Elsa esta sufriendo 5
-¿Cuánto tiempo has estado enamorada de ella?
HOLISSSS COMO ESTAN??? Hoy les traigo un capitulo que es de suma importancia para la historia ustedes que piensan que sea? Sin más que lo disfruten:
-Te hemos reservado una sesión con un terapeuta- dijo su padre con severidad.
Elsa palideció ante la información. -¿Qué?-Sacudió la cabeza con violencia. -No. De ninguna manera. ! No voy a ver a un terapeuta!
Su madre intervino desde su posición junto a su padre en el sofá.
-Sí, lo harás- declaró. -Necesitas aprender a salir de tu caparazón. Pasas todo el día en tu habitación, y tus calificaciones son buenas a la vez...-Hizo una pausa, mirando al hombre a su lado, -estamos preocupados por ti. Deberías estar fuera, hacer amigos. Tener una vida social. ! Tener esa experiencia universitaria!
Elsa se recargó contra el respaldo de la silla en la que estaba sentada, mirando sobre la mesita de café a sus padres.
-No. Voy. Ni. De. Coña.
El rostro de su padre se contorsionó en una mueca enojada. -Sí, Elsa. Irás.-Señaló con un dedo en su dirección. -O bien, puedes estar sin internet durante el tiempo que decidas cuán infantil serás sobre esto. Es tu elección.
Elsa se levantó de su asiento. -! No puedes hacer eso! !Necesito el internet para la universidad!
Su padre no vaciló, imponiéndose sobre el resto de la sala de estar, voz fuerte y resonando en las paredes.
-Irás con la terapeuta, o que Dios me ayude! ¡te voy a arrastrar hasta allí yo mismo!
Sólo un poco aterrada ante la rara muestra de furia por parte de su padre, dejó que sus hombros cayeran, todavía mirándolo, trató de salvar lo que quedaba de su dignidad.
"!Já!. ¿Qué dignidad? No estaba enterada de que tuvieras una"
-Bien- dijo entre dientes. -Una sesión. Después te jodes, porque no iré a una segunda.- Con eso, ella salió de la habitación, sin saber que su hermana estaba de pie en la parte superior de las escaleras, después de haber escuchado a todo el intercambio.
Elsa se sentó con los brazos cruzados en la parte posterior del coche, mirando por la ventana, ignorando por completo a su madre y a su hermana sentadas en el asiento delantero.
-Gracias por dejarme pasar por la ciudad para dejar a tu hermana, cariño- dijo su madre, mirando a Anna rápidamente mientras se colaba a través del pesado tráfico del centro. -Espero que no se te haga tarde para la práctica de lacrosse.
La chica más joven se torció en su asiento para mirar a su hermana mayor, tratando de llamar su atención, pero sus palabras fueron dirigidas a su madre. -Está bien, mamá. Si esto ayudará a Elsa...- su voz se fue apagando. -Esto te ayudará, ¿verdad, hermana?
Elsa no respondió.
Está tratando de ser solidaria, pedazo de estúpida. No desquites tu patético enojo en ella.
Apartó la mirada de la ventana para mirar a los ojos de Anna, pero su hermana ya se había vuelto de nuevo hacia el frente. El corazón de Elsa se hundió.
De repente, el coche se detuvo y su madre subió el freno de mano. -Aquí estamos. Estoy estacionada en doble fila, Elsa, por lo que no puedo ir contigo. ¿Puedes entrar sola?
No, no quiero entrar ahí yo sola.
-Sí, mamá. Tengo veintiún años. No necesitas llevarme de la mano-le espetó, casi abriendo la puerta en el camino de un auto que venía. Después de haber el vehículo pasado, se aseguró de cerrar la puerta con mucha fuerza, con decisión, ignorando la mirada de su madre mientras cruzaba delante del parabrisas hacia la casa de piedra rojiza que albergaba a su nuevo terapeuta.
El vestíbulo estaba asquerosamente moderno, como si el Guggenheim hubiese vomitado dentro del edificio y alguien solo lo hubiese medio limpiado. Elsa cruzó el llamativo suelo de mármol y pulsó el botón para los ascensores leyendo el letrero enorme que con suerte le diría hacia donde necesitaba llegar.
O simplemente podrías ir a la azotea y saltar. Ahórrate el problema.
Las puertas de su lado se abrieron con un sonidillo demasiado alegre en conjunto y Elsa entró, pinchando en el botón del quinto piso, obligada a mirar su gruñón reflejo en la superficie cromada del panel. Frunció el ceño aún más. Se estaba burlando de ella.
Solo tienes a ti misma para culparte, idiota. Tal vez si hubieras disimulado mejor acerca de seruna introvertida no estarías aquí
Apartó los ojos del panel, y se quedó mirando a los números haciendo tictac hacia arriba en la parte superior del elevador.
Sus piernas estaban tan inestables que casi no podía salir de la maldita cosa cuando llegó al piso cinco. Obligando a sus pies a llevarla a la mesa de la recepcionista, dijo su nombre teniendo que repetir su nombre tres veces, porque la mujer detrás del mostrador estaba tratando de tomar una llamada telefónica y mascar chicle al mismo tiempo. Se dirigió hacia la sala de espera cuando le fue dicho sentarse, volteando los ojos a la mujer cuando se aseguró de que esta no podría verlos.
Colapsando en una incómoda silla de plástico, trató de no mirar al hombre de frente, que estaba murmurando para sí mismo y hojeando una revista al revés. Ella se sorprendió de su profunda concentración en la tarea de ignorar al hombre cuando oyó la voz de su hermana, demasiado alta para un ambiente interior.
!Elsa! -jadeó, con la cara un poco roja y ligeramente inclinada contra la pared junto a la escalera de incendios. -! Oh bien, no has entrado todavía!-Cruzó rápidamente la sala de espera para estar frente a su hermana, que se había puesto de pie, desconcertada, cuando se dio cuenta de que Anna estaba en el consultorio del terapeuta. -Tomé las escaleras porque los ascensores estaban tardando muchísimo y quería llegar antes de que entraras a tu sesión.
La chica mayor se quedó mirando a Anna, perpleja. -¿No tienes entrenamiento de lacrosse?
" Wow, bravo, eres toda una Sherlock. ¿Por qué no le dices también que se vaya a la mierda? "
Anna no pareció preocuparse por la insensible respuesta de Elsa.
-Sí, pero no es importante- puso sus brazos alrededor del cuello de Elsa y la atrajo hacia sí para darle un abrazo. -Pero tú si lo eres-susurró-y necesitaba decirte que te amo, no importa qué, ¿de acuerdo?- La chica se echó hacia atrás, buscando los ojos de su hermana. -Tú eres mi hermana mayor y creo que eres perfecta. Nadie me puede decir lo contrario.
Elsa apretó la mandíbula, tratando de detener las lágrimas crecientes en sus ojos.
"No hay absolutamente nadie en este planeta a quien te merezcas menos que esta chica. Así que trata de no ser un robot por cinco segundos, y muéstrale lo jodidamente increíble que es ¿puedes hacer eso siquiera?"
Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Anna y hundió el rostro en su cuello murmurando: "Yo también te amo, Anna."
¿Elsa? -dijo una voz amable desde la habitación de la terapeuta. Una mujer mayor con el pelo canoso y gafas delgadas estaba parada en el umbral, mirando a las dos. Elsa rápidamente se desprendió de su hermana, sin confianza suficiente para mirar a la chica mientras se dirigía a la puerta. Su corazón se hundió al estómago cuando la mujer cerró la puerta detrás de ella, bloqueando su vista de Anna. No se había dado cuenta, pero la presencia de su hermana la había consolado un poco, y ahora, que estaba por su cuenta una vez más, estaba aterrorizada.
-¿Esa es tu hermana?- preguntó la terapeuta.
"No, es mi abuela. ¿Quién carajo te crees que es? ¿Batman?"
-Sí-murmuró, tomando asiento en una silla un poco menos incómoda.
-Parece dulce.-La mujer estaba tratando de conseguir que Elsa se abriera. No estaba funcionando del todo bien.
-Lo es-dijo seca la joven, mirando a la manchada alfombra.
“Me pregunto cuánta sangre tiene que ser limpiada de esta alfombra de porquería cuando la gente decide cortarse las muñecas aquí."
La terapeuta intentó una táctica completamente diferente, una que tomó a Elsa totalmente desprevenida.
-¿Cuánto tiempo has estado enamorada de ella?
La cabeza de Elsa se levantó bruscamente. -¿Qué mierda me acaba de preguntar?
La mujer frente a ella escondía una sonrisa. -Te pregunté cuánto tiempo has estado enamorada de tu hermana.
La chica le dio una mirada de incredulidad, tratando de desviarse con sarcasmo. -No soy una experta, pero no creo que esa sea el tipo de pregunta que hace a su paciente al segundo que le conoce, doctora.
-¿Así que tú te ves como mi paciente?- La mujer presionó.
-Sí. No. No lo sé !mierda!- Elsa tiró sus manos al aire. -¿Importa? Mis padres le están pagando para pretender hablar conmigo durante una hora, puedo ser un puto payaso de circo si usted lo desea.
La terapeuta no dijo nada.
-Y no estoy enamorada de Anna. Quiero decir, la amo, pero no de esa manera. Eso es..."-fragmentos de un sueño asaltaron su mente. -! Es enfermo!
-Es tratable-dijo la mujer, de manera uniforme.
Elsa saltó de su silla, avanzando hacia la doctora.
-No necesito ser tratada. !Estoy bien tal y como soy! !Nadie parece entenderlo a excepción de Anna!-La chica cerró los ojos con fuerza cuando se dio cuenta de lo que acababa de decir, cerrando su puño y golpeando contra su frente. -!Mierda! No. ¿Sabe qué? Ya he terminado. Hemos terminado aquí.
Se dirigió a la puerta, la abrió dejándola abierta y manteniendo la cabeza hacia abajo mientras cruzaba frente a la recepcionista, indispuesta a que la distraída mujer la viera llorar.
-¿Elsa?-Una suave voz llegó a sus oídos. -¿Qué pasó? ¿Estás bien?- Anna estaba sentada en la sala de espera, obviamente queriendo asegurarse que su hermana estaría bien cuando terminara su sesión.
"Ella iba a sentarse frente a un esquizofrénico por una hora sólo para estar ahí por tu patético culo. Eres la idiota más afortunada del mundo."
La chica mayor se limitó a sacudir la cabeza, golpeando el botón del ascensor, impaciente, desesperada por salir de allí. Sintió a Anna tomar su mano y enredar sus dedos juntos, antes de besar a su hermana en la mejilla. -¿Quieres volver más tarde e intentar de nuevo?-susurró.
"Quiero quemar este lugar hasta la tierra"
Una lágrima solitaria rodó por su mejilla pálida. Anna comprendió.
-Está bien-dijo apretando la mano de Elsa. -Voy a hablar con mamá y papá. Les diré que... ¿qué quieres que les diga?
“Diles que pueden ir al infierno por obligarme a hacer esto."
Elsa se encogió de hombros mientras entraban al ascensor.
-Les diré que te quedaste toda la hora, pero que pensaste que fue 'más inútil que una puerta mosquitera en un submarino'-su hermana bromeó, haciendo su mejor imitación de la chica mayor. Obtuvo una risilla de Elsa.
" Dios, es tan jodidamente adorable".
Anna volvió a sonreír alegremente hacia ella, satisfecha de haber hecho a su hermana reír, y Elsa sintió que su corazón saltaba hasta su garganta.
" Quiero hacerte sonreír así todo el tiempo. Eres tan, tan hermosa. Te amo."
Los pensamientos de Elsa patinaron a un alto, y si no fuera por el hecho de que en ese momento estaba atrapada en una cabina que subía y bajaba y que era mejor conocida como ascensor, habría corrido hacia el tráfico venidero más cercano.
" Oh, Dios… Dios! Dios! Estoy enamorada de Anna."
Es increíble que no lo supiera no creen? Bien eh estado recibiendo diversos correos preguntándome cosas sobre la historia, de verdad gracias por tomarse el tiempo y a las personas que dejan sus comentarios de igual manera muchas gracias se les agradece mil. Y respondiendo a ellos de forma rápida y contundente xD sobre la propuesta de hacer una secuela sería interesante y efectivamente un reto lo pensare cuando sea el momento. Y de acuerdo con el comentario de Juli y por respeto a los que no conocen el fanfic se les pide de la manera más atenta posible que no den adelantos ni spoilers no por mí sino por ellos de verdad se los agradecería mucho.
Y por último un aviso a partir de hoy subiré cada capítulo los fines de semana que este en mi casa ya que yo estudio en un internado y solo algunos fines de semana voy a mi casa. Mi tiempo ya no será mío será de mi escuela. Por su comprensión gracias y hasta la próxima n///n