Ella no lo sabe
Vacaciones con mi novia, donde mi vicio a mirar puede con mi deber.
Hola, soy de nuevo Mario, os contaré una experiencia rara que tuve, no sé en cual Categoría debería ir, ya que hay un poco de todo, así que la encuadré en Otros Textos.
Hace algunos años, mi chica y yo decidimos ir a Portugal, al Algarve, está relativamente cerca de dónde vivimos y las playas no están tan saturadas. Pues tras salir de trabajar, pillamos el coche y en menos de 4 horas llegamos al apartamento que habíamos alquilado para 3 días.
Mi novia se llama Silvia, en esa fecha aun no había cumplido los treinta, es morena, de piel canela, unos pechos pequeños, coronados en una aureola oscura y un pezón como un garbancito, hace toples, y su cuerpo es precioso, no muy alta, apenas supera en unos centímetros el metro sesenta, su larga y negra cabellera le pilla media espalda, su culo es redondito y enfundados en la talla 40 de los vaqueros causa infartos. Muy guapa y atractiva, además muy fogosa en la cama.
Imaginaos, llegamos, estuvimos dejando las cosas en la habitación, salimos a cenar, unas copas, al hostal, polvete y a dormir...no os cuento con detalle esta parte porque lo interesante pasó este día.
Nos levantamos sobre las 10, desayunamos y salimos a una playa cercana, Silvia se puso en toples y la parte de abajo que usa es un tanga, imaginaos el espectáculo en la playa, la única chica así expuesta. Las mirada sse cebaban en ella, yo la verdad, estaba un poco nervioso de ver cómo todas las miradas se enfocaban hacia nosotros, ella, más despreocupada iba y venía al agua sin ningún tipo de pudor.
En una de estas que estaba yo en el agua, vi cómo 4 chicos se acercaron a ella y estuvieron un rato hablando, como el agua estaba muy fría y la pinta de chulitos de playa de los tipos no me gustó me acerqué a ver. Silvia le decía en ese momento que no.
-¿Qué pasa?- pregunté con un tono de guardia civil que hasta me sorprendió a ami mismo
-Nada Mario, estos, que me ofrecen droga y les he dicho que no
-¿Qué tipo de droga?, pregunté sin razón alguna
-No se, no les entiendo, me dijo mi chica un poco desconcertada
-Medicamento, "sent vontadge" , "boa droga"... insistía el más bajo de los chicos
-No gracias, sentencié y los chicos se fueron.
Nos fuimos a comer, descansar y arreglarnos para tomar unas copas y cenar.
Esa noche Silvia iba preciosa, llevaba un traje blanco que le llegaba por encima de las rodillas, abotonado por delante y con un gran escote, la espalda al aire y no se había puesto sujetador, unas braguitas blancas se semitransparentaban. El pelo suelto y cómo maquillaje, solo los labios pintados de rojo.
Tras la cena regada con vino fuimos a tomar unas copas, lo estábamos apsando de vicio, ya sabeis mi afición a mirar, y ese día me estaba poniendo las botas viendo a chicas espectaculares. Tan embobado estaba que apenas había bebido mi copa.
-Voy a por una copa, ¿quieres algo?, me dijo Silvia. No cariño, tengo esta aún entera. Mi chica se perdió entre la multitud, aproveché para rozarme con algunas chicas y tocar algunos culos, sabía que lo mismo le estarían haciendo a Silvia y eso me estaba poniendo cachondo.
-Nene, me sobresaltó con una cara de enfadada que me temí lo peor.
-¿qué pasa cariño?, le pregunté al oido ya que la música la habían subido bastante las últimas canciones
-Los tipos de la playa estaban en la barra, y otra vez me han preguntado si quería drogas, le he dicho que no y el más alto se me ha puesto delante y no me dejaba pasar, me he asustado un poco.
-Bah, son niñatos, no les haga caso. Tómate el cubata y nos vamos, que ya esto está desvariando con la música esta a todo volumen.
Nos alejamos un poco y acabamos los cubatas.
De vuelta al hostal, Silvia comenzó a desvariar, decía cosas inconexas, parecía que iba borracha, cosa que me extrañó, ya que sólo había bebido las dos copas de vino y los dos cubatas, aún así pensé que cómo no estaba acostumbrada, igual le había subido.
Atravesamos un parque, yo iba meándome, en el parque no había nadie, me recordaba a esos parques de películas londinenses dónde ocurren asesinatos y nadie se da cuenta de nada. Aún con ese canguelo, la imperiosa necesidad de aliviar mi vejiga era superior, así que dejé a Sivia sentada en un banco, junto a una farola y me metí detrás de unos matorrales a evacuar. Desde mi posición veía claramente a mi chica, que había dejado caer su cabeza hacia delante y no se movía, parecía una muñeca de trapo.
A esto, que oigo voces, los 4 tipos aparecieron como de la nada, miraron alrededor a ver si me veían, yo instintivamente me escondí, y se sentaron alrededor de silvia. Con la luz podía verlos perfectamente y ellos a mi no.
El más alto, levantó la cabeza de mi chica, y le dió varios cachetes a la vez que le hablaba, ella seguía con los ojos cerrados y un hilo de baba caía por la comisura de sus carnosos labios, los cuatro rieron.
-"Tira a calciña da esta varía" dijo uno de elos, y el más pequeño metió las manos debajo del vestido y le quitó las bragas a Silvia que ni se inmutó.
Yo estaba acojonado, pero mi polla, aún en la mano, comenzó a tomar vida y empezó a crecer, joder, era morboso ver la situación, pero ella era mi novia...joder, joder, joder.
Los cuatro tios reian y desabrocharon el vestido de Silvia, ahí estaba mi chica, desnuda rodeada de cuatro tios que no tardaron en sacarse sus polas y empezar a restregarlas sobre mi chica. Aún recuerdo cómo la manoseaban, jalaban de sus pezones de una manera brutal, de vez en cuando se oía a Silvia gemir de dolor, y no me extrañaba, ya que sus manos pellizcaban y se introducían por todos sus agujeros.
Afortunadamente sólo manosearon y se pajearon hasta correrse sobre mi chica, cuando el último de ellos se corrió en su cara, yo exploté también de placer, me abroché el pantalón y salí de los matorrales gritando
-¡Eh cabrones! ¿?Qué haceis? ¿policía, policía!
A mis gritos, salieron despavoridos, llegué hasta Silvia y la encontré llena de semen, su cara, sus tetas, su barriga, su coño...cuatro pollas se habían derramado sobre ella, y esa leche blanca resaltaba mucho sobre su piel canela. La vestí sin limpiar los restos de leche y la llevé hasta el hostal, la tumbé en la cama y así, llena de leche ya diluida y sequerona de otros, me puse de pie sobre ella y comencé a pajearme de nuevo.
miraba su cara y su pelo lleno de esperma seco, sus tetas, su coño, rememoraba lo que acababa de ver y de nuevo eyaculé sobre mi chica, sobre su cara y su boca, la volvía dejar llena de semen. Me tumbé y me quedé dormido a su lado, oliendo el esperma mío y el ajeno.
-Uff me duele la cabeza, estoy fatal Mario, ¿qué coño bebí anoche?.
Así fue como me despertó
-¿Qué es esto?, estoy llena de semen, anoche abusaste de mi, ¿no cabrón?, y yo sin enterarme de nada...me doy una ducha y te vas a enterar...
Y así entre playa y polvos terminamos el fin de semana en Portugal.