Ella mi anciana seductora, yo su niña (2)

Sigo visitando a mi anciana seductora, que lleva a su niña a seguir conociendo el placer...

ELLA “MI ANCIANA SEDUCTORA, YO “SU NIÑA” (2)

Había vuelto en varias ocasiones a casa de mi “anciana seductora”, la segunda vez que fui, cuando vio mi coño depilado se quedó sorprendida y me dijo que así era más bonito aún, muy suave y más gustoso de comer.

Yo en casa al acostarme iba viendo videos porno de lesbianas, de maduras con chicas jóvenes, para ver que cosas hacía, que posturas...Había visto la tijera así que en varias ocasiones lo hicimos, sin llegar todavía a coger el punto exacto, aunque más de una vez frotamos nuestros coños, sintiendo un placer nuevo. Cada vez era para mí más morboso y excitante pasar un rato con ella. Me hacía tener orgasmos todas las veces, alguna incluso dos. La verdad es que no se si yo a ella le hacía llegar a tener orgasmos todas las veces, pero pensaba que alguna vez no. De hecho yo pensaba que aunque no llegara yo a tener un orgasmo solo estar allí, desnuda en su cama, besándonos, acariciándonos y lamiéndonos nuestros sexos era ya suficientemente placentero.

Recuerdo que un día fui a su casa y no me abría, llamé varias veces, esperé allí en la puerta 15 o 20 minutos, por si estaba en la ducha, pero no me abrió. Volví al parque, me senté en el banco donde me sedujo, con la esperanza de que pasara por allí. Al cabo de 1 hora volví a su casa y tampoco estaba, al final resignada y bastante decepcionada me fui a casa.

A los días volví y enseguida me abrió, le conté lo que me había pasado y me dijo que estaba comprando y que si lo hubiese sabido habría estado esperándome tras la puerta tan solo con su bata. Sabía como calentarme.

Así que para que aquello no me volviese a pasar, le dije de hacernos las dos un grupo de whatsapp. Así que estando en la cama después de un buen y sabroso rato de sexo, me fui a por mi móvil y allí sobre la cama, desnudas lo hice.

-¿Que nombre le ponemos al grupo?. Le pregunté

-Ah! No sé. El que quieras. Las dos amantes. Las dos sexys....

-Pppprrrr, no sé

-Pues mi niña, no se me ocurre.

-Ah, ya, ya lo tengo “Anciana seductora y su niña”, ¿te gusta?

-Pues si, vaya, eso es.

-Muy bien, te mando un mensaje- le dije

Al momento sonó un pitidito en su móvil. Lo leyó y.... se agachó a besarme el coño.

-Veo que te ha llegado bien. Te voy a cambiar el sonido, para que sea único para nuestros mensajes.

-Lo que quieras. Y ahora te mando un mensaje yo.

Le cogí el móvil, le cambié el sonido y se lo dí. Estuvo un ratillo escribiendo. Yo mientras puse el mismo sonido para mi móvil. Y me llegó un mensaje suyo.

-Hola mi niña, me gustaría un buen lametón en mi sexo.

Así que nada tras leerlo, le dí tres o cuatro buenos lametones a su mojado coño. Mmmmm.

Y le dije:

-Falta algo en nuestro grupo. La foto de perfil y ya sé cuál tiene que ser. Tienen que salir nuestros coños juntos.

Así que allí nos pusimos en varias posturas, haciendo fotos para luego ver que foto era la mejor. Las revisamos todas y nos decidimos por una en la que se veía su coño abajo y el mio encima. Era genial, se apreciaban claramente la diferencia de edad entre los dos. La puse de perfil del grupo. Las demás fotos no las borré, me las guardé para cuando estuviese sola para poder disfrutarlas.

Seguíamos viéndonos cada cuatro o cinco días. Una de las veces me dijo después de nuestra sesión de placer, si quería que nos diésemos un baño. Un baño, no una ducha. Le dije que sí enseguida. Llenó la bañera de agua caliente, se metió y luego entré yo, me tumbé acomodándome sobre ella, de espaldas, apoyaba mi cabeza en su hombro derecho, notaba parte de sus senos en mi espalda. Ella me acariciaba la barriga, mis tetas y me besaba en la mejilla o me giraba yo para que me besara en los labios. Tiraba agua sobre mis pechos, los acariciaba y magreaba con suavidad. Me encantaba. Que gusto...

Estuvimos un buen rato, se estaba tan a gusto. Después de una buena sesión de sexo, relajarse así era maravilloso.

El agua se enfriaba, así que nos levantamos y empezamos a enjabonarnos. Yo a ella y ella a mi, repasaba bien sus tetas, sus hombros, su barriguilla y, como no, su coño. Lo embadurnaba bien de jabón y lo acariciaba para dejarlo brillante. Ella a mí me hacía lo mismo.

Luego me dijo que me diera la vuelta. Me enjabonaba la espalda, pasando sus uñas, iba bajando hasta llegar a mis nalgas, pasaba la mano por entre ellas, tocando y enjabonando mi culito, mi ano. Lo hizo varias veces, de la espalda bajaba y subía, luego se entretuvo en mi entrada trasera, me lo enjabonaba y frotaba, en un momento sentí que hacía algo de presión y me metió un dedo. Yo no dije nada. Ella metía el dedo muy, muy despacio, lo sacaba y lo volvía a meter. Yo puse mis manos sobre la pared para apoyarme y bajé un poco mi cuerpo para facilitarle el trabajo. Ella sacó el dedo de mi culo y volvió a magrear mis nalgas, las apretaba, las separaba, sé que miraba mi ano, lo frotaba con sus dedos y de nuevo volvió a meterme un dedo y tras este otro. Con dos dedos dentro de mi culo, los empezó a meter y sacar de forma sensual, suave. Yo seguía sin decir nada, me gustaba, al final casi sin quererlo me salió un gimoteo. Ella siguió con su suave ritmo. Sacó un dedo y dejó tan solo uno dentro, con el que siguió penetrándome el culo. Al cabo de un rato lo sacó, me acabó de enjabonar y empezó a tirarme agua. Yo me había quedado inmóvil, apoyada en la pared. Me giré y le besé, con pasión. Acabamos de enjabonarnos, salimos y nos secamos.

Yo me vestí, ella se puso su bata. Me fui a la puerta, ella me siguió y antes de salir, me dijo

-Perdona si te ha molestado lo del baño.

Yo sabía a que se refería pero quería que lo dijera

-¿Que perdone, por el qué?

-Pues eso, cuando te enjabonaba . Lo de.... Cuando te he metido el dedo en el culo, no sé si.... si.. tú querías...

-Mira, me tienes ya atrapada. Y no te puedo pedir perdón porque me ha gustado. Y me ha gustado mucho. Y que sepas que soy “tu niña”, así que soy tuya desde los pies a la cabeza para lo que quieras, y eso incluye mi culo, que también es para ti.

No dijo nada, me besó y noté que era un beso de haberse quitado un peso de encima, creo que estaba preocupada por si me había molestado y no volvía.

Abrí y me marché. Ella cerró

Estando en casa un sábado por la mañana me llegó un mensaje al móvil, al oír el sonido ya se quien era, ella. Lo miré y me ponía que si quería tomar un café con ella, que iba al bar de la plaza donde nos conocimos. Le dije que si, que me diese media hora.

Me duché rápido, me puse un sujetador con tela casi transparente y ribete morado y una tanga a juego, también de tela con el triangulito casi transparente y ribete y tira morada, que desaparecía entre mis nalgas. Unas mallas ajustadas negras y una camiseta corta, casi no me tapaba el ombligo, me miré al espejo y... me quité el sujetador, me volví a mirar, la verdad es que las tetas se marcaban y empujaban la camiseta hacia afuera, pensé un par de veces antes de irme de casa de ponerme el sujetador, pero finalmente me veía monísima y sexy.

Llegué al bar y ella estaba sentada, me acerque:

-Hola

-Hola mi niña

-Voy a pedir- Fui a la barra , pedí y volví a la mesa

-Vaya culo te marcan esas mallas -me dijo

-¿Siii?, ¿pero te ha gustado?

-Ay, mi niña, de ti me gusta todo – nos reímos – Y se nota que no llevas sujetador, esas tetas tuyas te delatan enseguida -Sonreí, y pensé si la gente por la calle se habría dado cuenta, que vergüenza, pufff

-Bueno, si nos ve alguien que conoces, ¿que le dirás? - le pregunté

  • Pues nada, que el otro día me ayudaste a llevar la compra y que te estoy invitando a un café para darte las gracias

  • Vaya, si lo tienes todo pensado

-Si mi niña, no quiero que nadie piense lo que haces, lo que digan de mi me da igual, pero tú eres joven.

  • Que digan lo que quieran, lo que hago es bien a gusto.

-Ya, ya. No me refiero a eso. Es a que piensen que eres una puta, que vienes conmigo porque te pago.

-Ah, no, eso no. Que lo que hago contigo es porque yo quiero, y tú también claro. Lo hago por voluntad sin recibir nada a cambio más que placer.

-Pues eso, pero la gente es enseguida mal pensada y tú no te mereces que la gente piense mal de ti.

Seguimos charlando un rato, me dijo si quería quedarme a comer, le contesté enseguida que por supuesto. Le mandé un mensaje a mi madre y arreglado.

Nos fuimos a su casa. Yo estaba algo excitada, así que al llegar le dije de ir a la habitación, la desnudé besándola e hice que se sentara en la cama, mirándola desde arriba me quité la camiseta, poco a poco, aunque ella desde abajo ya veía algo de mis tetas. Después me giré, ella me palpó el culo sobre las mallas. Me las fui bajando poco a poco, agachándome un poco para que mi culo estuviera exactamente a la altura de cu cara, me iba bajando las mallas, apareció mi culo despejado, las nalgas libres, solo se veía la tira en la parte de arriba, ella puso enseguida las manos en él y me lo acariciaba.

-Mi niña, si vas suelta

-No, que tengo un tanguita

-Pues como si no llevaras nada

Me erguí y me dí la vuelta, cuando vio mi sexo cubierto por aquel triangulito de tela casi transparente y que se veía con claridad mi coño, me miró, se acercó y me lo besó.

-Que preciosidad, de verdad, que vista más preciosa.

-Mmmmm, es para ti, lo hago para que te guste a ti.

-Mi niña, sabes como calentarme de forma rápida, eres maravillosa.

Me cogió la tira por mi cintura y me fue quitando el tanga, se acercó a lamerme el coño, yo subí una pierna a la cama para que fuese más fácil. Sentir su lengua recorriendo mi coño era tan absolutamente excitante que enseguida me mojaba, lubricaba y me sentía absorbida, mmmmmm, que gusto.

Ella se tumbó en la cama boca arriba y yo me puse al revés sobre ella, en un 69 para que las dos pudiéramos disfrutar de un coño y una lengua en el coño. Me cogía de los muslos y lamía como desesperada, notaba que levantaba la cabeza y llegaba a chuparme el culo, el ano, mmmmm. Yo le chupaba con dulzura sus labios vaginales, los besaba y relamía, con la mano frotaba su clítoris, que empezaba a asomar blanquecino y sensible. Estuvimos un buen rato era tan sexual esta postura.

Se levantó de la cama, se fue a la cómoda y vino con, con un.... consolador en forma de polla y unas tiras

-Mira mi niña, si quieres lo probamos, es mio de hace muchísimos años, ¿te apetece?

-Claro mi seductora insaciable.

Vi que se ponía entre las piernas las tiras, era un arnés, se lo ajustó y allí estaba, aquella anciana, con buenas arrugas, unos tetones y una polla de plástico donde debería estar su coño. Era un consolador sencillo, una polla de unos 15 cm y bastante gruesa, con dos huevos a medias colgando. Estaba para una foto.

-Ven mi niña, a ver como la chupas

-Si yo no sé hacerlo, nunca lo he hecho

-Yo te enseñaré , aunque sea lo básico

Se puso de rodillas en la cama, con esa polla “erecta”, me dijo que me acercara y la fuese lamiendo primero, luego que poco a poco me la metiera en la boca, retrayendo los dientes. Yo probé, abrí la boca y me fui metiendo poco a poco. Ella la sostenía con una mano. Yo me la metía y sacaba. No se si lo hacía bien porque no era de verdad y ella no me podía decir que sentía, pero bueno.

-Ahora ponte a cuatro patas hacia allí – me dijo Estela

Me puse mirando el cabezal de la cama, ella se puso detrás y noté como la dirigía a mi coño. Estaba bien lubricado así que le costó poco meterla. Cuando ya metió la punta, me cogió las nalgas y por la cintura y despacio me la iba metiendo toda. De vez en cuando la sacaba para volver a meterla. Notaba como iba entrando en mi. Era una sensación nueva, pues nunca me había metido nada, solo la punta de la lengua de ella. Ahora notaba como me abría bien la vagina, como ocupaba todo mi espacio interior. Me gustaba, me gustaba sentir eso dentro de mí.

  • ¿Cómo vas mi niña?

  • Bien, muy bien, la noto resbalar hacia dentro de mi.

  • Muy bien cariño., porque la tiene casi toda dentro ya.

-Siii, tan larga y gorda y ya está dentro.

-Es que como siempre estás tan mojada, entra muy suave.

-Mojada siempre por ti, para ti. Mmmmmm

Ella empezó a sacarla y meterla, a hacer ese movimiento cada vez con más ritmo. Me preguntó si quería cambiar de postura, yo le dije que no, así estaba a gusto y no sabía si cambiando sería igual. Empezó a un ritmo frenético, yo notaba entrar y salir ese consolador de mi coño y me ponía más mojada todavía, empecé a gemir, Ohhhhh que gusto, que placer, como me follaba Estela con aquella polla, siguió con un ritmo sostenido, cuando me oía gemir con más fuerza apretaba más, metiéndomela a golpes fuertes, aquello para mi ya fue el fin, empecé casi a gritar y me llegó el orgasmo, me movía hacia adelante y ella no paraba de follarme con ese enorme consolador. Seguía con sus embestida, yo notaba un nuevo placer que me puso loca, estaba que sentía recorrer mi cuerpo algo eléctrico. Ella fue descendiendo el ritmo cuando notó que yo había llegado.

-Uffff, uffff, que pasada, como me has follado!!

-Te ha gustado mucho, ¿eh mi niña?

-Si es que todo lo que tienes para mi, me vuelves loca.

Allí estaba yo, a cuatro patas, caliente como una perra en celo y ella detrás con el arnés y la polla esa metida en mi coño. La fue sacando poco a poco. Yo me tumbé boca arriba, ella se acercó con la polla a mi boca y me dijo

  • ¿Quieres probar tu corrida en esta polla?

Yo me la metí y saboreé mis flujos calientes.

Se tumbó a mi lado, nos besamos, le dí las gracias por enseñarme todos los placeres.

Me dijo de intercambiarnos los papeles, pero le dije que primero quería chuparle el coño. Me encantaba hacerlo y saborearlo, pero me dijo que me pusiese primero el arnés. Así que me ayudó a ponérmelo, porque yo me hacía un lio, y se tumbó boca arriba, me agache y empecé a lamer aquel maravilloso y arrugado coño que tanto me gustaba. Estuve casi 10 minutos comiéndoselo, ella al final me incitaba a que subiera a besarla y le metiera el consolador. Yo estaba nerviosa porque no sabía si iba a saber manejarlo bien, a metérsela y coger el ritmo como debía. Quería hacerle disfrutar y pensaba que no iba a saber.

Al final me decidí, tenía que aprender y si no lo hacía bien hoy, otro día lo volvería a intentar, ella se lo merecía. Me acerqué a su cara, la polla esa se apoyó sobre su ombligo, empecé a besarla y noté como el consolador se resbalaba hacia su coño. Me incorporé un poco, lo cogí con la mano derecha y lo guié hasta su entrada. Empecé a hacer presión y enseguida le entro casi la mitad de una sola vez, estaba muy lubricada así que no costó nada que entrara, me moví un poco hacia atrás y de nuevo adelante para metérselo más, ella no dejaba de mirarme, yo miraba como le iba entrando en su coño. Flexionó las piernas, yo me apoyé en ellas y empecé a metérsela y sacársela a mi ritmo, poco a poco. Así primero despacio acomodándome, y luego empecé a aumentar el ritmo. Le cogí el truco y la posición para poder moverme bien. Empecé a follar a aquella anciana con su consolador, se apretaba contra mi coñito y le embestía metiéndoselo todo. Ella empezó a jadear, se frotaba las tetas, gemía, yo la miraba, miraba su cara de disfrute, miraba como le entraba. Estuve un buen rato en esa posición. Luego me dijo de cambiar. Se tumbó de lado, una pierna la dobló y la adelantó. Yo me puse de rodillas, sobre su pierna estirada, ella se levantó la nalga con una mano para facilitarme el trabajo y le volvía a meter el consolador. Me apoyaba sobre su cintura y su nalga, ella se frotaba el clítoris. En esta postura yo estaba mucho mejor, podía follarla mejor. Cogí un buen ritmo, metía y sacaba, metía y sacaba con fuerza, con ganas, ella gemía y gemía, eso me hacía seguir a ese ritmo. Suspiró y me dijo:

-Ahora cariño, con cuidado métemela por el culo.

Yo , yo… como? Por su culo. Le levanté la nalga y allí estaba su ano, grande, oscuro. Le saque el consolador del coño, llevé mi mano a recoger sus fluidos y los restregué por su culo, cogí la polla esa y la llevé a su entrada trasera, empecé a hacer presión, entre lo mojado que estaba el consolador y que tenía un culo bastante abierto, porque no ofreció casi resistencia, le entró con mucha facilidad. Yo empujé, ella suspiraba

-Mmmmm, así cariño, así mi niña. Metémelo, métemelo por el culo. Mmmmmm!! Ahhhggg!! Ahhggghh!!

Para mi ver como le entraba me excitaba y ver como se ponía de caliente, aún más. Empecé de nuevo ese movimiento metesaca a ritmo, pero esta vez se lo metía por detrás y le entraba igual de bien y suave que por delante. Ella se frotaba el coño, se metía un dedo, se masajeaba el clítoris y yo le follaba el culo. Le estiraba la nalga hacia arriba para ver bien como le entraba, Mmmmmmm que imagen su culo se lo tragaba entero. Empecé a subir el ritmo. Esta postura era muy cómoda y excitante para mí. Ella no paraba de gemir y gemir, le estaba gustando así que no iba a parar. Seguí y seguí, llevaría ya unos 10 minutos dándole a mi anciana así por el culo, que morbo, parecía que no quería que parara, seguí un poco más y en menos de un minuto, soltó un gran gemido, me agarró de la mano y me hizo saber que tenía que ir parando. Poco a poco fui dejando de metérsela, de forma suave y lenta se la saqué. Ella se giró un poco, me cogió una mano y me la llevó hasta su coño, estaba completamente empapado, le caía flujo por su pierna hacia su cama.

Se quedó así de lado, yo como pude y medio enredada me quité el arnés. Antes de tumbarme a su lado, le levanté la nalga para ver como estaba su culo. Y estaba algo abierto y mojado. Me gustó verlo, me acerqué y le dí un beso. Le acababa de dar un beso en el culo a mi anciana seductora. Que caliente me ponía todo aquello.

Me tumbé detrás de ella, ella se giró y con una sonrisa de agradecimiento me besó, muchos besos, muy sensuales. La abracé, ella me cogió de la mano y nos quedamos un rato tumbadas y en silencio. Al cabo del rato me dijo

-Mi niña, eres de lo mejor que me ha pasado en la vida. Me haces pasar momentos tan buenos a mi edad.

-Ay, mi anciana. Con lo que me enseñas y el placer que tú me das a mí, si que me haces pasar buenísimos momentos. No sabes la suerte que tengo de que te fijaras en mí.

-Es que iluminabas toda la plaza, era imposible no fijarse en ti. Lo que me alegré entonces y lo que me alegro ahora de que me siguieras.

-Si es que me sedujiste, no sé cómo, pero lo hiciste y no pude resistirme.

Nos reímos, nos giramos cara a cara y con una sonrisa nos acariciábamos las caras, juntábamos nuestros labios, nos besábamos. Desde luego que había pasión de verdad en esos besos, Mmmm.

Al rato nos levantamos, ella se puso una bata, yo me quedé desnuda y fui al sofá. Luego me llamó para hacer la comida, yo le pedí un delantal para ponerme y ayudarle a cocinar..

En la cocina, nos tomamos algo de aperitivo mientras cocinaba. Me dijo

-Mira que acabamos de salir de la habitación, pero ese delantal te hace un culito que me entran ganas de volver a acostarme contigo.

-Ehhh, cuando quieras, aquí me tienes – Le contesté.

-No me tientes que necesito recuperar fuerzas.

-Yo te las doy, que tengo por aquí debajo – le dije indicándole mi coño por encima del delantal y riendo.

Comimos en la cocina, después tomamos café en el salón, en el sofá. Y nos pusimos a ver la tele. Sentadas y desnudas. La verdad es que ir desnuda por la casa me hacía sentir muy a gusto. Si pudiese hacerlo en la mía, iría siempre en pelotas.

Ella estaba sentada, yo me recosté de lado en el sofá, apoyando la cabeza entre sus piernas. Me llegaba un aroma de su sexo que me gustaba. Así en esa postura me dormí.

Al despertar ella me acarició la cabeza

-Mi niña, ¿has descansado bien?

-Estupendamente la verdad. ¿Y tú?

-No, yo no he dormido estaba mirando la película.

Empezó a acariciarme el costado, el brazo, la barriga, llegó a mi teta y volvió a mi costado, fue bajando hasta mi nalga, la acariciaba suavemente, luego llevó su mano a la raja que separa mis nalgas, alcanzando ligeramente mi ano. Volvió a mi cintura y bajó a mi nalga y de nuevo hacia mi ano. Yo me moví un poco para que llegara mejor, así que ella estiró bien la mano y ya llegó bien a acariciar la entrada de mi culo. Quitó la mano y noté que se la chupaba y de nuevo la llevó a mi ano, lo acariciaba haciendo círculos. A mi aquello me empezó a gustar, sentir su mano con aquella suavidad sobre mi culo, me excitaba, me gustaba, pero no dije nada, le dejé hacer. Siguió acariciándomelo, estiraba la mano para llegar a mi coño y lo conseguía con dificultad. Yo sabía lo que quería, quería mi humedad para llevarla hasta mi culo. Me volví a mover un poco para asegurarme que pudiese hacerlo. Se empapó los dedos y los llevó a mi culo, siguió con sus caricias circulares y presionó con un dedo, entró con facilidad. Me lo metía y sacaba, yo ya suspiraba, me estaba calentando.

-¿Vamos a la habitación, mi niña?

-Siiii, siii.

Nos levantamos, iba yo delante y ella detrás:

-Que hermosura de culo tienes - me dijo.

Yo estaba ya caliente y me imaginaba lo que pretendía.

-Todo para ti – le respondí.

En la cama me dijo que me pusiese a cuatro patas. Ella se puso detrás de mí y acariciándome el coño con una mano empezó a besarme y chuparme el culo. Yo al sentir su lengua repasar mi ano empecé a suspirar profundamente, que gusto. Lamía desde mi coño hasta mi culo, se entretenía en mi ano, me besaba y acariciaba las nalgas. Después de un rato paró y se puso el arnés. Yo viendo lo que venía le dije:

-Es muy gordo ¿no?

-No te preocupes, que lo haré muy despacio y tu culo se adaptará. Puede estar tranquila que te cabe. Y te gustará ya verás.

Se puso detrás de mí, yo estaba a cuatro patas, mirando la pared. Ella empezó a pasar la punta del consolador por mi ano, para lubricarlo y mojarlo. Lo paró y empezó a hacer presión, yo notaba como mi ano iba cediendo y abriéndose. Lentamente, iba dejando pasar aquella polla de plástico

-Ahhhhh!! Ufffff! -intentaba reprimir mi grito.

-Si mi niña, igual duele un poquitín al entrar la primera vez, pero enseguida verás que se te pasa, aguanta un poco.

-Pufff! Puffff! Si, si, vale.

Y siguió metiendo un poco más. Iba muy lentamente, notaba cada centímetro entrar en mí. Poco a poco y metiendo un poco y sacándolo y volviéndolo a meter fue penetrándome hasta metérmelo todo. Se apoyó sobre mi, notaba sus piernas tocar las mías y el culo superabierto, lleno.

-Ya la tienes toda dentro, mi niña, toda. Ya te decía yo que te cabría sin problemas.

-Uffff! Uffff! Noto mi culito embutido, con algo haciendo presión. Ahhhhhh! Ahhhh!

-Ahora viene lo bueno, cariñito.

Y empezó a meter y sacar, primero despacio y luego cada vez más rápido. Yo notaba como me entraba y salía del culo y dejó de dolerme. Notaba casi la misma sensación de placer que cuando me lo metió por el coño. Lo sentía entrar y salir, resbalando, sin hacer ya presión. La fricción de ese consolador en mi ano me estaba dando un gusto nuevo y tremendo. Que maravilla. Allí estaba la anciana, detrás de mí, dándome por el culo. Me gustaba.

-Siiii, Siiii Ahhhhggggg!! Ahggggg!! Que gusto, siiii. Me encanta, me gusta – le dije, sabiendo también que le gustaría escucharlo.

-Si mi niña, te gusta ¿verdad? Disfruta, disfruta.

Yo bajé mi cabeza, la apoyé sobre el colchón, así le dejaba el culo más expuesto y mirando entre mis tetitas veía parte cuando la sacaba.

Me follaba el culo como si la polla fuese suya de verdad, manejaba aquel consolador con arnés de forma magistral. A mi llegaban nuevas sensaciones desde los pliegues de mi ano que me iban recorriendo el cuerpo, sintiendo un placer nuevo y excitante.

Me la sacó y me dijo que me tumbara de lado apoyada sobre el lado izquierdo, ella se puso detrás de mí, puso la mano izquierda en mi hombro, junto a mi cuello y la mano derecha primero me hizo levantar la pierna derecha y luego se cogió el consolador. Yo con mi mano levanté mi nalga derecha para que viese mi agujerito bien y me metiera ese falo. Lo llevó al punto de entrada, presionó y cuando notó que me iba entrando lo soltó de la mano y me cogía de la parte interior del muslo, para que la tuviera algo levantada. Yo no la veía pero sé que no perdía detalle de como me iba penetrando. Se que miraba como ese consolador desaparecía dentro de mi culo conforme ella presionaba. Y de nuevo empezó el movimiento lento de metesaca, yo gemía de placer, ella jadeaba creo que de cansancio. Aumentó el ritmo, el placer que sentía en mi culo era maravilloso, gemía y casi gritaba, me aferré con las manos a las sábanas, medio hundía mi cabeza en la almohada para ahogar mis gritos, mis gemidos. Ella seguía, cogiéndome con fuerza por el hombro y por la pierna. Sentía su cuerpo golpear el mio en cada metida, plas!!, plas!!, plas!!. Me follaba a un ritmo frenético y entonces sentí que me venía, ahora ella no podía parar ni un milisegundo, así que la incité a no hacerlo

-Ahhhgggg!!, síii, síííí fóllame, fóllame por el culo. Me encanta, me encanta que me folles el culito. Sííííí

Eso es lo que creo que le hizo aguantar lo suficiente, para que a mí me llegara un orgasmo que saliendo de mi culo, llegó a mi coño, a mi estómago, me llegó al cerebro y se expandió por todo el cuerpo. Yo dí unos fuertes gemidos y me temblaba el cuerpo. Ella fue parando la penetración y recuperando la respiración. Yo seguía aferrada a las sábanas y dejando que las pequeñas convulsiones de placer, fuesen parando al igual que mis gimoteos. No me podía mover. Ella paró de follarme pero no me sacó el consolador del culo. Pasó la mano izquierda por debajo de mi cuello, me abrazó pegándome a ella, notaba sus tetas en mi espalda, acercó a mi cuello y me besó. Yo seguía sin moverme, disfrutando del momento. Al poco me giré y nos besamos en la boca, un largo beso. Me acariciaba el costado, bajando hasta mi cintura y parte de mi nalga derecha, pero no sacaba el consolador. Notaba mi culo que se mantenía abierto por aquello y como haciendo presión para cerrarse, sin poder conseguirlo, estaba ocupado por aquella enorme polla.

Poco a poco se fue retirando y me lo sacó. Se quedó boca arriba, con el arnés puesto y el consolador caído hacia adelante. Yo me dí la vuelta y me puse encima de ella, empecé a darle besitos y besitos por toda la cara, ella me acariciaba la espalda y el culo, Yo no paraba de besarla, por la frente, las mejillas, las orejas, el cuello, la nariz, la boca, en la boca le daba besos más largos. Notaba el consolador apretado contra mi ombligo y mi sexo. Alargó la mano para tocarme el ano. Lo tenía sensible y muy abierto, me lo acariciaba con delicadeza. Me acerqué a su boca, le pasaba la lengua por sus labios, con la punta, luego la fui metiendo en su boca, buscando su lengua para jugar, para entrelazarla con la mía, fue un beso pasional y sensual mientras sentía la dulzura de sus dedos acariciar mi ano. Estuvimos un ratito maravilloso así.

Se levantó y se sentó en un lado de la cama, yo me arrodillé tras ella y alargado mi mano, empecé a magrearle las tetas, le acariciaba los pezones, le masajeaba las enormes tetas, se giró me miró, me besó y me dijo:

-¿Nos damos un baño?

-Ahh! claroooo – le contesté

Se levantó y se fue a preparar el agua, la ví salir sin perder ojo a su enorme culo, de carnes caídas, arrugas y que aún así me gustaba.

Cuando ya estaba preparada me llamó, ella ya se había metido en el agua, yo entré acercando mi coño a su cara, ella acercó la cara y me lo besó. Me di la vuelta y me acomodé en esa postura que tanto me gustaba, apoyada sobre su hombro derecho, mi espalda sobre sus tetas y ella abrazándome, acariciando mi barriga, y cogiendo mis tetas. Que imagen más sensual de su mano llena de arrugas, agarrando una de mis jóvenes y tiernas tetas.

Yo empecé a preguntarle cosas, relacionadas con el sexo, claro:

-Hoy me ha sorprendido mucho una cosa. -Y me quedé pensando

-¿El qué? ¿Qué piensas? - me preguntó ella

-No se. Si te digo la verdad, me he sorprendido mucho de llegar a tener un orgasmo cuando me lo has metido por el culo. Me ha gustado mucho, pero no pensaba que llegaría a sentir tanto placer por ahí, pensaba que dolería y ya está. Pero ha sido....

-Mi niña, te lo he hecho porque sé que no duele y que te iba a gustar. Nunca te haré algo que vaya a dolerte, amorcito.

-Mmmmm

-Y eso de follar, ¿es igual un consolador que....?

-¿Qué qué? ¿ Que quieres saber?

-Que si te metes una polla en el coño o en el culo, digo una polla real, osea estar con un hombre, es igual que cuando tu me metes el consolador?, ¿se siente lo mismo?

-Noooo!!, mi niña, con una polla real que dices tú, con un hombre es mil veces mejor. Eso sí, te lo tiene que hacer bien, pero bien. Además este consolador está un poco anticuado.

-¿Ah síí?, ¿es mejor?

-Si te lo hacen con delicadeza, mucho mejor.

-Ostras!!

-¿Ostras qué?, ¿estás pensando en probarlo?

-Bufff, no sé. ¿Tú que me dices?

-Ea, si te digo lo que me dicta mi corazón te diría que no lo probaras, por miedo a que te guste más que estar conmigo y me olvides. Pero si te digo lo que me dicta la cabeza y sobretodo mi entrepierna, sin duda te digo que lo pruebes. Además eres joven y creo que debes probar todo lo que quieras. Conociéndolo todo podrás decidir y quedarte con lo que más te guste.

-Nooo, a ti no te dejaré nunca, no, no no. - me giré y le dí un morreo.

-Y si lo pruebo, ¿con quien?

-Con quien quieras, con quien tú veas mejor para ti, pero elige bien, que te lo haga bien

-Pero... si yo no conozco a casi nadie y no sé, no se me ocurre...túúúú ¿no sabes de alguien que....?

-Yooo, conozco.... sí claro, pero... Si mira, se de uno que estaría encantado de hacerlo con una jovencita como tú, encantado sólo no, seguro que ni se lo cree. Te trataría como una reina seguro. Es un viejo amigo, y digo lo de viejo porque lo conozco de hace muchos años y porque es viejo, mayor que yo, tendrá 73 o 74 años.

-Bueno, puuuueeessss..... si a ti ese te paree bien, pues con él. Y si es viejo mejor para mí. No sé... me da más morbo hacerlo con un viejo que con un joven – me sentía ruborizada al decir esto

-Bueno , yo la verdad es que viejo o joven lo importante es que no sea aquí te pillo aquí te mato, y sea sólo que él se corra y se acabó. Te aseguro que con Justino no te pasará. Seguramente tendrás una larga experiencia, porque ya sabes que con la edad, a veces, la cosa tarda en ponerse como toca ....

  • ¿Qué dices?

-Pues eso, que tendrás una larga sesión para poder llegar al final.

-Bueno, no lo he hecho nunca así que, que sea lo que él quiera.

-Lo que él quiera no, lo que él pueda - y se empezó a reír.

Y así estuvimos un rato, después nos enjabonamos, como no de forma sugerente y sensual, sobreacariciando nuestros sexos, culos y pechos. Yo me vestí y me fui, no sin antes darle un morreo en la puerta y le dije:

-Yo voy a ir mirando consoladores en internet y luego decidimos el mejor.

-Vale y yo voy hablando con él y lo tanteo – me dijo ella

-Perfecto – le contesté, sintiendo de nuevo humedad en mi sexo.

Salí contenta y feliz, como siempre, y me fui a mi casa. Me acosté desnuda y empecé a buscar consoladores. Había cientos de modelos, de tamaños, colores, con y sin vibrador, algunos más para el culo, otros dobles para el culo y el coño, finos, gruesos, largos, cortos, con formas mil. Difícil elegir. Me fui guardando los que más me gustaban y pensaba también en Estela, con forma de polla normal, con vibrador...

Así no había manera de dormir, le hice una viodeollamada y cuando contestó lleve mi móvil a mi coño para que lo viera

-Esto tiene unas ganas enormes de estar contigo – le dije.

Ella me lanzó un beso y me dijo:

-Pues esta lengua está loca también por saborearte de nuevo.

Estuvimos hablando y calentándonos un poco, yo me acariciaba el coño y le iba enseñando como mi mano se impregnaba de mis flujos pegajosos, me los llevaba a la boca.

Después de colgar me tapé un poco con la sábana y con una mano en mi coñito me intenté dormir, aunque me costó.