Ella, mi debilidad (parte 21)

Ya habíamos tenido esta discusión antes, y una segunda haría que todo se volviera más complicado, me acerque e instintivamente, como un animal, la bese, devorándole los labios, sentí su sorpresa, pero de igual modo me correspondió.

AQUI LES VA OTRO CAPITULO, GRACIAS POR LEERME, SALUDOS.

Mónica: estoy aquí por una respuesta urgente.

Paula: por favor no me digas que necesitas mi perdón porque eso ya está trillado.

Mónica: no, te necesito a ti.

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Paula:

Ya habíamos tenido esta discusión antes, y una segunda haría que todo se volviera más complicado, me acerque e instintivamente, como un animal, la bese, devorándole los labios, sentí su sorpresa, pero de igual modo me correspondió y la pasión se nos subió a nuestros cuerpos, fuimos interrumpidas por una alarma de auto a nuestro lado lo que nos hizo espantarnos, pegamos ambas un salto y entre risas retomamos nuestro beso, pero nuevamente otra irrupción, esta vez mi cuerpo tembló al ver al maldito de Miguel venir a toda velocidad en su coche, salió con la sonrisa desvergonzada de siempre, y su mirada de odio fue directa a nuestras manos entrelazadas, me causa repulsión. Sin previo aviso saca un arma y nos apunta, primero a Mónica y después a mí, quedo congelada, a los pocos segundos, detrás de nosotras llegan Claudia y Flor acompañados de papá, doña Hilda y algunos demás invitados.

Miguel: ¡uy pero que felicidad! La familia reunida nuevamente - lo miró con asco -. Pero que bajó haz caído Paulita, después de todas las cosas que te ha hecho esta farsante, aún le sigues creyendo.

Paula: Eso no es asunto tuyo imbécil - él se ríe burlesco-.

Miguel: Pero así es ella, usa sus putos encantos para hacerte caer una y otra vez. - Mirando a Mónica y volviendo a apuntarle con el arma – ¿no es así?

Mónica: por favor Miguel baja el arma - en modo de súplica -.

Miguel: por favor Miguel baja el arma - imita la voz de Mónica y ríe- Sabes que me perteneces Mónica, no dejaré que estés jamás con la niñata esta, ¿me oyes? Jamás.

En eso llega Felipe disparado también en un auto, y se para con cautela detrás de su papá.

Felipe: papá, mírame, no hagas esto ¿sí? Ya perdiste.

Miguel: maldito maricon te dije que no me siguieras, ¡vete de aquí! - mirando hacia atrás y gritándole -.

Ese segundo fue suficiente para que con Claudia nos mirásemos y asintiéramos ambas, lo que pensamos en ese momento era lo mismo, antes ya habíamos estado en una situación similar, y habíamos salido sin daño alguno. Sin dudarlo corrimos hacia él una por cada lado, y lo tumbamos, el primer golpe lo dio Claudia directo a la nariz, el otro yo en las costillas dejándolo sin aire. Ambas entrenábamos artes marciales mixtas así que nos fue fácil inmovilizarnos. Mientras tanto Felipe tomó el arma que traía su padre y la lanzó entre medio de unos arbustos, yo volví a donde estaba Mónica y flor muertas del susto.

Flor: ¿Por qué hicieron eso? - pregunta angustiada -.

Claudia: Perdónanos amor, pero era eso o que nos matara a todos - exagerando-.

Mónica: fue demasiado arriesgado- abrazando a paula-.

Paula: Claudia tiene razón. - correspondiéndole –.

Mónica: ¿por qué es como si hubiesen sabido que hacer?

Claudia: ah eso, hace un tiempo Paula...

Paula: Shh - silenciándola- no seas traicionera.

Miguel: cállense malditas niñas molestosas - dice parándose-.

Paula: oh oh, aquí viene otra vez- incorporándose –.

Papá: muy bien eso fue todo - adelantándosenos - nadie va a arruinar mi boda- dándole un puñetazo-. Ustedes dos llévenselo y espérenme- se lo dijo a dos Garzones fortachones-. Y ustedes llamen a la policía- refiriéndose a nosotras-.

Después del show que montó Miguel la fiesta continuó, con el tiempo no volvimos a saber de él, sólo sé que lo enviaron a la cárcel  con cargo de intento de homicidio, y maltrato. Al rato Mónica me llevo a rastras en una parte atrás de la casa, donde nos comimos a besos durante mucho tiempo, y nos olvidamos de todo.

Claudia:

Pudimos derrotar al maldito de miguel, por suerte no nos pasó nada, sé que fue demasiado arriesgado hacer eso, y la verdad, no voy a mentir, tuve miedo, no por mí, sino por faltar a la promesa de que ya nunca más la dejaría.

Flor: me hicieron pasar un gran susto, ¿sabías? , por favor ya nunca más hagan una locura así.- con lágrimas en los ojos.- ya no quiero perderte una vez más.

Claudia: oh pequeña, ven aquí-atrayéndola a mis brazos-. Quiero que me escuches, ya nunca te dejare, ni me iré a ninguna otra parte.

Flor: es una promesa-. Sollozando-.

Claudia: así es, como mi amor por ti, prometo ya nunca estar más lejos de lo que estamos ahora- besándola-.

Flor: ¿que fue eso que ibas a decir antes y que paula te interrumpió? – pensando-.

Claudia: a ti no se te escapa ni una mi amor.- sonriéndole-. Pues hace un par de años atrás íbamos saliendo de la universidad, y una novia loca de Paula, bueno ex novia, la estaba esperando en la entrada, discutieron un rato, tu hermana le dejo en claro que ya no iban a volver, y en cosa de segundos nos estaba apuntando con un arma, yo me vi involucrada porque según ella era yo la que la aconsejaba de no volver más con ella, cosa que es verdad, pero por favor, estaba loca… en fin, habíamos estado en clases de artes marciales y defensa personal, e hicimos lo mismo que hace un rato, nos abalanzamos hacia ella sin pensarlo, y logramos derribarla, gracias a estos hermosos músculos- . Enseñándole mis brazos graciosamente-.

Flor: ustedes están locas-. Riendo-. Aun así, ya no quiero que vuelvas a hacer eso nunca más, no soportaría la idea de que algo te pasara.

Claudia: nunca más mi amor, de ahora en adelante solo me abalanzare hacia ti-.entre risas arrojándome sobre ella-.

Dos meses después.

Mi relación con flor va de maravilla, nuestras discusiones se basan en quien quiere más a doña Hilda, tengo que decir que tengo una suegra fenomenal, desde aquel día en que hablamos para su boda le quedo claro que yo a flor la amaba de verdad y que no pensaba separarme de ella nunca más en la vida. Y como pueden ver, seguimos aquí en España, nos resultó tan fácil decidir quedarnos ahora que al fin estamos con las mujeres que amamos, para mí ha resultado más fácil, para Paula, bueno, su mamá al saber que nuevamente había caído en las garras de Mónica como ella dice, puso el grito en el cielo, se espantó, y no le hablo durante dos días, suficientes para darse cuenta que si su hija era feliz con ella, pues a fin de cuentas lo aceptaría, no sin antes hacerle prometer que viajarían un día a Chile a presentársela, a Paula no le quedó más remedio que aceptarlo, a fin de cuentas es su mamá, y daba miedo.

Paula: estúpida, ¡te estoy hablando! – gritándome-.

Flor: no le digas así- . En mi defensa-.

Paula: tú no te metas-. A flor-.

Claudia: y tú no le hables así a mi bebe-. Abrazando a flor-.

Mónica: por favor, que son unas niñas-. Riéndose, todas la miramos-.

Claudia: hablo la defensora-. Arremetiendo contra Mónica-.

Paula: con ella no te metas- amenazándome, suspiró-. Lo que les quería decir es que papá nos regaló un viaje a las cuatro, venia de hablar con él y… ¿adivinen que?... ¡nos vamos a Dinamarca!- mostrando cuatro tickets de avión-.

Flor: ¿Dinamarca? – Mirándome-¿eso no está muy lejos?- ya sabes que aquí a cierta persona que no diré el nombre pero que estoy mirando le asustan los aviones.

Paula: por algo te tiene a ti-.guiñándole el ojo-.

Mónica: y… ¿a qué parte de Dinamarca mi vida?- acercándose a paula-.

Paula: Co-pen-ha-gue – dice divertida-.

Mónica: ¿cómo nuestra canción? -. Emocionada-.

Claudia: Tú ignóralas- . Le dije a flor-.

Flor: esto será muy romántico mi amor, como en una cita doble.- dándome un pequeño beso-.

Y así fue, tres días después tomamos rumbo a la ciudad más feliz del mundo, según Flor, que estuvo investigando todo a través de internet durante los días que nos quedaban. Como se podrán imaginar durante todo el vuelo que no fueron más de 5 horas desde Madrid, estuve estrujando la mano de Flor, llegamos a eso de las 3 p.m., hora prudente para buscar donde alojarnos y para disfrutar lo que nos quedaba de tarde. Elegimos el Danhostel Copenhagen City, un hostel super moderno ubicado a menos de 10 minutos a pie de varios de los principales lugares que visitar. Y además la vista era impresionante.

El primer lugar que visitamos fue la calle stroget cerca de donde decidimos quedarnos, era infinita, además flor y Mónica paraban en cada tienda a comprar alguna que otra cosa, ya a la hora Paula y yo estábamos agotadísimas.

Sentadas en unas bancas mientras  esperábamos a las chicas que estaban en una tienda en frente se nos acercaron dos jovencitas a preguntarnos algo que no entendía, que a decir verdad estaban bastantes, ustedes saben, diré lindas, de inmediato gire en busca de Flor que venia saliendo del brazo de Mónica, quien también arremetió con mirada asesina contra Paula, solo que ésta no se percató de que venían, y siguió hablando e indicándole a una de las turistas lo que buscaban, yo claro como buena amiga la deje sola, me pare y me fui donde estaban Flor y Mónica. Paula de inmediato giro buscándome y se dio cuenta al fin, solo miro a Mónica inocentemente, y se despidió de las chicas con toda seriedad.

Paula: ¡mi amor! … ya están aquí-. Dijo ya al lado de Mónica e intentando robarle un beso, el que fue a parar a su mejilla-.

Ella solo dio media vuelta, y seguida de flor comenzaron a caminar rumbo al hostel.

Paula: amo lo buena amiga que eres-. Girándose-.en serio, eres una cobarde.

Claudia: a mí no me digas nada, sabes que flor me mataría si hablo con alguien más, aunque sea amistosamente.- haciendo muecas-.

Paula: mujeres heterosexuales-. Entrecerrando los ojos-. Juran que porque uno hable con otras mujeres ya las están engañando, peor aún, que nos gustan todas, ¿por qué todo es tan complicado con ellas dos? – Preguntó apoyando su cabeza en mi hombro-.

Claudia: ya las conoces, así son nuestras mujeres-. Intentando pararme-. Deberíamos alcanzarlas, ya sabes cómo se pondrán si llegan antes que nosotras al hostel.

Paula: ¿y ahora que haré? – Con agobio-.

Claudia: bueno… lo de siempre, tu hazle unos cariñitos y de seguro se le pasa.

Comenzamos la marcha, ellas iban a un par de metros delante de nosotras, pero Paula decidió darle su espacio, al menos hasta llegar al hotel, entramos y cada una a sus habitaciones, con flor no dijimos nada en el camino, hasta que ella hablo.

Flor: ¿crees que lo resolverán? –Preguntó desde el baño-.

Claudia: ¿por qué no?... así son ellas, se pelean y se desean.

Flor: lo sé, pero ¿eso está bien?... ósea, yo mil veces prefiero hablar antes que pelear, o guardarme el enojo, hasta quedarme en silencio… pero ellas, son casi puras peleas.

Claudia: ellas se aman flor, no critiques, además, sabes ¿por qué no peleamos nosotras? – acercándome-. Porque eres una niña consentida, encima no puedo estar más de cinco minutos lejos de ti, Paula es diferente, ella es de carácter fuerte, Mónica también, Paula huye, Mónica también, son un par de orgullosas, y no se sinceran, sin embargo ya verás que lo solucionaran… ahora, a dormir – robándole un beso-.

Flor: ¿estas segura de eso? – coquetamente mientras se quita la ropa lento-. ¿No quieres venir y darte una ducha conmigo?

Esta mujer me va a infartar.

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