Elsita (4)

Elsita no tiene como escapar de nosotros. Continua en la cama recibiendo guevo, ahora por su culito de estreno...

Alexandra se dio banquete con Elsita. Largamente jugó con su culito y su cuquita recién desvirgada. Elsita estaba en un mundo dividido. Por un lado, Alexandra la tocaba, le mamaba los pezoncitos, excitándola y llevándola al borde de un orgasmo. Por otro lado, mi presencia a su lado, su violación, la tenía en estado de total aprehensión. Varias veces Alexandra le decía al oído "Vas a ser la nueva perrita de mi papi". Esto volvía a poner a Elsita en alerta y me miraba con rabia.

Al cabo de una media hora de juegos, mi guevo comenzó a pedir guerra nuevamente. No dejaba de darme un morbo terrible tener a dos perritas a mi merced, una por gusto y la otra por la emboscada que le tendimos.

Por señas le pedí a Alexandra que volviera a taparle los ojos a Elsita. Su boca seguía tapada por la media y pañuelo. Luego le indiqué que me la pusiera de lado, soltándola parcialmente, mientras le mamaba la cuquita y la obligaba en una forma lateral de 69. De esta forma, Elsita se relajó y bajó la guardia temporalmente sobre mi presencia y mi deseo de abrirle su culito. Alexandra fue una virtuosa en tocarla, mamarla y meterle dedos por todas partes. Elsita estaba a punto de venirse cuando aproveché, con ayuda de Alexandra, de enfilar mi guevo a la entrada de su culito y con un movimiento fuerte entrar hasta mitad de camino.

Elsita soltó un grito ahogado de sorpresa y dolor. Pero no tenía donde correr, donde esconderse. Mi guevo ya estaba clavado en su culo hasta la mitad. Me contuve por unos instantes mientras Elsita se agitaba y movía intentando escapar de la violación inevitable de su culo. Al cabo de un rato, se tranquilizó, un poco por la imposibilidad de evitar mi guevo en su culo y un poco por la lengua de Alexandra recorriendo su cuquita y su clítoris en forma experta. Entonces, comenzó mi lento proceso de sacar un poquito y meter un poquito mas, muy poco a poco, mientras Alexandra miraba en primer plano mi guevo en el culito de Elsita y se daba banquete comiendo su cuquita. Para impulsarme tenía mis manos en los pechos de Elsita, apretando sus pezones que rápidamente se pusieron duros.

Luego de un largo rato, poco a poco, mi guevo ya estaba completo en el culo de Elsita. Ella dejó de oponerse a las entradas y salidas de mi guevo. Ya el dolor agudo pasó y la lengua experta de Alexandra hizo su trabajo. Entonces le quité la media en su boca y comencé a besarla y decirle a su oído.

"Te gusta, perrita, te gusta que te cojamos por tu culito"

Elsita no respondió, pero tampoco intentó gritar o huir. Estaba montada en un mar de sentimientos contradictorios. Por un lado, estaba siendo violada en su culito sin su consentimiento, con un dolor que aunque disminuía, todavía la tenía en carne viva. Mis manos seguían apretando sus pezones, mientras le pasaba la lengua por el cuello y la oreja. Por otro lado, la lengua de Alexandra en su clítoris y sus alrededores mas la certeza de que no tenía para donde correr hicieron que se rindiera a sus sentimientos.

Súbitamente notamos que Elsita se venía con un poderoso orgasmo con mi guevo completamente adentro de su culo. Aproveché entonces para sacar mi guevo casi completamente y meterlo nuevamente en su ya abierto culo. Rápidamente, sin piedad ni consideración. El movimiento violento culminó con mi corrida completa en su culito mientras Elsita estaba completando su poderoso primer orgasmo anal. Por su lado, Alexandra, viendo nuestro movimiento y excitándose con la morbosidad del momento se vino también.

Quedamos los tres sin aliento por varios minutos mientras nos recuperábamos del poderoso momento vivido.

Finalmente, Alexandra, acercó su cara a Elsita y le dijo

  • Viste perrita, como gozaste con mi papi

Elsita no respondió

  • Vamos, dime que si eres nuestra perrita

Elsita se ruborizó, pero todavía no dijo nada

  • Vamos dilo, dijo Alexandra, dándole una cachetada a Elsita

Finalmente, Elsita aceptó

  • Si

  • Si, que, perrita - y otra cachetada

  • Si, soy una perrita.

  • No es suficiente, - dijo Alexandra - Tienes que decir soy la nueva perrita de mi papi y de Alexandra, mientras la agarraba por el cuello, obligándola a mirarla a la cara

  • Si, soy la nueva perrita de mi papi y de Alexandra - dijo finalmente Elsita, rindiéndose a su nueva condición.

  • Así me gusta perrita - dijo Alexandra, y luego se comió a besos a Elsita ante mi mirada cercana

Ya Elsita era nuestra. Ya nuestra perrita estaba domada...

Luego de esta tarde de sexo duro, llegó la hora de despachar a Elsita. Alexandra la ayudó a vestirse nuevamente sin olvidar meterle su consolador anal. Le hizo jurar que no contaría nada de lo ocurrido y la despachó de vuelta a su casa.

Finalmente Alexandra volvió a la cama, donde exhaustos por la tarde de sexo duro, nos dormimos una sabrosa siesta juntos. En la noche ya recuperados, tuvimos un maratón de sexo morboso, recordándonos mutuamente lo bien que salió el día.

Al día siguiente, Alexandra me llamó con una nueva preocupación:

  • Me llamó Luisa, la mamá de Elsita

  • Y?

  • Me llamó preocupada por Elsita, me dijo que la vio muy perturbada ayer en la noche. Me preguntó si yo sabía por que.

  • ¿Elsita no le soltó prenda?

  • No. Luisa solo la vio distante y se preocupó. Me dijo que le preguntó y que Elsita negó que hubiese pasado nada. Me llegó a especular que un novio puede haberse aprovechado de ella.

  • Bueno, tenemos un problema - le dije a Alexandra - ¿Quien quita que tengamos una oportunidad?

  • A que te refieres?

  • La mamá de Elsita está preocupada, verdad?. La mamá de Elsita no está nada mal tampoco?

  • No, no quiero pensar que estás maquinando

  • Si, piensa mal y acertaras. Invita mañana sábado en la noche a Luisa para hablar del tema. Le vas a ofrecer un cocktail especial. Yo estaré presente luego...

  • Eres un perverso - me dijo Alexandra

  • Bueno, tal para cual - le contesté

Esta historia continuará...

Les invito a hacer sus comentarios y valoraciones (negativos ó sobre todo positivos). En cualquier caso, quiero dejar claro que este relato es producto de mi imaginación, aun cuando pudiera volverse realidad...

Si lo desean pueden contactarme a eabfm@hotmail.com