Ella cambio mi vida [Profesora y alumna] Parte 10

Alicia se muerde el labio inferior con la intención de provocar más a Isabella, esta que se da cuenta cierra los ojos preguntándose que hace, la besa?

Había llegado la noche, una noche oscura y larga en la que Isabella solo parecía estar dispuesta a ver películas románticas, comer helado y llorar como si no hubiera mañana. ¿Y si el destino no la preparaba otra cosa? ¿Y si su vida sería así siempre?

De repente unos ruidos en la ventana la hicieron saltar del sofá. Los nervios empezaron a apoderarse de ella que ni si quiera se atrevía a acerarse a la ventana, desde dentro no se veía nada y tampoco estaba por la labor de abrirla. ¿O tal vez se lo estaba imaginando?

Isabella: Genial...mi noche mejora.

Con cuidado se acerco a la ventana, mirando despacio a través de ella, pero todo estaba demasiado oscuro, entonces decidió abrirla para asomarse...hasta que una voz la hizo sobresaltar por segunda vez en la noche.

Ali: Buenas noches Hasting! Por fin apareces!

Isabella: ¿Ali? -Pregunto tímidamente sin ver a nadie.

Ali: Esperabas a tu amor secreto. -Bromeo dando un paso hacia delante dejándose ver por la luz de la luna..

¿Y si el destina estaba jugando con sus cartas, y si la vida tenía otros planes para ella, y si sus noches ya no se basarían en películas románticas, helados de chocolate y pañuelos mojados en llanto?

Isabella: ¿Qué haces aquí? -Pregunto curiosa

Alicia: Vengo a secuestrarte! O a salvarte! Depende de cómo lo quieras ver! -Dijo divertida.

Isabella: Estas loca

Alicia: Lo sé! Pero te encanta! -Afirmo sin borrar su sonrisa.- Bueno, bajas o subo a buscarte? Te recuerdo que hicimos un trato.-Miro hacía un árbol que se encontraba a su lado.-

Isabella: no intentes subir...-Hablo al fin.

Alicia: Pues a que esperas...baja...te llevo a dar una vuelta...hace una noche fantástica, hay luna llena y un montón de estrellas. -Alicia al ver que Isabella no respondía se acerco al árbol.- Bueno...vale...pues subo a buscarte.

Isabella: ¿no dabas hoy una fiesta?

Alicia: Si, y la estoy dando...pero ya ves me apetecía hacer un poco de tarzán y aquí estoy. -Bromeaba mientras se quitaba las manoletinas.

Isabella: No serás capaz?

Alicia: de subir? Que poco me conoces Hasting

Isabella: Vas a subir con vestido? Estás loca. -Alicia levanta la pierna para subirse a la primera rama del árbol.-. Vale, vale..para no subas

Alicia: Vas a bajar?

Isabella: No...si subes no te voy a abrir. Porque no he perdido la apuesta. No me reí.

Alicia: Pero como que no te reíste...pero serás mentirosa. Baja y te enseño el video.

Isabella: Ah...que tienes un video? Tu definitivamente estas muy loca.

Alicia: Si, si...estoy muy loca pero te saque una sonrisa de oreja a oreja. Venga baja que te enseño el video y lo ves. -Isabella seguía enfrente de la ventana negando con la cabeza-. Mira que me pongo a dar voces y despierto a todos los vecinos. Vamos Hasting...me vas a dejar sola, en una noche tan preciosa? Es triste!

Isabella: Tú ganas...espérame! -La regalo una última sonrisa antes de cerrar la ventana y de desaparecer de los ojos de Ali.

No tuvo que esperar mucho tiempo, apenas 5 minutos después, la puerta se abría e Isabella aparecía tras ella con una tímida y nerviosa sonrisa. Alicia la esperaba sentada en el porche de la casa, cuando la vio salir esbozo una sonrisa de triunfo.

Isabella: No pongas esa sonrisa, voy a ver el video y como no haya sonreído de oreja a oreja me subo. -Dijo sentándose al lado de la rubia.

Alicia: Hola...otra vez...-Dio un beso en la mejilla de la morena.

Alguna vez os ha pasado de querer hacer algo con todas las ganas las del mundo y no poder hacerlo, como si hubiera una pared que os detuviera y no os dejara avanzar...a lo mejor es miedo, a lo mejor es no ser capaz de ser  lo suficientemente valiente para hacerlo y dejar los miedos atrás, dejar todo lo que te impide hacerlo y ser en realidad feliz, o por lo menos intentarlo. Eso le llevaba pasando a Isabella durante todo el día. Claro que la rubia le había sacado una sonrisa a la morena, la sonrisa más sincera y más bonita que nunca nadie más la ha podido sacar. Ni el mismísimo Ricardo fue capaz de sacarla. Y si el Mister Amor lanzó la flecha hacía la morena? Y si esa flecha acertó? Hoy..tal día como hoy estaría en la puerta de la Iglesia casándose con Ricardo, el hombre que la robo el corazón y le hizo pedazos. Y si Ricardo fuera como esas modas de temporada que pasan y se acaban. Porque hoy, en vez de pensar en su boda piensa en la rubia de su derecha, en la canción this is my life que esta chica loca puso en los altavoces del colegio, en lo gracioso que fue ver a todos los profesores intentando abrir la puerta de dirección que estaba bloqueada, en cómo fue capaz de salir por la ventana para que no la pillaran, en la pancarta gigante que colgó en la fachada del Constance y decía: Cuando dejes de tener miedo empezaras a disfrutar, en cómo fue capaz de desconectar las cámaras durante unos segundos, en cómo puede hacer todas estas cosas...en cómo puede ser tan especial, en cómo se ha podido convertir en la primera persona que piense al levantarse y en la última al acostarse…

Al final Alicia se salió con la suya, un poco más allá de aquel lugar, Isabella y Alicia caminaban por el parque, un parque que a simple vista estaba bastante vacío. Isabella no tenía pinta de conocer aquel lugar, estaba lejos del camino principal y todo rodeado de grandes árboles, pero aún así se podía ver completamente el cielo, un cielo que aquella noche estaba realmente hermoso, las estrellas brillaban a más no poder, realmente especial.

Alicia: Llegamos! -Exclamo poniendo su cazadora vaquera sobre el césped para sentarse sobre ella-. Qué te parece mi rincón especial, aquí nadie nos ve...

Isabella: No conocía este lugar...

Alicia: Ves! Te lo dije. Llevas dos meses en Londres y estoy segura de que aún no lo conoces.

Isabella:  Ehh.. Que estuve dos días haciendo turismo por Londres, fui a ver el Big Ben, el London Eye, el Palacio de Kensington, el Puente de Londres, la Abadía de Westminster, el Palacio de Buckingham....

Alicia: Ves...ese es el Londres turístico, el que todo el mundo conoce. Pero no el verdadero Londres.

Isabella: A ver listilla dime... cuál es ese verdadero Londres que tú conoces?

Alicia: Pues es un Londres especial, mágico, antiguo y a la vez moderno, es el Londres que enamora con cada rincón que recorres, el que no entiende de razas, nacionalidades, religiones, edad...es una ciudad que siempre mira hacia adelante, la ciudad que nunca duerme, la que no importa cuántas veces hayas oído hablar de ella o cuantas veces la hayas visto porque siempre tiene algo nuevo que mostrarte. Es el Londres que no se puede describir, es el que tienes que ver para creer. Yo si quieres te lo enseño? Mira que no te vas a arrepentir? -Isabella ríe

Isabella: fijo que te lo acabas de inventar todo.

Alicia: Alaaa...pero que no...Venga déjame que te lo muestre venga porfi, porfi, venga di que sí. -Poniendo cara de niña buena-.

Isabella: Vale...venga...tu ganas.

Alicia: Bieeeen! -Ambas chicas ríen.

Isabella: Que me querías mostrar?

Alicia: Tienes que mirar al cielo.

Isabella miro al cielo imitando a Ali, no era la primera vez que veía un cielo de estrellas, pero prefirió callar y disfrutar del momento. Alicia tatareaba una canción que Isabella no conseguía descifrar...ella solo la miraba embelesada, observaba sus gestos, el leve movimiento de sus labios, el brillo que emanaba de sus ojos, todo ella la fascinaba...no era solo su personalidad, era todo...Alicia era realmente hermosa y su manera de ser especial Isabella estaba tan hipnotizada en su mundo que no se dio cuenta que Alicia acababa de descubrir sus miradas para nada discretas.

Alicia: Te lo vas a perder!

Isabella: El que?

Alicia: Hoy hay lluvia de estrellas. ¿No quieres pedir un deseo?

Isabella: Ohhh venga ya...enserio que te crees estas tonterias... -Decía riendo

Alicia: Sabes...a veces nos mandan señales, si sabes hacerles las preguntas correctas, pueden parpadear, esconderse tras las nubes o simplemente aparecer como una estrella fugaz...y siempre están allí, aunque no puedas verlas...siempre están... Es el momento, pide un deseo.

Isabella se quedo durante apenas unos segundos mirando a Alicia viendo la faceta más soñadora de la rubia, como cerraba con fuerza los ojos y con una gran sonrisa formulaba su deseo. Isabella sin creerse apenas lo que iba a hacer cerró los ojos y pensó: Solo quiero ser feliz.

Noche de estrellas fugaces, de magia, de sueños y de fantasías. Ambas chicas estaban en silencio. Una al lado de la otra.

Alicia: ¿en qué piensas?

Isabella: En que tenía que haberte dejado hacer de Tarzán. Hubiera sido muy gracioso. Y más con el mini vestido que llevas.

Alicia:  ehh...deja de meterte conmigo. -Refunfuño haciendo pucheros

Isabella: Reconócelo. Hubiera sido un momentazo. - Decía riendo.

Alicia: Si si...lo que tu digas...pero al final bajaste. - Con sonrisa de satisfacción.

Isabella: Es que no admites un no por respuesta.

Alicia: Reconócelo... querías verme...no has podido resistirte a mis encantos. Soy un  pivón con este vestido. Yo te entiendo...tengo un cuerpo de escándalo...debería de estar prohibida...-Poniéndose de píes y haciendo su propio pase de modelo con esa alegría, con esa fuerza, con esos ojos, con esas piernas, con esa melena y con ese vestido negro ajustado a su cuerpo con lo que ella sabe perfectamente como volver loca a cualquiera. Isabella está completamente ciega mirando a Alí, perdiéndose entre sus curvas, en cada movimiento que hacía, en cada contoneo de sus caderas.

Isabella: Ufff va a ser cierto que eres un pecado... -Pensó en voz alta sin darse cuenta haciendo que Alicia riera a carcajadas e Isabella se pusiera como un tomate de roja.

Alicia: Anda vamonos que tengo que volver a la fiesta antes de que me preparen alguna grande. -Dandola la mano para que se levantara del suelo.

Alicia tiro tan fuerte de la mano que hizo que ambas chicas chocaran, que juntaran sus pechos, que un escalofrío recorriera su cuerpo, que sus rostros quedaran tan cerca que podían sentir la respiración de la otra, mariposas revueltas en sus estómagos, latidos incontrolables en el corazón, respiración agitada y el cálido aliento de la otra golpeando sus rostros. Alicia se muerde el labio inferior con la intención de provocar más a Isabella, esta que se da cuenta cierra los ojos preguntándose que hace, la besa? La pregunta es profunda va directa a su corazón que parece que quisiera salir del pecho. Isabella abre los ojos y la mira, realmente es hermosa, con sus cejas perfectamente alineadas, con esos ojos azules brillantes, esos labios carnosos que lo único que piensa es en tocarlos, en probar su aroma, en comerlos a besos y Isabella se rinde. Y la besa.  Junta sus labios con el labio inferior de Alicia, dándole un tierno y dulce beso. Se despega, y la mira, sigue con los ojos cerrados pero ahora puede ver como los aprieta con fuerza, Vuelve a desviar la mirado a sus labios rosados, esos labios que le están pidiendo a gritos ser besados de nuevo, y se rinde por segunda vez  y vuelve a juntar sus labios. Y la da un ligero beso. Como un jazmín. Sus miradas se cruzan, unas miradas tan brillantes tan profundas unas miradas que lo dicen todo. Isabella no aguanta más y la vuelve a besar por tercera vez en la noche, pero ahora el beso es con pasión con deseo, Isabella suelta la mano de Alicia y la posa en su cintura, aprieta fuerte, rodeándola con los brazos, como si quisiera secuestrarla, hacerla suya, no despegarse de ella ni hoy ni nunca. Alicia al final reacciona y también la besa, colocando sus brazos alrededor del cuello de Isabella.

Con los ojos casi cerrados, Isabella se pierde en aquella marea que huele toda a ella, a Ali, a sus besos, a su sonrisa, a sus largos suspiros, a esa muchacha joven y alocada de la que no se podía enamorar pero la ha robado el corazón.