Ella despertó, mi verdadero yo
Disculpen el abandono! La historia entre Ella y yo, sin tabúes, sin rosas y sin tonterías, espero les guste!
Para quien no ha leído mis anteriores relatos, mi nombre es Aleida, soy médico veterinario de Venezuela, tengo 27 años, y pues físicamente, la verdad no soy un mujeron, mis escasos 1.51cm de delgada figura no deslumbran a nadie, soy blanca, de pelo castaño oscuro, a pesar de tener senos relativamente pequeños son mi orgullo por su firmeza y tengo que decir que tiene admiradoras, además mis ojos verdes son como decimos en Venezuela "el gancho".
Tengo que agregar que antes que Ella entrara en mi vida, me consideraba 100% heterosexual, puede que admirara la belleza femenina, pero realmente nunca me plantee realmente estar con una mujer, además yo era practicante del BDSM, y a pesar que tenía tiempo sin hacerlo por mi ruptura con mi entonces Dominante, siempre estaba presente en mi vida.
Mi primeros días con Ella fueron meteóricamente rápidos, pasamos de un encuentro de una sola noche (que pensé que sería solo eso) a vivir juntas prácticamente desde el día siguiente, y ojo, la verdad no me quejo para nada, pero nunca pensé que todo sería tan rápido.
Para una persona que haya practicado el BDSM, dejar de practicarlo es algo realmente difícil, así estés con una persona que te llena en casi todos los sentidos, tu cuerpo y tu mente necesitan de la entrega que puedes llegar a dar en esos momentos sin darte cuenta, y francamente es muy duro decirle a alguien que te gustan esas cosas, sobre todo en esos momentos cuando no existían tantas referencias como hay ahora de ese mundo (libros como 50 sombras, sumisainsumisa, etc).
Pasa por tu mente que seguro pensaran, que eres una persona sádica que solo quiere que le den de golpes o el cuero negro (francamente un mal estereotipo), o que eres una persona débil por ser sumisa, cuando la realidad es todo lo contrario, ya que solo una persona fuerte y segura puede entregar su confianza a otro en ese nivel.
Pasando las semanas, nuestra relación se hacía cada vez más fuerte y seria, conocí a sus padres (que ya sabían que era lesbiana) y realmente me cayeron muy bien, tenían esa onda de los 70 de amor libre y buena vibra que me encantaba, pero ¿mi familia? Si buscabas en internet “prejuicios en Venezuela” les aseguro que la foto de mi familia sale en la primera fila del motor de búsqueda.
Este es el verdadero comienzo de esta historia, realmente yo no tenía ninguna necesidad de presentarle a mi familia, pero era Ella quien me insistía cada vez que tenía la oportunidad, y pues intentaba no darle importancia.
Una noche casi 2 meses después de nuestra primera vez, fuimos a la disco con unas amigas, era una de ambiente que frecuentábamos cada vez que podíamos, y pues la verdad esa noche no tenía muchos ánimos de salir, pero fue Ella quien casi me saco de la residencia.
Cuando entramos a la disco rápidamente empezamos a disfrutar, la música era vibrante, y mi excelente trago de ron blanco con limón decían que esa noche prometía, bailamos varias canciones y sin darnos cuenta la primera botella se fue más rápido de lo que duro en llegar.
Fui al baño a refrescarme un momento y cuando regrese Ella bailaba con otra chica, nunca he sido celosa, pero tengo que reconocer que desde el primer momento con Ella fue diferente, intente no darle importancia y me senté a charlar con nuestras amigas.
Pasaron 2 canciones y no regresaba, cuando detalle a mirarla estaba de espalda a mi bailando muy provocativamente con la chica, realmente no era despampanante, pero cualquier mujer que se le acercara de esa forma a Ella me revolvía el estomago, cuando voltio Ella alcanzo a mirarme, sonrió y puso la mano de la chica en su cintura.
Me dieron nauseas de un momento a otro, la mira fijamente a los ojos y Ella solo seguía con su sonrisa, se voltio y puso sus propias manos alrededor de la chica, y para mí eso fue suficiente, una fuerza única que nunca había sentido me hicieron pararme de golpe y caminar firmemente hacia Ella.
Cuando llegue, sin ningún tipo de miramientos agarre fuertemente su brazo y la arrastre fuera de la disco al estacionamiento, cuando por fin salimos yo estaba sin aliento de la rabia, no pensaba claramente, y más aun cuando Ella estaba divertida.
Lo único que quería en ese momento era castigarla, mi cara estaba caliente y mis manos vibrantes, la pegue contra el carro de una de nuestras amigas y la bese tan fuerte que dolía, pero necesitaba sacar esta sensación tan fuerte que tenia.
Sin darme de cuenta la agarre fuertemente de su cabello mientras la besaba, y con mi otra mano apreté sus muñecas hacia atrás, no quería que se me escapara, mis besos iban cada vez más rápido y sus jadeos empezaron a aparecer.
Justo en ese momento hice algo que siempre me encanto que me hicieran pero jamás pensé hacer, la voltee y la pegue contra el carro mientras apretaba su cabello, verla sumisa de esa manera me calentó como nunca había sentido, mis partes se humedecieron como nunca, no pude aguantar mis impulsos y le di un sonoro azote con mi mano limpia.
Pensé que me daría una cachetada o por lo menos gritaría de dolor, pero para mi sorpresa, sus ojos permanecieron cerrados y movió caderas de aprobación, levante mi mano caliente y dolorida por mi primer azote y lo repetí con más fuerza, esta vez, dio un grito ahogado, seguido por un suspiro que sentí de puro placer.
Me deje llevar de la calentura y la azote hasta que ya no aguante el ardor de mi mano y el placer de verla si casi me hace llegar al orgasmo, Ella levanto su rostro y me miro, sus ojos mostraban lujuria y pasión, no entendía porque había permitido todo esto, hasta que me dijo. –Si supieras cuantas veces soñé con esto, encontré por accidente en tu computadoras cientos de fotos y relatos sobre el BDSM, no estaba segura que era, pero sé que te gustaba, tenía miedo de decírtelo así que pensé en forzarte hasta que lo hicieras, aunque jamás imagine que sería así.
Por mi mente pasaron las cientos y cientos de imágenes que tenía guardada en mi computadora, por un momento sentí vergüenza, pero todavía tenía por dentro el sentimiento de rabia, y la verdad, todavía necesitaba castigarla hasta saciarme.
-¿Y tú la verdad crees que esto ha terminado? Despertaste una parte de mí que no sabía que existía, ahora tendrás que aguantar las consecuencias, esta noche a penas está empezando, y te mereces todo el castigo que pueda darte.
Su cara palideció, todavía existía lujuria en sus ojos, pero el miedo empezó a salir de a poco, no me importo lo mas mínimo, la jale del brazo y la lleve a tomar un taxi hasta un motel de mi ciudad, no quería llevarla a mi residencia, por lo que tenía pensado hacerle…… gritaría.