Ella sabe perfectamente
Ella sabe perfectamente cual es mi posición preferida.Ella sabe perfectamente cual es mi posición preferida. Me gusta follármela por detrás. Y no me refiero a metérsela por el ano, que también. Sino a estar detrás de ella, agarrándola bien por el culo y follándomela duro sin parar...
Ella sabe perfectamente cual es mi posición preferida.
Me gusta follármela por detrás. Y no me refiero a metérsela por el ano, que también. Sino a estar detrás de ella, agarrándola bien por el culo y follándomela duro sin parar.
Esa piel blanca de su espalda, su pelo moreno largo que le cae hacia uno de los lados. E imaginármela mordiéndose los labios y cerrando los ojos con cada embestida de mi verga.
Esto último me excita especialmente: no mirarla mientras me la follo. Verla sólo por detrás e imaginármela por delante. Su pubis ligeramente peludo que se estira y se contrae con cada penetración, o cómo estarán moviéndose sus pequeños pechos, cómo de erectos se estarán poniendo sus pezones con cada golpe de cadera, como se le irá la cabeza de placer…
De vez en cuando, a medida que se va calentando mas y mas, vuelve la cabeza hacia mí y me mira a veces pícara, a veces con un gesto de dolor placentero, y otras simplemente para pedirme que me corra. Pero aún tengo cuerda para rato. No vamos a acabar la fiesta tan pronto con ese plano medio cinematográfico tan maravilloso.
En ocasiones le pido que se ponga la faldita corta que a mi me gusta y los tacones de aguja rojos. Ahí reconozco que tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no correrme rápido y mancharle la falda, lo cual me pone una barbaridad. Sólo la imagen de verla por detrás con la faldita y los tacones supera la visión maravillosa de disfrutarla desnuda y de espaldas entera para mi.
Voy a agarrarte ahora de las manos. Follándote por detrás pero cogiéndote en vilo, pegando tu espalda contra mi pecho, mi cara contra tu cara sin que me mires del todo, y decirte al oído que voy a correrme dentro. Un intensa corrida que empape tu coño. Porque esta vez te siento tan cerca que te voy a llenar por dentro como a un dulce bollito de crema. Mancharte un poco más por dentro con cada embestida, ahora más lentas pero más intensas. Ese brutal y sensual orgasmo sin despegarme de ti aún después de venirme. Quedarme pegado a ti, con mi miembro que se va desmoronando en ti. Y dentro de ti.