Elsa esta sufriendo 15

Oh, no. Lo sabe. Mierda. ¿Qué se supone que debo hacer ahora? Necesito salir de aquí. Solo- ¡vete! ¡Ahora!

Son una cantidad enorme los correos que recibo casi a diario de ustedes. Gracias por ellos y por los comentarios me animan mucho. Sin más aquí el siguiente capítulo:

"Solía tartamudear muchísimo. Cuando era más joven." Elsa jugueteó con sus manos, presionando un pulgar contra su palma. "Me asustaban algunas palabras, porque simplemente no podía decirlas bien." Entrelazó sus dedos, mirando a la mujer frente a ella. "Así que leía. Leía tantos libros como podía, para aprender otras palabras, diferentes maneras de decir lo que quería decir. Así no tendría que usar las que tartamudeaba más."

La terapeuta asintió como si entendiera. Es una jodida doctora, señora. Apuesto a que nadie le ha dicho que es estúpida o retrasada porque no podía decir una palabra en particular. "Ya veo. ¿Crees que es por eso que tus compañeros te molestaban?"

Elsa resopló. "Ojalá." Un suspiro ahogado. "No, ellos jamás me escucharon tartamudear. Porque no hablaba. Nunca." Estiró una pierna, echándose hacia atrás en la silla, cruzando sus brazos y mirando al muro sobre la cabeza de la terapeuta. "Mis maestros decían que era 'dolorosamente tímida'." Se río secamente. "Como si mi timidez los estuviese hiriendo." Cerró los ojos. "Traté de acercarme a la gente... tantas veces. Pero nada parecía volver a mi manera. Así que supongo que- supongo que solo me rendí, y decidí que estar sola era más fácil."

Elsa abrió los ojos de nuevo, con una fija y dura mirada hacia la mujer. "Los chicos me llamaban mierdas estúpidas como 'mutie'. Un pequeño idiota incluso pensó que estaba siendo inteligente cuando me dijo que el apodo era perfecto porque no solo era una muda, sino también lucía como una mutante." Una modesta sonrisa cruzó su rostro. "Lo que sea. Solo pretendí que el quiso decir que lucía como Emma Frost o algo así." Un flash de confusión cruzó el rostro de la terapeuta. "Ya sabe, ¿de los X-Men? ¿Mutantes?" Reconocimiento eludió a la mujer. Elsa hizo un ademán con la mano. "Olvídelo. No funcionó de todas formas. Aún me sentí como basura cuando él lo dijo."

La doctora se inclinó un poco hacia adelante. "Me alegra que me estés diciendo esto, Elsa. Pero, ¿puedo preguntar por qué escoges compartirlo ahora?"

Elsa entrecerró los ojos. "Pensé que querría saber el porqué era una fenómeno solitaria en la preparatoria, " espetó. "¿No es lo que a los psiquiatras les gusta saber?"

La terapeuta exhaló suavemente. "Sí, algunas veces. Si sentimos que tiene repercusiones en la manera en la que el paciente se percibe a sí mismo." Se quitó los lentes y los subió a su cabeza, colocando su libreta y pluma en la esquina del escritorio. "Pero, siento que hay algo más acerca de tu tartamudez que tuvo mucho mayor impacto en ti que chicos poniéndote apodos."

Elsa apretó la mandíbula, evitando la mirada de la mujer, golpeando un pie contra el suelo. Por el amor de Dios, solo dile. Ya sabe que estás enamorada de Anna. No hay nada más que puedas decirle que la sorprenda.

Jadeó un poco, aprovechándose de la pequeña llama de coraje lamiendo sus entrañas. "No pude decir el nombre de Anna como por cinco años, " dijo rápidamente. La llama murió y sintió un nudo formándose en su garganta. "Como desde los once a los dieciséis, siempre me tropezaba en la primera maldita sílaba. Pero, mierda, " Elsa luchó por contener sus lágrimas, " Anna... ella solo- nunca dejo que le molestara. Me defendió de todas las pequeñas mierdas en esa escuela, a pesar de saber que le destrozaba el hecho de que yo no pudiese decir 'gracias, Anna' ni una vez sin echar a perder las palabras como una retrasada."

La terapeuta frunció el ceño, pero su rostro era comprensivo. "¿Eso te hizo sentir desmerecedora de lo que ella hacía por ti?"

Elsa sintió una caliente lágrima caer por su mejilla. "Doc, no tiene idea." Se limpió con rabia. "Y encima de eso, podría decir que ella seguro pensaba que había hecho algo terrible que me hacía estar asustada de decir su nombre. Así que ambas nos sentimos como basura por un largo tiempo."

La doctora respiró hondo. "¿Estás dispuesta a decirme cómo superaste tu tartamudez?" Elsa negó con la cabeza, y la mujer sonrió de manera confortante. "Bien, está bien. Tal vez en otra-"

"No, no es eso, " Elsa la interrumpió. "Es solo que- no creo haberlo superado, de verdad. Está siempre ahí, en mis entrañas, como algún demonio malévolo solo esperando a emerger en el momento más inoportuno." Suspiró. "Quiero decir, sí, puedo controlarlo mejor de lo que podía cuando era una adolescente, pero algunas veces me toma por sorpresa. Como el otro día... " se fue apagando.

La terapeuta presionó para más información. "¿Qué pasó el otro día?"

La chica se aclaró la garganta, tratando de mantener su compostura. Su voz estaba temblando cuando finalmente habló de nuevo. "Fue justo después de que tuve ese arranque de ira del que le hablé antes... "

Anna había emprendido la ardua tarea de limpiar la habitación de Elsa después de su arrebato, empujando a la chica mayor a la cama y bromeando que no estaba permitida de tocar nada, 'porque mira lo que pasó la última vez que lo hiciste'. Elsa sintió la llamarada de vergüenza quemando sus mejillas, pero se las arregló para dar a su hermana una sonrisa condescendiente antes de sentarse en la cabecera, sus piernas empujadas bajo las desordenadas sábanas y una almohada aferrada a su pecho. Miró a la chica recoger los destrozados restos de su orgullo.

Eventualmente Anna se unió a ella, sentándose con las piernas cruzadas al pie de la cama, y dio un golpecito a la pierna de su hermana con la parte trasera de su mano.

"Así que... ¿vas a decirme qué pasa?" Preguntó. "¿Por qué te pusiste toda Bruce Banner en este lugar?" La referencia obtuvo una pequeña sonrisa de Elsa. "Al menos tu ropa permaneció, " bromeó.

La chica mayor se río entre dientes. "Gracias a Dios. Este es mi par favorito de jeans, " dijo tirando de la mezclilla.

Anna inclinó la cabeza y dio a su hermana una juguetona y exasperada mirada. "Ese es tu único par, genio, " respondió.

"Exacto, " Elsa dijo. "Razón de más para mantenerlos intactos."

Jodidamente increíble. Esta es la conversación más normal que has tenido con ella en meses. Años, probablemente. ¿Caíste en otra dimensión? ¿Una en donde no eres una completa idiota?

El rostro de Anna se puso serio de nuevo. "Elsa, " comenzó, mordiéndose el labio. "Estoy preocupada por ti. Nunca te había visto perder los estribos así, " dijo refiriéndose al resto de la habitación. "Sabes que puedes hablar conmigo sobre las cosas que te molestan, ¿cierto?"

La chica mayor le dio a su hermana una mirada de dolor. "Lo sé, Anna. Sé que estás dispuesta a escuchar. Siempre. Pero esto es-" negó con la cabeza, "no puedo hablar de esto contigo."

Anna juntó sus cejas, frunciendo el ceño. "¿Por qué no?" Estaba comenzando a impacientarse, y eso puso nerviosa a Elsa. "¿Qué podría molestarte tanto que tiras una silla contra la pared, y aun así no poder... hablar conmigo..." Sus ojos se abrieron sorprendidos. "Oh, Dios mío."

Oh, no.

Lo sabe.

Mierda. ¿Qué se supone que debo hacer ahora? Necesito salir de aquí. Solo- ¡vete! ¡Ahora!

Pero Elsa no pudo moverse. Su corazón latía rápido y estaba sudando balas. Sintió sangre drenarse en su rostro.

"Hice algo, ¿cierto?" Dijo finalmente su hermana. "Hice algo que te molestó y has estado escondiéndolo, ¿no es así?" ¿Qué? No- eso no es- Jesús, quiero decir, estoy jodidamente aliviada, pero esto no es- "¡Es por eso que has estado tan distante recientemente! ¡Porque en realidad estás enojada conmigo!"

"No, Anna-" Elsa trató de someterla rápidamente escalante irritación de su hermana.

"¡Dios, no puedo creer que me tomó tanto tiempo darme cuenta de esto! ¡No puedo creer que ibas a permanecer molesta hasta que me diera cuenta!" lloró la chica.

La chica mayor trató de interponerse. "Anna, espera, por favor. Solo cál-cálmate."

"¡Vamos, Elsa! Finalmente me he dado cuenta de que estás enojada, así que, ¿podrías decirme qué hice para que así pueda reparar esto?" Lanzó sus manos al aire, mirando hacia el techo. "Caray. Y pensar que he estado sentada en mi habitación cada noche preguntándome por qué demonios estabas siendo tan fría."

"Anna-"

"Quiero decir, no es que normalmente seas una extrovertida, sociable-" Ouch. "-pero la manera en la que me evitabas era anormal, incluso para ti." Bueno, eso sí es punzante.

Anna se inclinó hacia adelante, en sus manos y rodillas ahora, subiéndose a la cama, una mirada depredadora en sus ojos, pero totalmente diferente a la que había tenido esa noche del juego de verdad o reto. Estaba más enojada. Buscando el alma de Elsa. Hizo que arrastrara sus piernas hasta su pecho. "¡Necesitas decirme lo que hice, Elsa, así puedes dejarlo ir y gritarme y deshacerte de este estúpido muro que has puesto entre nosotras!"

"No puedo- "

"¡Solo dime!" Declaró la joven.

Elsa quebró. "¡No! ¡No puedo decirte!" Su rostro estaba todo enrojecido, una mezcla igual de pánico e irritación coloreándolo. "Por el amor de Dios, date cuenta, A-A-A-" Oh, Dios. No. No ahora. No esto de nuevo. Por favor.

Los ojos de Anna se abrieron sorprendidos, y se sentó de nuevo en sus talones, confusión y un tinte de dolor cruzando su rostro. Elsa presionó sus labios, deteniendo los rotos sonidos.

"Tu tartamudeo... " dijo la joven en voz baja. "¿Cuándo- cuándo volvió?

Elsa intentó forzar sus palabras, enojada con su lengua por traicionarle. "No lo volvió, " espetó. "No lo v-v-v-"

Hija de puta.

Estaba aterrorizada. El monstruo que la había seguido durante la mayor parte de la preparatoria estaba levantando su fea cabeza una vez más, y desatando la fuerza brutal de sus capacidades emocionalmente dañinas sobre su pobre y dulce hermana. Abrió su boca para intentar una tercera vez, pero la avalancha de ansiedad en su mente cerró su garganta y no pudo hacer nada más que lloriquear.

Anna intentó acercarse a ella de nuevo, colocando una mano en una de las rodillas de Elsa, pero la chica se apartó. "¡No!" se las arregló para decir. "S-s-so.. ¡Por favor, vete!"

La chica más joven lucía con el corazón roto, sintiéndose totalmente responsable por la reaparición del por mucho tiempo enterrado tartamudeo de Elsa debido a su innecesario exabrupto. "Elsa, lo siento-"

"¡Fuera!" Los ojos de su hermana mayor relucían con lágrimas de rabia. "A-a-a-"

Anna no necesitó oír la palabra para saber que Elsa quiso decir 'ahora'.

Deslizándose fuera de la cama, con el corazón aplastado bajo la montaña de culpa, se movió hacia la puerta, mirando con angustiados ojos a la forma de estremecimiento de su hermana, antes de irse al pasillo, la puerta cerrándose detrás de ella.

Es mi imaginación o Anna está llevando a Elsa al límite? Están pasando muchas cosas entre ellas dos.. que interesante