Ella cambio mi vida [Profesora y alumna] Parte 9

Y comprender que tal vez amar es otra cosa...

Me gustas mucho…pero…mucho…mucho…mucho…necesito…necesito un beso… un beso tuyo… … …besame…besame por favor…no aguanto más…besame…besame de una vez….acaba con esta tortura que me está volviendo loca…

Isabella: Besame tú…

Alicia: No puedo…no debo…hice una promesa…una promesa…¿recuerdas?…Pero…estando así…tan cerca…no puedo…la acabare rompiendo…a sí que besame…besame tú …o acabare besándote yo…

Just give me a reason

Just a little bit's enough

Just a second we're not broken just bent

And we can learn to love again

It's in the stars

It's been written in the scars on our hearts

We're not broken just bent

And we can learn to love again

Ahhhh….Dios…pero esta tía está loca…(pensaba mientras me levantaba del suelo, del susto salí disparada de la cama) CARRRRLAAAAAA…YO TE MATOOO….PERO ESTAS LOCAAA….BAJA LA MÚSICA HAY GENTE QUE QUIERE DORMIR…¿ME ESTAS OYENDO? PORQUE COMO VALLA PARA ALLA TE COMES EL ALTAVOZ…

You've been havin real bad dreams oh oh

You used to lie so close to me oh oh

There's nothing more than empty sheets

Between our love, our love

Oh, our love, our love...

CARLAAAAA…TE LO ESTOY DICIENDO EN SERIO…(decía tumbada en la cama intentando volver a conciliar el sueño, pero mi sueño se había esfumado…¿Por qué…porque siempre me pasa lo mismo?…me va a besar y me despierto…)

Just give me a reason

Just a little bit's enough

Just a second we're not broken just bent

And we can learn to love again

It's in the stars

OHHH…PERO ESTAS LOCA…VAS A DESPERTAR A TODOS LOS VECINOS…CARLAAAA…DEJA DE REIRTE QUE TE ESTOY OYENDO…OHHH…YO TE MATO (salí de mi cuarto en bragas hasta llegar a su habitación y entre)

Alicia: Baja la mú…. Dios…pero taparos…

Carla: Ay hermanita…que mal humor desde por la mañana…

Alicia: Dejar de follar como conejos y bajar eso…porque si no entro y lo bajo yo…

Carla: Ufff…que la niña se cabrea..ea….Relajate hermanita que estas muy estresada…lo que necesitas es un buen polvo para alegrarte el día y empezar con energía..-

Marcos: Anímate y echamos un trío

Alicia: Vosotros dos estáis enfermos… guarros que sois unos guarros… -Decía riéndome por el pasillo de vuelta a mi habitación.

Carla: Tu te lo pierdes hermanita…si total ya llegas tarde a clase…

¿Ya llego tarde a clase? O no…¿Qué hora es? –Corrí por el pasillo hasta llegar a mi habitación, cogí el móvil y vi 135 whatsApp, 21 llamadas perdidas…Dios…son las 9:33 tarde no tardísimo….cogí el móvil y marque a mi madre puse el altavoz para irme vistiéndome a la vez…

Clara: Hija…¿Dónde estabas?, ¿Te llevo llamando desde hace dos horas? ¿Te has quedado dormida no me digas más? Como lo sabía…mira que la dije a Carla que te despertara…¿Qué es esa música que suena? ¿No estarás en el centro comercial? ¿Alicia Cornelius Ashley Hannah Dickens…dime ahora mismo donde estas?

Alicia: Mamaa…mama…para con el interrogatorio que no he matado a nadie…¿Qué tal el viaje?

Clara: Ah no señorita…a mi no me cambies de tema. Pero…¿se puede saber qué es eso que suena…? – Aii si la pobre supiera que me he quedado dormida, que sigo en casa, que la música que suena a todo volumen es la loca de mi hermana que no ha ido a clase y que encima se ha traído a su novio medio hippie a casa y que ahora mismo están follando como locos en la habitación como si no hubiera mañana aiii madre…definitivamente esta casa es de locos…pero ella sigue gritándome al teléfono… - Como sabía yo que no era una buena idea dejaros a las dos solas, más os vale ir a comer a casa de tu tía ehh… me estas escuchando señorita…

Alicia: Ma..ma…no…oi..go…see..en..corta...Lue…llamo -Decía intentando disimular y mientras hacía ruido con el envoltorio de caramelo.

Sali del cuarto a toda prisa dirección del garaje para coger la moto la cual hacía tiempo que ya no la conducía,  cuando estaba bajando las escaleras del garaje  oí arrancar la caldera, caí que era mi querida hermana con mi querido casi cuñadito que se estarían dando una ducha rica con agua calentita…y si...ahí estaba yo apangando la caldera para que les saliera el agua bien fresquita…Sali corriendo del cuarto y baje al último piso para coger la moto…no hice nada más que llegar al garaje y oir chillar a mi hermana y a Marcos…

Carla: Aliciaaaaaaa….la madre que te pario….esta me la pagas….

Alicia: Pero hermanita…si esto es bueno para el cutis jajajajjaja

Arranque y acelere a toda prisa…me imagino que mi hermana habrá salido del baño como dios la trajo al mundo corriendo por toda la casa para matarme…

Alguna vez os ha pasado de sentir que algo grande se os viene encima y que aunque intentáis evitarlo, al final siempre termina por alcanzaros…así se sentía Isabella  durante más de un año entero, evitando todo tipo de sentimientos y emociones…intentando caminar sobre un sendero que nada tenía que ver con ella, pero obligada a hacerlo…por miedo, por cobardía…o simplemente porque era su destino o al menos de eso intentaba convencerse a sí misma.

Isabella está llegando al Constance, no viene nadie, perfecto. Gira hacía la derecha y cruza la puerta del Constance, aparca donde siempre, parece que ya tiene reservado el sitio, abre la puerta y BUM, un grito estremecedor. La chica desaparece a la altura de la ventanilla y cae al suelo. Isabella se baja preocupada. Entonces la ve. Es Ali, está allí, en el suelo, tumbada, quieta, inmóvil. Tiene los ojos cerrados, parece desmayada. Dios mío, piensa Isabella, ¿Tan grande ha sido el golpe? Se inclina para llamarla. Ali abre los ojos despacio y la sonríe.

Alicia: Dios mío, un ángel.

Isabella: Ojala, ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? ¡Te he dado con la puerta!

Alicia: ¡Pues vaya! – Alicia se incorpora poco a poco. -¿Dónde diablos aprendiste a abrir la puerta con tanta fuerza?

Isabella: Perdona, no te vi.

Alicia: A ver fuerzuda, ayúdame por lo menos a levantar la moto.

Isabella: Si claro, perdona, el susto…

Alicia: Querrás decir el susto que me he llevado yo… -Isabella sonríe-.

Isabella: Lo siento de verdad. ¿Seguro que estas bien?

Alicia: Sí si…perfectamente…Aunque deberías darme una tarjeta con tu número, e-mail y todo lo demás, te lo digo por si luego me salen secuelas, ya sabes…esto de los golpes son muy malos…

Isabella: Oye –Isabella se rie-, no me tomes el pelo, si necesitas algo ya sabes dónde estoy. –Camina hacia la puerta del Constance, se gira- Dispuesta para ti las 24 horas del día. Y deberías entrar que llegas tarde.

Alicia: Ya voy mami –sonrie

Unos segundos más tardes Alicia se adentra en los pasillo del Constance.

Marta: Te he visto.

Alicia: Mierda. –Sale de su escondite-

Marta: Llegas tarde, muy tarde…exactamente 1 hora.

Alicia: Me he quedado dormida, mira que yo pongo todo mi empeño en despertarme…pero es que no hay manera…mi cama debe de tener algún tipo de poder oculto que me atrapa…

Marta: Vete a mi despacho hasta la siguiente hora y no te metas en problemas te lo pido por favor.

Misma ciudad, mismo edificio pero en distinta planta. Isabella está en su despacho. Mira al techo en busca de quién sabe qué pensamiento. Un poco de melancolía acompaña su último sorbo de café. Baja la cabeza y fija su mirada en el periódico, decide cogerle y empieza a pasar páginas, ¿en busca de alguna noticia en particular? Se detiene y vuelve a mirar el techo, cierra los ojos fuertemente. Parece que lo que busca no lo encuentra. Su silencio es interrumpido por un golpecito en la puerta. TOC TOC. Isabella respira hondo.

Isabella: Adelante. –Isabella se incorpora poco a poco-.

Carmen: Con esa cara asustas a cualquiera.

Isabella: Hoy no estoy de buen humor  Carmen.

Carmen: ¿Problemas en el paraíso del amor? –Rie- Por cierto, os he visto en la entrada y vale que quieras estar con Alicia, pero mujer no me la incites a que falte a mis clases.

Isabella: Me la he encontrado por casualidad

Carmen: Ufff…veo muchas casualidades en tu vida…

En ese momento se oye cómo alguien llama a la puerta. TOC TOC. Isabella sin quitar su mirada del periódico que esta ojeado dice: <> Carmen se queda anonadada ante tal respuesta. Isabella levanta la mirada del periódico y mira a Carmen. <<¿Que pasa?>> Carmen sigue mirándola con ojos de sorpresa. La persona que está detrás de la puerta vuelve a insistir TOC TOC. Isabella desliza su mirada hacia la puerta, vuelve a mirar a Carmen  y dice <>.

Isabella: Adelante.

Tony: Profesora ha sido injusta conmigo. Quiero hablar de mi nota.

Isabella: Quieres que hablemos eh. –Isabella busca el examen del chico entre las hojas de su carpeta.-

Tony: Si profesora. Me ha puesto un 1.

Isabella separa un examen de los del resto, le ojea, se ríe y mira al chico, acaba diciendo:<<¿En que se diferenciaban la filosofía de Platón y de Descartes?>> Al ver que el chico no dice nada comienza a leer la hoja del examen <>

Tony: Exacto.

Isabella: Pues no es tu caso. Adiós.

Mientras tanto Alicia se encuentra en dirección cuando ve que un chico alto, moreno y con aires de chulito entra por la puerta. El chico se sienta al lado de Alicia, ocupando la silla que se encuentra vacío. Ambos chicos se miran y al final él decide hablar.

Chico: Rubia, ¿y tú que has hecho?

Alicia: Yo? Yo nada.

Chico: Ya como todos. –Alicia sube los pies encima del escritorio soltando una risita.- Oye, ¿La directora esta es un poquito hija de puta?

Alicia: ¿Porque lo dices?

Chico: Porque hay que conocer al enemigo.

Alicia: Ehhh???

Chico: Da igual, si me la voy a camelar de todas formas. –Añade con aire de superioridad-. Si fuera una tío lo tendría más complicado, pero es una tía y a mí las tías se me dan. –Mirando a Alicia de arriba abajo.- En 10 minutos la tengo comiendo de mi mano.

Alicia: Pues estoy deseando verlo.

Chico: ¿Qué pasa? ¿Que no me crees? -Alicia se ríe-. Si consigo una cita con ella el viernes, me das tu una el sábado.

Alicia: Trato echo. –Tendiéndole la mano-.

En ese momento Marta aparece por la puerta.

Marta: Cariño este es el chico nuevo. Va a tu misma clase y comienza hoy. Se llama Manu. Le dejo a tu cargo, preséntale a tus amigos para que se integre lo más rápido posible.

Alicia: No te preocupes…TIA…está en buenas manos. –Mirando a manu con sonrisa burlona. Manu mira a Alicia negando la cabeza riéndose.-

Ambos chicos salen del despacho.

Alicia: A sí que comiendo de tu mano. JÁ. –Riéndose.

Manu: A sí que tu tía. Ya me lo podías haber dicho antes, he hecho el ridículo.

Cuando no estás de buen humor todo parece diferente, adquiere otra atmósfera. Colores, luces y sombras, una sonrisa que no logra esbozarse, que no aflora. Isabella conduce despacio por la carretera, mira a su alrededor. Echa una mirada al puente, serán cabrones, está lleno de pintadas. Mira que ensuciarlo de esa manera. Y hay cada una que…<> ¿Amor?  Pregúntale a Ricardo lo que es el amor. Eh, Mister Amor, ¿dónde cojones te has metido?

Ve a una pareja en la esquina del puente, abrazados, enamorados, enroscados como hiedras amorosas que plantan cara al tiempo, a los días, a todo aquello que se llevará el viento. Toca el claxon. Abre la ventanilla y grita <>. Y después pisa el acelerador, sale como un rayo, adelanta a tres o cuatro coches  y pasa el semáforo por los pelos, antes de que el ámbar cambie a rojo.

Está llegando a casa, gira la rotonda, se adentra en la avenida cruza a la derecha y aparca. Se quedo unos minutos en el coche con los ojos cerrados. Ella no es así, Ricardo, ¿Por qué no te me vas de su cabeza? ¡Déjala en paz! Dentro de tres días hace dos años, ¿ya dos años? Dos años de la mentira más dolorosa de su vida.  Isabella sabe que no puede seguir así. Abre los ojos. Sale del coche y se adentra en su casa. Sube a su habitación y se dirige a cambiarse para irse a correr, como hace todos los días, a la misma hora.

El sol va cayendo sobre la ciudad de Londres. Alicia va corriendo por el paseo central del parque. Mira a su alrededor. Con la mirada pérdida. Esquivado a la gente que se le cruza. Reconoce a una chica joven, pelo largo, morena al lado del lago. Mirando al horizonte. Es Isabella. Se acerca.

Alicia: Bonitas vistas.

Isabella: Ali, ¿qué haces aquí? –Sin dejar de mirar al horizonte-.

Alicia: Bah, nada interesante.

Isabella: Me tengo que ir. –Da un paso para hacia atrás-.

Alicia: ¿Ya? Pero si acabo de llegar. Casi me aplastas esta mañana y aun no me has invitado a nada…venga demos un paseíto para reconciliarnos. –Sacando su mejor sonrisa-

Isabella: ¿Me estas pidiendo una cita? –Mirándola fijamente a los ojos-.

Alicia: Hombre…quien dice una cita. Es una reconciliación. Venga porfi, porfi, venga di que si…-Poniendo cara de buena-.

Isabella: Esta bien reconciliémonos. –Ambas chicas se ríen-.

Alicia se coge del brazo de Isabella. Oye, un poco más allá hay un sitio donde hacen unas crumbles de vicio, ¿te gustan los pasteles? ¿Y las frutas? Claro, si no te gustan no podemos ir. En Brook st, hay otro donde hacen unas pizzas buenísimas. ¿Te apetece comer un trozo? Luego hay otro aquí al lado que tienen ensaladas. ¿Te gustan las ensaldas? Aquí cerca también hay un lugar buenísimo de helados, en el mismo Hyde Park, o mejor aún, un sitio de batidos de cortarse las venas. Espera, porque en Picadilly hay uno donde sirven comida española y hacen una tortilla de patata de muerte, y también tienen una terraza preciosa, se sube arriba y es todo un espectáculo.

Isabella: ¿En Picadilly? Pero si eso esta lejísimos.

Alicia: Que va, si es un paso. ¿Vamos?

Isabella: Pero ¿adónde? ¡Has dicho seis sitios en dos segundos!...

Alicia: ¡Vale! Entonces vamos al sitio este de los batidos de cortarse las venas. ¡Está detrás del Lago! ¡La que llegue la última paga! - Y sale corriendo, guapa, alegre, con su short gris, su sudadera rosa de Adidas, su melena dorada recogida en una coleta y con sus ojos azules como el océano-.

Isabella: Ahh..¿Cómo que la que llegue la última paga?

Isabella se queda allí quieta, mirándola. Sonríe para sí. Y de repente, como si decidera echárselo todo a la espalda, sale detrás de ella, corriendo. La gente las mira, sonríen, sienten curiosidad. Isabella corre tras Alicia. Vaya, piensa Isabella, parece una de aquellas películas estilo Guardias y ladrones. Solo que Alicia no la ha robado nada. Y no sabe que, en realidad, le está regalando algo.  Alicia se ríe y de vez en cuando se vuelve para ver si la sigue. Isabella corre. Corre lo más rápida que puede pero no la alcanza.

Alicia: Venga abuela. ¡Que ya llegamos!

Isabella aminora de repente, hasta casi detenerse. Alicia se da la vuelta y la ve a lo lejos. Quieta. Con su mano agarrada a su pecho. Por un momento se asusta. También ella aminora se para de golpe y se vuelve. Alicia llega donde Isabella.

Alicia: ¿Qué pasa?

Isabella: Que me ha entrado el flato.

Alicia se ríe. Isabella la adelanta. Acelera a toda pastilla como una loca.

Isabella: ¡Picastes! –Y ríe-. ¿Qué pasa con la abuela ahora, eh?

Alicia: ¡Eh, no vale, así no vale! ¡Yo he vuelto atrás para ver cómo estabas!

Isabella: ¿Y quién te lo ha pedido? –Isabella ríe y sigue corriendo-.

Alicia acelera a toda prisa. Pero no consigue atraparla.

Alicia: AGGGGG! –Cae al suelo-.

Isabella aminora el paso. Se gira. La ve en el suelo y se vuelve tras ella.

Isabella: ¿Qué pasa?

Alicia: Pues que me he caído. –Isabella ríe. La da la mano. Alicia se levanta como un rayo-. ¡Picastes!

Isabella: ¡Ehh…eso no vale! ¡Tramposa!

Alicia: Por supuesto, la guerra es la guerra. Todo vale. Me has hecho volver atrás y luego has salido corriendo a traición, ¿no? –Isabella ríe-.

Unos segundos más tarde.

Alicia: ¡Primera! –Alicia se apoya en el cristal de la barra-.

Isabella: ¡Claro, me has engañado, eres una tramposa!

Alicia: ¡No sabes perder!

Se quedan las dos en la barra, intentando recuperar el aliento.

Isabella: Sea como sea, la carrera ha estado bien, ¿eh?

Alicia: Ya, ya. Si repetimos pierdes. –Isabella ríe-.

Isabella: Si al final la reconciliación me va a salir cara.

Alicia: Ohh…desde luego que no hay nada peor que una tacaña. La que gana lo celebra, la que pierde lo explica.

Isabella: Sí, está bien, lo he pillado: me toca pagar. Estoy de acuerdo. Yo siempre pago mis apuestas cuando pierdo.

Alicia: Vale, pues de momento paga ésta. Para mí un rico batido de tres chocolates con un barquillo.

Isabella: ¿Eso no será mucho para ti?

Alicia: Vaya, hay que ver cómo te pones…la derrota escuece, ¿eh?

Isabella: Vale, vale. Un rico batido de tres chocolates con un barquillo por favor.

Alicia: Ves como no era tan difícil.

Ambas chicas ríen. Se quedan allí, esperando su batido. Compartiendo miradas hechas de sonrisas y alusiones, de lo que no se conoce, de curiosidad y diversión; indecisos a la hora de tomar o no el pequeño sendero que se aleja del camino principal y se adentra en el bosque. Pero que a veces es tan hermoso, incluso más que la propia fantasía. Una voz irrumpe en sus pensamientos.

Señorita: Aquí tienen sus batidos.

Alicia bebe con su barquillo. Mira a Isabella y la sonríe.

Alicia: Hummmm, que bueno. ¿Te gusta el tuyo?

Isabella: Esta buenísimo.

Alicia: Ves…te dije que estaban para cortarse las venas. ¿De qué es el tuyo?

Isabella: De frutas del bosque

Alicia: Mmm…buena elección.

Alicia coge a Isabella del brazo. Caminan alrededor del Lago Serpentine del Hyde Park. Comparten risas, miradas, batidos…

Alicia: Cuéntame, ¿Qué te trajo por Tierras Británicas?

Isabella: Necesitaba irme de España. Cambiar de aires. Me ofrecieron una beca en la Universidad de Oxford. Y me vine. –Isabella decía mirando al suelo con tono de tristeza.-

Alicia: ¿Habías venido antes a Londres?

Isabella: Que va. El año pasado estuve en Oxford y la verdad es que no salía de mi apartamento.

Alicia: Háblame de tus padres. ¿No los echas de menos? Ni a tus amigos.

Isabella: ¿Por qué quieres saber cosas de mi vida? Es muy aburrida.

Alicia: Madre mía. De verdad que como te pones a veces. –Alicia da un sorbo a su batido.-

Isabella: Lo siento. No es que lleve una buena semana.

Alicia: Bueno, si tú no quieres hablarme de ti, te hablo yo de mí. Puedo asegurarte que mi vida no es nada aburrida.

Isabella: Mi familia es muy conservadora. Viven según las reglas de la Iglesia, esas reglas que tan poco sentido tienen, pero que como buen devoto intentas seguir al pie de la letra. Mis padres siempre han intentado controlar mi vida, como no pudieron hacerlo con la de mi hermana mayor…Alicia…murió con 16 años. Desde ese día, mi vida se convirtió en un infierno. Mis padres pusieron toda su atención sobre mí, siempre opinando o prohibiéndome cosas. Me pagaron los mejores colegios, me hicieron socia de los mejores clubes. Con tan solo 14 años perdí mi niñez…mi juventud…mientras mis amigas salían de fiesta, tenían novios, disfrutaban de la vida…yo me pasaba los días encerrada en casa con profesores particulares de idiomas, matemáticas, lengua… con el único objetivo de prepararme para el futuro, para la universidad. Cuando llegue a la universidad mi vida no cambio. Fui de cabeza a una residencia donde me controlaban las 24horas del día. Parecía que vivía en una cárcel. A los pocos años acabe la carrera, luego el máster y con el tiempo el doctorado. Los días iban pasando y por fin el amor llego a mi vida, me enamoré de alguien equivocado. Mis padres no lo aceptaban y antes de que ellos sufrieran prefirieron perder a una hija. Desde ese día… no los he vuelto a ver. –Isabella hizo un paréntesis. Cogió fuerza. Respiro hondo y siguió adelante.- Ves…te dije que mi vida era muy aburrida. –Dijo intentando poner la mejor de sus sonrisas.-

Alicia: Lo siento mucho. No sabía nada. –Alicia cogió la mano de Isabella y la entrelazo con la suya.- Pensaras que soy una cotilla. Una niña mal criada que no sabe nada de la vida. Una méteme en todo. Si es que no se para que pregunto. –Alicia no termino su frase cuando Isabella la interrumpió colocándose enfrente de ella, poniendo sus manos sobre los hombros de Alicia.-

Isabella: Ehh…Ali…Para…En el fondo me viene bien desahogarme.

Alicia: Tengo una idea…ven…-Coge a Isabella de la mano y la arrastra por el paseo.- Anda, ven, ven conmigo.-

Isabella: Ali, vete más despacio. –Alicia la arrastra consigo, salen del paseo y corren juntas por el puente. Isabella avanza a trompicones tras ella.- ¿Pero se puede saber dónde vamos?  Alicia se detiene frente a una canoa. Mira a Isabella la sonríe y se sube en ella.

Alicia: Vamos. Que te estoy esperando. –Dice Alicia haciendo un gesto con la mano.-

Isabella: A no, ni de coña. –Negando rotundamente.-

Alicia: Como que no.

Isabella: Pues como que no.

Alicia: Isabella Hasting mueve tu trasero hasta aquí ahora mismo.

Isabella: Vale vale.

Isabella se sube con torpeza en la canoa bajo la atenta mirada de Alicia. Se sienta a un lado de la canoa. Enfrente se encuentra Alicia.

Isabella: O no. Esa sonrisa tuya me la conozco. –Alicia coge los remos.- ¿Se puede saber que haces? ¿Por qué coges los remos?

Alicia: Porque tiene que haber un porque para todo. Pero, ¿Dónde está el problema? Vamos a dar una vuelta en canoa. ¡Disfruta del momento y basta!

Isabella: Pero esto es seguro. Mira que está muy viejo.

Alicia: Qué fastidiosa eres, ¿eh?. Siempre tienes que controlarlo todo.

Isabella: Venga, no te enfades.

Alicia: ¿Yo? Pero ¡quien se ha enfadado! –Y se echa a reír. –

Alicia echa el remo al agua. Mira a Isabella con sonrisa picara. Da su primer remo con torpeza. Fácilmente sea la primera vez que conduce una canoa. Isabella cierra los ojos.

Isabella: ¿Sabes cómo va esto?

Alicia: Pues claro.

Isabella: La has conducido alguna vez.

Alicia: Hombre, quien dice conducir…conducir no. Pero en la tele parece muy fácil.

Isabella: Dios santo. –Cierra los ojos.-

Las chicas se adentran con la canoa en el lago. Alicia va cogiendo el control y ya parece toda una experta. Rema a gran velocidad.

Isabella: Más despacio Ali, más despacio.

Alicia: Agárrate fuerte.

Isabella: Qué crees que estoy haciendo.

Alicia: Llegamos. –Alicia suelta los remos. Se pone de pie. Se encuentran en medio del Lago. La gente las mira.

Isabella: Ali, siéntate por favor, siéntate que nos caemos.

Alicia: No seas plasta. Venga levántate.

Isabella: A no, tú estás loca. ¿Qué quieres que nos vayamos las dos al agua? Mira…nos está mirando todo el mundo.

Alicia: Deja de pensar en la gente. Y disfruta. Ven ponte aquí conmigo.

Isabella sigue allí. Quieta. Sentada. Alicia la mira. La sonríe. La suplica. Estuvieron así segundos, minutos, minutos que parecían horas. El atardecer. Un atardecer encantador, mágico y loco. Un atardecer que parece no acabar nunca. Un atardecer que, sin embargo, a veces pasa demasiado rápido. Alicia avanza hacía el borde de la canoa. Sin mirar atrás. Sigue recto. Despacio. Cierra los ojos. Se coloca de puntillas y abre los brazos. Se deja llevar por el viento. Después silencio. Ese silencio pleno. Profundo. Ese que habla de sueños y fábulas, de tesoros escondidos. Los más bellos. E Isabella lo sabe. Como si de un reflejo se tratara Isabella se levanta. No se lo puede creer. Parece mentira que después de tanto tiempo alguien la haga sentirse así.

Alicia: Mantén los ojos cerrados. Ponte de puntillas. Y déjate llevar. Disfruta del momento. Del sonido de los pájaros. Del atardecer cayendo. Del viento golpeándote en la cara. Del momento de libertad.

Alicia pierde el equilibrio. Isabella la agarra de la cintura, trayéndola hacia ella. Pero ambas caen al agua.

Alicia: AHHHH. CHHHHHSSS

Las chicas salen del agua. Se miran. Se ríen.

Isabella: ¿Con que seguro? –Dice Isabella salpicándola con agua.

Noche de colchas que protegen y recuerdos que dejan dudas y un sabor un poco amargo en la boca. Isabella da vueltas y más vueltas. A veces, el pasado hace que las almohadas resulten incómodas. Pero ¿Qué es el amor? ¿Existe alguna regla, una manera, una receta? ¿O es todo casual y solo te queda esperar a ver si tienes suerte? Preguntas difíciles mientras el reloj colgado en la pared marca la medianoche. Recuerdos…recuerdos dolorosos que parecen abandonar de su cabeza. Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón de otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Eres consciente de que hay respuestas que quizá deban cambiarse. A veces es preciso partir para volver a encontrar el camino.

Buenos días mundo. Alicia se despereza. ¿Qué tienes preparado hoy para mí? Sale zumbando de la cama, se pone las zapatillas. Pone una canción de Bruno Mars, enchufa los altavoces y experimenta un cierto buen humor. Bailando se mete en la ducha y deja correr sobre ella un chorro de agua bien fresca. Y apresurada, sale a toda prisa de la ducha. Un momento. Se mira con atención en el espejo del baño, se acerca y observa su cuerpo. Dios mío, para que negarlo. Si es que estoy buenísima. Y con esa certeza se coloca el albornoz y se dirige hacía el vestidor. Abre el armario donde tiene el uniforme. Lo mira atentamente. No sabe si ponerse la blusa o el polo. Coge el polo y se viste lo más rápido posible. Oye el claxon del coche de su tía. Ya no se acordaba de que quedo en venir a recogerla. Agarra la corbata y baja corriendo a la cocina. Se toma el café, le añade un poco de leche fría y atrapa un bollito. Se pone los auriculares y se va, escaleras abajo, salvando los últimos peldaños de un salto. Tanto, que uno de los auriculares se le sale de la oreja. Ella se lo vuelve a meter a toda prisa.

Primera hora. Matemáticas. Con Doña Remedios. Para Alicia es un paseo. En el sentido de que no entiende nada y, por lo tanto, da igual que se vaya a dar una vuelta mentalmente. No vale la pena cansarse. De todos modos los deberes siempre se los pasan. ¿Y por qué cambiar las cosas cuando hasta ahora han ido tan bien? Vamos que ella ya está sumergida en sus pensamientos, en Isabella y en la fiesta que tiene pensada hacer esta noche. Como dice ella. Viernes y sin padres en casa. Sería un desperdicio no hacer nada.

Isabella se despierta sobresaltada y después se da la vuelta bruscamente sobre la cama. El despertador ya ha sonado. Maldita sea, no. Mierda, mierda. Sale zumbando de la cama, se pone las chanclas. Pero ¿cuándo lo he parado? ¿O es que ni siquiera lo he oído? No es posible. Entra casi resbalando en la cocina. Prepara la cafetera. Después corre hacia el baño, se da una ducha rápida. Se viste y va corriendo a la cocina a tomarse el café. Baja al garaje, se monta en el coche y sale del patio a toda velocidad. Se detiene un momento, mira a la derecha e izquierda y al ver que no viene nadie, se incorpora al tráfico de la mañana.

Alicia sigue en clase de Matemáticas. Coge la hoja cuadriculada y, rompe un trocito. Lo dobla con cuidado. En cuanto Doña Remedios se da la vuelta y se pone a escribir de nuevo, Alicia coge su bolígrafo bic. Mete el trocito de papel que tenía preparado y sopla con fuerza en dirección de Justin. Le da en la cabeza. Justin se da la vuelta buscando a Alicia, ya que esta segurísimo de que es ella. Pero Alicia se oculta detrás de la empollona de Spencer, que se le sienta delante. Doña Remedios vuelve a escribir y a explicar en la pizarra. Alicia sale de su pequeña trinchera, para ver que hace Justin. Cuando la bola la estampa en la cara. Justin se echa a reír a carcajadas. Alicia también se echa a reír pero se tapa rápidamente la boca con la mano. Doña Remedios se da la vuelta mirando seriamente a Justin. Este último pide perdón. Y Alicia pide permiso para ir al baño.

Cuando va por el pasillo ve a Isabella a lo lejos. Se acerca a ella.

Alicia: Hola Bella. –Isabella la agarra de la mano y la mete en el servicio.- -Alicia la mira extrañada.- ¿No me digas que vamos a liarnos en los baños? Para ser nuestra primera vez el sitio es algo cutre. –Isabella se rie.-

Isabella: ¿Te liarías conmigo en un baño? –Pregunta curiosa.-

Alicia: A sí que quieres que nos liemos en los baños. –Alicia se acerca a ella.- Fíjate que el retrete tiene pinta de ser muy cómodo. –Isabella se ríe.-

Isabella mira a Alicia a los ojos. Detiene su mirada en la boca. Vuelve a la realidad cuando oye unas voces al otro lado del pasillo. Agarra a Alicia del brazo metiéndola en el baño. Cierra la puerta. Y tapa la boca de Alicia con su mano. En el otro lado de la puerta se oye a dos personas hablando en susurro pero no se entiende nada de lo que dicen. Alicia intenta hablar pero Isabella aprieta su mano más fuerte para que no las pillen a las dos allí metidas. A los pocos minutos se oye cómo se cierra la puerta del servicio. Isabella suelta a Alicia.

Alicia: ¿Se han ido?

Isabella: Creo que sí.

Alicia: Bueno ¿y qué quieres que hagamos? ¿Nos liamos? ¿O que? –Dice riéndose.-

Isabella: Deja de tomártelo a broma que no estoy de buen humor. Ali, casi nos pillan. Y encima no estábamos haciendo nada.

Alicia: De verdad que como te pones. Estas insoportable eh. Bueno, esta noche conmigo se te pasa el mal humor. –Y sale del baño dejándola allí plantada.-

Isabella: ¿Cómo que esta noche?

Alicia: Pues eso. Tú y yo. Solas. De noche. Hay que explicártelo todo, ¿eh?

Isabella: Tu y yo esta noche. Cada una en su casa. ¿Qué te parece?

Alicia: Pues una mierda. Mejor mi plan. Y si es una cita. –Dice guiñándola el ojo.-

Isabella: A no. ¿Una cita? ¿Nosotras? Ni de coña vamos.

Alicia: Como que no.

Isabella: Pues como que no.

Alicia: Pues cambiamos de plan. Si te hago reír a lo largo del día de hoy me debes una quedada. Y si será una cita. –Dice poniendo su mejor sonrisa.-

Isabella: De verdad que contigo es todo una sorpresa.

Alicia sale del baño. Frente a ella se halla Carmen.

Carmen: Alicia, éste es el baño de los hombres.

Alicia: Uy, disculpe.

Carmen: No creo que te hayas equivocado. Además, éste es el baño de los profesores…

Alicia: Entonces, discúlpeme por partida doble.

Isabella está oyendo todo desde el otro lado de la puerta. De repente, entra Carol en el baño. Alicia mira a Carmen y se ríe.

Alicia: Oye, y que hacéis vosotras en el baño de los hombres. Y en el de los profesores –Dice mirando a Carol.-

Carmen: Oye, Ali, he preguntado yo antes. No me hagas que hable con tu tía.

Alicia: Vale vale. No volverá a ocurrir.

Carmen: Muy bien. Y ahora sal del baño.

Alicia: Ya me voy profe.

Carmen: Muy bien Ali. No hablare con tu tía.

Alicia: Gracias profe.

Alicia sonríe y se va para su clase. Isabella sigue escondida en el baño. Uff, porque poco. No me lo puedo creer, no me lo puedo creer. ¿Pero que hace Carmen con esta chica otra vez?

La hora del descanso llega. Y el pasillo se llena como un torrente tras la lluvia. Colores, risas, lectores de Mp3, tonos de móviles y miradas que vuelan de un lado a otro, rebotan sobre las paredes y tal vez contienen mensajes secretos que entregar. Los chicos salen de clase. Paula saca su bocadillo bien envuelto en papel de aluminio.

Alicia: Pero, ¡si es enorme!

Paula: Sí. Tomate, atún y mayonesa.

Justin: Madre mía. Como te comas eso te va a dar un atracón.

Alicia: ¿Y te lo has preparada tú?

Paula: Qué va. Me lo ha preparado Manuela. Ha dicho que como demasiada porquería industrial y por eso me ha preparado un bocadillo artesanal.

Alicia: Yo voy a buscarme un snack de cereales. Total, comas lo que comas, te saco ventaja. –Alicia se aleja, con exagerada alegría y dando unos saltitos muy cómicos que hacen que su pelo suelto oscile de un lado para otro.

Paula: ¡Noooo! ¡Te odio! ¡Tendrás que vértelas con Manuela! –La grita Paula riéndose-.

La máquina expendedora está al volver la esquina del pasillo, al lado de los aseos de los profesores, es una especie de vestíbulo. Un grupo de chicos están apelotonados frente a las diversas teclas de selección. Llega el turno de Alicia. Mientras tanto ha ido dándole vueltas y más vueltas a su euro en la mano. Lo mete en la ranura. Clinc. El ruido de la moneda resuena inexorable y cínico en el cajetín de abajo. Lo coge y prueba de nuevo. Nada. Otra vez. Nada de nada. Alicia se pone nerviosa y le da una patada a la máquina.

Isabella: Llevo 30 minutos escondida en el baño. Y en el de los chicos. –Isabella apoya su mano en la máquina expendedora-.

Alicia: Bueno, y ¿Qué tal? ¿Se estaba cómoda? –Alicia vuelve a meter el euro en la ranura. Clinc. El ruido de la moneda vuelve a sonar en el cajetín de abajo.- ¡Mierdaaaa! Le da una patada. Otra vez. ¿Pero que mierda de maquinas compráis?

Isabella: ¿Contigo va a ser siempre así?

Alicia: ¿De emocionante? –Alicia echa la cabeza para atrás y cierra un poco los ojos. Hace con que piensa.- ¡Síii! –Isabella ríe. Coge la moneda del cajetín de abajo y prueba ella. Plink. Un ruido diferente-. ¡Funciona! Pero, ¿Cómo lo has hecho?

Isabella: He hecho lo que ponía aquí. ¿Qué quieres?

Alicia: Esa barrita de cereales. –Isabella aprieta la tecla y el snack cae en el cajetín. Se inclina y lo recoge.-

Isabella: Toma. ¿Qué se trae la chica de la fiesta con Carmen?

Alicia: Gracias. ¿Carol? Ni idea. Pero me apuesto lo que quieras que eran ellas las que hablaban a susurro en el baño. ¿Te han visto? ¡Porque a mi sí!

Isabella: No me digas. –Isabella rie.- A mi creo que no.

Paula: ¡Qué bueno! ¡Nada que ver con el snack! ¡El apetito es igualito que el sexo: cuanto más grande mejor! –Isabella ríe.-

Alicia: ¡Pau! ¡Qué asco! –Alicia rasga el envoltorio de su snack y empieza a comérselo.-

Justin: Podéis mover el culo. Nos quedan 30 minutos libres. A este paso no nos da tiempo.

Isabella: ¿No os da tiempo a qué? –Pregunta curiosas-.

Alicia: Mmmm…ya lo verás. –Dice acercándose a su oído.- Por cierto. Tu apuesta la has perdido. Has reído tres veces. –Y regresa donde están los demás.-