Ella V
Después del enorme parón que he tenido. Les vuelvo a dejar dos capítulos más
Buenas perdonen que haya tardado tanto en seguir subiendo. Pero he tenido que parar porque no me quedaba tiempo entre el trabajo y la universidad. Lo siento. Os dejo los enlaces de las anteriores recopilaciones para que podaís seguir la historia (que después de tanto tiempo... se habrá olvidado XD) Espero que para la siguiente semana pueda subir otro capítulo. Muchas gracias!
Ella I --> http://www.todorelatos.com/relato/103769/
Ella II --> http://www.todorelatos.com/relato/103806/
Ella III --> http://www.todorelatos.com/relato/103904/
Ella IV --> http://www.todorelatos.com/relato/104161/
Capítulo XV
SAMI
Las oleadas de placer estremecen todo mi cuerpo, que se encuentra atado al suyo. De repente todo ese placer inunda cada centímetro de mi cuerpo, estallando en un instante, todo el frenesí y el éxtasis, acompañado de mis últimos gemidos. Abro los ojos, y veo a Olivia, su pelo empapado se pega a su cara, su mirada penetrante vigila la mía. Su ropa empapada deja entrever su figura y su cuerpo pegado al mío, me trasmite un dulce calor. Oigo su respiración agitada mientras que la mía se relaja, mientras tanto, oigo constante el sonido del agua caer. Se guarda un profundo silencio, que nadie se atreve a romper, la miro y la sonrío. Su cara es un enigma para mí, baja la mirada, y mantiene una expresión indescifrable. Siento la presión de sus manos sobre mis caderas y siento que mis piernas se zafan a la suya. No quiero romper este candado que nos sostiene y nos une. No quiero pensar en lo que va a venir después.
Siento que la respiración de Olivia comienza a relajarse, y siento como poco a poco la presión de sus manos va decreciendo. La miro, ella no me mira, mantiene la mirada fija en el suelo. No sé qué debería hacer en estos instantes, no quiero volver a ser la graciosa de turno, no quiero volver a comportarme como lo que he venido demostrando que soy, no quiero fingir, no quiero seguir en este plan, solo quiero, en estos instantes hacerla mía.
Mis manos, se posan en su cuello, y un dedo acaricia suavemente su mejilla, le aparto el mechón de pelo y acaricio su mandíbula, llego hasta su mentón y lo alzo. De repente me mira y en sus ojos húmedos noto toda una serie de sensaciones, quizás temor, quizás arrepentimiento. Nadie habla, el tiempo se torna eterno, y noto como poco a poco, el agua caliente se acaba. Se me eriza la piel del frío y de su contacto. Nos hallamos en la misma posición nada cambia, solo mantenemos nuestras miradas, y ella mantiene el peso de mi cuerpo contra la pared. Mi cabeza no piensa, no halla una explicación, simplemente se queda en blanco. Mi cuerpo está totalmente relajado. Y, simplemente, me pide que me acerque a ella. La mirada se mantiene, mientras mis manos abandonan su mejilla y su mentón para entrelazarse alrededor de su cuello, la sonrío. Su respuesta se trasforma en un bufido y una mueca de sonrisa.
Acerco mi cara y la beso, un ligero roce que ponga en contacto nuestros labios. No ansío nada más, simplemente un fugaz roce, que me permita saborear sus labios. Olivia se aleja rápidamente de mi beso.
Olivia: Yo… yo…
Sami: Por favor, no digas nada.
Me mira confundida y turbada, vuelvo a intentar besarla, otro roce, otro efímero instante. Mis manos se sueltan de su cuello y acarician sus hombros. Olivia, hace de este beso un beso más intenso, más largo y pasional, donde la presión de sus manos disminuye y me permite volver a poner los pies en la ducha. Nos seguimos besando, y el agua ya cae helada. Sin deshacer el beso cierro el grifo. Sus manos se vuelven a dejar posar por mi cadera, mientras que la otra acaricia suavemente mis senos. Suspiro. La aprieto contra mi cuerpo, y la giro, la apoyo contra la pared, y comienzo a besarle el cuyo, suavemente. Su ropa esta fría y empapada. Noto que tras mis manos su piel tiembla. Vuelvo a besarla dulcemente mientras mis manos se cuelan por debajo de su ropa. El beso acelera y mis manos también, ella suspira, por cada beso que la doy. Nuestras lenguas chocan, y nuestros labios danzan en un frenesí intenso. Mis manos se aceleran y buscan desesperadamente quitarle la camiseta. Alza los brazos y por fin logro sacarle la camiseta. Nos volvemos a besar, cada vez más rápido, cada vez con más pasión e intensidad. Mis brazos juegan alrededor de sus costillas, dirigiéndose lentamente hacia su espalda, a donde se encuentra el broche de su sujetador. Mi mano derecha juega con el mientras que, la izquierda desabrocha el botón de su pantalón. Abro con una mano su sujetador, mientras sigue este frenesí de besos. El sujetador se mantiene debido a la humedad y el agua que resbala por todo su cuerpo. Lo arranco de un tirón y lo tiro contra la mampara de la ducha. Sus senos redondos quedan liberados de él, y se encarcelan bajo mis manos, los masajeo, y los acaricio. Mientras que los suspiros no cesan. No pienso en nada más que hacerla mía.
Mis besos se distancian de sus labios y pasan a su clavícula, acercándose peligrosamente a su pecho. Ella cierra los ojos y deja caer la cabeza hacia atrás apoyándose en la pared. Beso su cuello, lo muerdo, bajo por su esternón hasta llegar a su pecho. Los beso, los lamo, los saboreo. Sus suspiros han tornado en profundos suspiros. Mi mano se dirige a su pantalón, intentó bajarlo, pero, están totalmente empapados y se adhieren perfectamente a su piel. Olivia, me ayuda, entre las dos conseguimos bajarlo, aunque se quedan a la altura de las rodillas. Sigo apresada en sus senos, cuando ella me empuja contra su boca, nos volvemos a fundir en un apasionado beso. Intento bajar totalmente el pantalón, consiguiéndolo. No para de temblar. La miro a los ojos, buscando una señal que me permita continuar, al fin y al cabo, es virgen y no quiero hacer nada sin su consentimiento. Veo pasión y miedo en sus ojos, por lo que intento ser más cuidadosa con mis movimientos. Bajo lentamente mis manos por sus caderas, y mis dedos topan con su tanga. Mi mano la acaricia suavemente, mientras que la otra, busca el calor de sus muslos y continúa ascendiendo hacia su sexo. Donde comienza a ejercer una pequeña presión. Olivia respira intranquila y acelerada, su cuerpo sigue temblando y me jala contra ella, volviendo al fulgor de los lascivos besos. Siento sus labios estrellarse contra los míos, locos y agitados. Sigo ejerciendo presión contra su sexo y topo con uno de sus dedos. Me aparto y la miro.
Sami: ¿Quieres que… siga?
Me mira dudosa y me vuelve a besar, no necesito más confirmación. Le beso lentamente su cuerpo ya casi se ha secado al igual que el mío. La cojo de las caderas y comienzo a andar hacia atrás abriendo la mampara de la ducha y atrayéndola hacia a mí, saliendo de la ducha.
Sami: Vamos a mi cuarto.
Seguimos besándonos por el baño, llegamos al pasillo y me estampa contra la pared, por fin veo su cuerpo desnudo, abalanzándose con rapidez sobre el mío. Es preciosa. Seguimos el camino hacia mi cuarto perseguidas por la lujuria, entre besos y entre el contacto de nuestros cuerpos desnudos.
Llego a mi cuarto y abro la puerta con el pie. Cojo a Olivia por la cintura y la empujo contra la cama. Ella cae contra el blando edredón. Aprovechando la ventaja, me libro de su tanga y deslizo mis dos manos por la cara interior de sus piernas, y encorvo mi cuerpo hasta que mi pecho roza la cama, beso la cara interior de sus muslos, mientras mis manos juegan con sus senos. Me acerco a su sexo y suspiro, ella gime. Rápidamente comienzo a besarlo, y mi lengua traza unos breves círculos alrededor de su clítoris, ella posa sus manos sobre mi cabello, mientras gime. Los círculos cada vez son más rápidos ejerciendo una presión cada vez mayor. Ella, empuja mi cabeza hacia su sexo mientras jadea. Una de mis manos abandona sus senos y se dirige a su entrada, mientras mi lengua acaricia rápidamente su clítoris. De repente, estoy en su interior, mis dedos entran y salen con asombrosa facilidad. Cada vez más rápido. Ella me acaricia la cara, “acércate”, oigo.
Rápidamente mi cuerpo se recuesta sobre el suyo mientras mis dedos adquieren un ritmo vertiginoso. Ella araña mi espalda, suspira constantemente en mi oreja, noto que se tensa, su cuerpo comienza a temblar esta vez de placer, suspira, gime, me aprieta junto a ella, mientras se tensa cada vez más, se aceleran nuestras respiraciones, y, por fin, estalla su orgasmo.
Mi mano abandona su interior, y mi cuerpo se alza levemente sobre ella. Me mira, la miro. Y la beso tiernamente. Me recuesto lentamente a su izquierda, sin dejar de besarla. Cuando finaliza el beso, ella se gira hacia mí. Sus manos se enredan en mi pelo y mi pierna descansa en su cadera.
Acaricio su mejilla, mientras sonrió. Mientras sus ojos, intentan decirme demasiadas cosas que no puedo entender. Me besa, otra vez y siento que su cuerpo se acerca al mío. Nuestra piel entra en contacto. Nuestros brazos se hayan alrededor del cuello de la otra. Apoya su frente contra la mía, y suspira. Siento que debería de decir algo, pero no tengo palabras, no sé muy bien que decirle. Ella abre la boca para hablar, pero inmediatamente la cierra. Nos volvemos a quedar mudas. De repente, siento su piel tiritar en un breve escalofrío.
Sami: ¿Tienes frío?
Olivia: Si… dice con un susurro de voz.
Sami: ¿Nos metemos en la cama?
Olivia me mira y se ríe. – Si, por favor.
Nos metemos rápidamente debajo de la cama, me tumbo bocarriba en ella y me tapo, ella se aleja de mí. Hay silencio, de repente noto como se acerca, a mí y se tumba en mi pecho. La abrazo inmediatamente, ella me abraza con el brazo y pone la pierna sobre mi vientre. Noto inmediatamente, que su respiración se relaja. Se ha quedado dormida. Sonrío, acaricio su pelo y cierro los ojos, inmediatamente me quedo dormida.
Capítulo XVI
OLIVIA
Me despierto con los primeros rayos del sol. Es la primera noche en dos semanas que duermo bien, me desperezo sobre la cama, cuando noto que estoy desnuda. Este no es mi cuarto. De repente, aparecen en mi mente todas las imágenes de ayer. ¡Dios!, busco a Sami por el cuarto y no está. Veo apoyada sobre la mesita de noche, una camisa blanca larga, junto a ella, ropa interior. Me la pongo rápidamente y tan solo me abrocho los primeros botones de la camisa, quedando mi vientre desnudo. Salgo rápidamente a buscarla.
Y la veo en el salón, lleva unos pantalones cortos y una camiseta, esta totalmente despeinada y sostiene dos tazas de café. No me ha visto y se dirige hacia la mesa, en ella veo dos platos, y el desayuno.
Ando hacia ella, y me oye. Se gira hacia a mí y me sonríe.
Sami: Buenos días, ¿Café?
Olivia: Si, por favor. La sonrío.
Ella me tiende la taza de café y me mira. ¿Debo besarla?
Sami: ¿Desayunas conmigo, te he preparado un poco de desayuno por si tenías hambre?
Olivia: Muchas gracias, la verdad me muero de hambre.
Se ríe y me señala el asiento. Me acerco a él y ella se queda al lado mío, nuestras manos se rozan y me detengo, la miro a los ojos. Me acerco a ella y la beso. Me sonríe. Acto seguido me siento. Ella se sienta a mi lado.
Sami: ¿Qué tal has dormido?
Olivia: Estupendamente, la verdad caí como un tronco
Sami se ríe y me acerca una jarra con zumo, y me sirve un poco en un vaso. Yo, como rápidamente el desayuno. No hablamos mucho durante él, pues ambas teníamos miedo de la conversación que quedaba por venir.
Olivia: Sami, creo que…. Deberíamos de hablar de lo que pasó
Sami: Si, creo que sería lo correcto.
SAMI
La observo mientras desayuna evitando tocar el tema que debemos de abordar. Hasta que ella da el primer paso.
Olivia: ¿Sabes que no debemos repetirlo nunca verdad?
Me imaginaba que iba a decir eso. Algo en mí, todavía no se perdonaba lo que ocurrió anoche pero fue tan fantástico. En verdad, lo único que me apetecía en estos instantes era volver a besarla, llevarla a la cama y volver a hacerla mía. Además el conjunto que le había prestado, resultaba que le favorecía demasiado. Entre la blusa, entrevía sus senos y su perfecto vientre. Mientras que sus piernas quedaban al aire. Sé que no deberíamos repetirlo, pero, entonces. ¿Por qué me había besado por la mañana?
Sami: Si, lo sé.
Olivia: Yo… no sé qué nos pasó ayer, pero, no debemos. Me parece perfecto que hayamos hecho esta especie de tregua, hasta que Vanessa este bien, pero, es ella a la que ambas queremos ¿no es así?
Un jarro de agua fría cayó sobre mí en esos momentos. Debía de contarle la llamada de esta mañana a Olivia. Debería de contarle todo. Respire aire y me atreví.
Sami: Si, es cierto. Por cierto Oli… me ha llamado Ricardo, tiene noticias.
Olivia me miro sorprendida y expectante
Olivia: ¿Está bien? ¿Pasó algo grave?
Sami: No, no, simplemente se complicó. Pero… veras, el golpe… ha olvidado completamente el último mes, y tiene recuerdos borrosos de los demás. Los médicos no saben todavía si podrá recordarlos.
Olivia me miró presa del pánico, noté como cambiaba radicalmente de estado.
Sami: No te preocupes, Ricardo ya le ha contado todo. En cuanto despertó, Vanessa avasalló a preguntas a Ricardo. Lo sabe todo.
Olivia: ¿Todo?
Sami: Sí, que… bueno… tu… eres…
No podía decirlo, no podía. Era incapaz de pronunciar esas palabras
Olivia: Y que tú la besaste
Sami: Si, eso también.
Olivia: Tenemos que ir a verla.
Sami: No, Olivia, no podemos.
Olivia: ¿Por qué?
Sami: Ricardo me ha dicho, que Vanessa prefiere estar sola por el momento. Dice que no quiere vernos hasta que recuerde todo.
Ambas bajamos la mirada y nos centramos en el café.
Olivia: ¿Y que se supone que haremos hasta que podamos verla?
Sami: No lo sé.
Olivia se llevó las manos a la cabeza y se apartó el pelo, dejo caer las manos sobre la mesa, y acaricie su mano. Nos miramos. Olivia me miro mientras se mordía el labio. Miro su café vacío y miro mi taza. Soltó su mano de la mía.
Olivia: ¿Te ayudo a recoger?
Sami: Si, por favor
Llevamos todo a la cocina, la ventaja de tener una casa medianamente pequeña, es tener un salón-cocina. Fuimos camino de ella, dejé la taza en el fregadero, mientras pensaba en todo lo que había ocurrido la noche anterior, me recreaba en mi recuerdo. Quería seguir. Quería tenerla. Me sentía culpable, pero no deseaba otra cosa más. Deje la taza intentando quitar este pensamiento de mi cabeza, cuando me gire y ahí estaba ella, intentando dejar la taza. Nos miramos y sin pensarlo la besé. Olivia dejó la taza rápidamente y se dirigió a mi boca.
Comenzamos a besarnos frenéticamente hasta alcanzar la encimera, subí a Olivia en ella y me desabroche su camisa, nos besamos rápidamente, me quito mi camiseta. Su mano cogió la mía y la dejó sobre su sexo. Inmediatamente me libre de su ropa interior, y comencé acariciar su sexo mientras ella acariciaba mis senos. Rápidamente comenzamos un baile de pasión y lujuria. Ella me reclamaba y yo necesitaba su cuerpo. Comenzamos una danza interminable, llena de besos, suspiros y orgasmos. Donde ya no existían las palabras, ni el tiempo. Un círculo de pasión que terminaba y empezaba, dormíamos y nos dedicábamos a nuestros cuerpos. La cocina, el salón, el dormitorio eran nuestros únicos testigos y la culpa poco a poco se esfumaba con cada una de las múltiples caricias.
Capítulo XVII
En ese círculo paso la tarde, la noche, el alba, la mañana, la tarde del día siguiente y su noche, nuestros cuerpos desnudos exigían la calma que solo puede otorgar el sueño. No sabíamos porque lo hacíamos era una especie de instinto animal, una evasión de la realidad, donde la pesadilla siempre estaba presente.
Me acerqué a Olivia, besándole la clavícula.
Olivia: Por dios, más no.
Nos echamos a reír.
Sami: ¿Qué hora debe de ser?
Olivia: Pues teniendo en cuenta que se empieza a atisbar el sol, muy tarde
Sami: O muy temprano
Olivia: ¿Siempre tienes que llevarme la contraria?
Sami: No
Olivia: ¡Ves!
No hice caso de las palabras de Olivia, mientras miraba el despertador. Eran las 6:30 de la mañana.
Sami: Son las 6:30 de la mañana. ¿Qué tal si dormimos un poco?
Olivia: Si, la verdad estaría bien.
Me acerqué a ella, y la abracé. Acerque su cuerpo contra el mío, y en un instante nos quedamos dormidas. Un sonido nos despertó, miré aturdida el despertador, eran las 12 de la mañana, miré a mi hombro y ahí estaba, Olivia, envuelta entre las sábanas, con su pelo cayéndole sobre la espalda, que se vislumbraba entre las sábanas. Estaba preciosa, apoyando su brazo alrededor de mi vientre y su cabeza en mi hombro. Intente zafarme de su abrazo sin despertarla. El sonido procedía de mi móvil. El led de mi móvil parpadeaba como loco, tenía demasiados mensajes pendientes, correos, llamadas perdidas. Por un instante volvió a la triste realidad, Vanessa.
La llamada era de un móvil desconocido.
Sami: Hola, ¿Quién es?
Desconocida: La mujer que te ha salvado la vida.
Sami: ¿Perdón?
Desconocida: ¿No tenías que acudir a la Universidad para poder entregar el borrador de la investigación?
Sami: ¡Oh Dios mío! Gabi, Dios, se me había pasado totalmente
Gabi: Lo supuse, ¿Dónde estás?
Sami: En mi ciudad, ya te contaré
Gabi: Omm.. intentando recuperar a la tal Vanessa
Sami: Si, más o menos
Gabi: ¿Va todo bien?
Sami: No, bueno… no lo sé
Gabi: ¿Quieres contármelo?
Sami: No, no. Me tendré que poner a trabajar… además no me apetece hablar mucho del tema.
Gabi: De acuerdo. He pedido un aplazamiento, pero total con lo que hicimos en la semana de excavación, creo que es suficiente. Aunque la presentación nos la deberíamos de trabajar bastante, tenemos que convencer al comité.
Sami: ¿Quién la presentará?
Gabi: Se supone que tú. Además, no tenías que pasar por tu universidad. ¿No te habían admitido como profesora adjunta de investigación?
Sami: Sí, se supone que sí. Aunque los horarios son muy moldeables. Como que son a mi entero gusto, trabajo desde casa. Entonces, de la presentación…
Gabi: Me ocuparé yo. El lío que tengas entre manos ya puede ser gordo. Deberías de contármelo simplemente por el enorme favor que te voy a hacer.
Sami: Dios mira que eres cotilla. Es muy desagradable, además me juzgarías. Me juzgo hasta yo.
Gabi: ¡Qué va! Somos amigas ¿no?
Calibre la posibilidad de contarle todo el asunto a alguien tan ajeno a la historia como era Gabi. Además, desde que me fui y entré a trabajar para los proyectos de investigación, siempre me ha ayudado. Es una gran amiga. Quizás me pueda aconsejar, o por lo menos, podría liberarme un poco de la culpa, con un poco de suerte. Así que me decidí a contárselo todo, mientras me ponía un improvisado pijama, entre las ropas que había en el suelo de la cocina.
Sami: ¿Estas sentada, porque esto va para largo?
Hablé y hablé y me desahogué. Veía mentalmente la cara de Gabi sorprendiéndose por cada palabra que decía.
Gabi: Vale, vale, vale. Entonces, espera que recapitule. Te presentas ahí, besas a Vanessa la cual había empezado a salir con Olivia. La cuál era su novia. Acaba en el hospital en coma y amnésica perdida. No recuerda nada, y solo recuerda que hace poco la dejaste. Y te tiras a la susodicha Olivia. Es decir, te estas tirando a la novia de tu exnovia, la cual querías que fuese tu novia.
Sami: Si, como resumen no está mal. ¿Qué opinas?
Gabi: Que estas como una regadera. Te pasas meses rechazando todo contacto con mujer, y acabas con ella.
Sami: No preguntes porqué, porqué ni yo lo sé.
Gabi: Vas a hablar con Vanessa
Sami: No quiere vernos a ninguna de las dos por el momento
Gabi: ¿Te sorprende?
Sami: La verdad es que no
Gabi: Tienes que hablar con ella. Y con Olivia.
Sami: Lo sé. Gabi, siento tener que colgarte. Pero debería ponerme a trabajar.
Gabi: ¿Tienes el registro?
Sami: Si, ahora te enviaré el guión de la presentación.
Gabi: De acuerdo.
Sami: Bueno, pues
Gabi: Sam… no te preocupes vale. Todo se solucionará.
Sami: Gracias.
Gabi: Hasta luego
Sami: Adiós.
Colgué el teléfono, y me encamine hacia mi despacho. Abrí la puerta y vi todos los papeles perfectamente desordenados, vi mi pizarra con un montón de fechas, nombres y flechas que interconectaban todo. Vi los planos del yacimiento que terminé de escavar. Sonreí y me dispuse a ordenarlo todo. Una vez que apilé y clasifiqué los papeles, me serví una taza de café. Y me dispuse a trabajar. Puse un poco de música baja para no despertar a Olivia. Me quede absorta en mis propios papeles y conclusiones. Adoraba mi trabajo, exigía una concentración que aplastaba todos los problemas que podían merodear por mi cabeza. Cuando de repente oí un ruido. Era Olivia que estaba apoyada en el marco de la puerta y golpeaba con sus nudillos esta.
Olivia: ¿Tienes una mala costumbre sabes?
Digo mientras se encaminaba a mi tan solo con una camiseta blanca, que gracias a la luz del Sol, permitía que viese toda su figura.
Sami: Ah si cual.
Olivia giró mi silla, y se subió a mis rodillas deslizó sus manos alrededor de mi cuello.
Olivia: Dejarme abandonadas a las chicas en tu cama.
Me reí.
Sami: No mujer no, solo te abandono a ti.
Olivia: Ah, mucho mejor donde va a parar.
Hizo un ademán de enfadarse, pero acto seguido clavo sus labios sobre los míos. Deslizo sus manos entre mi camisa y acarició mi vientre en dirección descendente.
Sami: ¿Te has despertado guerrera?
Olivia: Un poco
Dijo susurrando esas palabras en mi oreja, mientras besaba mi cuello. Por mi cabeza pasaban un millón de excusas para no hacer lo que parecía que inevitablemente íbamos a hacer.
Olivia: ¿Qué hacías?
Sami: Trabajar
Olivia se apartó lentamente de mí. Y miró mi mesa, y la pizarra que había en frente.
Olivia: ¿En qué? ¿No sabía que trabajabas?
Sami: Si, más o menos. Soy profesora adjunta de investigación en la universidad de aquí, pero con la Universidad de Madrid tengo otra colaboración relacionada con una investigación en un yacimiento Europeo. Tengo que preparar una conferencia, un poco importante.
Olivia: Vaya… dijo mientras se separaba de mí. Entonces… no podemos… ¿hablar?
Sami: Y de qué quieres hablar exactamente, dije mientras clavaba mi mirada en sus labios y me disponía a besarlos.
Olivia: Pues de…
De repente escuchamos el sonido del timbre, la miré extrañada y se levantó de mi regazo. Han pasado 5 días desde que no sabemos nada de Vanessa y temía que fueran malas noticias. Me encaminé rápidamente a la puerta.
Sami: Quédate aquí ¿vale?
Olivia: Si de acuerdo.
Salí del despacho y corrí la breve distancia que lo separaba de la puerta. Abrí la puerta y me quedé asombrada ante la persona que se hallaba tras la puerta de mi casa.
Sami: ¡Dios! ¿Qué haces aquí?
Vanessa: Tenemos que hablar.
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Comenten y valoren que siempre ayuda a mejorar :) Espero poder subir pronto el siguiente tomo. Si quieren que suba un capítulo solo pero para que la entrega sea más rápida, por favor escíbamelo en los comentarios. Siento haber dejado la historia colgada tanto tiempo, pero esta vez quiero acarbarla ya. Que es ya un reto personal XD. Un beso a todas. Y espero sus comentarios