Ella II (capítulos VII, VIII, IX)
Volumen II, tres capítulos.
Queridas lectoras.
Aquí os dejo el siguiente volumen, de tres capítulos. Es más corto, pero es para evitar que se haga pesada la lectura.
Os dejo aquí los seis primeros capítulos: http://www.todorelatos.com/relato/103769/
_________________________________________________
Capítulo VII
SAMI
Odio los funerales, y más este, homenaje insulso a una persona, hablará el cura diciendo lo buena que era esa persona, cuando en verdad no sabe nada, no sabe de su vida, lo que hizo, a quienes quiso, a quienes no, a quienes odio, y todos los actos que le condenaron al infierno.
Por lo menos no veré su cara, le dispararon, por eso murió y por eso tanta tardanza en el funeral, pruebas, investigación, autopsia.
Era mi padre, pero a la vez uno de los peores hombres de este mundo.
Sólo espero que paso pronto y que pueda volver ya al lado de Vanessa
VANESSA
Abro los ojos, estoy en una cama, no es la mía, me duele todo el cuerpo, me duele hasta respirar. No encuentro a nadie a mi lado, el sueño me vence y vuelvo a cerrar los ojos. Cuando los vuelvo a abrir, no estoy en la habitación sola, estoy acompañada y una voz suave me habla
Desconocida: ¿Amor? ¿Cómo estás?
Vanessa: ¿Sami?
Sami: Dime cariño
La veo, dios es perfecta, sonrió y ella me devuelve la sonrisa. Me incorporo de la cama, y voy a su lado, me acerco más a ella saboreando cada paso que doy, cada centímetro que recorro y que me lleva más cerca de su boca y de su cuerpo. Justo delante de ella, deleitándome con sus ojos, con su sonrisa; me mete las manos en los bolsillos de los pantalones, adoro ese gesto, porque se perfectamente lo que viene a continuación, y no se hace esperar, noto sus labios, nos fundimos en un beso tierno, que poco a poco se vuelve más pasional, sus manos han dejado de estar en mis bolsillos, se posan en mi cadera con firmeza y me acerca a ella. Mis manos recorren su espalda y el beso no para, la sigo besando, sus manos recorren mi costado, provocando una sensación indescriptible. El beso se vuelve más lento y más profundo, suave y cargado de pasión. Nos apartamos, nos miramos, y la pasión es más fuerte. La empujo contra la pared, y cuando la tengo arrinconada me lanzo a su cuello, lo muerdo, ella suspira, mis manos están por debajo de su camiseta, acarician su vientre y no paran de sonar sus suspiros. Me aparta suavemente y me sonríe con una sonrisa demasiado picara, se acerca más a mí y se despega de la pared, sus movimientos son lentos y serenos. Y de repente cuando quiero darme cuenta, me quita la camiseta y me empotra contra la pared, nos volvemos a besar, mis manos ya no son tímidas y acarician todo lo que pueden. Andamos dirección a la cama, entre beso y beso le quito la camiseta, dejo al descubierto su torso. Me tira a la cama y ella cae sobre mí. Y me mira, siento como su respiración agitada se tranquiliza. Me aparta un mechón del pelo, y yo sonrió.
Sami: No me lo puedo creer
Vanessa: ¿El qué?
Sami: La suerte que tengo...
Me lanzo a su boca, no tengo palabras y prefiero demostrárselo todo con actos. Desciendo lentamente desde su boca a su cuello, sigo bajando, clavícula, mis manos se ocupan del cierre del sujetador, se abre, un tirante cae, la sonrió con una mirada cargada de lujuria, y muerdo el otro tirante que se mantenía en su sitio, lo arrastro hacia abajo y la vuelvo a mirar. Ella, se incorpora, el sujetador a pesar de todo se mantiene en su sitio. Me hace un gesto para que me incorpore, y lo hago, arrodilladas en la cama las dos, nos volvemos a besar, siento sus manos por mi espalda abriendo el broche del sujetador, siento sus besos en mi hombro y sus dedos recorriendo el tirante hacia abajo. De repente suena un móvil, Sami me mira.
Sami: Lo tengo que coger no tardo nada
Vanessa: Vale, pero date prisa.-Le guiño el ojo y sale por la puerta-
Veo cómo sale por la puerta abrochándose el sujetador. Hago lo mismo y me recuesto en la cama. Estoy cansada se me cierran los ojos, y sin querer me duermo. Un ruido me despierta
Vanessa: ¿Qué ha sido eso?
Olivia: Nada cariño, tranquila has tenido una pesadilla
Vanessa: ¿Olivia?
Olivia: Dime amor
Vanessa: Nada, menos mal que estas aquí
Olivia: Ya te hechaba de menos.... - Digo mientras se acercaba sensualmente a mi boca-
Me besa, siento el roce de sus labios, me muerde el labio inferior, y antes de separarse relame mi labio inferior con su lengua.
Vanessa: Yo echaba de menos tus besos.
Diciendo esto, la empujo a la cama, cae encima mío, no puedo perder más tiempo y le quito la blusa que lleva, ni siquiera abro los botones. La arranco, veo el sujetador y me lanzo por él, lo muerdo. Olivia me levanta la cabeza y me besa, se recuesta a mi lado, y me baja el pantalón que llevo para dormir, roza la cara interior de mis muslos, y no puedo evitar suspirar. De repente suena el timbre. Nos miramos, se levanta, y se dirige a la puerta, me mira
Olivia: ¿Me puedes prestar tu camiseta?
Vanessa: Tanto ansías verme sin ella
Olivia: No. Es que alguien, ha hecho que no pueda abrocharme los botones de la blusa, y no puedo abrir así la puerta, además -Se acerca a mí y me roba un beso, y me susurra al oído- No quiero verte sin camiseta, quiero verte sin ropa, y disfrutar. Así que dámela, abro la puerta y..
Vanessa: Lo entendí, lo entendí, toma. Me quito rápidamente la camiseta y se la doy. ¡Corre!
Me quedo en la cama esperando a que vuelva, oigo como habla con alguien, de repente empieza a gritar.
Olivia: ¡Vete de mi casa!
Desconocida: Déjame ver a Vanessa
Olivia: ¡Lárgate!
Salgo de la habitación.
Vanessa: ¿Qué pasa aquí?
Sami: No te recordaba tan sumamente sexy.
Mierda, no llevaba camiseta.
Olivia: Lárgate ¡ya!
Sami: O sino ¿qué?
Sami se acercó demasiado a Olivia. De repente la cogió y la golpeo, acto seguido la beso. No creía lo que veían mis ojos. Olivia no se resistía se estaba dejando hacer. De repente paran, me miran las dos me sonríen y vienen hacia a mí. Me empujan dentro de la habitación, me tiran a la cama. Sami me empieza a besar el vientre, en dirección descendiente. Olivia me besa, pasa a mi cuello, y siento su mano en mi pecho, me desabrocha el sujetador con la otra mano, y me empieza a dar besos, redondeando el contorno de mis pechos. No puedo creerlo, tantas sensaciones, las dos mujeres que amo están en la misma cama, besándome y apunto de hacerlo.
Capítulo VIII
Siento, sus manos, siento sus caricias y siento sus dos cuerpos rozando el mío. Algo en mi interior me dice que esto no puede estar bien, que esto debe de ser un sueño o una pesadilla, de repente siento que oigo mi nombre, pero no es ninguna de las dos mujeres que se encuentran en mi cama, es una voz de un hombre... no puede ser ¿Mi padre? No puede ser si estoy con Olivia y con Sami, siento su respiración, no, ahora mismo en verdad no noto nada, solo oigo mi nombre en la lejanía, y de repente no hay nada.
OLIVIA
Hace dos semanas que Vanessa cayó del puente, hace dos semanas que no paro de pensar en ella y no paro de pensar sí alguna vez despertará del coma, exactamente hace dos semanas que mi vida no tiene sentido alguno. Vivo en el hospital, siempre estoy paseando inquieta por los pasillos esperando que ella habrá sus ojos, esperando volver a poder besarla, esperando que vuelva a decirme que soy yo, yo soy la única y yo, solo yo, que yo, soy su novia.
SAMI
Culpa, solo culpa inunda mi mente, volví a entrometerme en la vida de la mujer que amo para arruinarla, pero esta vez ella acabó muy mal herida, ¿Y sí nunca despierta? No podré perdonarmelo jamás, la que tendría que estar en la cama del hospital debería de ser yo, no ella. Pero a pesar de todo el dolor, aún siento sus labios posándose sobre los míos aún siento todo lo que sentí en ese momento, aún siento como si yo fuese la única mujer que va a poder amar.
OLIVIA
Vuelvo al hospital, vuelve a llover, la lluvia empapa mi pelo, no me importa, no me importa nada, solo quiero que esta pesadilla acabé
SAMI
Cojo las llaves del coche, y salgo de casa poniéndome sobre la cabeza el chubasquero, necesito verla, ya no aguanto más.
Extrañamente tengo toda la prisa del mundo, salgo corriendo meto las llaves dentro del contacto y arranco, conduzco a bastante velocidad, por mi mente no para de pasar la imagen de ella precipitándose al vacío, de la mirada de Olivia, de la cara de Ricardo, de la ambulancia llevándose su cuerpo. Siento que me estoy volviendo loca. Por fin veo el cartel que anuncia la dirección del Hospital, no tardó más de cinco minutos en llegar. Me precipito al ascensor, y subo hasta su habitación y en la puerta reconozco a una figura
OLIVIA
Olivia: ¿Qué haces tú aquí? ¡No tienes ningún derecho a estar aquí! ¡Lárgate ahora mismo!
Sami: Tengo el mismo derecho que tú a estar aquí, por si no te diste cuenta a mí también me besó.
Olivia: ¡Yo soy su novia! ¡Tú no eres más que una zorra que no para de joderle la vida! Ya lo hiciste una vez más y era su amiga y aun así solo estuve yo, ahora soy su novia y no quiero que te acerques más a ella.
Rápidamente abro el pomo de la puerta y veo a Vanessa en la misma posición de ayer, me destroza verla así
Sami: ¡ Yo haré lo que me venga en gana!
Ya no puedo más. Quiero matarla. Me giro violentamente hacia ella, intentando contenerme para no cometer ninguna locura.
Olivia: ¡Estúpida! Fuiste tú la que quería saltar del puente, la que tendría que estar en esa cama o mejor muerta eres tú, no ella.
Se me cae una lágrima de pura rabia de repente oigo un sonido
VANESSA
Oigo gritos y un extraño pitido, intento abrir los ojos, pero no puedo ni siquiera abrirlos, intento hacer un esfuerzo, consigo distinguir dos sombras, una está a medio entrar en la habitación y la otra fuera de ella, parece que están discutiendo.
Mi cabeza va estallar, no sé qué hago aquí, no sé dónde estoy, no sé lo que me ha pasado. De repente una figura se me acerca, su voz me resulta bajamente familiar
Olivia: ¿¡Vanessa!? , amor, me escuchas
Vanessa: ¿Olivia?
Olivia: Dime amo r- veo que sonríe, Dios que sonrisa más bella tiene... es tan hermosa...
Vanessa: ¿Por qué me llamas amor?
Su cara se transforma en una mezcla de extrañeza, veo que se queda helada.
Está desconcertada y extrañada, la sonrisa que tenía en sus labios desapareció completamente. Olivia guarda silencio, cuando habla lo hace cautelosa, titubeando.
OLIVIA: Pues, porque lo eres; -calla mientras me mira en busca de una respuesta-eres mi novia Vane... ¿No te acuerdas?
Vanessa: ¿Tu novia? , no... Yo no tengo novia, si hace poco me dejo...
De repente entra la segunda figura que no lograba distinguir acompañada de un doctor, es ella, es Sami.
Vanessa: Hace poco me dejo...Ella –digo mientras señalo a Sami-
Capítulo IX
OLIVIA
No puede ser, no recuerda nada... no recuerda todos estos días... lágrimas inundan mis ojos, todo el esfuerzo, todo el sufrimiento, no vale nada, toda nuestra historia no parece más que un borrón, que una ilusión, solo recuerda una relación con Sami, no lo aguanto más, quiero salir de aquí pero no quiero dejarla en la compañía de Sami, no ahora no. Tengo que sacar fuerzas de donde pueda para volver a estar con ella, para que volvamos a ser solo nosotras.
De repente veo como un doctor acompañado de una enfermera entra en la sala el doctor se pone inmediatamente al lado de la cama donde se encuentra Vanessa con una cara confusa, mientras tanto, la enfermera nos invita a salir de la habitación alegando que tienen que hacer un reconocimiento a Vanessa.
Salgo de la habitación y las lágrimas resbalan por mi cara, no sé qué hacer. Salgo al pasillo y me dejo caer lentamente por la pared hasta llegar al suelo, veo que Sami hace lo mismo. Veo que se gira hacia a mí, no tengo ganas de hablar con ella, es todo culpa suya, nada de esto hubiese pasado si no se hubiese vuelto a entrometer en la vida de Vanessa.
Sami: Olivia...
Olivia: Ni se te ocurra llamarme, ni hablarme, lo último que quiero ahora, es escuchar el sonido de tu voz
Sami: Tú a mí no me caes precisamente bien, es más, si no fuese por ti, otro gallo me cantaría. Simplemente quería decirte que creo que lo mejor para Vanessa en estos momentos es no complicarle más las cosas hasta que ella pueda recordar, si puede, todo lo que ha pasado.
Olivia: Me da igual lo que creas.
Sami: Y a mí me da igual lo que creas tú, lo que quieras hacer, lo que me preocupa es Vanessa
Olivia: En serio, desde cuando ¡La abandonaste, la dejaste sola, la hiciste tirarse por un jodido puente!
Sami: No te confundas, yo no hice nada de eso, no la abandone, nunca quise hacerlo, yo la amo, y lo hice por mi padre, no por otro motivo. Y yo no hice que se tirarse por un puente, ¡Qué te crees! ¡Qué no paro de pensar que fue culpa mía! ¡Jamás he querido esto!
Sami me mira con una mirada abatida, las lágrimas caen por su rostro; me inspira incluso pena.
SAMI
Todo es tan confuso, ¿Qué debo hacer?, una parte de mi piensa que esto es lo mejor que podía haber sucedido, no me queda ningún obstáculo más, simplemente tengo que explicarle todo a Vanessa, no recuerda nada de Olivia... Evidentemente, no dejo de ser la mala, yo fui la que se fue, yo fui la que no asumió sus responsabilidades tanto hacia Vanessa como hacia mí misma, yo fui la que quería acabar con esto de la forma más rápida posible... Pero, por fin, parece que las cosas juegan a mi favor.
De repente oigo un sonido, el doctor empieza a gritar cosas que yo no entiendo, me incorporo rápidamente y veo como en la habitación entran cinco personas más empujando una especie de carrito. Olivia y yo nos miramos, por un momento por un efímero instante nuestras diferencias se disipan, solo pensamos en una cosa: Vanessa.
Intentamos entrar en la habitación, pero la enfermera nos lo impide, otra vez, tenemos que esperar las noticias.
OLIVIA
Miro a Sami, se le ve igual de confundida que yo...
Olivia: ¿Qué crees que ha pasado?
Sami: Ojala lo supiese....
Bajo la mirada, y veo la mano de Sami acercándose a mi hombro, subo la mirada y la veo, veo una persona que en este mismo momento no es enemiga, no es nada, simplemente una persona que se preocupa tanto como yo por alguien, mi mano toca su hombro, y sin saber cómo acabamos dándonos un abrazo.
La carencia de cariño de estas dos semanas, la paz que no he tenido durante este tiempo, se disipa y solo su abrazo me da algo de sosiego, pero siento que no debería de hacerlo. Me separo lentamente de su abrazo y sin saber cómo, siento sus labios sobre los míos, en un beso que inmediatamente rompemos, la miro extrañada y ella me mira de la misma forma, veo sus ojos, y no sé qué pensamiento invade mi cabeza. Solo sé que me lanzo en busca de un beso, que entre lágrimas, no fue tan efímero.
_______________________
Comentad y Valorad. Muchas Gracias