Elsa (1)
Lo deseaba, no lo esperaba, tener ese primer encuentro con mi suegra, fue maravilloso, seguirlo haciendo más aun.
Mi nombre es Gustavo, y esta historia sucedió hace exactamente 3 meses. Soy casado y tengo un bebe de 6 meses, y llevo dos años de casado. Poco tiempo después de conocer a mi esposa la conocí a Elsa y ella fue mi obsesión prácticamente desde el momento que la vi por primera vez. Siempre pensé que solo en mis sueños y en mis pensamientos sería mía.
Elsa, sin ser una exuberante mujer, tiene todos los atributos para ser deseada. Me la imagine fogosa, ardiente, apasionada y sedienta de sexo, motivado aún más en su mala situación matrimonial. Ella es de contextura chica, mide 1,62 cm, es morena, sus senos no son muy grandes, de cintura pequeña, buenas caderas, y las piernas son una delicia, tal vez las mejores que haya visto. Ella se viste como para no pasar desapercibida, en su vestuario no existen ropas que no realcen su excelente figura, remeras y blusas muy ajustadas, escotes sumamente sugestivos como para realzar sus senos, pantalones muy ajustados como para que no pase desapercibida su cola, a la que le agrega su toque insinuante al caminar, y polleras que realzan sus muy bien dotadas piernas en especial con provocativos tajos y faldas cortas, todo eso la hace muy sensual y provocativa en especial tratándose de una mujer de 49 años, todo eso hacía que yo estuviese súper excitado cada vez que la veía aunque sentía íntimamente que nunca concretaría nada con ella a pesar de que teníamos una relación excelente, pero la situación era conflictiva mas tratándose de que la mujer de quien estoy hablando era ni más ni menos que mi suegra.
Pero todo cambió cuando mi esposa tuvo que viajar al interior por razones laborales durante cinco días, yo me quedaría al cuidado del bebé. Ella no quiso pedirle a su madre que lo cuidase, ya que intentaba por todos los medios que sus padres recompusiesen la situación matrimonial (pero todo estaba muy deteriorado).
El primer día yo cuide del bebé pero la situación comenzaba a superarme. Al día siguiente Elsa llamó por teléfono para interiorizarse de la misma y entonces se ofreció a venir a casa a ayudarme.
Una hora y media después ella apareció por casa y yo enloquecí al verla, estaba más espectacular que de costumbre, ella se hacia alguna de sus ropas y no cabía dudas que la pollera llevaba su toque.
Cabello largo y suelto, una mezcla de pequeños rulitos que bajaban en forma de tirabuzones, su color un castaño claro. Ojos marrones delineados y párpados maquillados en un tono de marrón. Sus labios de un rosa suave y brillante , y una delicada cadena de plata en su cuello. Una blusa remera de color negro con pequeños lunares en blanco, finos breteles, hombros y brazos descubiertos, escote cuadrado y recto dejaban asomar las nacientes de su busto, pero lo entallado de su blusa hacían que estos se notasen más provocativos. La combinación de blusa y pollera realzaban aún más su pequeña cintura y su pollera, lo que era su pollerita, la tela elastizada pegada al cuerpo realzaban aun más sus caderas y sus nalgas brotaban divinamente por ella mostrando su curvatura y marcando una pequeña bombacha, su pollera culminaba en un borde blanco de unos 2 cm y se detenía a unos 10 de sus rodillas, mostrando sus piernas que eran espectaculares, llevaba unos zapatos negros abiertos sujetos a sus tobillos de taco tipo aguja muy altos.
Entró y dejó su bolso sobre el sillón, no cabía dudas que iba a instalarse en casa.
Fue a preparar la mamadera y yo tenia el bebé en brazos t ella preguntó:
E- Ayer debiste volverte loco ¿por qué no me llamaste?
G- Verónica no quiso que vinieses
E- Ay, por más que lo intente, entre su padre y yo está todo terminado, solamente convivimos bajo el mismo techo
Hubo un instante de silencio y ella dijo;
E- Me das al bebé?
Ella lo tomó de mis brazos y una de mis manos quedó atrapada en la blusa a la altura de sus senos y durante segundos pude sentir en el dorso de mi mano su seno,. Ella tomo el bebé y Elsa guiñó su ojo como respuesta.
Ella se sentó y me hizo vibrar con el panorama que ofrecían sus piernas, ya que la pollera me ofrecía la visión de estas mas allá de los 15 cm de sus rodillas, que no fue nada cuando cruzó las mismas y su pollera apenas las cubría, no sabia que actitud asumir, sentía que ella me estaba coqueteando. Algo iba a decir, pero ella se incorporó, el bebé se había dormido, y Elsa lo llevaba a su habitación, yo miraba su andar sensual y provocativo, su pollera hacia el resto, sus nalgas, su bombacha marcada en ella....
Entró en la habitación de mi hijo, y yo salí disparado tras sus pasos, ella estaba reclinada recostando el bebé en su cuna, y en esa posición su pollera apenas cubría sus piernas un poco más debajo de su bombacha, me miró, su mirada era angelicalmente provocativa, y comenzó a salir de la habitación. Lentamente como dejándome gozar su cuerpo. Cerró la puerta y dijo:
E- Cumplí como mamá?
G- Con creces
Yo me sentía excitado así que no me detuve y fui al frente, lleve mi dedo índice cerca de sus labios y dije:
G- Ahora debes rendir examen como esposa.
E- Espero que sea el más brillante de mi vida
Nuestros labios se unieron ardientes , apasionados, mis manos se depositaron en su cola y mientras acariciaba sus nalgas su lengua se introdujo en mi boca, y así entre besos y caricias fuimos hasta la habitación. Ahí nos fuimos quitando la ropa, Sus senos asomaron bajo un corpiño negro, jugueteó con sus manos alzando levemente su pollera y luego de unos segundos la alzó, llevaba una bombacha del mismo tono que su corpiño, y mostraba las bondades de su cuerpo. Giró para dejar la pollera y disfruté con sus nalgas y el empalme casi perfecto con la continuidad de sus piernas. De espaldas a mi se sacó el corpiño y giró ocultando con sus dedos entreabiertos sus senos, luego bajó sus manos los tomó por debajo mostrando sus pezones levemente erguidos y su aureola rodeándolos, y caminando hacia mi dijo:
E- Espero que te gusten
Caímos en la cama, ella sobre mí, sentí sus senos en mi pecho y dije "toda vos me gustas", se incorporó un tanto deslizo sus pezones por mi pecho comenzó a bajar hasta quedar arrodillada en el piso a los pies de la cama, bajó mi slip, mi pene estaba completamente parado, entonces lo sostuvo contra mi vientre con una de sus manos, y su legua ardiente fue recorriendo mis testículos y subió por el tronco de mi pene erecto lentamente, llegó al otro extremo, y comenzó a besar la cabeza de mi pene durante varios segundos, para luego introducirlo en su boca y comenzó a lamerlo, a succionarlo, yo me sentí volar, acariciaba lo que podía de su cuerpo, luego de unos segundos dijo: "no te contengas más, no me voy a detener hasta que acabes en mi boca" volvió a introducirlo en ella y no detuvo su succión hasta que mi pene explotó lanzando en su garganta el semen tan deseado, luego de deglutir hasta la última gota de el, fue a enguajarse la boca, volvió cerca de mi y se quitó la bombacha, que era lo único que me impedía ver su belleza por completo, se acurrucó sobre mi, empezó a besarme y mis manos tomaron contacto con sus pechos, mis labios se depositaron en sus pezones, los introduje en mi boca y comencé a notar como se erguían mientras los besaba, los chuponee, y succioné mientras ella gemía y se revolcaba sobre la cama: Luego mi pene erecto comenzó a jugar en las puertas de su vagina, ella gemía, gritaba se sacudía en la cama suplicando que la penetrase. Luego de jugar con ella mi pene excitado por demás empezó a avanzar, al hacerlo un profundo grito placentero partió de su boca, y continué avanzado dentro de ella y su cuerpo comenzó a agitarse, a convulsionarse cuando ella se estremeció entregando su primer orgasmo, Cuando se calmó continué entrando y saliendo de su vagina, recorriéndola con mi pene, sintiendo su lubricación y vibrando ambos, aceleré el ritmo, por momentos me detenía dentro de su vagina intentando prolongar ese momento crucial, hasta sentir que no podía más, se lo hice saber, mi pene explotó con furia lanzando en su interior la calidez de esa ayaculación tan deseada, su cuerpo volvió a agitarse y convulsionarse con un nuevo orgasmo, mientras nuestras bocas se unieron con desesperación acallando en parte los gemidos y gritos
Nos habíamos calmado, nos besábamos, nos acariciábamos, cuando un llorisqueo nos hizo interrumpir lo que podía llevar a un nuevo encuentro.
Volvimos a hacerlo por la tarde y lo de la noche fue apoteótico, pero esta será otra historia, merece tanto Elsa como el encuentro un capítulo aparte. que relataré en otro momento.