Ella IV

Capítulos XII y XIV No aguantaba más, quería que me dijera lo mismo que pensaba yo. Sí, era un gran error, uno de los peores. Era ilógico, inmoral e irónico. Pero, probado el pecado, solo apetece más

Queridas Lectoras:

Espero que estos dos capítulos les encanten, en vez de tres iré subiendo de dos en dos, para poder subir más capítulos lo antes posible. Espero que les guste mucho :) y ya saben, comenten y valoren para mejorar.

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Capítulo XIII

OLIVIA

Ahí estaba yo, besándome con Sami. Después de la cena, no paramos de hablar, de reírnos, de tocarnos, de besarnos.

Sami, se despegó de mí, y, con las manos aún en mis cinturas, se reía, y acto seguido me volvía a besar.

Sami: Firmar un tregua contigo, es genial.

Volvimos a besarnos, a abrazarnos, a acariciarnos con la mirada, entre besos nos reíamos, y volvíamos a hacer lo propio, nos contestábamos así mismo entre besos

Olivia: Siéntete afortunada.

Sami: Ahora, ¿Te apetece la película?

Olivia: Qué quieres ver

Sami: No lo tengo claro. Una comedia para alegrarnos el día.

La miré, y las palabras se me escaparon de la boca.

Olivia: Aún más.

Sami se rio, me cogió suavemente por la cintura y me acercó a ella, me besó suavemente, sin prisa. Entre beso y beso, susurraba.

Sami: ¿Cómo quieres alegrarnos la noche?

La besé, puse mis manos alrededor de su cuello.

Olivia: Pues, con un par de estos.

Los besos iban ganando intensidad, cada vez más rápidos, cada vez cargados de una oscura pasión.

Sami: ¿Estas segura?

Olivia: De qué, de que me estoy enrollando con la ex de la que podría haber sido mi novia. Estoy segura de que es un gran error.

Seguimos besándonos.

Sami: Entonces,  ¿por qué no paras?

Olivia: Por qué ya no tiene sentido parar. Vanessa no se acuerda de mí.

Me separé de ella.

Olivia: Sólo se acuerda de ti.

SAMI

Olivia tenía razón, Vanessa solo se acordaba de mí. Quizás fuera mi oportunidad de volver a estar con ella. Pero, ¿ Sería justo?. Evidentemente, no.

Sami: Se volverá a acordar de ti.

Nos separamos y nos miramos.

Olivia: Una comedia querías ver, ¿no?.

Sami: Sí, creo que será lo mejor.

La voz de Olivia había cambiado. Al igual que mi tono. Se hizo un profundo silencio mientras yo, escogía una película entre las mil de un estante.

Sami: ¿Coges el vino?

Olivia: Sí, claro.

Sami se fue en busca del objeto favorito de Baco, mientras tanto. Mis dedos pasaban por todas las carátulas y mi mente, por todos los besos.

Me dirigí con mi selección de películas a Olivia, entonces Oliva se giró y mi viejo crianza se volcó en mi camiseta, en mi cuello y en mi pelo.

Olivia: Hostias…

Sami: No importa, dicen que el vino trae suerte.

Dije mientras esbozaba una sonrisa. Elige la película que más te guste, mientras me daré una ducha.

Le lanzé las películas, la miré.

Sami: Olivia, ¿Me quieres decir algo?

Olivia: ¿Por?

Sami: Por tu mirada parece que te guardas algo.

Olivia: En verdad, no.

Bajé la cabeza, estaba muy cerca de ella y goteaba de mi camisa el vino. Me moría de ganas por besarla. ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo?, me estoy intentado ligar a Olivia. Por absurdo que parezca.

Sami: Yo si que tengo algo que decirte.

Olivia: Sorpréndeme

Titubeo, por mi mente pasan un millón de frases: “Bésame”, “Vente conmigo”, “Me muero por darte un beso”, “Hace meses que no me sentía así”. Todo ese tipo de frases.

Sami: ¿Puedes fregar el suelo?

Olivia: oh.

Me miró decepcionada, bajo la cabeza al suelo y vio las manchas de vino.

Olivia: Si, claro. Ahora mismo.

Sami: Gracias. Bueno, me voy a la ducha.

Olivia: De acuerdo

Me aparte, justo al mismo lado al que se había movido Oliva para dejarme pasar. Chocamos. Nuestras miradas se posaron en la boca de la contraria. Olivia se mordía el labio y yo, me mordía mis ansias.

Olivia: Sami

Sami: Dime –dije mientras me acercaba un poco más a ella-.

Olivia: Creo que…

Sami: ¿Si?

Cada vez más cerca, creo que nos estábamos inventado excusas para poder estar cada vez más pegadas, y que los deslices fueran insalvables.

Olivia: Qué….

No aguantaba más, quería que me dijera lo mismo que pensaba yo. Sí, era un gran error, uno de los peores. Era ilógico, inmoral e irónico. Pero, probado el pecado, solo apetece más. Qué quiero besarla. Que no aguanto está cercanía pero la voy buscando. Qué nada puede ir peor. Qué, que no quiero que se vaya.

Sami: ¡Dime!, dije susurrando con impaciencia, mientras absorta en su boca, pensaba que me estaba hipnotizando.

Olivia: Apártate, que me estás manchando.

La miré estupefacta, eso si que no me lo esperaba. Cabreada, la miré. Me eché para atrás y parca de palabras y de modales, me fui con mi cabreo a la ducha.

Olivia

Idiota. ¿Por qué le has dicho eso?, ¿Qué pasa?, ¿Por qué la acercas y la apartas todo el rato?, la pregunta es,  ¿Por qué no paras de acercarla?, ¿Se habrá enfadado?, Dios, ¿por qué me preocupa tanto que se enfade?, Olivia, esa chica te ha fastidiado siempre. ¿Por qué ahora ya no la veo igual?, ¿por qué quiero estar a su lado?, ¿Por qué quiero besarla? ¿Por qué quiero quedarme?

Mi cabeza no paraba de preguntarme por qués, que no sabía cómo responder. Vi cómo se alejaba con además de enfado. Más bien se le veía ofuscada.

¿Estará pensando lo mismo que yo?

La veo desparecer por el pasillo y abrir la puerta del baño. Me concentró en mirar las carátulas. Mi conciencia me grita, mi cerebro va a explotar y mi corazón me dice que haga algo, de lo que probablemente, me vaya arrepentir.

Hay que guiarse por el corazón, ¿No?, Deslizo mis zapatillas y las dejo caer, me encamino al baño, con mil porqués en mi cabeza, y con una seguridad absoluta.

Oigo el grifo, y oigo el agua caer. Mi mente se imagina a Sami dentro de esa ducha, desnuda colmada de agua. Su cuerpo envuelto en una delicada lluvia, su pelo mojado escurriendo por su espalda, sus dedos por su cuerpo. No aguanto más, cojo aire, y respiro.

Entro en el baño, el sonido del agua cayendo se hace más fuerte, y me envuelve vapor. Me encamino hacia la ducha, veo su silueta a través de la mampara, cojo aire y me preparo a cometer el mayor error de mi vida.

Capítulo XIV

OLIVIA

Pongo mi mano en la mampara, y la deslizo suavemente. Ahí está. La veo con los ojos cerrados, disfrutando del agua que cae por su pelo y rueda por su cuerpo. Está de espaldas, veo la perfecta forma de sus piernas, sus costados, su cuello. Entro sigilosamente en la ducha. Mis pies se mojan y con ello mi pantalón. El agua rebota y poco a poco mis pantalones caen víctimas de las pequeñas gotas.

Mi respiración se acelera, cuando noto que se gira lentamente.

Sami: Oli… ¿Qué haces aquí?

Se gira totalmente y se intenta tapar.

Siento vergüenza y a la vez pasión

Olivia: Yo… yo…

Levanto la mirada, la veo envuelta en esa esfera de agua. Sus curvas, su senos, su sexo, todo. Me embriaga el deseo.

Me acerco a ella, ella me mira con incertidumbre, estoy justo a su lado. Mi cabello se empieza a empampar, estamos justo debajo del agua. Miles de gotas se deslizan por mi espalda, por mi cara que está a pocos centímetros de la suya.

Olivia: Estoy aquí – mis manos se dejan posar sobre su cara, le aparto un mechón, la miro directamente a los ojos, sin miedo ni temor alguno- para cometer una estupidez.

La beso, de la forma más delicada que sé. Mis manos acarician sus mejillas, sus manos se acoplan a mi cadera. Empezamos a besarnos sin tregua, en este momento somos víctimas de la pasión.

Mis manos, se acercan a su cintura, el agua resbala por ellas. La beso con pasión y la arinconó conta la pared. La agarró fuerte por las caderas y la llevó a la esquina, la empujo suavemente contra la pared, y mi cuerpo queda pegado al suyo. Ella acaricia mi pierna con la suya. Lo tomo como señal, y la subo, con sus piernas ella abraza mi cintura.

Nos miramos, dejo recaer un poco de peso en la pared, beso su clavícula aún mojada. Nos seguimos besando a un ritmo frenético. La abrazo por la cintura con un solo brazo, el otro busca cobijo en el interior de sus muslos.

Acarició sus muslos, y empiezan a brotar los suspiros cortados con besos. Mi mano se acerca a su sexo, y estoy terriblemente excitada y nerviosa. Sigo besándola, sin saber muy bien que hacer. Me dejo guiar por mi instinto.

Dejo mi mano posada sobre su entrepierna y ejerzo un poco de presión donde se encuentra su clítoris. Vuelven a brotar los suspiros. Con cada uno de ellos, esta locura se alimenta.

Poso mis dedos encima de su clítoris y dibujo pequeños círculos con suma delicadeza. Al rato empieza a gemir, cierra los ojos y apoya la cabeza contra la pared, beso sus senos, los lamo, los muerdo. Poco a poco, esos gemidos se trasforman en pequeños gritos, cada vez mi mano va más rápido ejerciendo más presión. Mi boca se encuentra ocupada en sus senos.

Noto que su cuerpo se estremece, noto como sus piernas se aferran a mi con más ahínco. Noto su respiración totalmente agitada. Oigo mi nombre entre los suspiros, sus manos se agarran a mi pelo, me besa con una pasión desenfrenada, mientras noto que tiembla y se tensa.

Alcanza mi oreja y deja caer todos los gemidos en ella. Mi locura aumenta, muerde mi oreja y mi mano se vuelve loca, la rapidez la envuelve. Deja escapar cada vez gemidos más profundos.

Sami: Entra…

Por un instante me asola el pánico. La miro dudosa, ella me mira con ternura, me besa suavemente.

Sami: Por favor, lo estás haciendo genial. No tengas miedo.

Sonrío, deslizo mi mano hasta su entrada, con asombrosa facilidad entra mi dedo. Ella suspira, se aferra a mí, tras él, prosigue otro dedo. Se toman la libertad de salir y entrar con sumo cuidado.

Me mira y me besa, de repente la pasión desaparece, y nos envolvemos en un lento y tímido beso, mientras mis dedos se mueven lentamente en su interior. Aumentan los suspiros y la fuerza de mis dedos en su entrada.

Siento como ella se tensa más a cada instante, gime más fuerte. Empieza a gritar entre todos los gritos se encuentra un “Olivia”, un “más rápido”. Mis manos se mueven a una velocidad desorbitada en su interior (velocidad que se traduce en una férrea tensión) sus gritos aumentan, sus piernas me abrazan cada vez más fuerte, su pecho cada vez más agitado, sus brazos me aferran el cabello. En un instante… estalla en un orgasmo. Me besa. De repente, se relaja. Noto como la presión en mis piernas decrece.

Mi mano se aleja de su entrada y se posa en su cadera. Nos miramos, noto su respiración y vuelvo a oír el sonido del agua caer.

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Espero les gusten. Espero sus comentarios :D

Atentamente Kiara33