Ellen y la Sra. Owens (3/4)
La muchacha, ya convertida en sumisa, baja aún más en su degradación, al ver cómo se le impone tener ahora dos Amas para educarla convenientemente.
Ellen y la Sra Owens (3/4)
Para poder seguir el hilo de este relato es aconsejable leer los capitulos anteriores)
Capitulo 3.- Dos Amas mejor que una para domar a una sumisa
Eran las siete y veinte de la tarde y Ellen subía corriendo las escaleras hacia el apartamento de la Sra. Owens lo más rápido que podía… Había tenido un día terrible en el trabajo, pero sabía que las tardanzas eran inaceptables, sin importar la excusa.
Ella sonrió al pasar por delante de las puertas de sus vecinos… Esta era la tercera vez que la Sra. Owens invitaba a Ellen a su casa… Y también esta era la tercera vez que se veían y ya estaba totalmente en manos de la Sra. Owens.
Ellen se paró frente a la puerta y estaba a punto de tocar cuando recordó las palabras de su Ama... Tenía que estar desnuda, como una puta sucia, antes de tocar a su puerta sabiendo lo vergonzoso que era estar completamente desnuda en medio del pasillo.
Ella suspiró, sabiendo que la vergüenza no era nada en comparación con lo que la Sra. Owens podía hacerle… Se desabotonó la blusa y se quitó la falda a regañadientes… ¿ Realmente necesitaba estar completamente desnuda? ... Reflexionó de nuevo, recordando que la noche anterior, por usar un sostén y bragas, la Sra. Owens se los arrancó en un instante y la castigó… Y se lo quitó todo, quedando completamente desnuda.
Tocó a la puerta, completamente desnuda y se puso de rodillas ante ella, como una buena puta… Ella sonrió para sí misma… Era una sumisa, para ser usada por la Sra. Owens y cualquier otra persona que ella quisiera… Esperó en esa posición a que abriese su Ama, con los ojos bajos como una buena puta.
Una mujer negra, alta y guapa apareció en la puerta y miró a Ellen sonriéndole.
- "¿Puedo ayudarte en algo?", le dijo.
' ¡Mierda!... Me he equivocadode piso ', pensó mientras recogía toda su ropa y comenzaba a ponérsela apresuradamente.
“Lo siento mucho… Debo haberme equivocado de puerta… ¿Sabe dónde vive la Sra. Owens?"
“Ella vive aquí", le respondió.
“Entonces… ¿Quién eres?, le preguntó Ellen sorprendida.
“Soy la Sra. Brock, la amiga de la Sra. Owens... Tú debes ser Ellen... Me lo ha contado todo sobre ti, querida… ¿No deberías estar desnuda y arrodillada, Ellen?", le dijo mirándola y frunciendo el ceño.
Ellen miró a la Sra. Brock, aturdida y vacilando mientras intentaba superar la vergüenza inicial de estar desnuda frente a una completa desconocida.
Su vacilación fue castigada instantáneamente por una fuerte bofetada en la cara que hizo que Ellen volviera a la realidad… La expresión de la Sra. Brock había cambiado de un poco molesta a una mirada helada… Ella no toleraba los retrasos.
- “Cuando digo algo, debes hacer todo lo posible para cumplirlo de inmediato... La Sra. Owens, obviamente, no te ha enseñado lo suficientemente bien.”
Ellen se arrodilló y comenzó a desvestirse de nuevo… Si la Sra. Brock le contaba su comportamiento a la Sra. Owens, seguramente sentiría su ira una vez más… En unos segundos, ella se arrodilló obediente, y totalmente desnuda, con los ojos mirando al suelo ante las hermosas piernas de la Sra. Brock.
Y la Sra. Brock sonrió suavemente.
- “Bien, Ellen... Debo decir en tu favor de lo impresionada que estoy por lo indiferente que eres al estar desnuda ante una persona desconocida... Eso es señal de ser una buena puta... La Sra. Owens debe haberte enseñado algo, supongo.”
La Sra. Brock abrió la puerta y Ellen entró, con su bonito culo moviéndose mientras caminaba.
Ellen todavía no se consideraba lesbiana… En realidad era una puta, para ser usada por hombres o mujeres… Podía ver a la Sra. Brock como una dama muy atractiva.
Se quedó de rodillas, casi hipnotizada por el cuerpo de la Sra. Brock… La Sra. Brock se volvió y sonrió a la joven desnuda arrodillada ante ella… Señaló a sus pies y miró a Ellen.
- "Ven aquí, puta."
Ellen comenzó a arrastrarse inmediatamente por el suelo, con los ojos aún bajos... La Sra. Brock parecía ser más amable que la Sra. Owens… Quizá no se molestaría con ella si se atreviera a mirarla pero no lo hizo... A menudo, con la Sra. Owens, Ellen sentía que constantemente se esperaba que hiciera cosas que no podía hacer.
La Sra. Brock miró a Ellen sonriendo indicándole que mostrase su culo y ésta asumió su posición de inmediato.
- “La Sra. Owens se unirá a nosotras, pronto… Ella se ha ido a por algunas cosas para esta noche… Mientras tanto, creo que deberías mostrarme qué buena puta eres… Abre las piernas para mí, puta.”
Ellen rápidamente abrió sus piernas, mostrando su coño que se estaba mojando lentamente… Se mordió el labio cuando esta total desconocida comenzó a examinarla, palpando su carne y murmurando para sí misma.
Ella sonrió cuando se arrodilló ante Ellen y comenzó a acariciar su rostro suavemente.
- "Buena chica... Conoces tu lugar… Tienes suerte en ese sentido... He conocido a muchas sumisas que no sabían que lo eran y al final, tuve que mostrarles el camino… A veces por la fuerza.
“Recuerdo a una chica, de tu estatura, mulata británica, que acababa de llegar aquí, a los Estados Unidos... No era lesbiana… No sabía que lo era el BDSM hasta que un día, después del trabajo estábamos sentadas, charlando en un bar y entonándonos con tanto alcohol que yo me estaba sintiendo dominante, y ella, poco a poco, sumisa… La miré a los ojos y le conté mis prácticas, por así decirlo… Ella comenzó a asustarse, intentando irse.”
“Todas están asustadas la primera vez… Estoy segura de que incluso tú lo estabas, pequeña puta.
“Cuando ella se levantó para irse, temerosa de lo que le pudiera pasar, la agarré por el brazo, la atraje hacia mí y la abofeteé con fuerza en la cara… Ella estalló en lágrimas y me gritó que la soltara… Debería haber sabido que lo que más me excita es precisamente eso”... Ellen notó que la Sra. Brock se mordía el labio recordando este episodio.
"Afortunadamente para mí, el barman es un amigo mío, y hizo la vista gorda… A veces me pide usar a las chicas que capturo como pago por su silencio… Por lo general acepto, pero esa noche, él no estaba interesado y no sé por qué.
“Ella era una chica muy guapa e intentó escupirme en la cara... No podía aguantar eso... Agarré una servilleta impregnada de cloroformo y la puse en su nariz mientras ella luchaba... En segundos, estaba inconsciente... Me moví rápidamente y con la ayuda del barman la metí en el maletero de mi coche… El viaje no fue muy largo, por lo que no había ninguna posibilidad de que los efectos del cloroformo desaparecieran.”
“La llevé a mi apartamento, la desnudé y la até a la cama, amordazándola con sus propias bragas… Cuando se despertó, al principio estaba bastante enfadada, comprensiblemente… Pero después de un rato, ella sabía quién mandaba… La azoté, la golpeé, la abofeteé, la violé y la humillé.”
“La hice mi perra… Ella rogó, gritó y lloró… Todo en vano, por supuesto... Y luego, cuando me cansé, la desaté y la arrojé desnuda al rellano de la escalera.”
“Sé lo que estás pensando, Ellen… Piensas que esta mujer podría haber acudido a la policía y ahora estaría cumpliendo condena por violación... Pero ella no lo hizo… Sabía que ella no lo haría… He de decirte que hay mujeres que quieren ser dominadas e incluso estar encadenadas.”
“Fue sólo una cuestión de tiempo antes de que ella se arrastrara hacia mi puerta, tocara y preguntara, sumisamente, si podía entrar... De hecho, veinte minutos después, ella todavía estaba desnuda y seguía llorando.”
“Cuando abrí la puerta, se arrodilló de inmediato y me preguntó si podía quedarse… Me reí, la tiré del pelo, la metí en casa, la até de nuevo y volví a azotarla, golpearla, abofetearla y follarla… Al día siguiente, ella renunció a su trabajo y se convirtió en mi esclava... Desde entonces, no ha dejado mi apartamento.”
Ellen, arrodillada a sus pies, estaba asombrada por la historia que le contaba... ¿Cómo podría esa chica someterse tan voluntariamente? ...
Ella se miró a sí misma… Aunque en este momento no fuera la esclava de la Sra. Owens, podría llegar a lo mismo que esa chica… Ella había aceptado ser una puta pero no estaba preparada para ser una esclava, si bien reconocía su sometimiento, su sumisión… Pero llegar a más, era un tema diferente… Ella no quería dejar su trabajo, por ejemplo... Y había muchos otros asuntos a considerar.
Sintió una fuerte palmada en el culo y dejó de soñar despierta... Al parecer, la Sra. Brock había empezado a hablar de nuevo y Ellen no había oído ni una palabra.
La Sra. Brock se paró ante ella y le riño:
- "Odio tener que repetir las cosas... No me obligues a hacer eso otra vez.”
Se acercó a la mesilla, tomó un cigarrillo y lo encendió… Le dijo:
“Me encantan las perras blancas... He tratado de dominar a chicas negras pero no me gustan... Mi esclava no es blanca aunque tiene una hermosa piel mulata clara, que adquiere un color púrpura brillante cuando la azoto y golpeo lo suficiente... Así que envidio a la Sra. Owens tener una pequeña puta blanca para jugar… Es un sueño que tengo y creo que algún día encontraré una.”
“Mantén las piernas abiertas, Ellen.”
Ella golpeó rápidamente los muslos de Ellen, haciendo que gritara y separara más sus piernas, de modo que su coño estuviera bien expuesto a la Sra. Brock, que sonrió débilmente.
- “Mi Alguien es entusiasta, pero llegaremos a eso más tarde, Ellen. Ahora quiero ponerme al día con las noticias.”
Diciendo esto, la Sra. Brock se acercó a la televisión y la encendió antes de sentarse en el sofá, apoyando los pies en Ellen como si fuera un mueble.
La Sra. Brock fingió que Ellen no existía como persona mientras miraba la televisión… Cuando Ellen comenzó a cansarse, y su espalda comenzó a ceder por la presión de las piernas de la Sra. Brock, está cogió su látigo y azotó el culo de Ellen mientras murmuraba insultos, como “ No eres una buena puta ” o “ La Sra. Owens no estará contenta ”
Esto última asustó a Ellen… A pesar de lo aterradora que era la Sra. Brock, la Sra. Owens todavía le daba más miedo a Ellen.
Ella volvía a su posición original lo más rápido posible cada vez que sentía el látigo contra su culo, lo cual, le resultaba agotador.
Finalmente, después de que la Sra. Brock se aburrió de las noticias y se levantó a apagar la televisión, entró la Sra. Owens, llevando varias bolsas.
- “¡ya estoy de vuelta!... ¿Ya está aquí mi puta?... ¿Llegó tarde como siempre?”
Se volvió y miró a la Sra. Brock, quien ahora estaba clavando sus talones en la espalda de Ellen y riéndose de la expresión de dolor en la cara de la pobre chica.
- “Ella esta aquí… Me alegra ver que te has acomodado con ella, Britt.”
La Sra. Owens sonrió a su buena amiga, que había reconocido su llegada con un gesto y otro golpe en las costillas de Ellen.
"Me costó un poco de trabajo, Anne, pero finalmente pude someterla"... La Sra. Brock se lamió los labios, mirando a Ellen mientras decía esto… Sabía que si Ellen se hubiera atrevido a desobedecerla, la Sra. Owens estaría furiosa... Ellen tembló mientras las dos amantes hablaban.”
“Qué?... ¿Qué hizo mal la perra?”
La Sra. Owens miró a Ellen con su habitual desprecio, pensando en todos los castigos que podía administrar con cada error que Ellen había cometido.
- "Bueno, para empezar, ella no estaba desnuda y arrodillada cuando abrí la puerta."
Ellen abrió la boca en señal de protesta... Esto no era cierto… Estaba arrodillada desnuda y se levantó y vistió de nuevo tan pronto como vio a la Sra. Brock… Al instante, recibió una bofetada de la Sra. Brock en la cara y otra de la Sra. Owens en el culo… Y al instante Ellen se calló… No quería más problemas.
- “Por favor, continúa, Britt... Así que mi puta estaba siendo desobediente… No me sorprende... Ayer tuve que castigar a la perra por tener una rabieta… Ella olvidó su lugar... ¿Algo más de lo que deba saber?"
La Sra. Brock sonrió y produjo una lista de acusaciones fantásticas, que van desde hablar fuera de turno, a intentar escapar, e incluso intentar atacar a la Sra. Brock.
Ellen escuchó la lista con horror… Nada de eso era cierto, por supuesto… La Sra. Owens escuchaba impasible cada una de las acusaciones, hasta que la Sra. Brock acusó a Ellen de llamar a la Sra Owens, ‘ perra ’.
Ante esto, la Sra. Owens miró a Ellen, que ya no podía soportarlo más… Arrodillada como estaba, abrió la boca y dijo:
- “¡Ama, por favor!... Nunca llamaría perra a mi Ama... ¡No hice ninguna de esas cosas!”
Recibió una fuerte bofetada de parte de la Sra. Owens y una mirada fría.
- "¿Estás llamando mentirosa a la Sra. Brock?"
Ellen se mordió el labio y dijo:
- "Sí".
La Sra. Owens gruñó a Ellen, y acercó su cara a su boca tirando de su pelo con fuerza.
- "A ver, perra, corrígeme si me equivoco, lo cual es muy raro… ¿No es la Sra. Brock superior a ti, verdad?”
Ellen asintió con la cabeza de mala gana.
- “Entonces, ¿por qué debería creer a una vulgar puta sobre mi querida amiga la Sra. Brock?... ¿Por qué debería hacer eso, puta?
Cuando Ellen trató de explicarle, la Sra. Owens sacó su bastón y comenzó a golpear a Ellen.
- “Quiero una respuesta, perra!
“¿Por qué?... ‘Thwack’ ... Debería… ‘ Thwack y Thwack’ ... Creerte... ‘Thwack y Thwack’... ¡Dímelo, perra!... ‘ Thwack... Thwack y Thwack ’.
Ellen estaba llorando, con su culo rojo por los bastonazos recibidos.
"No lo sé, Ama", le dijo llorando para deleite de la Sra. Owens, quien dejó el bastón y miró a su puta.
“Más tarde te castigaremos por tus múltiples casos de insolencia, puta... Ahora tengo hambre... Compre un poco de comida del restaurante chino para la cena”, dio la Sra. Owens.
Ellen dejó de sollozar... Le encantaba la comida china y no había comido nada en todo el día... Se lamió los labios cuando vio a la Sra. Owens y la Sra. Brock caminar hacia la cocina para traer la comida.
Cuando regresaron llevaban comida para dos personas y Ellen comenzó de nuevo a preocuparse... Se sentaron, ignorándola, y conversaron sobre sus vidas... La Sra. Brock hablaba sobre su esclava Jaylin y cómo ayer la había enredado cinco veces, lo que hacía parecer como si la esclava no lo estuvo disfrutando y que ella era la única que disfrutaba de la experiencia.
A la Sra. Brock le encantaba causarle dolor y escuchar los gritos de piedad de su esclava Jaylin cuando el gran consolador que utilizaba, la penetraba... Y la Sra. Owens le contó sobre Ellen... De cómo tuvo que satisfacer al gerente del restaurante Hopper y cómo tuvo que limpiar los zapatos a una mujer desconocida en el inodoro.
Ellen se sonrojó cuando la Sra. Owens se lo explicaba con detalle a la Sra. Brock... Llamaba a Ellen, puta sucia, en voz baja después de cada historia que contaba de ella.
Ellen todavía estaba esperando su comida cuando la Sra. Owens y la Sra. Brock comían sus postres mientras continuaban ignorándola, hasta el final en que La Sra. Owens repentinamente fingió sorpresa cuando miró hacia abajo desde su asiento para ver a Ellen.
- “¡Oh!... Parece que estuvimos tan entretenidas hablando que nos hemos olvidado de alguien, Britt... Aquí hay una pequeña perra hambrienta que quiere algo de comida!... ¿Qué debemos hacer?”
Ambas fingieron reflexionar sobre este difícil dilema, antes de que la Sra. Owens se levantara y fuera a la cocina.
‘ Menos mal que me dará algo para comer’ , pensó Ellen sin sospechar nada.
La Sra. Owens regresó con una lata de comida para perros y un cuenco de perro, con el nombre Ellen grabado… Ellen al verlo, gimió.
La Sra. Owens sonrió maliciosamente cuando colocó el recipiente frente a ella, abrió la lata y vertió su contenido en el recipiente.
- "Cena servida", dijo riendo de su broma.
Luego dio un paso atrás para ver la reacción de Ellen, que era de total disgusto... Ella no quería comer eso... No le gustaba...Tenía grandes bultos de grasa y carne repugnante... La señora Owens la miró, sin impresionarse y le dijo:
- “Eres una perra y tendrás una cena para perros... ¿No es así?... Debes estar hambrienta.”
Ellen asintió dócilmente... Ellen contuvo el aliento y fue a recoger un trozo de comida para perros... Al instante recibió una fuerte patada en el culo.
- “Eres una perra... Así que come como las perras... ¡Boca primero!... ¡Sin manos!”
Ellen se estremeció, y, sollozando con humillación, lamió un poco de la comida para perros... La Sra. Owens todavía no estaba contenta con eso y le dijo:
- “¡Vamos!... ¡Ponle un poco de esfuerzo, puta!... ¡Come”
Tras decir eso, puso el pie en la parte posterior de la cabeza de Ellen y la empujó hacia la comida, manteniendo su cara sobre comida de perro durante casi un minuto.
La Sra. Brock reía a carcajadas mientras Ellen pedía piedad... Al final, la Sra. Owens le quitó el pie de la cabeza a Ellen y se agachó para hablar con la muchacha humillada.
- “Cómetelo todo, o tendrás aún más en problemas.”
Y Ellen comenzó a engullir esta basura, temerosa de lo que la Sra. Owens le podría hacer y para deleite de las dos Amas que se estaban riendo ante esta patética perra.
Una vez que Ellen terminó de comerse esa inmunda y maloliente comida, la Sra. Owens le enjugó las lágrimas mientras ella sollozaba por la situación en la que estaba.
Recordaba que comenzó la semana siendo una chica normal y en unos días se había convertido en una perra... Pensó que no podía degradarse más... ¡Que equivocada estaba!
Una vez que se comió todo el bote de comida y hubo lamido el cuenco, la Sra. Owens arrastró a Ellen por el pelo hasta la sala de estar, donde la Sra. Brock estaba sentada frente al televisor, hojeando los canales.
Ellen parecía confundida... ¿Era este su castigo?... Pero su corazón se aceleró cuando la Sra. Owens sacó un pequeño artilugio en forma de caballete de detrás del sofá y lo puso cerca de la pared.
Le ordenó a Ellen que se arrastrara hacia ella y luego la levantó cogiéndola del pelo, lo que provocó que ella gritara y que la Sra. Owens la golpeara los pechos con enfado.
Ellen se puso nerviosa cuando la Sra. Owens ató sus brazos al caballete y luego las piernas... Quedó totalmente indefensa y ahora que estaba así, la Sra. Owens comenzó a explicarle las reglas.
- "Vamos a ver este capitulo de humor en la tele, puta... Estás atada para así para disfrutarte yo cómo me apetece hacerlo... Cada vez que veamos una escena que me parezca divertida voy a ponerte una pinza en un pezón y si ya las tienes puestas te las pondré por el pecho.”
“Cada vez que toquen la guitarra alguno de los actores, te daré diez puñetazos en tu estómago... Cada vez que se haga algo estúpido, te retorceré los pezones y te los estiraré, aunque los tengas pinzados... Cada vez que se haga alguna tontería, voy a escupirte dentro de tu boca.”
“Cada vez que se diga algo que tenga que ver con la limpieza, te quemará la Sra. Brock con su cigarrillo... Cada vez que la audiencia se ría, te voy a morder las tetas... Y si algunos de los actores se besa, voy a coger este consolador, lo untaré con la salsa Tabasco y te lo meteré por el culo.”
Ellen miró fijamente a la Sra. Owens pensando que esto iba a ser un infierno... Su cuerpo estaba en manos del guion de la serie.
Miró nerviosa la televisión mientras comenzaba el episodio, mirando a menudo a la Sra. Owens, que estaba sonriendo con malicia a Ellen... Sólo pasaron un cinco minutos antes de que la joven actriz cogiera su guitarra y comenzara a tocar para el horror de Ellen, que comenzó a gritar cuando la Sra. Owens se levanto y golpeó su estómago desnudo diez veces seguidas con el puño cerrado... Ellen bajó la cabeza con angustia después de que la Sra. Owens hubiera terminado, pero ésta le levantó la cabeza por el pelo y la miró a los ojos, sonriéndole.
- "Olvidé decirte que después de cada cosa que te haga, me des las gracias, ¿entendido?”
Ellen asintió de mala gana y dijo:
“Gracias, Sra. Owens.”
"De nada, puta”, le respondió sonriendo.
Poco tiempo después Ellen comenzó a retorcerse de nuevo cuando la Sra. Owens la agarró del pelo y le ordenó que abriera la boca... Ellen lloró cuando la Sra. Owens escupió dentro de su boca, continuando su degradación.
“Gracias, Sra. Owens.”
"De nada, puta"… Ella sonrió de nuevo y la tortura continuó.
Ellen gimió cuando en la tele se hizo una broma… La Sra. Owens sonrió mientras bajaba su cabeza hacia los pechos de Ellen, abrió la boca y luego la cerró sobre su pezón derecho, mordiéndoselo, lo que provocó que Ellen emitiera un grito y luego dijera:
- "Gracias, Sra. Owens."
Ellen apenas había tenido tiempo suficiente de recuperarse antes de que en la serie de la tele se dijera algo sarcástico… De repente, una pinza de hierro era clavada en su tierna carne, provocando otro grito.
A la Sra. Brock todo esto le encantaba… Trató de agradecer a la Sra. Owens por hacerla disfrutar, pero antes de que terminara, en la tele se repitió el sarcasmo y pronto sintió otra pinza, esta vez en su pezón izquierdo... Luego sus pechos fueron atados sin piedad... Ella comenzó a sollozar, agradeciéndoselo siempre todo a la Sra. Owens.
- “Esto es más difícil de lo que parece... Britt, ¿podrías echarme una mano?”, dijo la Sra. Owens a su amiga.
La Sra. Brock aprovechó la oportunidad y se acercó a Ellen, que ahora estaba llorando de dolor... Tenía una pinza en una de sus tetas, sus pezones estaban doloridos y rojos.
Las escenas de la película continuaba y se dieron variadas situaciones casi seguidas por lo que Ellen sintió otras dos pinzas en sus pechos por parte de la Sra. Owens, y la Sra. Brock le ordenó que abriera la boca para escupirle dentro mientras le tiraba de los pezones.
Mientras tanto, Ellen agradecía a estas mujeres malvadas mientras se reían de su dolor.
Ellen sintió un dolor como ninguno otro, cuando la Sra. Brock apretó varias veces su cigarrillo encendido contra la carne de Ellen.
Las tetas de Ellen fueron mordidas de nuevo y su estómago fue golpeado dos veces más... Los castigos se convirtieron en continuos mientras gemía y agradecía los golpes a sus Amas.
Pronto comenzó a marearse de dolor por todas estas cosas horribles que le estaban haciendo a la vez y gritó, suplicando que parasen.
Tanto la Sra. Owens como la Sra. Brock se detuvieron y miraron a Ellen, que había sido golpeada y magullada por ellas… Sus pechos estaban sangrando, sus pezones en carne viva, su estómago golpeado y sus piernas cubiertas de quemaduras de cigarrillos... Tragó lo último de la saliva de la Sra. Owens y la miró, preguntándose por qué se habían detenido.
Continuará....