Elsita (2)

Alexandra continúa disfrutando de la inocente Elsita, preparándola para mi.

Lamentablemente, no podía viajar a Caracas sino hasta dos días después. Alexandra insistía que fuera, pero el trabajo...

Al día siguiente a finales de la tarde recibí otra llamada de Alexandra. Su reporte de actividades, pensé.

  • Hola Alexandra, como estás?

  • Bien, cansada de tirar, pero bien

  • Bueno, cuéntame, que pasó hoy?

  • Efectivamente, Elsita vino pirada en la tarde. Venía con su uniforme y tocó el timbre. Le abrí, pero no la dejé pasar. Le dije desde la puerta, que estaba ocupada, que viniera mas tarde. Mentira, yo estaba esperándola, pero quería tenerla en ascuas.

  • y?

  • Le dije que yo la llamaría cuando estuviera lista. También le dije que le iba a dar unas instrucciones y cerré la puerta.

Alexandra me contó que la tuvo esperando dos horas, hasta que finalmente la llamó por teléfono a su casa y le dijo que podía venir, pero que primero debía arreglarse.

Los arreglos incluían bañarse, volver a afeitarse la cuquita, perfumarse y vestirse con una falda corta y una blusa. Pero nada debajo, sin ropa interior...

Al poco rato, Elsita tocó nuevamente la puerta de Alexandra. Venía bella con una minifalda de color marrón y una blusa blanca, que le quedaban muy bien. Antes de dejarla entrar, Alexandra verificó desde la puerta si había cumplido lo indicado. Efectivamente, Alexandra le metió la mano sobre los pechos y sintió que no tenía sostén. Sin embargo, cuando metió la mano bajo la falda notó que tenía una pantaletica blanca. Se puso furiosa y le dijo que si no obedecía no volvía a entrar a su casa. Elsita estaba que lloraba y Alexandra le dio un poco de sentimiento, pero se puso firme. Le dijo que regresara a su casa y volviera como ella le había pedido. También le dijo que iba a tener un castigo por esta falta.

Elsita regresó nuevamente a los pocos minutos. Luego de que Alexandra inspeccionó que estaba "rueda libre", la dejó entrar. Apenas cerro la puerta, Alexandra la empujó contra la pared y comenzó a besarla con pasión. Elsita devolvía los besos con desesperación. Alexandra le decía "Vas a ser una perrita buena, Elsita" a lo que Elsita decía que si.

La mano derecha de Alexandra bajó al pecho de Elsita y comenzó a apretarle los ya duros pezones, primero uno, y luego el otro. Su otra mano bajó a la falda, y metiéndose entre ella, subió a su cuquita afeitadita. Alexandra le decía "Así me gusta, perrita, buen afeitadita". Elsita se mojaba y excitada se dejaba tocar. "Hueles rico, perrita, me gusta tu perfume" "Es de mi mamá, un perfume caro que le regalaron, no sabe que lo usé" "mmm... me gusta el perfume de tu mamá, perrita".

Alexandra mantenía a Elsita contra la pared, y luego de un rato, la volteó, colocándola de espaldas, le subió la minifalda y le tocó las nalgas. Hizo que Elsita se mantuviera la falda arriba. Primero le dio un par de nalgadas y le dijo "Así me gusta mas, vas a ser mi perrita obediente?" "Si", "Si que, perrita" le preguntó Alexandra mientras le apretaba un pecho. "Siii...voy a ser tu perrita obediente". Entonces Alexandra le metió la mano entre las piernas, llegando a su sexo que estaba ya inundado. "A ver abre las piernitas, perrita" Y esto facilitó que Alexandra le metiera la mano, tocándole el clítoris y apretándolo suavemente con dos dedos. Luego de un juego de unos cinco minutos, Elsita estaba a punto de acabar.

Alexandra le dijo que no acabara hasta que le diera permiso. Y para dejarla caliente, dejó de tocarle la cuquita, pero llevó su mano a su culo y comenzó a meter un húmedo dedo. "A ver, que tenemos por aquí, perrita?" "Responde!" "Mi culo" "Tu culito de perrita" "Ayy.. Mi culito de perrita" "Que pasa, te duele" "Ayy... un poquito" "Lo tienes cerradito, pero eso vamos a arreglarlo, perrita" Y Alexandra le sacó el dedo del culito y la dejó contra la pared respirando agitadamente, a punto de terminar, pero sin terminar hasta que Alexandra le diera permiso.

"A ver perrita, te voy a tomar unas fotos, estate quieta hasta que yo te diga" Elsita estaba muy apenada, pero no se atrevió a contradecirla. Y efectivamente, Alexandra tomó una cámara y le tomó unas fotos así, contra la pared, con la falda subida, mostrando su culito. Alexandra le dio varias instrucciones "A ver, abre tus nalguitas con las manos, que se vea tu huequito" Elsita seguía apenada, pero igual obedeció. Luego la hizo doblarse y le tomó unas fotos donde se veía su clítoris, su rajita y el asterisco del culito... "Así me gusta, perrita, estás rica".

Finalmente Alexandra la hizo pasar a su cuarto y le hizo que se desvistiera mientras le tomaba fotos. Cuando la tuvo desnuda, la hizo acostarse boca arriba en la cama y acercó su cara a la cuquita de Elsita y procedió a darse banquete con el clítoris y la rajita de la carajita. Con una mano le abría los labios de Elsita para recorrer mejor su cuquita. Su otra mano bajó a su propio sexo y comenzó a masturbarse. Alexandra estaba en la gloria, pensando en lo sabrosa que estaba esta carajita que se estaba comiendo.

Le dijo, "Abrete bien, para que puedas gozar" y Elsita levantó las piernas hasta tocar sus rodillas con las manos. "Así, rico.. te gusta perrita?" "Si, si me gusta" "Te estas portando mejor, y ahora puedes venirte" Y Elsita tuvo un ruidoso orgasmo, que hizo que Alexandra tuviese otro, como una reacción en cadena.

Luego de recuperar ambas la respiración normal, se acostaron ambas desnudas en la cama y comenzaron a hablar de cualquier tema, como tenían costumbre. Al cabo de un rato, el tema regresó al sexo. Alexandra le dijo que tenía mucho por aprender y Elsita se mostró ansiosa de aprender.

Alexandra le tenía preparada una película porno, donde dos mujeres se hacían el amor, un poco como ellas. De pronto una de las mujeres sacó un consolador y se lo metió a la otra. Esto intrigó a Elsita y preguntó "Tu haz hecho eso?" "Si, si quieres ahora probamos" Y sacó de la gaveta de su mesa de noche un consolador vibrador. Se lo mostró a Elsita y le dijo. "Te voy a enseñar a usarlo, si eres una buena perrita"

Mientras tanto, en la película, apareció un actor, que comenzó a cogerse a una de las actrices, mientras ésta seguía haciéndolo con la otra. Elsita se sorprendió mucho, y Alexandra le preguntó "No has visto un guevo parado, excitado" "No, nunca" "Bueno, en esto también puedo enseñarte" "Te voy a presentar a mi papi, para que veas lo rico que es tener un guevo adentro"

Elsita se asustó, pensando que le podía doler y teniendo miedo en general al sexo masculino. Alexandra le dijo que no tuviera miedo, que ella la iba a proteger y llevar poco a poco hasta que gozara como una carajita en celo. "Además, yo soy la perrita de mi papi, y tu eres mi perrita, entonces, tienes que ser también la perrita de mi papi".

Elsita no estaba muy convencida, pero Alexandra le puso carácter y prendió el consolador vibrador y comenzó a pasárselo por el clítoris. "Así te gusta" "Si, me hace un poquito de cosquillas, pero me gusta" Alexandra luego lo llevó a su vagina virgen, colocándolo apenas en la entrada."Y aquí te gusta" "Si..." Elsita estaba ya suspirando. "Aquí no lo puedo meter todavía, este huequito lo va a estrenar mi papi" "Si.."

Alexandra siguió jugando con el vibrador y el sexo de Elsita, subiendo y bajando. Varias veces lo puso en la entrada de su cuevita, encontrándose con la pequeña barrera virgen. Elsita estaba en la gloria y ya quería que Alexandra se lo metiera. Pero Alexandra solo hacía un poco de presión sobre su himen. Luego de vuelta a su clítoris.

En un momento Alexandra bajó el vibrador hasta su culito y colocó la punta "Aquí te gusta, perrita" "Si.., pero me va a doler si lo metes" "Bueno, te dije que íbamos a resolver eso". Buscó en la mesa de noche un gel y un consolador anal pequeño. Con estos equipos se subió sobre Elsita en posición de 69 y le dijo que le mamara la cuquita, a lo cual Elsita comenzó. Alexandra estaba determinada a violar su culito, por lo que le levantó las piernas y comenzó nuevamente a meterle un dedo previamente embadurnado con el gel. Elsita ahora recibió el dedo con más facilidad mientras se entretenía con la cuquita de Alexandra. Luego, Alexandra, sacó el dedo y mientras le pasaba la lengua por el clítoris, procedió a meter, poco a poco el pequeño consolador anal en el culito de Elsita. Elsita se quejaba, pero Alexandra le mordía suavemente el botoncito y empujaba lentamente el consolador hasta que finalmente lo metió a tope. El espectáculo de tener a esta niña tan bajo control, la morbosidad de la situación y los besos de Elsita en su vagina hicieron que tuviese un ruidoso orgasmo. "Solo falta darle guevo para inaugurarle la cuquita" pensó "Ese trabajo se lo dejo a mi papi".

Luego continuó comiéndose a Elsita hasta que la hizo acabar, moviendo el consolador anal en su culito.

Alexandra le tomó una serie de fotos donde se veía claramente el consolador en su culito. Elsita se quejaba de la incomodidad, pero ya no le dolía. Alexandra la hizo temblar cuando con malicia le dijo que se fuera preparando, porque iba a recibir un guevo completo próximamente.

Finalmente, llegó la hora en que Elsita debía marcharse. Alexandra le sacó el consolador y lo limpió. Elsita se vistió como había venido, sin nada abajo. Alexandra le dio un fuerte beso de lengua y la despachó a su casa.

Quedaron en verse al día siguiente.

Alexandra sonreía, pensando en la sorpresa que le tenía preparada. Esta sorpresa, por cierto, me incluía...

Esta historia continuará....

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