Elsa esta sufriendo 9
El vino estaba calentando su vientre y su cabeza se sentía ligera. Abriendo la boca para tratar de salvar algo de su orgullo, solo tuvo éxito en romper lo que quedaba de ella en pedazos. -Yo no necesito un novio. Tengo a Anna.
Holis ya con el último capítulo de la semana que de disfruten:
Elsa empujó un montón de puré de papa alrededor de su plato, tratando de calcular la cantidad de salsa que podría ponerle antes de hacerlo lucir tan poco apetitoso que le perdonarían no comérselo. Estaba llena de todos modos, después de haber terminado el plato principal hace por lo menos media hora, pero la resonante e incesante voz de su tío viniendo de su izquierda le estaba haciendo imposible hacer un pretexto para irse.
De todos modos, no es como si fueran a dejarte ir. No han hecho su ronda de burlas hacia ti aún.
Se desparramó en su silla, dejando caer su tenedor, sonrojándose cuando resonó un poco fuerte contra la vajilla. La mesa quedó en silencio por un segundo y todos los ojos estaban puestos en ella.
Bueno, si antes no pensaban que eres minusválida, seguro lo hacen ahora.
Su tío entrecerró los ojos antes de estallar en una enorme sonrisa.
-¡Uh, oh! ¡Creo que ha tenido bastante vino! -rugió, riéndose del enrojecimiento facial de la chica. -¡Mira esas mejillas!-
Elsa quería meterse debajo de la mesa. -Solo he bebido una copa-murmuró, esperando que nadie la estuviera escuchando. Por desgracia, el corpulento hombre parecía haberla oído como un sabueso.
-Bueno, ¡eso no es suficiente, chica!-Agitó una enorme pata a su esposa-Pásame el vino, ¿podrías, amor?
Elsa trató de evitarlo poniendo una mano sobre el borde de la copa. -No, en serio, está bien. Estoy bien- insistió, pero su tío solo bateó su mano de ahí.
-¡Tonterías! -gritó, sirviéndole una enorme copa. -Aquí, ¡bebe!-Él la miró con expectación y Elsa se vio obligada a tomar un sorbo para aplacarlo. El vino estaba muy amargo y tosió un poco, aporreando de golpe la copa sobre la mesa derramando el líquido hacia fuera sobre el mantel blanco.
Hijo de puta, esa mierda es horrible.
Afortunadamente fue suficiente para su tío, y él le dio una palmada en la espalda bruscamente. -Ahí vamos! ¡De verdad, chica, ya tienes veintiún años! ¡Es tiempo de que disfrutes la Navidad como un adulto!
Oyó una risita suave venir de su otro lado. Anna optó por tomar un asiento al lado de su hermana, dejando a su más reciente acompañante, Kristoff o Chad McThundercock, como Elsa gustaba llamarlo sentando al otro lado de la mesa, situado entre su prima Rapunzel y su novio. La chica mayor estaba complacida de observar que Kristoff no estaba del todo feliz con el arreglo. Probablemente había planeado ponerse al toqueteo con su hermana debajo de la cubierta del mantel, y eso dejó a Elsa querer patearlo en las espinillas mientras nadie pudiese ver sus piernas.
Volviendo a mirar a la chica más joven, sintió que su corazón saltó cuando se dio cuenta de que las mejillas de Anna estaban un poco sonrojadas también. Ella llevaba el suéter verde de Navidad que Elsa le dio esa mañana, por lo que el tinte rosado destacaba aún más.
Jodidamente adorable
Anna hipó, cubriendo su boca mientras sus ojos se abrían como platos. Rapunzel sonrió desde el otro lado de la mesa.
-Shh, Anna- susurró. -¡Mi madre me mataría si se entera que tomamos el whiskey de tu papá!-La joven se limitó a sonreír de nuevo, balanceándose ligeramente en su silla.
Elsa fue una vez más sorprendida fuera de su silenciosa apreciación de una Anna un poco achispada por la resonante voz de su tío.
-Oye, Elsa, ¿dónde está tu joven acompañante esta noche?-Preguntó. Elsa juró haber visto el traqueteo de la mesa debido a las ondas de choque que sus gritos crearon. -¡Tu papá es notoriamente hermético sobre esas cosas, así que me imagino que mejor puedo preguntar directamente a la chica!
La pregunta la atrapó totalmente por sorpresa.
¿En serio? No me digas que no te lo esperabas, sabes que te lo preguntan todos los jodidos años.
Tratando de hacerse algo de tiempo, tomó su copa de vino, bebiendo otro sorbo. La mesa quedó en silencio de nuevo. Era evidente que todos estaban dispuestos a esperar el tiempo que tuvieran por su respuesta.
-Yo, uh -No tengo novio-chilló, y agregó rápidamente-... por el momento. No tengo novio por el momento.
Su tío la miró inquisitivamente. -Bueno, y, ¿por qué diablos no? Eres inteligente, bonita y toda esa basura que a la mayoría de los chicos les gusta. ¿Segura que tus estándares no son muy altos?
Puedes apostar tu culo a que lo son, ya que mi jodido cerebro no puede dejar de pensar en querer salir con mi propia hermana. ¿Cómo demonios se supone que algún normalfag compita con eso?
El vino estaba calentando su vientre y su cabeza se sentía ligera. Abriendo la boca para tratar de salvar algo de su orgullo, solo tuvo éxito en romper lo que quedaba de ella en pedazos. -Yo no necesito un novio. Tengo a Anna.
Tú. Jodida. Gigante. Retrasada. No hay absolutamente ninguna esperanza para ti en esta tierra. Puedes ahogarte también en esa copa de vino.
Su tío se echó hacia atrás, sorprendido, y en su visión periférica, Elsa vio a su madre moviendo la cabeza y a su padre dejar caer el rostro entre sus manos. Rapunzel se reía y los dos chicos se miraban uno al otro preguntándose cómo se las habían arreglado para engancharse con chicas que eran tan normales viniendo de una familia como esta.
Elsa no pudo soportar ver a su hermana, eligiendo en su lugar acabarse la colosal copa de vino de un trago. Estaba a punto de tragar cuando sintió la mano de Anna en su muslo, y la combinación de alcohol, frustración y vergüenza pura fueron demasiado para ella.
Vino salió disparado por su nariz y boca, todo sobre el aguado revoltijo de puré de papa y gravy en su plato así como el prístino mantel, un tazón de ensalada y las sobras del pavo. Las expresiones de los rostros a su alrededor iban desde divertidos hasta completamente horrorizados, y Elsa sentía como si estuviera a punto de desmayarse.
Con ojos llorosos y farfullando como loca, empujó su silla hacia atrás, saltando de la mesa. Lanzó una mirada al rostro preocupado de su hermana antes de murmurar una excusa para alejarse casi corriendo de la sala, escuchando su tía castigar a su tío por presionar a "la pobre niña introvertida."
Y esas palabras dolieron más que el alcohol quemando en su nariz.
Alguna vez han sentido que alguna sustancia le quema la nariz? Yo sí y por Dios como duele :c bueno ya saben yo es Domingo hoy regreso a la escuela con evaluaciones y congresos u.u pero bueno se aproximan cosas caóticas para Elsa, espero sus comentarios y correos hasta la próxima n///n