosita, cuando puse mi lengua sobre el ella articuló sus primeras palabras, ¡no hagas eso!!! No se si me he lavado bien del todo!!!!!!!!!...y por su puesto que estaba bien lavada....sabía a gloria, aun no hacía ni un minuto que me estaba dedicando a esa exhaustiva limpieza de las partes bajas de Elvira, cuando de pronto dio un alarido y cerró las piernas de golpe, se había corrido ....ahora era ella la que me empujaba en mi nuca contra ese coñito inflamado y balbuceante.
Se relajó un momento me miró y abriendo las piernas me hizo subir lentamente hasta que pudo besarme, yo estaba a punto de explotar, me separó, y tal y como estaba en esa indefensa posición me cogió la poya y comenzó a rozársela por el clítoris, despacio, muy despacio hasta que colocó el dilatado glande en la ardiente entrada de su coño, me miró a los ojos y balbuceó, ¡ fóllame despacito! ¡muy despacito!!! Seguí sus instrucciones al pie de la letra y en mis primeras embestidas tan sólo introduje la cabeza, pero el calentón me pudo y empecé a bombar con más intensidad y metiendo cada vez un centímetro más...creía que se iba a morir....nunca había visto un coño tan pequeño...gritaba como una posesa, me destrozó la espalda a arañazos, tuve que aminorar la marcha un par de veces, a ver si se dilataba más... finalmente pude clavársela toda, no encuentro las palabras para describir ese momento...
se corrió casi de nuevo...pero esta vez seguí bombeando un poco más rápido, me chupe un dedo y lo dirigí a su rosadito culo, ahora no se quejó , estaba demasiado concentrada corriéndose como para prestar atención a esas nuevas sensaciones, algo salía y entraba a toda velocidad en su culo potenciando su orgasmo vaginal....no pude aguantar más, revente dentro de ella y ella volvió a explotar, creí que se me iba a morir...sudaba muchísimo y su cara estaba desfigurada...el pelo todo revuelto y a mi no se me bajaba, hacía tanto que no follaba que eso de acabar en menos de 10 minutos no me había llenado del todo, aún sí me dí por satisfecho...ella no. Se apartó de mi y con sus manitas me cogió la poya y de un solo meneo se metió media en la boca. Eso fue una mamada y lo demás son tonterías, que lengua...que forma de chupar...el cuerpo humano es increíble....casi se la tragaba entera, con lo pequeña que es Elvira..., cuando iba a correrme siguió pajeandome a la vez que se metía la punta dentro de la boca... no se le escapó nada, todo lo que soltaba se lo tragaba, estaba como ida se le restregaba por la cara como una desquiciada...mientras me chupaba todo...pasamos el resto de la mañana follando y tocándonos.
La semana pasada no la ví, estaba fuera con su marido...pero hoy el trabaja...así es que supongo que tendré que subir a tapar algún que otro "agujero".
Espero que os haya gustado, si tenéis algún comentario podéis remitirlo a cardedeuserreta@yahoo.es