Eloy y Marisa - 5
Eloy termina por conseguir disfrutar de su polvo con Gloria, al día siguiente tiene que hablar seriamente con Yaiza sobre el trabajo que realizaran juntos Por su parte, Marisa recibe noticias de la dirección del Hospital en que trabaja sobre la convención
Eloy y Marisa - 5
Gloria estaba cabalgando suavemente a su cliente, mientras este se entretenía acariciándola el pecho con una mano, mientras que con la otra, no parecía estar muy seguro de que hacer. Tan pronto se la pasaba por el vientre, como por la cadera, como por el muslo, como le acariciaba el culo o nuevamente la llevaba al pecho libre. Ese hombre que tenía debajo de ella, era un cliente “raro”, estaba duro, muy duro de hecho, de eso ya se había encargado ella, pero le daba la impresión de estar follando con ella por compromiso, más que por desear hacerlo pese a haberla contratado.
Gloria normalmente aprovechaba el momento de ponerle el preservativo a su cliente para usar un lubricante vaginal sin que él se diese cuenta, de ese modo entre este y un poco que ella misma lubricase, el trago se pasaba bien. Sin embargo con este hombre no le había hecho falta, cuando llegaron a la habitación se sorprendió a sí misma, ya que estaba mojada, mojada como no recordaba haberlo estado en mucho tiempo con nadie. Y eso también era extraño, ya que este cliente no había hecho nada de nada por tratar de conseguir eso, es más, parecía ser bastante paradito e inseguro. Él, bajo ella, parecía no estar disfrutándolo excesivamente con el polvo, sin embargo, ese no era su caso, Gloria estaba gozándolo de verdad, sus gemidos y jadeos no eran para nada fingidos, incluso de lo que de verdad tenía ganas era de levantarse y quitarle el preservativo, de sentirle a pelo, de notar en cada rincón de su intimidad su semen cuando por fin lograse que se corriese… Obviamente no podía hacer algo así, no estaba tan loca, pero era lo que de verdad le faltaba para disfrutarlo por completo.
Eloy por su parte, estaba bajo semejante hembra, esta le cabalgaba como una amazona de lo más experimentada, entre su vagina y el tormento que eran sus caderas batiéndole, se sentía muy próximo a explotar en su interior. Tenía que reconocerse a si mismo que si esa mujer aun no lo había conseguido era por él, por su propia estupidez, concretamente por su puñetero anillo de bodas que no hacia otra cosa que descentrarlo. No paraba con su mano, trataba de ocultarlo para no tener que verle, para que su mente no divagara hasta Marisa, para no pensar en qué pensaría si supiese lo que estaba haciendo en esa habitación. Lo curioso y paradójico es que todo esto lo hacía sin dejar por ello de acariciar a la mujer que tenía encima, tratando de echarle ganas a la follada, pero una y otra vez, su mano terminaba sobre su pecho mostrándole el brillo de su anillo de bodas. Y no es que por verlo, le trajese exactamente remordimientos por lo que estaba haciendo, que no, para nada era eso, pues la verdad es que en u interior su matrimonio lo consideraba ya totalmente acabado. Lo que ocurria es que no podía evitar recordar la traición de quien pensó que sería siempre su más firme apoyo, devolviéndole todo ese dolor que sintió cuando la descubrió, y en el posible daño que le haría si se enterase de esto... una amarga ironía preocuparse por si le dolía a quien le había destrozado la vida. Lamentaba profundamente no haberse quitado ese maldito anillo antes de empezar a follar...
Gloria estaba que explotaba, trataba por todos los medios de exprimir a su cliente para poder correrse ella a gusto, pero joder, es que no había manera de hacerlo, el cabronazo se le resistía como hacía mucho que no veía a un hombre hacerlo, lo cual la excitaba aun muchísimo más, poniéndola todavía más cachonda si es que eso ya era posible. Debido a su situación, al vértigo que le proporcionaba su propio placer, a su ansiedad por hacerle llegar, había tardado en darse cuenta del problema, se detuvo un instante...
- ¿Quieres quitártelo? -le preguntó sujetándole la mano del anillo por la palma.
- Sí, creo que será lo mejor, que me lo quite... -con cuidado lo sacó de su dedo anular, dejándolo sobre la mesilla, para de seguido llevar ambas manos a los pechos de la chica...
- Y ahora cabrón…, fóllame, fóllame como nunca te has follado a una tía, fóllate a esta puta hasta hacer que me salga tu polla por la boca -le espetó Gloria.
Pillándola absolutamente por sorpresa, Eloy la hizo bascular hacia un lado, situándose en justo encima de ella, sin sacársela de dentro maniobro para situar sus piernas sobre sus hombros, haciendo de ese modo la penetración más profunda, arrancándole a Gloria un genuino gemido de placer. Eloy en esa posición, sin querer desvió la mirada hacia la mesilla donde reposaba su alianza. Pero por contra a todo lo anterior al verlo, ahora solo sintió rabia, dolor, enojo, e incluso algo de desprecio por la mujer que un día se lo puso en su dedo jurándole lealtad y amor eterno. El resultado de todo eso fue volcar sobre Gloria toda su rabia, su dolor y su furia contenida...
Sujetando sus piernas empezó a bombearla a un ritmo endiablado, clavándosela sin misericordia, no atendiendo el menor de sus gritos o sus suplicas de parar, sino que al contrario, con cada suplica, con cada grito, parecía que las embestidas de Eloy resultaban muchísimo más duras, más violentas, más invasivas, era como si desease que su polla cada vez penetrase con mayor profundidad hasta conseguir lo que ella misma le pidiese. Cuando Gloria se corrió, fue como una fuente, como si alguien le hubiese abierto un grifo en su coño, pensó que en cuanto él se corriese aquello terminaría, pero para su “desgracia” aquello no fue así. En la posición en que estaba, además de su coño, había otro de sus agujeros que mostraba un paso absolutamente franco... y a su cerebro no paraban de llegar sensaciones a cual más placenteras, descargando finalmente un pequeño orgasmo tras otro…
Eloy se las apaño para que las piernas de Gloria quedasen sobre sus antebrazos, de modo que sus manos llegasen a estrujar con violencia sus pechos, tirando violentamente de sus pezones, haciendo que su cuerpo acompañase esa tortura. Pese a lo que pudiese parecer, el coño de Gloria aún estaba muchísimo más encharcado que antes, la follada tan brutal a que estaba siendo sometida la ponía como una perra, deseaba que ese tío no se aclarase con lo que fuese que le sucedía y continuase haciéndola vibrar de ese modo todo el tiempo que quisiese.... Le besó el cuello, lamio sus pechos, metió un par de dedos en su culo y coño, se la folló por todos sus agujeros, probó incluso su esencia más íntima, pero no le dio ni un solo beso en los labios.
Las abdominales de Eloy le dolían, los brazos estaban tan bien como podían estar de soportar su propio peso, todo ello aumentando por las envestidas que daba contra la mujer. Gloria había pasado de los jadeos y gemidos directamente a los gritos mezclados con aullidos de placer por la violenta follada a que estaba siendo sometida por su cliente, sentía su coño completamente lleno, como la polla del hombre la barrenaba una y otra vez, como salía casi por completo, como poco más que la cabeza del Glande seguía en la entrada de sus sexo, para luego, con un fortísimo caderazo, la polla perforaba su coño como si fuese un misil reventándolo todo a su paso.
Sus brazos estaban aferrándose a la espalda del hombre, sus uñas clavándose violentamente en sus costados o sobre sus hombros, lo que únicamente parecía conseguir que sus caderas se moviesen aun con mucha más fuerza y velocidad contra ella. Pero al final, paso, sin el más mínimo gesto delator o aviso, Eloy saco su polla del coño de gloria, esta estaba absolutamente empapada de sus flujos, y sin advertencia de ningún tipo, se la enfundo en el culo hasta las pelotas, abriéndola en canal del modo más violento, el alarido tuvo que oírse en todo el hotel. Pese a cambiar de agujero, no cambio para el en lo más mínimo, al igual que había masacrado el coño de Gloria, en esos instantes paso a esforzarse todo lo posible por destrozarla su perfectísimo culo, completamente reventado ya a esas alturas por la polla de Eloy.
No era ni el tío mas cachas, ni el más guapo, ni la polla más grande que había tenido en su coño, ni el que más la había puesto, pero sin embargo, por algún motivo, ese hombre que tenía sobre ella lograba sacarla de quicio, conseguía que su cuerpo le reaccionase de forma instintiva, que replicase por si solo a sus movimientos. Se sentía poco menos que una yegua en celo siendo montada por un purasangre, estaba recibiendo una follada absolutamente brutal, le había dejado ya el coño casi en carne viva, su medio de trabajo camino directo para una "baja laboral". Lo "peor" es que ahora el cacho cabrón ese, parecía tratar de hacerle igual con su culo, llevaba ya varios minutos "machacándoselo" brutalmente, pero en esos momentos a Gloria esto no le importaba en absoluto, tan solo quería reventar de una puta de vez..., que aquello parase y alcanzase ya el tan ansiado orgasmo liberador que su dolorido cuerpo estaba pidiéndole a gritos en esos mismos instantes... ni sabía que numero de ellos haría cuando lo alcanzase…
El orgasmo de Eloy fue agónico, se corrió mientras su cuerpo parecía convulsionarse, algo que provoco que lecherazo tras lecherazo contra el preservativo consiguiese hacer estallar también por completo el cuerpo de Gloria, que termino corriéndose entre los mismos, o cuanto menos muy similares espasmos contra Eloy, sus cuerpos siguieron follándose mutuamente ya sin su control durante casi medio minuto más... Un jadeante Eloy soltó las piernas de la mujer que cayeron a plomo contra la cama, quedando este tendido sobre ella, apoyando su cabeza contra uno de sus pechos mientras los brazos de la mujer lo envolvían. Gloria estaba completamente sudada y destrozada, literalmente se sentía hecha una gozosa mierda, no podía ni con su alma... No sabía que era lo que le ocurria a ese hombre, pero estaba segura que lo que fuese era responsable de la follada que le acababa de dar, y que por lo de su anillo, debía posiblemente estar relacionado con algún problema con su mujer... Pero incluso así, estando casi segura de eso, hasta cierto punto la envidio por tener semejante hombre para ella.
De madrugada Eloy pago lo que ella le pidió sin el menor regateo, la verdad es que Gloria no le había cobrado la tarifa completa, le había hecho un más que importante descuento por varios motivos. Primero evidentemente por lo que le había hecho disfrutar, por cómo se había portado con ella durante todo el rato, y segundo, porque ni en un solo instante la hizo sentirse como lo que en realidad era, una puta. Cuando la mujer se marchó, Eloy estuvo tentando de meterse en la ducha, pero lo desestimo, prefirió echarse un rato para ver de aprovechar su cansancio y dormirse al menos dos o tres horas antes de que el despiadado despertador le hiciese regresar al mundo para mandarlo directamente a trabajar... Cuando este sonó por la mañana, se levantó refunfuñando, en esos instantes no le pareció tan buena idea lo de haber estado con esa chica, sobre todo por el escozor de determinadas parte de su cuerpo cuando se metió bajo la ducha...
Cuando estuvo preparado para salir llamo a Yaiza a la extensión de su habitación, quedando con ella en unos minutos para desayunar, luego de esto se pusieron en marcha en dirección a ver a sus clientes. Como siempre tuvieron una pequeña recepción, les dieron una visita por todas las instalaciones, les presentaron un número elevado de personas y prácticamente, ese primer día, excepto apretar manos, no hicieron nada de nada. Eloy no obstante, si observo ciertos movimientos en su entorno que no le gustaron, se enfadó consigo mismo por no preverlo y haber hablado con su secretaria antes de presentarse allí, pero por fortuna, tenía aun una muy fácil solución, aunque esperaría a regresar al hotel para hablar con Yaiza. Por el camino, quedó con ella para cenar los dos, aunque ya le dijo que tenían que hablar ambos sobre el trabajo que debían de realizar.
Por la noche, ambos se reunieron en el comedor del hotel, pidieron algo de entrantes y mientras estuvieron charlando distendidamente, especialmente Yaiza, a la que Eloy pregunto por la presencia de una Canaria como ella en Madrid. Llegado a un punto, durante el segundo plato, Eloy entro en materia con ella…
- Yaiza, quiero ante todo que me disculpes si te sueno algo brusco en lo que te voy a decir, no es mi intención, esta conversación tendríamos que haberla tenido antes incluso de salir de viaje, es un error mío.
- Bien, que es lo que tienes que decirme…
- Con lo que te enseñó Cristina, a estas alturas ya sabes que bajo un nombre rimbombante, en realidad lo que soy junto contigo como mi secretaria y ayudante, es un interventor. Nos vamos a dedicar a destripar completamente la contabilidad, la organización y aun mucho más que eso en esa empresa, a verificar que todo sea correcto, y después a propiciarles un plan operativo de contingencias para que puedan recuperar su economía.
- Si, de todo eso soy consciente, me lo explicó perfectamente Cristina… -le miró curiosa.
- Mientras estaban “recepcionándonos”, he visto como varios de los principales responsables de la empresa te han estado tirando los trastos de un modo más o menos sutil, ¿correcto hasta aquí?
- Sí, pero yo no les he dado pie a nada si te has fijado, yo… -la interrumpió levantando una mano como disculpa.
- Yaiza para, para por favor… No te estoy culpando de nada o diciéndote que hicieses algo mal, trato de explicarte la situación que se puede dar en este trabajo, y con lo que has de tener cuidado. Debes de ser consciente de la responsabilidad que llevamos con nosotros y de como de complicadas se nos pueden poner las cosas en un momento dado.
- Vale, lo siento, dime por favor –respondió dejando los cubiertos de lado para prestarle toda su atención.
- Bien, normalmente lo que encontraríamos sería una gestión deficiente o una mala política que puede darse de diversas formas, y a la que tendríamos que poner coto mediante un plan de viabilidad de la empresa, tanto para un caso, como para otro.
- Despidos, ¿no? –preguntó seria.
- No, no necesariamente. Si el problema por ejemplo es la gestión, los despidos ayudan poco, más bien solo lo empeoran todo, en ese caso el asunto se soluciona arreglando esta, no echando a gente a la calle. No quita para que pueda darse algún caso en que si, aunque personalmente me inclino siempre por la reorganización, no por los despidos. Además, no soy muy partidario de ellos excepto en casos muy concretos, desmotivan y suelen ser más contraproducentes que beneficiosos…
- Pero hay algunas ocasiones –continuo Eloy-, en que nuestro trabajo se vuelve excesivamente serio, complejo y muy complicado. Esto ocurre cuando detectamos ciertos “problemas”, los más habituales de este tipo, suelen darse con su contabilidad…
- Te refieres a cuando alguien roba dinero –interrumpió Yaiza.
- A groso modo sí, aunque no necesariamente solo por eso. Puede ser una contabilidad adulterada, en “B”, dinero desviado, proveedores o clientes inexistentes, facturas que no casan o no tienen justificación, mercancía vendida que no ha existido, compras que no aparecen por ningún sitio, y un largo etc. de situaciones irregulares, ya sean leves o graves. Ten en cuenta que en la mayor parte de las ocasiones hablamos de delitos… y que nuestra responsabilidad es enfrentarlos… Pero en estos casos alguien termina sistemáticamente ante un juez con un buen número de cargos…
- Lo entiendo, esa situación es muy seria…
- Eso es, en principio, hasta ver por donde respira la situación, toda persona de esa empresa ocupe el cargo o puesto que ocupe, es potencialmente alguien que nos es hostil, incluso la persona que nos ha contratado y aunque esta fuese el propio dueño de la empresa. Los trabajadores porque quizá teman que haya despidos, otros porque quizá hayan metido la mano en la caja, ocultado cosas para proteger sus puestos, etc… El resultado es que nosotros ni podemos, ni debemos “confraternizar” con nadie relacionado con nuestro cliente, como digo, incluido este.
- Esto supongo que viene a los “romeos” que se me han pegado durante nuestra visita, ¿no?
- Si, y no, es algo más complejo. Si alguien ha estado malversando fondos, desviándose dinero a sus cuentas, haciéndose facturas falsas o cualquier otra cosa de ese estilo, corre un muy serio riesgo de terminar en prisión, y contra más dinero más tiempo, pero también si no lo ha gastado del todo, quizá más recursos económicos disponga para “tratarnos”. Por ello debemos movernos con pies de plomo siempre desde el principio, por eso mismo nunca saben quiénes somos los que vamos a ir a visitarlos, hasta esta mañana tú y yo éramos solo dos visitantes más de la ciudad que estaban de turismo, ahora y en próximos viajes, ya no. Si descubrimos algo, a alguien le puede costar muy caro, por lo que intentaran lo que sea porque no se destape nada.
- ¿Te refieres a que podemos correr peligro? –preguntó preocupada.
- No físicamente por lo general, pero si, en cierto modo sí. Por ejemplo, si alguien está en esa situación y es alguien aparente físicamente, podría tratar de acercarse a ti o a mí para ver de averiguar que descubrimos. Si la cosa se pone seria, incluso podrían llegar más lejos, yo por ejemplo estoy casado –dijo Eloy señalando su anillo, y sonriendo con cierta tristeza al hacerlo-, y quizá tu tengas pareja, ese es un modo de tratar de solucionarlo.
- Te refieres a que nos hagan fotos o tomen imágenes comprometidas y con ello traten de forzarnos a pasarles por alto, ¿no?
- Sí, eso es, y eso es únicamente un ejemplo, por lo que lo ideal es centrarnos exclusivamente en nuestro trabajo y solo en eso. Dentro de unos días, en cuanto veamos por donde respirar, podrás relajarte o no, pero ten claro que con cualquiera que esté relacionado con esa empresa, nada de nada…
- Lo entiendo, y creo además que tienes toda la razón en esto, te agradezco que me lo explicases. No es que fuese a hacer nada, pero prefiero tener las cosas claras antes de poder meter la pata.
- Bien, por eso es que quería hablar contigo.
- De todos modos, si me permites serte totalmente sincera y no te escandalizas, aunque uno de esos “pesados” estaba buenísimo con un polvo de campeonato, yo trabajando soy seria, allí desde luego no habría tenido ni la menor oportunidad… En una discoteca o algo así, no te diría yo que no hubiese terminando echando un polvo con él –dijo riéndose mientras Eloy la miraba sorprendido por su franqueza.
- Vaya… -dijo
- ¿Sorprendido por lo que he dicho, por como lo he dicho o porque lo he dicho? –preguntó risueña, tanteando el terreno.
- Bueno, realmente supongo que un poco de todo, porque sí, me has sorprendido con una contestación tan clara.
- Jefe, después de la claridad con que me habló el primer día que me presenté, ya sabe, ese en que me puse “indispuesta”, y tras todo lo que me ha dicho sobre usted Cristina o las demás compañeras, de cómo es, sé que puedo serle sincera en cualquier cosa, obviamente con el debido respeto y sabiendo siempre, el momento y el lugar de ello.
- Ejem… creo que tendré una charlita con Cristina en cuanto regrese… -dijo Eloy divertido.
- Pero no sea muy duro con ella, se nota que le admira mucho. Pero sobre lo que hablábamos, este tranquilo que no hare ninguna estupidez, no tengo pareja desde hace unos meses, pero si tengo familia a la que supongo que ver alguna de esas fotos a las que alude no les haría la menor gracia.
- Bien, eso es lo que quería escuchar. No te digo que seas una monja, pero sí que tengas muchísimo cuidado, y que si ocurre algo, lo que sea, me lo digas para poder hacerle frente. ¿De acuerdo Yaiza?
- Sí, no te preocupes, si pasase algo o viese cualquier cosa extraña te lo diría...
- Perfecto entonces...
Durante el resto de la semana estuvieron ambos trabajando desde que se levantaban hasta el momento de acostarse para dormir, deteniéndose únicamente para comer, y eso dando gracias, ya que le estaban metiendo prisa desde la central de su propia empresa. Yaiza tuvo que quitarse de encima a varios hombres que la intentaron asediar sin logra nada de nada de ella. El fin de semana lo pasaron ambos en el hotel, bien en la habitación de él, bien en la de ella, en la cama sentados, o en la salita recibidor frente a la mesa, en su cuarto o en el de ella. Eloy para estar cómodo estuvo con un simple chándal y un jersey, por su parte Yaiza, aposto por unos mini short con un top que le dejaba al descubierto su vientre con el piercing de su ombligo en un primer plano.
De una cosa sí que se dio cuenta, en todo ese tiempo, algo que ciertamente la chocó. Había estado casi todo el rato junto a Eloy, y ni una sola vez de todas las que le había visto o sabido que contestase a su teléfono o al de la habitación, ni una sola, era nadie de su familia, a ella en cambio, le habían llamado su hermana, sus padres e incluso algún amigo o amiga en ese tiempo, a Eloy nadie, y tampoco sabía que él hubiese llamado a nadie. Concretamente lo que más la sorprendió, fue que especialmente en el fin de semana, ni una sola vez le escucho hablar con su esposa, y también ella, al igual que antes Gloria, se fijó en como movía inconscientemente en su dedo su anillo de casado, no pudo evitar preguntarse si quizá, algo fuese mal en su matrimonio, pese a que en tan solo los dos días en que estuvo en las oficinas junto a Cristina, había escuchado hablar de ellos a todo el mundo como de la pareja perfecta.
Eloy se había acostado esa primero noche con Gloria, había pagado por sexo porque no estaba nada seguro de como reaccionaria con otra mujer que no fuese Marisa. Quizá a cualquiera que lo escuchase le resultaría algo estúpido, puede que incluso patético por su parte, pero la realidad es que todo esto había desestabilizado su mundo por completo, y ese aspecto de sí mismo, no era ninguna broma para él, ni una excepción en su situación actual. El caso es que lo disfrutó, pues desde luego con alguien como esa chica, incluso un muerto disfrutaría, la creía más que capaz de algo así si se lo propusiese. El caso es que como se suele decir, ese primer bocado, le había abierto el apetito... y ahora quería más, quería volver a comer de nuevo otra vez. Quería “asegurarse” de que de verdad podía volver a levantar el vuelo nuevamente lejos de Marisa…
Por su parte Marisa esa semana estuvo tensa, muy tensa, nerviosa, muy nerviosa y de un humor bastante peculiar. Era la primera vez que no sabía dónde estaba Eloy, únicamente le había mandado un Whatssap notificándole que salía de viaje de trabajo, luego el silencio. No le dijo dónde iba, en donde se alojaría, ni cuando regresaría de nuevo, además de eso, tampoco llamó ni un solo día, cuando antes siempre lograba hacerse con tiempo para hablar con ella, además pensó en lo que contó sobre esa nueva secretaria que debería de acompañarlo, aunque dijo que en un futuro, pero sin especificar cuándo. Era una tortura, una absoluta y cruel tortura el estar así, sin saber, se sentía sola, muy sola, y mal, tremendamente mal, incluso celosa pensando que estuviese por ahí con esa “tía” nueva que tenía por secretaria, esa zorra vestida de puta por como la describió ante ellas que iba para la entrevista en aquel primer encuentro entre ambos, los celos la empezaban a poder.
El viernes encima le dieron la “gran noticia” de que había sido invitada a la convención, y para alegrarle más aun el día, le informaron que otro de los seleccionados había sido Alejandro, su ex amante. Aunque esto le ponía en bandeja la opción que barajo de provocar que la mujer de Alejandro igualase un poco las cosas, en esos instantes, esa sola idea para lo único que le servía era para amplificar los celos que ya sentía por lo de esa tal Yaiza. En otra situación, antes de que todo explotase, incluso el saber a Eloy en una isla desierta rodeado de putas hambrientas de sexo, le habría dado igual, ni se hubiese planteado que pasase algo, pero en la actual situación… No se fiaba para nada, pues era consciente de como veía las cosas en esos instantes su marido y la clase de mujer que parecía ser esa Yaiza por lo que escuchó sobre ella.
El mismo viernes antes de que saliese para casa, fue interceptada por Alejandro inquiriéndola para hablar con él. ¿El motivo?, el que Marisa supuso, la convención, en la que a ambos teóricamente les deberían de acompañar sus parejas. No quiso ni hablar con él, de hecho se lo dejo muy, muy clarito antes de empujarlo para seguir su camino, ellos dos fuera de cosas estrictamente laborales, no tenían ni media palabra que intercambiar. Si algo sabía de sobra Marisa, es que por culpa de lo ocurrido entre ambos su matrimonio estaba ahora mismo sujeto de un pelo, del pelo que aguantaba la vida de su madre, no podía, ni quería ponerse en la menor situación comprometida que pudiese llegar a generar una mínima duda a alguien. Fuese quien fuese ese alguien que pensase mal, y que por cualquier causa, luego eso pudiese llegar a oídos de Eloy. El hablar con ese mamarracho cobarde de lo que no fuese trabajo, e incluso mejor si eso era delante de testigos a ser posible, desde luego era correr un riesgo estúpido e innecesario que no estaba dispuesta a correr si podía evitarlo. Era consciente de que eso no implicaba para nada el que Eloy le diese una oportunidad siquiera o tan solo le hiciese reconsiderarlo por un segundo, pero si sabía positivamente, que cualquier cosa por estúpida que fuese, por el contrario, sí que conseguiría que esa levísima oportunidad fuese cerrada de forma permanente… y definitiva.
Marisa además tenía otro problema y quizá serio, durante toda la semana su hermana Blanca había estado muy apagada, o quizá fuese más correcto decir despegada de ella, y eso no era para nada normal en ella. No le había llamado ni una sola vez, lo que ya de por si era malo, ese no era el modo de comportarse de Blanca cuando sabía que Eloy no estaría, siempre trataba de hacerle la mayor compañía posible, y si no podía verla por cualquier causa, se lo explicaba, pero en esta ocasión, solo tenía el silencio por respuesta. Si bien en los últimos meses tenía que reconocerse así mima que su hermana había sido más una molestia que otra cosa. Primero porque le fastidiara por su amante al no dejarla maniobrar con total libertad, luego por todo el asunto actual con Eloy y su constante intromisión, pero en estos días, Marisa echaba muchísimo de menos a su hermana y la compañía que esta le hacía. En esos momentos sentía que la quería cerca, aunque solo fuese porque mientras se preocupaba por ella, le ayudaba a distraerse de pensar en Eloy, en donde estaría, si se encontraría bien y aun peor, celosa en que estaría haciendo..., incluso también llegado ese extremo, en con quien…
CONTINUARA