Ella, mi debilidad (Parte 5)
Ahi les va una parte mas largita :) ojala y les guste
- Paula: tenemos que hablar – le dije mientras tomaba suavemente su brazo –
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Mónica: no hay nada de que hablar, lo de anoche me hirió profundamente – dijo haciéndose la victima –
- Paula: - tuve que morderme para no sacarle el cinismo a patadas – por lo mismo, me siento muy mal por aquel episodio, quiero disculparme contigo
- Mónica: y como se supone que olvidare eso? – dijo mientras caminaba a su oficina –
- Paula: no lo sé, no quiero que lo olvides porque eso es ilógico, pero sí que me perdones – la seguía a su oficina y cerró la puerta detrás de mí –.
- Mónica: ¿por qué me rechazas tanto? – me dijo en un susurro entre mi oído y cuello –.
- Paula: eres la viuda de mi padre o no lo recuerdas? – dije mientras intentaba no parecer nerviosa –.
- Mónica: si, pero tu padre ya no está y yo sigo teniendo las mismas necesidades.
Puso su mano sobre mi abdomen y la subió, bajo lentamente el cierre de mi polerón mientras sus ojos se clavaban en los míos y me sentía completamente inútil, no sabía que hacer, solo que el plan estaba funcionando aun sin que yo lo quisiera, me di valentía y la tome fuerte por la cintura y comencé a besarla, a besarla con rabia, con despecho, con asco… pero le encantaba, miro por la ventana del patio y ahí estaba Claudia, pendiente de la situación, me sentía una actriz porno en este momento, Mónica se volteo por lo que vi a Claudia desaparecer botándose al piso, yo la volví para concentrarla en mí y no supe que hacer, solo una cosa que decir.
- Paula: quiero que me hagas tuya aquí donde estamos.
- Mónica: ves, no había necesidad de mentir, sé que me deseas.
Solo le sonreí y la volví a besar con los ojos abiertos para ver como Claudia abría la ventana sigilosamente y se metía a la oficina sin hacer ningún ruido, estaba pendiente de ella cuando siento la mano tibia de Mónica bajando por mi abdomen y desabrochándome el pantalón, no podía detenerla… aunque en este momento siento que en realidad no quiero hacerlo, Claudia busca en su chaqueta y me da la señal que no está, justo cuando ella introduce su mano en mi sexo y comienza acariciar mi clítoris, no pude controlar el gemido que salió de mi garganta y la lleve hacía el escritorio, Claudia asustada y un poco asqueada se esconde bajo este, esperando las prendas de Mónica que yo ahora tendría que sacar, ella ya había sacado mi polera y jugueteaba con mis senos cuando la separe de mí y comencé a sacarle la ropa, mala costumbre de las mujeres de ponerse los teléfonos en el brasier, se lo saque mientras nos sonreíamos.
- Mónica: es que tengo cosas importantes ahí.
- Paula: pero ahora no necesitas llamar a nadie – dije mientras se lo sacaba –.
Lo deje sobre el escritorio y Claudia sin mirar lo buscaba sobre la mesa cuando por fin lo tomo, pude suspirar medianamente aliviada, porque ella volvía a meter su mano y esta vez dos dedos se adueñaron de mí, comencé a tocar sus senos mientras ella me penetraba y yo gemía, Claudia intenta salir de debajo del escritorio pero se golpea haciendo que Mónica me suelte, se gire, la vea y nos descubra.
- Mónica: que mierda haces aquí? – pregunto mientras se tapaba –.
- Claudia: - con el teléfono visiblemente en la mano solo calló.
- Paula: no es lo que tú piensas – dije revelando todo el plan de inmediato –.
- Mónica: ¿y que es lo que pienso Paula? ¿Todo esto fue para tomar mi teléfono? – preguntó matándome con la mirada y quitándole el teléfono a Claudia –.
- Paula: - solo la mire y Claudia estaba estática mirándome espantada –.
- Mónica: solo me utilizas.
Vi venir su mano, mire a Claudia que cerraba los ojos y ponía cara de dolor por mí, sentí su mano firme sobre mi rostro y en seguida el portazo que dio al salir de la oficina, me toque la mejilla y estaba ardiendo por el fuerte golpe y ahora sí, tuve que controlarme para no matar a Claudia.
- Claudia: creo que no funciono – dijo mientras trataba de sonreírme –.
- Paula: ¿enserio? – dije molesta –.
- Claudia: fue culpa del escritorio – se excusó –.
- Paula: más bien de tu cabezota – dije abrochándome los pantalones –.
- Claudia: tendremos que olvidar este plan – dijo mientras pasaba por mi lado para escapar –.
- Paula: por el contrario – dije tomando su brazo –.
- Claudia: no creo que quiera acostarse contigo.
- Paula: nadie estaba hablando de mi… cuánto me amas hermanita?
- Claudia: lo suficiente como para negarme a lo que estás pensando.
- Paula: pero si no tienes idea cual es el plan.
- Claudia: por tu cara sé que no me conviene.
- Paula: tendrás que ayudarme porque si no fuera por tu cabezota – desordenándole el pelo – todo estaría a nuestro favor.
- Claudia: pero Paula – protesto –.
- Paula: Paula nada, además yo recibí la cachetada, mínimo de compasión – dije abrazándola para salir de la oficina –
- Claudia: ¿entonces que se te ocurre? – preguntó mientras salíamos de la oficina –.
- Paula: tendrás que acostarte con Miguel – dije sin percatarme que al frente estaba Flor –.
Claudia:
La mire y ella esquivo por primera vez mis ojos, se perdió en el pasillo y yo no sabia que hacer, como reaccionar, por que se sentía así y por que yo me sentía así, no sabía nada…
- Paula: no fue apropósito lo juro – me dijo disculpándose –
- Claudia: por que siento que tendré que darle explicaciones? – pregunte sin escucharla –
- Paula: - se Safo del abrazo y me miro inquieta – te estas enamorando?
- Claudia: - reí para luego quedar pensativa – siempre he pensado que uno se enamora solo de quien se enamora de uno
- Paula: por la cara que puso, ella esta loca por ti
- Claudia: no lo se, ese es el problema
- Paula: por que no vas hablar con ella?
- Claudia: y que quieres que le diga? – pregunte totalmente en blanco –
- Paula: cuéntale nuestro plan, de alguna manera se que nos podrá ayudar
- Claudia: - golpee en el brazo – ni siquiera pienses que ella se va a dejar tocar por alguien
- Paula: -rió de mi enojo – no dejaría que nadie toque a la mujer de mi hermana – se alejo riendo –
Dejándome sola y sin saber que hacer, bueno hice lo de siempre, improvise… corrí al jardín y corte torpemente una de las flores que había ahí, entre a la casa nuevamente y la fui a buscar, la encontré en la cocina preparando el almuerzo junto a su madre, me pasee frente a la puerta y no me vio, volví hacerlo y tampoco llame su atención, pueden imaginarse lo ridícula que me veía paseándome frente a la puerta con un ramo de flores?... si, si, bastante estupida, al no conseguir nada fui al patio y corrí a la ventana que estaba frente a ella, comencé a saltar para que me viera y cuando por fin llame su atención me ignoro por completo y siguió en su tarea, le hice señas nuevamente pero esta vez para que saliera, perdida en sus gestos no me percate que su madre me vio, así que cuando la vi mirándome me hice la tonta y camine mas allá, volví a la entrada y ella se secaba las manos esperándome
- Flor: necesita algo señorita? – pregunto sin mirarme –
- Claudia: si, verte cada mañana al despertar – dije embobada por sus ojos –
- Flor: que cosas dice? - preguntó encontrando mi mirada –
- Claudia: - caí en cuenta de lo que había dicho – que, te traje flores – estire mi brazo para dárselas –
- Flor: - quiso sonreír pero se contuvo – no se las puedo aceptar señorita
- Claudia: no me digas señorita, soy Claudia – le dije subiendo los dos escalones que nos separaban –
- Flor: - retrocedió un escalón – tengo cosas que hacer – intentó subir –
- Claudia: y yo cosas que explicarte – tome su brazo y baje hasta su mano para acercarla a mi –
- Flor: usted no tiene nada que explicarme, si le gusta Don Miguel no es mi asunto – dijo mirando nuestras manos mientras yo contenía la risa – que le causa gracia?
- Claudia: que pienses que a mi me gusta él
- Flor: por lo que dijo denantito su amiga, creo que le gusta y mucho – dijo cruzando los brazos –
- Claudia: sabes lo que me encanta de ti – le dije acercándome otra vez sin permitirle escapar – que no te des cuenta que quien me gusta eres tu
- Hilda: - se secaba las manos en la puerta – Flor, tenemos que terminar el almuerzo
- Claudia: discúlpeme doña, es que les mostraba unas flores a la niña
- Hilda: y para que quiere esas flores usted?
- Claudia: se las iba a dar a una princesa, pero ella no las quiso
- Hilda: pues que chica mas tonta que no le acepto el regalo – dijo ella, bajo mi asombro de aceptar mi condición –
- Claudia: doña – le grite mientras Flor subía por las escaleras –
- Hilda: dígame – tomando la manos de Flor –
- Claudia: usted cree en los amores imposibles?
- Hilda: no mija, el amor es amor y solo eso importa
- Flor: - me miró con ternura, con vergüenza y con asombro –
- Claudia: doña usted me permitiría regalarle estas flores a usted ya que la otra niña no me las quiso aceptar
- Hilda: claro señorita Claudia. Las pondré en el florero junto con las que corto Flor
- Claudia: eso sería genial – dije mientras doña Hilda se volteaba y yo aprovechaba para guiñarle el ojo a Flor que me volvía a sonreír –
- Paula: - apareciendo atrás de mi – ya te arreglaste con tu princesa?
- Claudia: creo que me enamore – dije otra vez sin escucharla –
- Paula: la conoces hace dos días – dijo botando prematuramente el humo de su cigarro por al risa –
- Claudia: si, lo se – dije quitándoselo – pero ella es única
- Paula: eso es verdad, no es como las otras con las que haz estado
- Claudia: no, ni todas ellas juntas la podrían igualar – dije embobada mirando a la puerta donde solo quedaba el recuerdo de su presencia –
- Paula: chuu…. Creo que te pego fuerte – dijo subiendo las escaleras –
- Claudia: si, si - siguiéndola –
- Paula: como que tengo hambre
- Claudia: esta casi listo el almuerzo – le dije y ella se burlo de mi –
- Paula: como harás para sacarle el teléfono a Miguel?
- Claudia: pegarle en las pelotas y quitárselo, mirar el numero, anotarlo, llamar, que conteste Mónica y ya esta
- Paula: bueno, y ahora, enserio como lo harás?
- Claudia: no tengo ni la menor idea, pero ya se me ocurrirá
- Flor: - apareció de la nada, asustándonos – esta listo el almuerzo
- Claudia: tan rápido?
- Flor: si, solo faltaba colocar la mesa
- Paula: por que no nos llamaron para ayudar?
- Flor: no señorita no se preocupe
- Paula: Paula, me llamo Paula – dijo en el mismo tono que yo lo hacía –
Caminamos hacía el comedor y en la cabecera de le mesa estaba sentada ella… Mónica la que nos asesino, masacro y fulmino con la mirada, más a Paula que a mi
Paula
Nos sentamos a la mesa luego de que ella me puteara mentalmente, doña Hilda trajo mi plato y el de Mónica, mientras que sol le servía a Claudia que no dejaba de poner esa cara de estupida enamorada que me fascina… ya había comenzado a comer cuando Claudia se pone de pie
- Claudia: Doña Hilda, Flor… ustedes se sentarán con nosotras en la mesa
- Mónica: como? – preguntó mientras doña Hilda se quedaba petrificada y Flor me miraba desde el marco de la puerta –
- Claudia: si, así como escucho… Hoy nos sentaremos todos juntos
- Mónica: - rió – tu papá intentó hacer lo mismo – mirándome – pero nunca paso, ellas tienen su lugar y este es el nuestro
- Paula: - me puse de pie también – mi amiga tiene razón, por favor Doña Hilda, Flor siéntense con nostras
- Mónica: claro que no – dijo mirando a Hilda –
- Hilda: no se preocupe Señora, yo se mi lugar – entrando a la cocina –
- Claudia: lo siento pero tu no tomas las decisiones en esta casa – dijo enfrentándola a su lado –
- Mónica: esta es mi casa
- Paula: claro que no señora – dije resaltando la última palabra – en 6 meses mas podrás decirlo
- Claudia: le apuesto que si me voy, Paula se va conmigo… no le conviene llevarle la contra a ninguna
- Paula: - rió irónicamente – ella sabe que no debe… doña Hilda venga a sentarse junto con Flor
- Mónica: - se puso de pie furiosa – jamás comeré en la misma mesa que unas empleadas
- Claudia: - quiso abofetearla pero se lo impedí – si no quieres comer en la mesa, come afuera como los animales
- Mónica: - se fue con su plato y se encerró en la oficina –
- Hilda: niñas por que siempre se ponen en aprietos?
- Paula: nadie se pone en aprietos, solo la ponemos en su lugar
- Claudia: siéntese doña Hilda – le dije mientras iba a buscar su plato –
- Hilda: por favor mi niña, deje que me sirva yo
- Paula: claro que no, hoy día celebramos en su nombre –
Doña Hilda y Flor se sentaron en la mesa mientras que con Claudia íbamos a traer sus platos, cuando llegamos a la mesa Claudia se volvió a la cocina para aparecer con un vino
- Claudia: no hay celebración sin un poco de alcohol – dijo descorchando la botella –
- Hilda: señorita Claudia – interrumpimos las dos –
- Claudia, Paula: eh, eh, eh
- Hilda: Claudia, la niña no toma alcohol - refiriéndose a Flor –
- Paula: pero Doña Hilda, un poco de vino no le hará daño – dije sonriéndole –
Hilda: solo medio vaso para la niña
Claudia: medio vaso será entonces para la Señorita Flor y un gran vaso de vino para Doña Hilda y para ti querida hermana otro vaso lleno y para ti hermosa Claudia, toda la botella – dijo dejándola a su lado bajo la risa de las 3 –
Doña Hilda nos contaba como mi padre había intentado hacer lo mismo que hicimos, pero que ella jamás se lo permitió y el “Señor” como ellas le dicen para no tener problemas con Mónica lo aceptaba siempre sumiso, comimos entre risas, con Claudia nos mirábamos por que a Doña Hilda se le había subido el alcohol y se reía por todo, sacamos la mesa y mandamos acostar a Doña Hilda, bajo pretextos quiso quedarse pero Flor la convenció y la llevo acostar, nosotras reíamos Claudia mas ebria que yo llevaba la botella mientras nos acercábamos a la oficina al escucharla hablar por teléfono y hay nos quedamos
- Mónica: ellas creen que me van a ganar, pero por supuesto que no – decía –
- Paula: otra vez esta hablando por teléfono – le dije a Claudia –
- Claudia: creo que estoy un poco ebria – decía mientras se tambaleaba –
Me tapaba la boca con ambas manos para no soltar una carcajada, mientras ella tambaleaba, escuchamos un auto afuera y era el de Miguel, pero para nuestra sorpresa no venía el, sino Felipe, lo fui a encontrar mientras Claudia intentaba seguirme, no solo tomo la botella de vino sino que tenía una botella de whisky en la mano…
- Felipe: que le pasa? – preguntando por Claudia –
- Paula: esta totalmente ebria
- Claudia: es solo un mareito – dijo tomando otro sorbo –
- Felipe: bueno – dijo riendo pero no prestándole mucha atención – pensé en lo que me dijiste y revise el teléfono de mi papá
- Paula: - lo tome por lo hombros – y?
- Felipe: tiene una llamada de ella que duro como 10 minutos
- Paula: si, creo que esta dentro del margen… - dije feliz –
- Felipe: entonces? Que significa todo esto? – pregunto con las manos en la cintura –
- Claudia: significa que no tendré que acostarme con tu padre – dijo sentándose en el pasto –
- Felipe: como que acostarse con mi padre? – dijo mirándome –
- Paula: vamos adentro a conversar
- Claudia: claro, claro y yo? – pregunto mientras prendía su cigarro… al revés –
- Felipe: ahí viene tu amada – sonreímos y nos alejamos de ella –
Claudia:
Creo que no es la mejor forma para que te vea la chica que te gusta menos si te declaraste hace 2 horas, si, pero no lo pensó Paula cuando me dejo abrir la botella de whisky así que es su culpa… ella bajaba la escalera mientras yo encendía mi cigarro ahora de la forma correcta
- Flor: creo que usted también tendrá que irse acostar
- Claudia: por que si solo estoy un poquito feliz
- Flor: - rió y me acaricio el rostro –
Estuve a punto de desmayarme, sus manos no eran suaves, no eran delicadas… eran manos de mujer que cocina, que se ha cortado con los cuchillos, que ha escarbado en la tierra para la cosecha, que ha trabajado… manos de una verdadera mujer, y a mi me encantaban por completo, sonreí y ella seso sus caricias
- Claudia: me encantan tus manos – dije con los ojos cerrados –
- Flor: como le van a gustar mis manos si son ásperas – pregunto mientras se las miraba –
- Claudia: me gustan simplemente por que son tus manos – dije tomándoselas torpemente –
- Flor. – las saco y se sonrojo – vamos, que le hago un café cargado para que se le pase la borrachera
- Claudia: te conviene que este así – dije riéndome prematuramente –
- Flor: por que? – pregunto –
- Claudia: así te puedes aprovechar de mi
Movió su cabeza mientras reía y se ponía de pie para ayudarme a entrar a la casa, pasamos por el salón donde no vi ni a Felipe ni a Paula, me llevaba abrazada por lo que cuando me sentó, me aproveche un poco de la situación y me agarre de su cintura para “no caer”, quedamos a unos centímetros, ella petrificada y yo con la valentía que me daba el alcohol
- Flor: debo prepararle el café – dijo sin moverse ni dejar de mirarme –
- Claudia: y yo necesito besarte – dije mirando sus labios –
- Flor: Claudia…
Susurró mientras cerraba los ojos y se dejaba besar, no creo en el paraíso pero si existe debe ser muy parecido a sus labios, su cuerpo se quedo inmóvil mientras mis brazos la aprisionaban aun más a mí, empezamos con un beso tierno solo de labios pero no pude contenerme, me puse de pie y el alcohol ya no hacía efecto, si estaba embriagada era de amor, tome su rostro y profundice el beso, su lengua acaricio la mía y si antes alguna parte de mi dudo, ahora con sus manos agarradas de mi polera para que no me aleje dejo de dudar por completo, me gusta, me encanta y la quiero… la respiración nos faltaba, además tuve miedo de comenzar a tocarla y que ella no me detuviera, miro hacia el suelo en cuanto nos alejamos, y yo tome sus manos antes de que arrancara y me dejará sola… y no pude callarme, no pude negarlo…
- Claudia: te quiero – le dije sin dudar –
- Flor: - quito sus manos y se perdió para volver enseguida – quiere que le prepare el café? - pregunto rompiéndome el corazón –
- Claudia: no, gracias – le dije sin ánimos de discutir por sus sentimientos –
Me prepare el café sola, no me di cuenta cuando las lágrimas comenzaron a caer, una parte de mi estaba satisfecha por el beso y la otra desilusionada por su nula respuesta, sentí pasos por lo que seque mis lágrimas rápido y mire a Paula que entraba feliz junto a Felipe
Paula:
Nos pareció un poco peligroso conversar en el salón y que Mónica nos viera por lo que subimos al segundo piso y fuimos a la habitación
- Felipe: así que tendrás que vivir 6 meses con ella solo para que ella se quede en la casa?
- Paula: si – dije entendiendo lo tonto que sonaba –
- Felipe: acaso estas enamorada de ella? – pregunto un poco impresionado –
- Paula: por supuesto que no – negué enseguida – es solo que le tengo lastima
- Felipe: lastima? A esa mujer? – se sentó sobre la cama de Claudia- esa mujer puede tener a cualquier hombre comiendo de su mano
- Paula: lo sé pero mi padre le dejo esta casa con esa condición
- Felipe: aun no entiendo tu “caridad” – dijo cruzándose de piernas mientras yo recordaba como se sentaba Claudia, con las piernas abiertas –
- Paula: solo no quiero dejarla a la deriva
- Felipe: - se acercó a mi – y si pudieras quitarle esta casa y dejarla para ti?
- Paula: como?
- Felipe: no se, si existiera esa pequeña posibilidad, lo harías?
- Paula: no lo se Felipe
- Felipe: pero si esa mina es una perra, yo de ti lo hago
- Paula: pero eso no se puede hacer – dije confiada –
- Felipe: yo vi el testamento de tu padre – me confesó dejándome boquiabierta –
- Paula: ya y? – pregunte tratando de esconder mi ansiedad –
- Felipe: el notario debe ser cómplice de alguien por que no recuerdo que haya dicho sobre cierto paréntesis que yo si leí
- Paula: que cierto paréntesis?
- Felipe: uno que decía que ella no debía salir del país durante 7 meses contando tu estadía aquí o tu te convertirías en la dueña de esta casa
- Paula: ya y eso que tiene que ver conmigo si yo me voy en 6 meses de acá
- Felipe: Paulita, por favor – dijo acomodándose – tu irías a China por amor?
- Paula: yo pondría el Titanic a flote de nuevo por amor
- Felipe: - rió- ella no sabe esa cláusula, por lo que tu puedes… – lo interrumpí –
- Paula: no me dirás que la enamore y que pretenda que ella se vaya conmigo a Chile solo para quitarle esta casa solo para – recordé la cachetada y sus mentiras sintiéndome enojada – cagarle la vida – sonreí –
- Felipe: querías un plan para hacerla sentir miserable? Ahí lo tienes
Baje corriendo a la cocina en busca de Claudia y la encontré de espaldas, se llevo la mano a la cara antes de girarse y no contuve mi alegría aun cuando la vi mal, y solo por que estaba Felipe sabia que tendríamos tiempo a solas para hablar y esperaría hasta llegar a ese punto para preguntarle que paso…
- Paula: encontré como la podemos cagar – dije sentándome en la silla –
- Claudia: a quien – preguntó mientras se servía agua caliente –
- Felipe: a la zorra de Mónica – se arreglo el cabello –
- Paula: la enamorare – dije cuando Claudia se giro –
- Claudia: - escupió exageradamente su café sobre la mesa –
- Felipe: - limpiaba la mesa asqueado – encontré una cláusula en el testamento que decía que ella no podía dejar el país durante estos 7 meses o la casa pasaría a nombre de Paula
- Claudia: - tomando un sorbo – y piensas enamorarla para que te siga a Chile? – rió muy divertida –
- Paula: si – dije incomoda por su risa –
- Claudia: - arqueo una ceja – solo te diré una cosa Paula
- Paula: - solo la mire esperándola –
- Claudia: del amor al odio hay solo un paso
- Paula: seguro yo me voy a enamorar de ella
- Felipe: - lo miré tratando de encontrar consuelo pero el también quedo pensativo – eso es verdad – dijo afirmando sus codos sobre la mesa –
- Paula: ambos están locos si creen que me puedo… ena…morar… de… ella – dije casi en cámara lenta, ella pasaba en bikini camino a la piscina y yo quedaba embobada por la escena –
- Felipe: no se le puede negar que tiene el tremendo cuero la yegua
- Claudia: como que el medio cuero? Es la media perra – dijo pegándose a la ventana –
- Paula: - le pegue en la nuca – ya, para
- Felipe: estas celosa? – pregunto mientras jugaba con mi pelo –
- Paula: claro que no – dije mirando hacia otro lado – no existe ni la mas minima posibilidad de que ella me pueda siquiera gustar – los mire y ninguno de los dos quedaba convencido –
- Felipe: - sonó su teléfono y cambio la cara – es mi papá
- Paula: contéstale
- Felipe: no, me dirá donde estoy así que prefiero irme – dijo mientras se despedía –
- Paula: nos vemos estos días
- Claudia: cuídate – fue lo ultimo que le dijo y se subió al auto – creo que me iré acostar un rato
- Paula: Claudia – la llame para que se detuviera – que paso?
- Claudia: la bese – confeso sin girarse –
- Paula: hermana pero deberías estar feliz – dije emocionada acercándome –
- Claudia: y le dije que la quería
- Paula: y ella que te respondió? – pregunte colocándome frente a ella para ver como una lagrima se escapaba –
- Claudia: me pregunto si quería un café, un puto café – dijo secándose aquella solitaria lagrima –
- Paula: que esperabas Claudia? Que te pidiera matrimonio?
- Claudia: sinceramente esperaba que me dijera un simple “yo también” – mordió su boca para no llorar –
- Paula: dale tiempo por favor, eres su primer beso lesbico
- Claudia: - tomo su cabeza y se giro – creo que soy su primer beso en general
- Paula: - le pegue en la nuca otra vez – y esperabas que ella se te declarara?
- Claudia: - me miro e intento sonreírme – un poquito – haciendo el gesto con su mano –
- Paula: - la abrace – dale tiempo hermana, además que nadie se resiste a ti – dije riendo –
- Claudia: - ella me miro seria – ni siquiera tu? – acercándose para incomodarme – bésame Paula, hazme tuya
- Paula: ya ok, deberías irte acostar – alejándola – y hazte unos cariños – reía mientras ella subía las escaleras –
- Claudia: y tu podrías ir a la piscina a que te los hagan – grito desde el final de la escalera –
Mire para la piscina y ella se estaba bronceando, su piel me atraía su pose me hizo morderme el labio inferior y al mismo tiempo deje de pensar solo pude caminar hacia ella mientras me sacaba la ropa y quedaba en ropa interior, a unos metros de la piscina sonreí por mi pronta travesura y corrí a la piscina para tirarme y esparcir el agua por todas partes, y lamentablemente sobre su perfecto y hermoso bronceado… solo perfecto…
- Mónica: que mierda te pasa?
- Paula: lo siento, no me fije – dije acomodándome el pelo – te moje mucho?
- Mónica: si estuvieras acá te volvería abofetear
- Paula: hazlo – dije acercándome a la orilla –
- Mónica: por que no subes- dijo acercándose –
- Paula: ayúdame – dije mirándola altaneramente y estirando mi brazo –
Cuando tuve su mano en frente no pude hacer otra cosa mas que reír mientras la tomaba y la hacia caer al agua en medio de sus gritos y pataleos, cuando salió a la superficie la tenía tan cerca que era imposible no respirar el mismo aire, ella se quedo inmóvil, pensé que me golpearía pero no lo hizo… me miro de una forma extraña y de un segundo a otro sentí una vez mas sus labios, pero esta vez era diferente, ninguna de las dos lo hacía con rabia u odio o simplemente por conveniencia u orgullo, lo hacíamos por deseo… deseo por la otra.
Continuara...........................