Ella,El y Rosaura

El, es atractivo,joven lo tiene casi todo,una esposa y un bebe en camino,pero aparece ella, sensual, en el sexo es una maquina,mala combinacion, los resultados,terribles...

A sus 24 años ha recibido la noticia de que va a ser papá, un sudor frio le recorre la espina dorsal y su ojo izquierdo se contrae, una opresión en el pecho lo ahoga y su cara refleja una angustia inesperada. Casi todos los hombres brincan de alegría al recibir esta clase de noticias, pero este no es el caso,

—se supone que nos estábamos cuidando no sé qué hicimos mal, pero ya está, estoy embarazada y ya tengo más de 1 mes, no te lo

había

dicho hasta estar segura, ¡tendremos un hijo! —dijo ella y su emoción parecía genuina.

El no salía de su asombro, se llevó la mano a la boca y se comenzó a comer las uñas de la mano derecha, —Me tomas de sorpresa y desde luego lo mejor será ir al médico y que se encarguen ellos, —dijo de manera

espontanea

,

aun con la mirada extraviada.

—¿Pero ¿cómo se te ocurre esto, de verdad estás hablando en serio, no puedo creerlo? —Dijo ella sin salir de su asombro, para esto ya estaba temblando de ira, estaba blanca y la barbilla se movía involuntariamente, —es lo mejor, bien sabes que yo no puedo hacerme cargo de ese problema, bien sabes que no puedo, voy a casarme con Rosaura y ella está embarazada de tres meses ya. —Dijo El nerviosamente y ya había cambiado de mano, las uñas ya no se veían, gotas de sangre escurrían del índice sin que Él lo sintiera.

Entonces ella, al comprender la noticia del embarazo de Rosaura y que era con ella con quien Él había decidido quedarse, comenzó a insultarlo y a reprocharle, la mirada amorosa fue reemplazada por un rostro desencajado, lleno de furia. —¡mira idiota! —Ya no era su amor, desde luego que no—. De

mi

no te burlas y mucho menos vas a verme toda panzona y dejada, no señor, desde luego que no,

El la miraba, incapaz de reaccionar, solo deseaba que ese momento pasara lo más pronto posible, pero no, lamentablemente no, —como sabía que esto podía pasar te tengo una propuesta, pero debes decirme ahorita mismo si estás de acuerdo, no puedo perder más tiempo, si quieres que aborte esta criatura, lo hare. —Ante esta resolución a Él se le iluminó la cara, al fin ella había aceptado, y sonriendo nerviosamente asintió con la cabeza, pero aún no terminaba de sonreír cuando ella dijo; —solo que hoy mismo, o máximo mañana antes de las once, debes darme sesenta mil pesos y pagar tú lo del aborto en el lugar que decidas, de no ser así, mañana mismo iré al trabajo de Rosaura, le contare todo, y le diré que desde hace seis meses somos novios y que cogemos casi a diario, mientras la pendeja te cree las estupideces que le inventas, ya verás, ya verás.—abrió la puerta del carro y se bajó, dando un portazo que el carro se cimbró. — espero tu respuesta mañana, estúpido.

Han pasado ya 3 horas, Él está en su casa recostado, ya el cenicero tiene   9 colillas, tres latas de cerveza vacías tiradas y los dedos de las manos sangran, ya no tiene uñas, su celular suena, con miedo observa quien llama; es Rosaura, una mueca de terror mas no de hastió se dibuja en su cara, sus manos vacilan, tiemblan, aplasta el botón verde, —amor ¿Cómo estás? ¿Qué tal te fue hoy? Ya ni me llamaste para vernos, hoy él bebe me dio pataditas, creo que te extrañaba también, mañana espero sea un mejor día y vengas a vernos, ¿sabes? Una amiga me dijo que vio a una mujer en tu carro hace cuatro días, le dije que tal vez a una compañera del trabajo la acercaste a su casa o al trabajo, y pues claro que no dudé de ti, no lo haría, no tengo

motivos, estoy

segura de tu

amor,

te amo, descansa mi amor y mañana nos vemos, ¿te parece?

Él contestó que así era, que la amaba, y que lo de la mujer en el carro, era una confusión, y que, por supuesto al otro día iría para verla, que la extraña , los ojos se le nublan, las lágrimas caen, se pone las manos en la frente, el dedo corazón está en la boca, sangra, dos colillas más le hacen compañía a las que ya había en el cenicero, el quisiera que el tiempo retrocediera y no haber llegado hasta esta angustia, llora, por momentos el pecho le causa una opresión que no lo deja respirar, la impotencia, el enojo lo tienen al borde de la locura.

Ya es otro día, el plazo fijado por ella está por concluir, él se fue al trabajo, solo por inercia cumple sus obligaciones, el teléfono suena, es ella, —espero ya tengas el dinero y el lugar adonde debo presentarme, porque si no en este momento me iré al trabajo de tu noviecita ya sabes a que.

Él le dice que en ese momento no tiene el dinero, que le dé tiempo, ella no cede, se mantiene en sus pretensiones, él le dice que como prueba de que si cumplirá, le depositará una cantidad menor mientras consigue la cifra acordada, ella acepta, al colgar, su desesperación aumenta, está perdido, no ve una salida, por momentos quiere ir y contarle todo a Rosaura, pero tan solo pensar que eso podría poner en peligro la salud de ella y él bebe, lo hace desistir, ya que aún tiene presente que su primer mujer perdió a su bebe por una discusión tonta en su trabajo, esto lo dejó marcado  y se angustia al pensar en esto.

Cuatro meses han pasado en esa angustia, de recibir llamadas, de prometer que ya reunirá el dinero, ya ha entregado una buena parte de lo exigido, tomando dinero de su trabajo y  lo demás con  préstamos, ya no duerme, a veces no come, cuando ve a Rosaura tan entusiasmada con el embarazo, se siente más miserable y ruin, ahora comprende que las caricias y el sexo  que disfrutó con su aventura no tiene comparación con el amor y la ternura que tan solo con una mirada le ofrecen en casa, la barbilla le tiembla y le cuesta mucho sonreír, el dedo meñique sangra, ya no existe la uña, se guarda la mano en el bolsillo.

Mientras espera el cambio de luz del semáforo, imagina a Rosaura angustiada, y reprochándole su engaño, diciéndole que no hay perdón para semejante traición, pero también se ve abrazando a su bebe y a la mujer que ama sin que ninguna amenaza les eche a perder esa felicidad, la luz verde coincide con una idea en su cabeza, Rosaura no se enterará nunca de esa traición, hunde el pie en el acelerador.

Ella le llama por teléfono, las exigencias ya cambiaron, ya no pide dinero, —¿sabes imbécil? Mi tía dice que es peligroso que yo aborte a estas alturas, y pues como te hiciste pendejo y no me has entregado todo el dinero, ya no quiero eso, ahora quiero un carro que este nuevo y te prometo dejarte en paz e irme con el problema y hacerme cargo yo, pero si no me resuelves mañana, entonces ahora si aunque no me des nada, ya nomas por “chingarte” iré a contarle todo a Rosaura, ahora si estoy decidida, solo un día tienes, no más, estúpido.

Él consiguió una camioneta y esta estacionado a 4 casas de la vivienda de ella, justo al fondo la calle termina en una pared de un edificio en construcción, a la izquierda hay una salida, misma que el conoce ya que muchas veces hizo este recorrido cuando pasaba por ella , El espera a que  salga, en la espera, recuerda las caricias, el sexo que le daba que hacían que olvidara toda promesa y lealtad a Rosaura y que esta se viera infinitamente inferior en el sexo comparada con ella, pero ahora esas sesiones de sexo no son nada con la ternura y amor que solo Rosaura le inspira.

Ya no hay retorno, la única salida es que ella salga y entonces acelerar al máximo para terminar con esa amenaza, con ese martirio, después huir y no pensar más en ese asunto, ella con su crueldad y exigencias se lo buscó, nadie es culpable, ella es egoísta y su maldad debe terminar solo así. Sumido en esos pensamientos y con las manos aferradas en el

volante  espera

que ella abra la puerta y salga.

Han pasado algunos minutos y aumenta la angustia de él, las ojeras y el temblor en el ojo izquierdo son más marcados, al fin se ilumina la habitación frontal, la puerta se abre, es

ella,  nota

el vientre abultado, distraídamente ella camina por la acera y se dispone a cruzar la calle.

Es ahora o nunca, el hunde el acelerador, el motor ruge y se lanza sobre ella, en esos segundos el vientre de ella parece agigantarse y ya no es un vientre abultado es un bebe igual al que Rosaura espera, no es una amenaza no le inspira odio, ve a Rosaura feliz cargando a su hijo, y sabe que el vientre agigantado de ella estará siempre con

el

y jamás podrá quitarlo de su mente. El precio de su felicidad será, cargar en su mente con

el

y soportarlo hasta el último día de su vida, el sacrificio vale la pena, Rosaura lo espera, no se detiene sigue avanzando, se aferra al volante, a más de doscientos kilómetros por hora se impacta, el golpe es seco, es mortal.

La mirada queda fija hacia la nada, se nubla, todo es oscuridad, su vida en segundos terminó sin sufrimientos, ella solo pudo ver como un relámpago se le

abalanzaba

, las luces la cegaron, y

cuando esperaba

el golpe, la camioneta viró y siguió su marcha hasta impactarse en la barda de frente, al final de la calle.