Ella, mi debilidad (Parte 13)
Claudia: yo lo único que sé es que sin pensarlo te volviste importante para mí.- el reflejo de mis lágrimas en la ventana me hicieron parecerme a alguien que nunca espere ver-.
Claudia: esto no es culpa tuya, tu solo… te enamoraste.-dije suspirando-.
Paula: No Claudia, ella se volvió mi debilidad.
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Paula:
Ya no se qué pensar, desde que llegue a España y conocí a Mónica ha sido mentira tras mentira, cuando estoy a punto de querer estar con ella, a punto de arriesgarme, ahí viene ella y me destruye, Pero con todo lo que me dijo Claudia, hay algo en mi interior que quiere creerle, como dice el dicho “dentro de una gran mentira siempre hay una pequeña verdad”.
Claudia: ¡hey! Hermana te estamos hablando. -haciéndome señas-.
Paula: perdón estoy algo cansada, ya han sido demasiadas piedras en el camino.
Claudia: Solo te has cansado de ser fuerte.
Flor: Miren, se que yo no debería meterme pero, tu Paula, creo que ya has sufrido bastante con todo esto, perdona que te lo diga así, pero Mónica nunca será una mujer para ti, ella es una mentirosa.
Paula: se que posiblemente no debería decir esto pero una parte de mi no cree que sea Mónica la culpable de todo esto, es como si hubiera algo que me obliga a confiar en ella, sé que es estúpido pero necesito verla antes de tomar cualquier decisión arriesgada en mi vida.
Claudia: flor tú pudiste verla el día en que nosotras salimos y tú y Mónica nos fueron a buscar, ¿era de verdad esa preocupación que sentía O era una mentira?
Flor: bueno era diferente porque os desaparecisteis, era obvia la preocupación.
Claudia: ¿y la tuya? ¿También era una mentira O solo era “obvia preocupación”?.-dijo Claudia mirándola con rabia-.
Flor: eso también es un tema aparte Claudia, son cosas diferentes.
Claudia: ¿por qué flor? ¿Por qué es diferente?- dijo ya parada y caminando por el departamento-.
La vi, no pudo contener sus lágrimas, solo nos dio la espalda, yo mire a flor quien mostraba culpabilidad en su rostro, una sola decisión, mala o buena lo ha podido cambiar todo para siempre, paradójicamente así es el destino, y aunque depende de otros, nunca deja de depender de nosotros mismos.
Corrían las1:30 a.m cuando me detuve un momento para observarlas atentamente, ni siquiera se miraban, era como si ya todo se hubiera quebrado entre ellas, entendí que era la señal para dejarlas solas, Salí a dar una vuelta, creo que ellas ni siquiera me prestaron atención cuando pase en frente de ellas para pasar por la puerta.
Afuera la noche estaba silenciosa, ahora fui yo quien no lo pude acallar más, llore y llore, como un niño cuando sabe que su mama se tiene que ir a trabajar y piensa que la puede perder, esta es mi alma que grita, grita que la perdí, que duele perderla sin haberla tenido completamente, porque lo nuestro fue solo un simple momento como dirían algunos, pero para mí fue como ver un pleno amanecer, Pero sin embargo me duele, duele como nunca, y se me vienen encima esos remolinos de pensamientos, pero desde el principio ambas sabíamos que no podríamos estar juntas, ahora me pregunto ¿hay realmente alguien que este destinada para cada persona?
Y así fue como todo termino ya Han pasado 6 semanas desde que nos volvimos a chile, no hemos vuelto a saber nada de Mónica ni de flor, Claudia no me ha querido contar que paso la noche en que las deje solas, pero la veo mal, cuál sería la palabra adecuada para este tipo de situaciones, dolida, triste, devastada, o simplemente hecha mierda, pero ella ha intentado simular que está bien todo este tiempo, mi mama no sabe nada de lo que ha pasado, solo cree que estamos cansadas por el viaje, post traumático que tuvimos, y bueno yo de mi “papa” no quiero saber nada, ha intentado comunicarse conmigo desde que llegamos, y como en un principio nada ha cambiado, no quiero saber nada mas de él, nunca, todo esto es culpa de el.
Claudia:
Estoy un poco ebria para ser sincera, miro el reloj que cuelga como adorno en la pared de este desaliñado y viejo bar, marca las 3:50 a.m y yo sin querer irme y volver a sentir ese dolor que me hace perder todas las fuerzas sigo bebiendo, como si no tuviera nada más que hacer, la vida sigue me dice Paula, como si a ella no le doliera, como si ella no tuviera el corazón partido al igual que el mío, se que sufre tanto como yo, y las dos nos hemos ahogado en nuestro dolor, de diferentes maneras pero seguimos pensando en aquellas mujeres que han terminado siendo nada más que dos sombras. Huelo a alcohol, más que nada a vodka puro y tequila, mi cabeza da vueltas y yo no puedo dejar de pensar en ella, en lo que pase aquella noche, y como un destello todo apareció frente a mí.
Después de que Paula salió sigilosamente, como queriendo ser invisible nos quedamos solamente las dos, no pude resistirme a mirarla, y ella simplemente bajo la cabeza avergonzada, como aquella vez cuando la conocí. Quise acercarme pero ella se paro y quiso irse.
Claudia: ¿te irás sin despedirte?-pregunte con lagrimas en los ojos-.
Flor: Claudia no hagas esto mas difícil.- dijo sin siquiera mirarme-.
Claudia: sabias que esto pasaría y sin embargo me hiciste parecer que todo esto sería mi culpa, que si yo me alejaba era solo por mí, manipulaste la situación.
Flor: no claro que no, nunca imagine que esto pasaría, la idea era que solo Paula viniese aquí y se quedara para que después de eso apareciera don óscar y desenmascara a Mónica, nada de esto estaba en los planes de ninguna de las dos y lo sabes, todo paso tan rápido y sin esperarlo nos empezamos a querer, sabes que así pasaron las cosas.
Claudia: yo lo único que sé es que sin pensarlo te volviste importante para mí.- el reflejo de mis lágrimas en la ventana me hicieron parecerme a alguien que nunca espere ver-.
Flor: Claudia.- dijo en un susurro detrás de mí-. Tu igual eres alguien importante para mí.
Yo me di la media vuelta y sin saber lo que pasaría hice lo que me pedía el corazón a gritos, la bese entregada a lo que podría pasar, su sabor colmo mis sentidos, y a la vez hicieron que todo en mi temblara, no importo el lugar, el momento, se nos olvido por completo el mundo, solo se inicio la complicidad entre las dos, la abrase con mas fuerzas como no queriendo dejarla escapar y que se arrepintiese de lo que estaba por venir, el beso se hizo más pasional, y el deseo entre las dos creció, hasta que ella se separo bruscamente, yo la volví a tomar con fuerzas mientras ella se intentaba separar de mi cuerpo.
Flor: suéltame Claudia… suéltame-. Dijo soltando mi amarre-.
Claudia: no flor no dejare que te vayas.-tomando su brazo-.
Flor: suéltame por favor.
Claudia: Ándate entonces.-dije soltándola-.
Flor: ¿de verdad?
Claudia: si, si quieres irte hazlo de una vez, Pero escúchame bien flor, tu sales por esa puerta y hare como si nunca te hubiera conocido, como si nada de esto hubiera pasado.
Flor: ¿Estás segura de esto?
Claudia: eras tú quien quería que te soltara así que has lo que tú quieras.-dije yéndome a mi cuarto y dejándola sola-.
Llegue y cerré la puerta con rabia, su sonido estruendoso resonó en mis oídos, sabía que esto se había acabado y que tendría que resignarme a cumplir lo que le dije, aunque supiese que todo eran solo palabras, palabras que me cuestan creer, escuche la puerta a la salida, se había ido, y las fuerzas me derrotaron, me sumí en un mar de lagrimas que fueron interrumpidas por el toque de la puerta de mi habitación, pensé que seríaPaula que había llegado.
Claudia: Paula ahora no quiero hablar.-dije abriendo la puerta-.
Flor: soy yo.-dijo entrando-.
Claudia: ¿a qué volviste?
Flor: a esto. - respondió besándome-.
Nos besamos hasta llegar a la cama donde nos empezamos a desvestir desesperadamente, yo por mi parte desabrochaba los botones de la blusa negra que llevaba puesta, y ella no dejaba de mirarme mientras lo hacía, de repente me detuve a pensar algo y sin más le pregunte.
Claudia: ¿has hecho alguna otra vez el amor con otra persona?
Ella se sentó sobre la cama y yo hice lo mismo.
Claudia: perdón, no pensé que tu nunca…
Flor: no es culpa tuya, de hecho nunca te dije.
Claudia: pero yo tenía que haberlo sabido, ahora me siento una violadora.-dije tapándome la cara con mis manos-.
Ella tomo mis manos y me beso.
Flor: estoy segura de lo que quiero hacer, y quiero que tú seas la primera y la ultima.
Nunca pensé oír esas palabras de nadie, de hecho nunca me lo habían dicho antes, y eso me dejo paralizada por completo.
Claudia: ¿estás segura?
Flor: nunca había estado más segura en mi vida de hacer esto.
Me incorpore en frente de ella y la bese tiernamente, ella se recostó y yo encima de ella baje un poco para besar su cuello mientras mis manos acariciaban lentamente su cintura, ella dejaba escapar unos pequeños gemidos que he deseado escuchar hace mucho tiempo, seguí desabrochando su blusa y luego se la quite, esos pequeños pero hermoso pechos me hicieron no quitarle la mirada por un instante, ella me tomo la cara y me beso apasionadamente como no queriendo que me detenga ni por un segundo, los besos fueron subiendo de tono al punto que mi corazón se acelero descontroladamente, ella se giro dejándome abajo y yo la tome de las caderas y la divise, se veía hermosa, su manera de mirarme era por decirlo así caliente, saco mi polera y quedamos en las mismas condiciones, y a los pocos minutos ya estamos solo en ropa interior, tome yo la iniciativa y le quite el brassier, ella sin frenarme me dejo sus pechos a mi disposición, los toque, los bese, los lamí, los succione, y ella para ese entonces ya respiraba agitadamente, sus manos acariciaban y rasguñaban mi espalda de una manera tan excitante que me robaba mil suspiros, ya no aguante mas y baje lentamente, bese su abdomen con necesidad, ella abrió sus piernas como rogando que le haga el amor, yo bese su frente, su nariz, su mejilla hasta llegar a sus labios y depositarle un beso con sabor a deseo, y en ese instante comencé las emboscadas, primero un dedo y luego otro, hasta hacerle erguir su espalda, luego baje aun mas para besar su clítoris al ritmo de mis emboscadas, su excitación estaba al límite, al momento que empecé a lamer su vagina y meter mi lengua hasta su profundad, lamí cada gota de sus deliciosos fluidos y luego subí para acostarme a su lado, repetimos toda la noche lo mismo, ella me hizo el amor como nunca me lo habían hecho antes hasta quedarnos completamente agotadas, yo caí en las profundidades del sueño, me quede dormida con su aroma impregnado en mi piel, y con su pecho pegado en mi espalda. Y ya al otro día, ella ya no estaba, había desaparecido, como mi corazón.
Y asi fue como todo mi mundo se derrumbo, no me arrepiento, pero maldita sea, ¿por que?, ya estaba bastante alcoholizada,sentia que mi cabeza explotaria, deseaba contarle a paula todo lo que paso aquella noche, pero el solo recuerdo de su piel al roce con la mia me hacia querer explotar en llanto, despues de eso paula llego y sus ojos estaban completamente inchados, fue uno de nuestros peores amanecere, no habia que decir nada mas, compramos los pasajes de vuelta a chile y han pasado dias en que las dos llegamos de la universidad y nos encerramos en nuestro propio mundo, no hemos hablado nada ni de monica ni de flor, sabiamos que tocar el tema seria amanecer llorando las dos, por eso estoy hoy aquí entre tragos y los pensamientos de flor que me traicionan. Sabia que ahora estaba pagando las lagrimas que yo provoque a otra mujeres y que ahora se han hecho propias, karma, justo ahora tenias que hacerte presente en mi vida, me has hecho alejar de todo aquel mundo en el que vivia.
Ya iba por mi 5 o 6 copa, ni siquiera se cuanto he bebido, pero imagino que son mas de las que creo. De pronto alguien me quita el vaso y se lo toma de golpe.
Paula: me costo mucho averiguar donde estarías, pero después de preguntarle a unas cuantas amigas me dijieron donde encontrarte.
Claudia: ¿Qué haces aquí?- pregunte mientras le pedia otro trago a la barwoman-.
Paula: impidiendo que hagas algo de lo que te puedas arrepentir, como encamarte con cualquier tipa que se te ponga en frente.
Claudia: no estoy para eso- dije tomándome otro trago-.
Paula: ya vamonos a casa, estas demasiado ebria.- tomándome del brazo-.
Claudia: vete tú. -zafándome-.
Paula: venga vámonos hermana. -Volvió a tomarme del brazo-.
Claudia: ¿Hermana? Si por culpa de TU hermana estoy así. –dije volviendo a recordarla-.
Paula: vamos Claudia estas borracha. –vuelve a sostenerme-.
Claudia: no, no-.dije empujándola-.
Paula: pero, ¿Qué haces? No ves que solo intento ayudarte, pero si quieres emborracharte cada próxima noche de tu vida lamentándote por lo que hiciste aquella noche hazlo, si quieres llorar y ser una miserable hazlo, pero hermana aquí me tendrás siempre para recoger cada pedazo de ti, y para ayudarte en lo que tú quieras, pero no quiero verte así, sabes flor me llamo y como una estúpida le pregunte por Mónica en vez de preguntarle a ella como estaba, he sido una egoísta todo este tiempo por haberte metido en mis problemas los cuales tenía que haber resuelto yo sola, si no te hubiera pedido que me acompañaras a España ahora mismo no estarías así.
Claudia: pero si no hubiera ido tu ahora estarías peor de lo que yo estoy, y yo si hubiera sido la egoísta, Ven aquí y llévame a casa.- dije abrazándola-.
Después de esa noche deje de contar las horas que han pasado desde que la vi por última vez, no puedo decir que deje de pensar en ella pero solo la aparte de mis pensamientos, después de esa noche nada volvió a ser lo mismo para mi, sé que soy débil y hasta podría decir llorona, pero solo Paula a logrado ver mi sonrisa en este último tiempo, me sentía como cuando el hielo se derrite de a poco, hasta que pierde su dureza, ya nada será igual de ahora en adelante, ya no tendré ninguna debilidad.
Continuara...